Respaldo de material de tanatología

?CÓMO CELEBRAR FECHAS ESPECIALES SIN ELLOS?

?CÓMO CELEBRAR FECHAS ESPECIALES SIN ELLOS?
PS. PAULO DANIEL ACERO RODRIGUEZ

El Duelo, por tratarse de la respuesta emotiva a una pérdida de carácter emocional, físico o material, altera e incide en todas las áreas en que se desenvuelve el ser humano, lo que hará que cambie el rumbo normal que llevaban los acontecimientos  que  rodeaban a la persona.

El área social, por supuesto, es una de las áreas que más se ven afectadas en quien esta afrontando una pérdida, sucediéndose un fenómeno emocional en dos sentidos:

Uno, en el sentido de quien sufre hacia los demás, pues casi de manera natural y automática la persona tiende a retrotraerse, a aislarse, a encerrarse, pues considera que nadie es capaz de comprender realmente la dimensión de a tragedia que está viviendo.

Otro, en el sentido del circulo social hacia quien ha sufrido la pérdida, pues a raíz de nuestras influencias culturales no es fácil acercarse a quien esta pasando por el proceso de duelo, ya que nos sentimos incómodos al no saber que decir, ni como expresar nuestro pesar, de manera que usualmente tenemos un contacto rápido con la persona y nos alejamos. Adicionalmente, la gente tiende a evitar esos momentos pues se siente vulnerable ya que se confronta con sus propias carencias y temores.

Después de todo, ¿quién quiere estar cerca de alguien cuya conversación es monotemática y que frecuentemente llora?

¿Quién quiere estar cerca de alguien para quien la única persona valiosa era quien murió, pues así lo sienten los demás al verse desplazados emocionalmente y sentirse incluso culpables de no parecerse al difunto?.

Por otra parte, el deudo tiende a adoptar un comportamiento asocial, pues considera que su participación en un evento social que no tenga nada que ver con el ser querido fallecido, se puede constituir en una deshonra a su memoria.

Los deudos tienden a pensar que esta mal el participar de un ambiente alegre y que no deben permitirse reír pues ello equivaldría a traicionar al ser querido, pues reír o tener manifestaciones de alegría, podría implicar como que realmente no se quería tanto al fallecido, o que su partida no nos afectó.

Los deudos entonces, se encierran no solo emocionalmente, sino tambien físicamente y rompen con el circulo social del que comúnmente hacían parte, negándose a participar de cualquier celebración, con el agravante de que ellas, suelen convertirse en un motivo más para recordar al ser querido, por lo cual esos actos tienden a evitarse.   

Las  fechas como los cumpleaños, aniversarios, navidad, etc., son días en que nos enfrentamos con una pesadumbre mayor ya que estas ocasiones son un claro recordatorio de que nuestra vida ha sido alterada para siempre.

Ese día nos recuerda que somos: Viudos, Huérfanos, Padres con hijos muertos, separados.

¿Tengo 2 ó 3 hijos? ¿Soy o no casado? ¿Tengo o no padres?

Sí lo somos, pues la otra persona solo está en otro lugar.

Usualmente cada reunión familiar siempre es un recordatorio del familiar que ya no está.

Esta es una buena ocasión para enfrentar el dolor, en lugar de evitarlo, deje que fluyan los recuerdos.

Es sano pensar en épocas especiales que se compartieron y que generaron felicidad.

Traiga a la mente la celebración de otras navidades, otros cumpleaños, piense qué hizo, qué estaría haciendo en los preparativos, qué le gustaría que hiciéramos.

No tema mirar fotos, recordar sus apuntes, sus ocurrencias, su forma de participar.

En Lugar de perder el tiempo pensando en lo que hemos perdido, en lo que pudo haber sido y ya no será, en lo que hicimos o dejamos de hacer, en lo que ellos hicieron o dejaron de hacer: ¿Porqué no rendir a la persona desaparecida el mayor homenaje posible que consiste en recordar con alegría sus mejores cualidades y los buenos ratos que pasamos con ella?

