Respaldo de material de tanatología

Las drogas: Un daño irreversible

Las drogas:
Un daño Irreversible                                                                                 

1. Prólogo
2. Introducción
3. Conceptos básicos
4. Tipos de drogas: causa y efectos
5. La drogadicción como enfermedad
6. Efectos y motivos del uso de las drogas
7. Índice de drogadicción en nuestro país
8. La ley y las drogas
9. Identificación de un drogadicto
10. Intento de legalización de las drogas en México
11. Narcotráfico
12. Entrevista
13. Propuesta para combatir las drogas por Gabriel García Márquez
14. Conclusión
15. Anexos

PROLOGO
JAIRO ARIAS: En un tiempo, ha eso de mis 17 a 20 años estuve rodeado de la mayoría de mis amigos que se dedicaron al vicio y algunos al narcomenudeo, y al verlos que por una dosis como sufrían; algunos se dedicaron a robar no tanto a cosas ajenas, si no también a sus familiares para conseguir dinero. Algunos trabajaban de sol a sol en trabajos pesados para solo conseguir dinero para consumir. Lo peor es cuando llega el momento de los efectos de las drogas, las cosas que hacían irracionalmente con una desesperación enorme y cuando uno esta presente se lleva una fea impresión.
ISRAEL REYES: Las drogas son un producto que con el tiempo ha ido tomando fuerza en cuanto al consumo, las personas cada día se interesan mas a consumirlas, aunque en algunos países las drogas son legales eso no les quita que sean dañinas para las personas. La drogadicción es considerada una enfermedad que necesita ser combatida de una manera alarmante ya que con forme vayan pasando los años este problema va a ser mas serio y tomara mayor fuerza.
VICTOR ORTIZ: Las drogas son catalogadas como el primer mal en la humanidad, pero es un mal que tal vez sea necesario. Los jóvenes apartir de los 12 años de edad se involucran con este tipo de sustancias ya que se ven forzados a usarlas ya sea por si solos o inducidos por otro drogadicto. Países como Holanda ha legalizado algunas drogas para combatirlas pero ¿Será esta la solución? . Este proyecto hablará de este mal, sus consecuencias y daremos una propuesta para combatirla.

INTRODUCCION
Vivimos en una cultura de la droga, desde la mañana cuando tomamos cafeína o tefilina, al desayuno, hasta la noche, en que podemos relajarnos al volver a la casa, con un aperitivo alcohólico, o un inductor del sueño con un somnífero, recetado por el medico, estamos utilizando diferentes sustancias, que afectan sobre el Sistema Nervioso Central, para enfrentar estas peripecias de la cotidianeidad.
Muchos además nos activamos a medida que trascurre el día, aspirando nicotina. Aun cuando las drogas han estado presentes en todas las culturas y en todas las épocas, hoy son más las personas que consumen drogas, hay más cantidad y hay más facilidades para conseguirlas. Cuando se realiza una encuesta y se pregunta por los mayores problemas de la sociedad actual siempre sale nombrado dentro de los 5 primeros lugares el “problema de drogas”.
Y cuando se consulta a la gente el porque de este problema siempre se nombra como un problemas de pobres y marginales. Y hace mucho tiempo que dejo de ser un problema callejero y de marginales, y esto ocurrió cuando las drogas fueron el mejor negocio para algunos y la peor desgracia para otros.
El consumo de sustancias es cada vez más permisivo, esto hace creer a las personas “que no sucede nada si se consume”.
La drogadicción y todo lo asociado a hechas es una gran perdida de plata para quienes están en contra, sobre todo para los estados quienes deben combatirlas desde muchos puntos a la vez.
Para la realización del presente trabajo nos basamos en una metodología de investigación bibliográfica, y algunas entrevistas que nos sirvieron para darnos cuenta cuan grande es este problema.
El trabajo nos resulto mucho mas extenso de lo que pensábamos en un principio, pero al darnos cuanta que nos fuimos guiando por el Marco Teórico que nos planteamos o, era ya casi irrisorio reducirlo más, ya que si lo hubiéramos hecho, este trabajo hubiera terminado como un trabajo de estudiante de colegio y no de 3 estudiantes universitarios. La investigación previa al trabajo final, nos resulto muy importante ya que salimos de muchas dudas, y aprendimos muchas cosas nuevas.

