Dra. Lisbeth Quesada
1. Aléjese de las frases triviales que son tan insulsas: “Todos tenemos que morirnos algún día”, “Las cosas van a mejorar. Ya verás”, “Todavía sos muy joven y podés tener otro hijo”.
Simplemente no se comparan tragedias nunca.
2. No apresure el duelo; el proceso de duelo requiere tiempo.
3. Permanezca en forma accesible para soporte y ayuda, sobre todo: a las seis semanas, a los tres meses. Los días feriados y los aniversarios.
4. Esté presto a revelar sus propios sentimientos: el mismo Jesús sollozó; de esta forma el doliente podrá ver que:
No nos da vergüenza expresar nuestros sentimientos.
No hemos quedado incapacitados permanentemente después de perder a un ser querido.
5. Aprenda a reconocer el comportamiento normal de una persona en duelo: alucinaciones, pesadillas, silencio y quietud en medio de una multitud. Amanece uno despierto, o le dan las tres de la mañana y no puede conciliar el sueño, y otros síntomas de la depresión.
6. Ayude a actualizar “la pérdida” permitiendo que le cuenten la historia, una y otra vez, y otra vez, las que sean necesarias; dónde, cómo, por qué, quién. Es normal que nos cansemos de oír el mismo cuento todo el tiempo pero ayudamos al doliente a realizar, interiorizar la pérdida del ser querido a través de esta expresión, siempre y cuando el doliente desee hablar de esta experiencia.
7. Ayude a identificar sentimientos escondidos de ira, cólera, culpa, que por lo general la persona no se permite sentir en forma consciente, pero que están allí y perturban. Deben exteriorizarse, salir a la luz si se desea perturban. Deben exteriorizarse, salir a la luz si se desea restaurar la salud espiritual y emocional de la persona.
8. Todos los seres humanos reaccionamos en forma diferente frente a una misma experiencia. No espere reacciones idénticas en las personas. Cada persona tiene su forma particular de expresar el dolor, la tristeza, el duelo por la muerte de un ser querido.
9. Ayude a restaurar la confianza en sí mismo: al hacer decisiones, aprendiendo cosas nuevas, a manejar los problemas de todos los días.
10. Ayude a la persona doliente a establecer nuevas relaciones con otras personas. Muchas veces se ha estado tan alejado de las relaciones sociales que se tiende a ser muy introvertido. Como que se le olvida a uno hasta de qué hablar. Ayude a explorar el lado positivo de crear nuevas amistades.