¿Cuál es nuestro mayor deseo? Es recordarlos, ¿Cuál sería su deseo ahora?
Que les  recordemos.

¿En que manera sobreviven los que han abandonado su cuerpo físico?. En los recuerdos de los demás.

Si nadie se acuerda de ellos, equivaldría a ser como si nunca hubiesen vivido o como si su existencia no hubiera servido para nada.

Imagínese a usted mismo: Si muriera le gustaría que sus amigos y seres queridos lloraran, se entristecieran y cuando hablaran de usted bajaran la voz porque ya su nombre es innombrable?

O le gustaría y le haría feliz que le mencionaran a menudo pero con cariño y afecto e incluso una sonrisa al recordar los ratos buenos que les hizo pasar?

Yo si se lo que preferiría y sin duda es lo menos que podría hacer por otros.

Sin embargo, tenga en cuenta la personalidad de su ser querido. Por ejemplo: Diego y Elena. Fiesta con invitación en su nombre…

Algunos preferirán algo más íntimo y eso esta bien.

A continuación, ofrecemos algunas sugerencias sobre las diversas maneras en que podemos conmemorar y celebrar la existencia de una vida: No se niegue a conmemorar el día.

Realice una reunión familiar, saque las fotografías, que los familiares traigan, las de ellos con el ser querido.

Escríbale una carta: si hay algo que usted hubiera querido decir o preferido no decir, a veces resulta de gran ayuda escribirle al ser querido que ya no está.

Puede ser corta o larga, escrita de una vez o en varios momentos, lo esencial es la franqueza.

El ver los pensamientos propios escritos es de gran valor terapéutico es mejor derramar unas lágrimas en este momento que durar angustiado durante años.

Visualice y hable.

Traiga a mente la imagen del ser querido con el mejor detalle. No se trata de ningún tipo de invocación, solo se trata de hacer una imagen mental como si observáramos una fotografía. Háblele de manera natural y dígale lo que siempre quiso decir. Tenga un momento de silencio, tal vez no escuchará nada pero en su fuero interno sentirá que se están cerrando cosas que habían quedado pendientes, lo cual servirá para atenuar el dolor de la pérdida.

Celebre una ceremonia religiosa.

Los retos, y mucho más los de contenido espiritual siempre ayudan a hacer menos duros estos momentos, si se realizan colocando todo el sentimiento en ellos y no se basan en los recuerdos tristes sino que se centran en los ratos buenos compartidos.

No se trata de hacerle un altar a la persona, pues se debe reconocer que junto a sus aspectos buenos, con seguridad, también tenía aspectos negativos que produjeron conflicto.

En su nombre, preste un servicio a alguien, haga feliz a quien el quería ver feliz, sirva a quien lo necesita y mejor si no le pueden retribuir.

Plante un árbol o unas flores como un acto para conmemorarle, cualquiera que sean nuestras creencias sobre la vida y lo que hay después de ella, el asimilarla a una planta que tiene temporadas en que parece muerta, pero luego renace no deja de levantar el ánimo.

El árbol no muere, ofrece su fruto y luego renace para seguir ofreciendo vida.

?Las tormentas pueden marchitar las flores pero nunca acaban con las semillas?

Encienda una vela.

Independientemente de los credos religiosos o las teorías metafísicas, las velas siempre han revestido un significado especial.

Siempre es muy significativo emocional y espiritualmente el acto de encender una vela y acto seguido dedicar un tiempo a la meditación o a la oración.

Es necesario reconocer que las tradiciones son buenas, pero, en caso, hay que añadir nuevas tradiciones que nos permitan recordar.

Solo cuando comenzamos a recordar el pasado con gozo, alegría y gratitud nos damos cuenta de que nuestra sanidad emocional ha comenzado.

Ellos fueron lo mejor que nos pudo pasar, por eso nos hace falta su presencia.