CONCEPTOS BASICOS
Definición de drogadicción.
Es una enfermedad que tiene su origen en el cerebro de un gran número de seres humanos, la enfermedad se caracteriza por su cronicidad o larga duración, su progresiva y las recaídas.
Es el uso indebido de cualquier tipo de drogas con otros fines y no los iniciales que se han prescrito, cuando existe la prescripción.
Es una dependencia síquica, cuyo individuo siente una imperiosa necesidad de tomar droga o, en caso contrario, un desplome emocional cuando no la ingiere y una dependencia física producida por los terribles síntomas de abstinencia al no ingerirla.
La drogadicción causa problemas físicos, psicológicos, sociales y financieros.
Se denomina drogadicción al estado psíquico y a veces físico causado por la interacción entre un organismo vivo y una droga. Caracterizado por modificaciones del comportamiento, y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso irreprimible al tomar la droga en forma continua o periódica con el fin de experimentar sus efectos síquicos y a veces para evitar el malestar producido por la privación.
Al hablar de dependencia de una droga se refiere al uso compulsivo de este pero hay que diferenciar la dependencia física y síquica. En la primera se presenta el Síndrome de Abstinencia al dejar de consumir y en la segunda dicho síndrome no se presenta.
Se debe entender que el adicto seguirá siendo un adicto mientras viva, es decir, que el individuo se rehabilita para poder vivir sin consumir la droga y, de allí en adelante, éste será un adicto en remisión, no estará usando la droga, pero para mantenerse en ese estado de abstinencia o remisión no podrá bajar la guardia.

¿Que son las drogas?
Son aquellas sustancias cuyo consumo puede producir dependencia, estimulación o depresión del sistema nervioso central, o que dan como resultado un trastorno en la función del juicio, del comportamiento o del ánimo de la persona. Es toda sustancia capaz de alterar el organismo y su acción psíquica la ejerce sobre la conducta, la percepción y la conciencia. La dependencia de la droga es el consumo excesivo, persistente y periódico de toda sustancia tóxica.
El término drogas visto desde un punto de vista estrictamente científico es principio activo, materia prima. En ese sentido droga puede compararse formalmente dentro de la farmacología y dentro de la medicina con un fármaco, es decir que droga y fármaco pueden utilizarse como sinónimos.
Los fármacos son un producto químico empleado en el tratamiento o prevención de enfermedades. Los fármacos pueden elaborarse a partir de plantas, minerales, animales, o mediante síntesis.
Existe una segunda concepción que es de carácter social, según ésta las drogas son sustancias prohibidas, nocivas para la salud, de las cuales se abusan y que en alguna forma traen un perjuicio individual y social.
Luego nos queda el problema dónde actúan estas sustancias, ya que todas estas drogas tienen un elemento básico en el organismo que es el sistema nervioso central el cual es la estructura más delicada y el más importante que tiene el ser humano, y si estas sustancias actúan sobre esas estructuras dañándolas, perjudicándolas, indudablemente que van constituir un elemento grave y peligroso para la colectividad; para la salud individual y lógicamente para la salud pública.
Drogas Según Su Grado De Dependencia Las Drogas “Duras”, son aquellas que provocan una dependencia física y psicosocial, es decir, que alteran el comportamiento Psíquico y social del adicto, como el opio y sus derivados, el alcohol, las anfetaminas y los barbitúricos.
Las Drogas “Blandas”, son las que crean únicamente una dependencia psicosocial, entre las que se encuentran los derivados del cáñamo, como el hachís o la marihuana, la cocaína, el ácido lisérgico, más conocido como LSD, así como también el tabaco. Esta división de duras y blandas, es cuestionada, y se podría decir que las duras son malas y las blandas son buenas o menos malas, pero administradas en mismas dosis pueden tener los mismos efectos nocivos.
La Dependencia es el estado del individuo mediante el cual crea y mantiene constantemente un deseo de ingerir alguna sustancia. Si este deseo se mantiene por mecanismos metabólicos y su falta crea un síndrome de abstinencia, se denomina dependencia física. Si la dependencia se mantiene por mecanismos psicosociales, suele definirse como dependencia psíquica o psicosocial.
Las drogas se dividen en narcóticos, como el opio y sus derivados la morfina, la codeína y heroína; estimulantes, como el café, las anfetaminas, el crack y la cocaína, y alucinógenos, como el LSD, la mezcalina, el peyote, los hongos psilocibios y los derivados del cáñamo, como el hachís.

