Respaldo de material de tanatología

El abrazo fecundo entre la lgotoreapia y la tanatologia

Archivo  pdf trasladado a txt


One thought on

  1. El hombre se autorealiza en la misma medida
    en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida.

    “Viktor Frankl – Fundador de la Logoterapia”
    El sitio dedicado a la Logoterapia y Análisis Existencial de Viktor Frankl
    y a la Psicología Existencial Humanista
    Ma. Teresa Lemus de Vanek

    EL ABRAZO FECUNDO ENTRE LA LOGOTERAPIA Y LA TANATOLOGÍA
    6-2-2005 – Ana Forzán

    Este espacio pretende mirar desde distintos ángulos el abrazo natural y fecundo existente entre la logoterapia y
    la tantatología.
    Aunque es obvio decirlo, es común a las dos disciplinas la razón de ser, su origen y fin: la persona. Esta persona
    que cumple un ciclo natural de la vida: nace y muere. Se da de forma natural la convivencia de estas dos disciplinas en
    el espacio existencial de la persona pues forma parte de su esencia: el sentido y la muerte. Como la vida no tiene
    sentido sin la muerte y la muerte no tiene sentido sin la vida; así, la tanatología en este abrazo con la logoterapia
    se enriquece para lograr una buena muerte, una muerte con sentido. Y la logoterapia encuentra motivos de sentido en
    la tanatología tomando en cuenta la muerte y el bien morir.
    El abrazo es fecundo pues para que la persona logre esa buena muerte que es finalidad de la tanatología, necesita
    una buena vida, que estoy convencida que sólo se llega a través de una vida plena de sentido, razón de ser de
    la logoterapia. La voz popular lo afirma de la siguiente manera: ?te mueres de la misma forma como viviste?.
    Como este espacio está dedicado a la logoterapia me parece inapropiado ahondar en la definición, objeto formal
    o finalidad de la misma. No así con la tanatología. Para quienes no tengan conocimiento de esta disciplina
    considero importante explicar brevemente para comenzar con una idea clara aunque superficial sobre la misma.
    La muerte ha sido estudiada desde toda la historia del hombre. Las culturas antiguas ?los egipcios, los
    tibetanos- dedicaban mucho empeño al estudio de la muerte. Las distintas religiones han dedicado tiempo a tratar
    de entenderla también. No fue hasta los años sesenta, con el problema que plantearon los trasplantes de órganos, que
    la medicina y las leyes se preocuparon por definir cuándo estaba ética, clínica y legalmente muerta una persona
    para poder realizar la extracción de algún órgano sujeto a trasplantarse. Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra nacida en
    Suiza que vivió en Estados Unidos, fue quien comenzó a trabajar con moribundos y a comprender más del tema de
    la muerte.

    Según el Random House College Dictionary, tanatología, es el estudio interdisciplinario del moribundo y de la
    muerte, especialmente de las medidas para disminuir el sufrimiento físico y psicológico de los enfermos terminales,
    así como la aprehensión y los sentimientos de culpa y de pérdida en los familiares.
    El objeto formal de la tanatología es el proceso de morir y la muerte misma, el duelo. Es decir, trata de que el
    enfermo terminal viva como un proceso natural la culminación de la vida y lo más importante, que descubra
    su trascendencia (Teresita Tinajero, 1999).
    La finalidad de esta disciplina es que la persona logre una buena muerte o una muerte apropiada (idem). Entre
    otras cosas, tratar de dar sentido al sufrimiento, sanar las relaciones con las personas significativas de su vida,
    resolver los asuntos pendientes, apoyo en la comprensión de las limitaciones físicas; todo esto en el entorno personal
    de cada enfermo.
    Es su finalidad también, la vivencia de la pérdida, el duelo, de las personas más cercanas a la persona que
    muere: familiares, amigos, compañeros de escuela, etc.
    Los objetivos principalmente son el duelo del enfermo terminal, la familia, el suicidio y apoyo al equipo médico.
    Las etapas del duelo descritas por Elisabeth Kübler-Ross que responden tanto al moribundo como al que sufre
    una pérdida, son: negación, ira o rabia, negociación o regateo, depresión y aceptación. Entendidas las etapas como
    un proceso no lineal. La experiencia del duelo es único así como cada persona es única. Con esto se concluye esta
    breve descripción de la tanatología para dar paso al tema competencia de este artículo.
    Llenamos de sentido nuestra existencia realizando valores: ?creando algo,a saber,configurando el mundo; viviendo
    algo,asumiendo el mundo; y padeciendo, es decir, el sufrimiento del ser por lo que le plantea el destino? (Frankl, 2000).
    El siguiente cuadro expresa cada uno de estos valores:

    Primera fila

    Columna 1 VALORES
    Columna 2 HOMBRE Homosapiens
    Columna 3 LLENA DE CONTENIDO EL SENTIDO CON:
    Columna 4 NECESIDAD A REALIZAR
    Columna 5 EJES DE LA EXPERIENCIA
    Columna 6 RESULTADO ESPERADO
    Columna 7 POSIBILIDAD

    Segunda Fila

    Columna 1 Creativo
    Columna 2 Homo faber
    Columna 3 Creaciones Labores
    Columna 4 Talento
    Columna 5 Triunfo/éxito vs. fracaso
    Columna 6 Actuación correcta
    Columna 7 Limitada

    Tercera fila

    Columna 1 Vivencial
    Columna 2 Homo amans
    Columna 3 Experiencia, encuentro, amor
    Columna 4 Órganos de los sentidos
    Columna 5 Miedo vs. amor Pasado vs. Presente
    Columna 6 Relación
    Columna 7 Limitada

    Cuarta fila

    Columna 1 Actitudinal
    Columna 2 Homo patines
    Columna 3 Presta servicio, rendimiento a su padecimiento
    Columna 4 Capacidad creativa + cap. vivencial + cap. de sufrimiento*
    Columna 5 Cumplimiento vs. desesperación
    Columna 6 Aceptación del destino con la actitud que permita el crecimiento
    Columna 7 Ilimitada

    * La capacidad de sufrimiento es el acto de autoconfiguración que desarrolla la persona ante las situaciones concretas
    que le presenta el destino.
    Dedicaremos la atención al valor vivencial para explicar la pérdida y el duelo, tema central de la tanatología.
    El valor vivencial hace referencia a la experiencia, el encuentro y el amor por lo que necesariamente está inmerso en
    el mundo de las relaciones que plantea Buber. Este mundo está definido por la ?palabra primordial? (Buber, 1984): Yo
    ? Tú. Las esferas de este mundo de relación son a decir del autor:
    Primera esfera: nuestra vida con la naturaleza. La describe ?como una relación oscuramente recíproca que está
    por debajo del nivel de la palabra? (idem).
    Segunda esfera: nuestra relación con los hombres. Dice de ella, ?una relación manifiesta que adopta la forma
    del lenguaje. En ella se puede dar y aceptar el Tú? (idem).
    Tercera esfera: comunicación con las formas ininteligibles. La explica como ?una relación envuelta en nubes que
    se devela poco a poco. Es muda, pero suscita una voz. No se distingue ningún Tú, pero nos sentimos llamados
    y respondemos creando formas pensando, acutando? (idem)
    La esfera propia del tema es la segunda: nuestra relación con los hombres para explicar el duelo desde esta perspectiva.
    Para entender la dinámica del duelo, Buttler (2004) propone considerar la central dependencia que vincula al Yo ? Tú.
    Las relaciones humanas vistas desde esta perspectiva son relaciones de des-posesión basadas en el acuerdo tácito
    ?un ser para otro, un ser en tanto a otro?. Es decir, nos confronta a la vulnerabilidad humana. Es en la pérdida del
    Tú donde reconocemos las diferentes maneras en que el otro me desposee de mi, invitándome a desconocerme. El Yo
    no es principio ni posibilidad; es en la relación Yo ? Tú que el Yo accede a su subjetividad.
    Basado en estos conceptos el duelo se entiende como el reconocimiento de la pérdida del otro. Cuando nos dolemos
    por la muerte del otro, realizamos un proceso, que en un principio es inconsciente que al llegar a la aceptación se
    vuelve consciente, que la pérdida nos cambiará para siempre y de forma definitiva. Por lo tanto, el fin del duelo es
    aceptar esta transformación.
    El siguiente esquema trata de explicar de forma gráfica el duelo y su fin:

