Respaldo de material de tanatología

Análisis de la relación entre duelo patológico y dependencia emocional

Cuando  se produce la ruptura de una relación de pareja, es necesario que cada uno de los involucrados inicie un proceso de elaboración del impacto emocional. A este proceso de deshacer los lazos afectivos y recolocar emocionalmente a quien fue el ser querido, se le conoce como DUELO, desde los planteamientos hechos por Freud (1917) en ?La aflicción y la melancolía.? (1)
Sin embargo, no es inusual observar casos en los cuales, alguno de los involucrados reacciona de manera no sana en ese proceso de separación, y realiza acciones que podrían describirse como de tipo patológico y que le impiden rehacer su equilibrio psicológico y emocional. En el presente artículo se examinan los conceptos Duelo patológico y Dependencia  emocional, a partir del análisis de las entrevistas a seis mujeres (2),  para intentar explicar las reacciones no sanas de personas que han vivido la experiencia de la separación.

En su libro ?La expresión de las emociones en el hombre y en los animales? Darwin, (1872, citado por Worden (1997), p 24) describe como los animales expresan la tristeza de una manera muy similar a los seres humanos niños y adultos.

Por su parte, Lorenz (1963) en su libro ?Sobre la agresión: el pretendido mal? describe de manera detallada la conducta de duelo en una Oca que ha perdido a su pareja. (3) Lorenz escribe que ?… la primera respuesta a la separación del compañero consiste en un intento ansioso de encontrarlo de nuevo. La Oca se traslada de sitio, inquieta de día y de noche, volando grandes distancias y visitando lugares donde podría encontrar a su pareja.?

Estudios como los presentados por Bowlby (1983), señalan que los humanos sufren en algún grado el duelo tras una pérdida. En este sentido el duelo puede concebirse como el conjunto de reacciones emocionales y conductuales  que tienen lugar tras la pérdida de alguien o algo emocionalmente significativo.

La pérdida de la pareja, bien sea por muerte o por separación, como es el caso trabajado en el presente documento, ocasiona un fuerte impacto emocional que hace muy difícil su asimilación en razón de los sentimientos de ira, dolor, soledad, desconfianza e incertidumbre que invaden a quien lo afronta.

Es Worden (1997),  quien con gran detalle, ha hecho la distinción entre duelo normal y duelo patológico, a pesar  de que el mismo Freud, en su artículo Duelo y melancolía, separa los términos proponiendo que la Aflicción equivaldría al duelo normal y la Melancolía haría alusión al duelo patológico (4) y que la diferencia entre los dos radicaría en que la persona  afligida (duelo normal) vería el mundo como pobre y vacío debido a la ausencia del ser querido, en tanto que la persona melancólica (duelo patológico) se vería a sí misma como pobre y vacía.

Worden (1997), es enfático al señalar que el término duelo normal (también denominado no complicado) abarca un amplio rango de sentimientos y conductas que son normales después de una pérdida. Conforme a su planteamiento, los sentimientos presentes en el duelo normal serían: 1)Tristeza, que se manifiesta a través del llanto, 2) Enfado, que conlleva una sensación de frustración ante la confirmación de que ya no hay nada que hacer y que puede implicar una experiencia regresiva, 3) Culpa y autorreproche, por algo que se hizo o se dejó de hacer, 4) Ansiedad, que trae consigo una sensación de inseguridad y temor de no poder cuidar de sí mismos, 5) Soledad, que emana  de la imposibilidad de volver a compartir y, otros sentimientos tales como fatiga, impotencia, shock, anhelo, emancipación y alivio.

Es de anotar que Worden reconoce que algunas personas pueden presentar ausencia de sentimientos lo que ocurriría en razón de que, debido al impacto, habría muchos sentimientos que afrontar y, como una forma de protección, la persona experimentaría insensibilidad para que todos los sentimientos no se hicieran conscientes y se desbordara emocionalmente, lo que llevaría a un proceso patológico.
     
En lo que hace referencia a las conductas, Worden señala como normales en el proceso de duelo las siguientes: Trastornos del sueño ( que implicarían dificultad para dormir y para despertar temprano en la mañana), Trastornos alimentarios, Conducta distraída, Aislamiento Social, Soñar con el ser querido, Evitar recordatorios del ser querido, Suspirar, Hiperactividad sosegada, Llorar,  Visitar lugares comunes y Atesorar objetos que pertenecían a la persona.