¿Que es la adicción a las drogas?
La drogadicción, drogodependencia o también llamada dependencia a sustancias psico activas es la IMPERIOSA NECESIDAD que una persona tiene por consumir bebidas con contenido alcohólico u otra clase de drogas (marihuana, cocaína, inhalantes, tranquilizantes, alucinógenos, etc.).
Esta necesidad no desaparece a pesar de que la persona consumidora o usuaria sufra las consecuencias negativas producidas al momento de consumirlas o después de dejar de usarlas. Se trata más de una necesidad Psicológica que Física.
En nuestro país es un problema que va en aumento cada día, involucrando a menores de edad y a más mujeres de las que uno
puede imaginarse. Se dice que de 10 a 15 de cada 100 personas tiene problemas con su manera de beber o debido a su consumo de drogas ilegales o de las de prescripción médica obtenidas por algún método inadecuado. También se dice que de esos 10 a 15 de cada 100 personas, al menos 2 ó 3 son mujeres. No estamos hablando de todas las personas en general sino solamente de aquellos que están comprendidos en el rango de los 14 a los 60 años de edad, es decir las edades más productivas en la vida de cualquier persona.
La adicción es: Una enfermedad primaria, progresiva y mortal.
PRIMARIA: Esta palabra significa “primera” o que aparece en primer lugar.
Muchas personas piensan que la adicción a las drogas aparece después o es consecuencia de algún problema como lo es alguna enfermedad mental, un “trauma” sufrido durante la niñez o cosas similares. Si así fuera diríamos que es una enfermedad secundaría, esto es, que es una consecuencia directa de otro problema mental o emocional, o sea que primero apareció el problema mental y después, como resultado, vino la adicción a las drogas. Esta es una idea algo anacrónica y no completamente cierta.
La ciencia contemporánea ya corrigió este punto de vista. La realidad es que la adicción al alcohol o a las drogas puede padecerla cualquier persona, tenga o no tenga enfermedad mental alguna, y debe ser tratada primeramente, esto es: antes que cualquier otro problema emocional o mental y esto quiere decir sencillamente que la persona tiene que aceptar que está enfermo y que debe abstenerse de seguir consumiendo drogas o alcohol, además de pedir ayuda a los expertos en la materia. Algunos investigadores científicos afirman que es posible saber con mucho tiempo de anticipación si una persona va a ser adicta o no en alguna etapa de su vida.
Estos eruditos aseguran que desde temprana edad un niño(a) se comporta dé tal manera que se va preparando el terreno para que se desarrolle la adicción al alcohol o las drogas algunos años después. Ellos hablan de los niños que son muy nerviosos, hiperactivos e inestables. Esta idea no es nueva. Pero también tenemos que decir que esos niños pueden cambiar su manera de comportarse al ser presionados por el medio familiar o social o, sencillamente, al llegar a la pubertad pueden sufrir cambios en su manera de ser que se deban más a las crisis propias de esta etapa de la vida y, por lo tanto, esta supuesta personalidad “preadictiva” ( riesgo de convertirse en adictos) desaparece para siempre.
PROGRESIVA: Quiere decir simplemente que las cosas van a ir empeorándose cada vez más mientras la persona no se atienda. Muchos adictos, sus familiares, amigos piensan que con sostener una buena platicada con la persona problema, dándole algunos consejos o regaños, esta va a dejar de consumir droga o de abusar de las bebidas alcohólicas y las cosas van a cambiar. Desgraciadamente esto no es así en el caso de los verdaderos alcohólicos y adictos. Se requiere de ayuda especializada. Es muy probable que después de esas platicas interesantes e intensas en las que se invirtieron tiempo, energías e inteligencia, tanto la persona adicta como el voluntario o voluntaria que ser prestó para ayudar, salgan convencidos ambos de que algo bueno va a suceder próximamente, pero al cabo de pocos días u horas las cosas van a regresar a como estaban antes o peor.
Algunas personas suponen que el hecho de dejar de consumir por algún tiempo su droga de preferencia, alejarse de ella por semanas o meses, se convertirá en el mejor argumento para demostrarse a sí mismo y a los demás que no tienen ningún problema y que pueden dejar de beber o drogarse cuando así lo deseen o se lo propongan. La realidad es que, en lo más profundo de su interior, estará contando las horas y minutos en los que este plazo se termina para volver a consumir la droga de manera ilimitada.
Durante el período de abstinencia en el que la persona no se involucró con el uso de alcohol o las drogas, su deseo por hacerlo no disminuyó, por lo contrario se vio acrecentado y toda la energía contenida de ese deseo se desbocará a la hora de beber o usar droga.
MORTAL: Esto parece fácil de entenderse: a medida que las personas adictas consuman más drogas o alcohol, tiene más riesgo de morir por una sobredosis. Pero este punto no es el único que hace mortal a esta enfermedad. Hay otros muy importantes.
También se puede morir en un accidente vial por ir manejando intoxicado; del mismo modo puede perderse la vida en algún pleito a golpes o por lesiones producidas por arma blanca o arma de fuego, situaciones que se presentan comúnmente cuando las personas se encuentran intoxicadas por el alcohol o las drogas, o incluso pueden morir al no ingerir alimentos o líquidos vitales ya que la mayoría de las drogas quitan el hambre y en ocasiones hasta la sed; del mismo modo se puede sucumbir sencillamente porque mientras se abusa del alcohol o de las drogas se pierde el sentido de la vida y se llega al suicidio y esto es algo que le sucede a gran cantidad de alcohólicos y adictos, finalmente se puede perecer por la sencilla razón de que a la mayoría de los adictos les resulta muy difícil parar de consumir el alcohol o drogas y esto va a provocar un deterioro progresivo de las funciones vitales del organismo hasta que este deje de funcionar.