    YO ? TÚ

    El Yo se conoce en la relación con el Tú y el Tú también se convierte en Yo que se conoce a través del Tú.

    Pérdida: YO ? O
    No es sólo sufrir la pérdida, el Yo se vuelve inescrutable ante sí mismo. El Yo ya no tiene al Tú que le permitía
    conocerse. Por lo tanto, esta pérdida contiene la posibilidad de aprender un modo de des-posesión que se revela en
    el desconocimiento de mi (Yo). Por lo tanto,

    La virtud del duelo
    Es posicionar al Yo como desconocimiento, como devenir.
    Yo no ya como afirmación o posibilidad.

    Entonces, regresando a la relación YO ? TÚ

    ?TÚ ERES LO QUE YO GANO A TRAVÉS DE ESTA DESORIENTACIÓN Y ESTA PÉRDIDA. ASÍ, ES COMO SE
    HACE LO HUMANO, UNA Y OTRA VEZ, EN TANTO AQUELLO QUE TODAVÍA NO CONOCEMOS? (Buttler, 2004)

    Este esquema puede ser fundamento para crear formas de intervención tanatológica, para comprender mejor que
    la vulnerabilidad nos hace más humanos, teorías de poder, en fin.
    Comprender así una pérdida nos abre la ventana de una infinidad de posibilidades para el Yo. Y por otro lado, una
    forma de honrar al Tú ya que gracias a su partida nos despose y nos alienta a elegir una de estas muchas
    posibilidades. Es aquí donde los conceptos de la logoterapia en cuanto al sentido del sufrimiento nutren para hacer
    de esta experiencia camino y del sufrimiento una posibilidad de autoconfiguración.
    La pérdida evoca necesariamente la vulnerabilidad del hombre. La persona que se pone al frente de su humanidad.
    El valor actitudinal permite la realización de sentido en una situación que provoca tanto sufrimiento como la pérdida
    por muerte de un ser amado con quien hemos realizado el valor vivencial. Y yendo más lejos, aún en nuestra
    propia muerte.
    La capacidad de sufrimiento es el acto de autoconfigurarse que desarrolla la persona ante las situaciones concretas que
    le plantea el destino, en este caso la muerte. Lo contrario a esta capacidad es la apatía o la incapacidad de sufrir.
    Jaspers, dice que el ser del hombre es ?ser decisivo?, es decir, nunca ?es? sino que cada uno decide lo que ?es?. Por
    lo que es en el acto de decidir que el hombre se define (Frankl, 2000). Así, en la situación de pérdida, que
    estamos tratando, ya hablamos de que el Yo se desconoce y se abre un vació ya que se perdió el Tú de la relación. En
    el duelo existe la posibilidad, no nada más de decidir con el uso de la libertad y responsabilidad, sino también y lo
    más vital, de decidirse. Sin restar importancia a la actuación como otro factor indispensable para el desarrollo de
    la personalidad, ya que no es suficiente con sólo elegir.
    Por tanto, la autoconfiguración tiene como factores relacionales: el destino, la persona que soy, el carácter que tengo y
    la personalidad que llego a ser (Frankl, 2000)
    El sufrimiento existe y basta con preguntarle a una esposa que ha perdido a su esposo, a un hijo que ha perdido a
    su madre o a su padre, a unos padres que han perdido a un hijo… Para Frankl existen dos tipos de sufrimiento que vale
    la pena diferenciar. El primero, es el no real o evitable. Hace referencia al dolor que causan situaciones,