Con respecto al duelo complicado o anormal, Worden  lo describe como aquel en el cual  la intensificación de los factores descritos en el duelo normal están desbordados  y la persona recurre a conductas desadaptativas o permanece inacabadamente en este estado sin avanzar hacia su resolución.

Obviamente que en el hecho de que el duelo se complique intervendrían muchos factores pero, principalmente,  aspectos de tipo relacional (es decir, circunscritos a la manera como se llevaba la relación con la persona), aspectos circunstanciales (relativos a la manera como se produjo el rompimiento de los lazos), factores de personalidad (que tienen que ver con la manera de afrontar el malestar emocional), y finalmente factores sociales  (que hacen relación al tipo de redes de apoyo con las que se cuenta o no).

Sobre el concepto de Dependencia Emocional, se ha planteado  que es un término que aún no tiene reconocimiento en la literatura científica. Sin embargo, Castelló (5) ha intentado definirlo y caracterizarlo, catalogándolo como una necesidad afectiva  extrema que una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja, señalando que uno de los rasgos característicos de estas personas es la incapacidad de soportar la soledad.

Con base en la anterior definición se infieren dos elementos distintivos de la dependencia emocional los cuales son: 1)La necesidad de sentirse parte de una relación es desbordante  con lo cual no se ve restringida a una persona, y 2) Esa necesidad emocional es fundamentalmente de tipo afectivo, con lo cual no alcanza a catalogarse  como trastorno de personalidad, aunque cuando la persona dependiente muestra alteraciones como sensación de inutilidad y desvalimiento personal no hay que descartar un diagnóstico diferencial.

Por supuesto que, como ya se evidenció arriba al tratar los conceptos relacionados con el duelo, siempre será necesario revisar los aspectos de personalidad ligados o que afloren al producirse el impacto emocional consecuente a la separación de la pareja.

La literatura encuentra aquí convergencia al concordar en que las personas que hacen duelos complicados tras la perdida de la pareja, así como los  dependientes emocionales tendrían en su historia abandonos tempranos por las figuras paterna o materna, hospitalizaciones vividas traumáticamente como desamparo, o el haber sido internados, de manera precoz, en jardines o instituciones escolares (Bowlby, 1983, p34).

Sin embargo,  vale la pena resaltar la aclaración que Bowlby hace al plantear que todos los eventos de separaciones tempranas ?… no significan que el resultado inevitable sea una mutilación de la personalidad, pero si que… pueden incidir en una posterior disfunción más o menos severa? (p. 44).

METODOLOGÍA Y PROCEDIMIENTO

La investigación que sirvió como base al presente documento se realizó dentro del enfoque cualitativo, haciendo uso de la entrevista en profundidad. La población estuvo constituida por seis (6) mujeres entre los 25 y 38 años de edad que habían vivido en unión libre y, al momento de la entrevista, se encontraban separadas. Todas ellas vivían en Bogotá y registraban un periodo de convivencia en pareja superior a dos (2) años, llevando más de uno sin tener contacto alguno  con sus  antiguas parejas. Su nivel escolar oscilaba entre 5º  grado y educación tecnológica, y todas se ubicaban en estrato socioeconómico medio (2-3).

La información recopilada se aglutino, para su análisis, en las categorías Nivel sociodemográfico, Significado del concepto de pareja, Concepto de familia, Creencias y dinámicas de la familia extensa, Concepto de pérdida afectiva y, finalmente, Vivencia emocional del duelo por la separación.

Los hallazgos revelaron que la  crianza de las entrevistadas estuvo marcada por una educación rígida y restrictiva de corte machista en la cual la mujer ocupaba un lugar secundario, su aporte era poco reconocido, y, excepto en un caso, tenían una posición de sumisión.

Se encontró que en cuatro de los seis casos las mujeres acusaban carencias afectivas en sus relaciones con sus padres, las cuales, pretendieron llenar al constituir la relación de pareja. Esas carencias se manifestaban en poco diálogo, poca o nula expresión afectiva tanto en palabras como en contacto físico y negación de la expresión emocional.