TIPOS DE DROGAS: CAUSA Y EFECTOS
Narcóticos
La palabra narcótico es un vocablo griego que significa “cosa capaz de adormecer y sedar”. Esta palabra se usa con frecuencia para referirse a todo tipo de drogas psico activas, es decir, aquellas que actúan sobre el psiquismo del individuo, se pueden dividir en:
Opio, opiáceos y sucedáneos sintéticos.
Neurolépticos o tranquilizantes mayores.
Ansiolíticos o tranquilizantes menores.
Somníferos o barbitúricos.
Grandes narcóticos o anestésicos generales.
Es una droga con composiciones y orígenes distintos, que tienen en común su efecto en el organismo, aunque este se manifieste en manera y de grado diferentes.

Neurolépticos o Tranquilizantes Mayores:
Se trata de sustancias utilizadas para tratar la depresión, las manías y las psicosis, y muchas de ellas se venden sin prescripción médica en la mayoría de farmacias, entre estas están fenotiazinas, el haloperidol y la reserpina.
Producen un estado de indiferencia emocional, sin alterar la percepción ni las funciones intelectuales, sumamente tóxicos, poseen efectos secundarios tales como parkinsonismo, destrucción de células de la sangre, arritmia cardiaca, anemia, vértigos, entre otros.

Ansiolíticos O Tranquilizantes Menores:
Habitualmente usados para tratar las neurosis, estas drogas constituyen la mitad de todos los psicofármacos consumidos en el mundo, a pesar de que producen un síndrome de abstinencia muy grave. En dosis mayores funcionan como hipnóticos o inductores del sueño: algunos se usan como relajantes musculares.
Producen letárgica, estupor y coma, con relativa facilidad. Al abandonar su consumo pueden aparecer episodios depresivos, desasosiego o insomnio.

Somníferos O Barbitúricos:
Su uso puede provocar lesiones en el hígado o en los riñones, producir erupciones cutáneas, dolores articulares, neuralgias, hipotensión, estreñimiento y tendencia al colapso circulatorio.
La intoxicación aguda puede llegar a provocar la muerte. La dependencia física se genera entre las 4 o las 6 semanas.

Grandes Narcóticos
Existen varias sustancias usadas en anestesia general que merecen estar incluidas en este grupo por su capacidad de producir sopor y estupefacción, mayor que la de cualquier estupefaciente en sentido estricto. En dosis leves produce una primara fase de excitación cordial, como el alcohol y luego sedación y sopor. También generan tolerancia y, en consecuencia, adicción, pudiendo ocasionar intoxicaciones agudas, e incluso la muerte.

Opio Y Sus Derivados:
Con el nombre popular de adormidera o amapola se conoce el fruto del cual se obtiene el opio y sus derivados. Es un polvo de color tostado. Se extrae de los granos que contiene el fruto y entre sus usos medicinales se encuentran la supresión del dolor, el control de los espasmos y el uso como antitusígeno. Entre sus derivados se encuentra la morfina, la heroína, la metadona y la codeína, todos ellos pueden brindar extraordinarios beneficios terapéuticos si son recetados y controlados por un médico.
Los opiáceos se presentan como polvo para fumar o solución inyectable. Este narcótico produce un estado de euforia y ensoñación; una sensación de éxtasis que se acorta rápidamente a causa de la tolerancia, cuyos efectos físicos son:
Epidermis enrojecida
Pupilas contraídas
Náuseas
Decaimiento de la función respiratoria
Pérdida de reflejos
Falta de respuesta a los estímulos
Hipotensión
Desaceleración cardiaca
Convulsiones
Riesgo de muerte

Alucinógenas
Las drogas conocidas como alucinógenos son fármacos que provocan alteraciones psíquicas que afectan a la percepción. La palabra “alucinógeno” hace referencia a una distorsión en la percepción de visiones, audiciones y una generación de sensaciones irreales. La alucinación es un síntoma grave de la psicosis de la mente y su aparición distorsiona el conocimiento y la voluntad.
Los alucinógenos se consideran productos psicodélicos que inhiben los mecanismos de defensa del yo, y facilitan la distribución de la sensibilidad así como la aparición de imágenes desconcertantes.