    creencias, pensamientos o problemas que tienen solución. El segundo, es el real o inevitable. Son situaciones que
    no dependen de nosotros que causan dolor; principalmente las que plantea el destino.
    Frankl explica el sentido del sufrimiento en su libro El hombre doliente, de la siguiente manera:
    Sufrimiento = obrar + incremento (crecer)

    El sufrimiento nos ofrece una posibilidad de obrar pero también la oportunidad de un incremento, es decir, de crecer.
    El proceso del sufrimiento tomando en cuenta estos dos factores sería de la siguiente manera:
    Asumo el sufrimiento por lo tanto crezco. Y en este proceso se activa el metabolismo y siento un incremento de fuerza.
    El metabolismo funciona transformando la sustancia o el material bruto que es el destino convirtiéndolo en fuerza.
    Esta fuerza es la capacidad de sufrimiento. Así, la persona no puede configurar el destino exteriormente, no
    puede cambiar la situación. Pero es la capacidad de sufrimiento que le permite dominar el destino desde
    dentro, trasformando el destino del plano fáctico (exterior) al plano existencial (interior). Por ejemplo el factum:
    una enfermedad que es dada, pasa por un proceso de elaboración existencial dentro de la persona quien puede
    decir: ?padezco la enfermedad, que me es dada como una TAREA, mi responsabilidad radica en lo que yo vaya a
    hacer con ella, la actitud que voy a tomar?:
    Sufrimiento = obrar + incremento (crecer) + madurar (hacia la mismidad)

    El verdadero resultado del sufrimiento es un proceso de maduración que consiste en la libertad interior a pesar de
    la dependencia exterior. Los valores creativos y vivenciales dependen de la realización. En cambio, los valores de
    actitud son libres de condiciones y circunstancias, libres para dominio interno del destino y libres para el
    sufrimiento auténtico. Por lo tanto, es en las situaciones extremas que la persona alcanza la libertad interior que es
    la piedra de toque para la madurez plena:

    Sufrimiento = obrar + incremento (crecer) + madurez (hacia la mismidad) + enriquecerse.

    El enriquecimiento es el encuentro de la verdad. Para mi, el encuentro con el amor incondicional, es decir, el
    encuentro con la Vida.
    En el desarrollo de estas ideas se puede mirar desde un ángulo específico, el abrazo fecundo de la tantología y
    la logoterapia. Es un abrazo que se vive en el centro mismo de la persona como experiencia existencial y también,
    como lo hicimos aquí, desde las ideas. Aporta elementos vivenciales y conceptuales para comprender la propia
    existencia: la vida como posibilidad plena de sentido y la muerte, las pérdidas, los duelos y el sufrimiento, también
    como posibilidad de sentido que nos pone en contacto con la vulnerabilidad del hombre y por lo tanto con la
    humanidad misma.

    Bibliografía
    BUBER, Martín
    Yo y tú
    Ediciones Nueva Visión., Argentina., 1984., pág. 93

    BULTER, Judith
    La vida precaria
    Nueva York, 2004

    FRANKL, Víktor E.
    Ante el vacío existencial
    Herder., Barcelona., 2001., pág. 152

    FRANKL, Víktor E.
    El hombre doliente
    Herder., Barcelona., 2000., pág.310

    Ficha técnica elaborada por la Lic. Teresita Tinajero Fontán, del Instituto Mexicano de Tanatología, A.C. Reproducido
    por el IPCE con fines académicos. México, 1999.
    2005-2007 – Todos los derechos reservados por Ma. Teresa Vanek
    http://www.logoforo.com/

Comments are currently closed.