En cinco de los casos  las mujeres fueron abandonadas por sus parejas y tuvieron que hacerse cargo del sostén del hogar, lo que significo tener que vincularse rápidamente a actividades productivas no gratificantes  (en general oficios domésticos), excepto en dos casos, lo cual necesariamente incidió en la no posibilidad de dar un curso sano al proceso de  elaboración de su pérdida.

La totalidad del grupo entrevistado manifestó haberse apegado, para llenar su vacío afectivo, a sus hijos (llegando incluso a dormir con ellos) y solo una de ellas manifestó haber contado con el apoyo efectivo de su familia extensa para afrontar la situación de separación.

CONCLUSIONES

Con base en la información obtenida y analizada pueden plantearse las siguientes conclusiones:

– Existe una gran cercanía entre los comportamientos de dependencia emocional  y duelo complicado o patológico como se describen en la literatura.

– Es significativo el hecho de que las carencias afectivas tempranas incidan, como lo plantea Bowlby (1983), en el establecimiento de apegos ansiosos, los cuales, al momento de romperse un lazo afectivo, se convierten en obstáculos para iniciar un sano proceso de resolución del duelo. Desde este aspecto podría decirse  que, para iniciar el proceso de elaboración de duelo, se requiere trabajar la estructura emocional de las personas con el propósito de que resuelvan sus apegos, progresen hacia la independencia emocional y reconozcan que su valía no esta en directa relación a tener o no una pareja al lado. En  términos de Worden (1997),  este trabajo permitiría iniciar las tareas de ajustarse  a un ambiente en que la otra persona ya no está, y se le pueda recolocar emocionalmente (encontrarle un lugar apropiado en la vida psicológica) de manera que se pueda iniciar la reconstrucción del proyecto de vida.

– En todos los casos, como parte normal del duelo, hubo un alto componente de rabia al momento de constatarse la pérdida, pero en los casos en que la ruptura se produjo por maltrato,  infidelidad o una mezcla de las dos, la dosis de rabia tuvo una magnitud tal que se convirtió en obstáculo para la resolución del duelo por mantenerse un continuo recuerdo del otro con dolor. En este punto es valioso traer los elementos de aprendizaje obtenidos a través de la practica atendiendo a personas en duelo, los cuales nos muestran que se requiere, para resolver los duelos actuales,  que se afronte la resolución de los duelos antiguos que se mantenían encapsulados (el abandono real o percibido por parte de los padres  o de otras personas emocionalmente significativas se vive como pérdida)  pues la no sana resolución de los primeros obstruye la resolución apropiada de los últimos.

– Finalmente, en directa relación con los hallazgos reportados por Worden, podemos afirmar que las mujeres que no hacen  una buena resolución del proceso de duelo  tienden a ser más jóvenes, se han quedado con la responsabilidad de la crianza  de los hijos, y viven solas y sin familiares próximos que sirvan como red de apoyo. Adicionalmente, son demasiado dependientes de la pareja y su educación cultural y familiar les impide realizar una expresión abierta de sus emociones, además que muestran haber reaccionado mal a anteriores separaciones.

Se espera retomar este tipo de investigaciones con una población más numerosa, con el propósito de validar las conclusiones a un mayor nivel de generalidad. Sin embargo, es predecible que los hallazgos continuarán en la misma línea de lo aquí expuesto.

Notas

1.-  FREUD, Sigmund. Obras Completas. Volumen I. Cap. X. Madrid. Bilioteca Nueva. 1967.
2.-  Las entrevistas fueron realizadas por el estudiante Miler Bayona Yará, como parte de su proyecto de investigación en razón de su participación en el Grupo de Investigación sobre Muerte y Duelo en el Contexto Colombiano en la  Universidad Manuela Beltrán, Grupo que dirige el autor del presente escrito.
3.-  LORENZ, Konrad. Sobre la Agresión: el pretendido mal. Madrid. Siglo XXI. 1972.
4.-  WORDEN,  J. William. El Tratamiento del Duelo. Asesoramiento Psicológico y Terapia. Buenos Aires. Paidós. 1997. P 46.
5.-  CASTELLÓ BLASCO,  J.  Dependencia Emocional: Características y Tratamiento. En prensa.