LSD (Ácido Lisérgico)
El LSD es una sustancia semi sintética, derivado del ergot, extracto éste del cornezuelo del centeno, usado en medicina al final de la edad media. También fue muy utilizado en obstetricia para evitar hemorragias puerperales y promover la contracción del útero. En un principio fue utilizado con fines terapéuticos de alcohólicos, cancerosos y otros enfermos terminales para ayudarles a superar el trance. Posteriormente fue abandonada la práctica al comprobarse los resultados adversos, tales como suicidios a causa de las engañosas imágenes y terroríficas visualizaciones. También se comprobó que podía desencadenar esquizofrenia y deterioros mentales variados.
Descubierto en 1938 se considera el ácido lisérgico como el alucinógeno más poderoso, aunque no el más nocivo.

Ã?xtasis O Mdma
La metilendioximetanfetamina (MDMA), normalmente conocida como “éxtasis”, “ectasi” o “X-TC”, es un droga sintética sicoactiva con propiedades alucinógenas de gran potencial de emotivo y perturbador psicológico, con propiedades similares a las anfetaminas.
Se asemeja a la estructura de la metilendioxianfetamina (mda) y de la metanfetamina, otros tipos de drogas sintéticas causante de daños cerebrales. Durante los años 60 se utilizó con fines terapéuticos dado que según determinados sectores de la psiquiatría ayudaba a la comunicación y al tratamiento de neurosis fóbicas.
El éxtasis produce efectos psíquicos de gran potencial perturbador. Inicialmente el sujeto experimenta sensaciones de confianza y excitación, a las que siguen un estado de hiperactividad e incremento en los pensamientos morbosos. Los efectos del estimulante se diluyen provocando trastornos sicólogos, como confusión, problemas con el sueño (pesadilla, insomnio), deseo incontenible de consumir nuevamente droga, depresión, ansiedad grave y paranoia.
Estos efectos han sido reportados incluso luego de varias semanas de consumo. También se han informado casos graves de psicosis. Entre los síntomas físicos pueden citarse: anorexia, tensión y trastornos musculares similares a los presentes en la enfermedad de parkinson, bruxismo, náuseas, visión borrosa, desmayo, escalofrío y sudoración excesiva.

Metanfetamina
La persona que usa “Ice” piensa que la droga le proporciona energía instantánea. La realidad es que la droga acelera el sistema nervioso, haciendo que el cuerpo utilice la energía acumulada.
Los efectos que causa al cuerpo varían de acuerdo a la cantidad de droga utilizada. Entre los síntomas observados se encuentran los siguientes: lesión nasal cuando la droga es inhalada; sequedad y picor en la piel; acné; irritación o inflamación; aceleración de la respiración y la presión arterial; lesiones del hígado, pulmones y riñones; extenuación cuando se acaban los efectos de la droga(necesidad de dormir por varios días); movimientos bruscos e incontrolados de la cara, cuello, brazos y manos pérdida del apetito; depresión aguda cuando desaparecen los efectos de la droga.

MDA
La MDA, es una droga similar a la anfetamina que también ah sido objeto de abuso, presentando efectos psico-físicos similares a los de la MDMA. Está droga destruye las neuronas productoras de serotonina, que regulan directamente la agresión, el estado de ánimo, la actividad sexual, el sueño y la sensibilidad al dolor.

Cannabis sativa-hachis-marihuana
El Cannabis Sativa es un arbusto silvestre que crece en zonas templadas y tropicales, con una altura de seis metros, extrayéndose de su resina el hachís. Su componente más relevante es el delta-9-THC, conteniendo la planta más de sesenta componentes relacionados. Se consume preferentemente fumada, aunque pueden realizarse infusiones con efectos distintos.
Un cigarrillo de marihuana puede llegar a contener 150 mg. de THC, y llegar hasta el doble si contiene aceite de hachís, lo cual puede llevar al síndrome de abstinencia si se consume de 10 a 20 días. La dependencia se considera primordialmente psíquica. Los síntomas característicos de la intoxicación son: ansiedad, irritabilidad, temblores, insomnios.
Puede presentarse en distintas modalidades de consumo, sea en hojas que se fuman directamente, en resina del arbusto o en aceite desprendido de este último. De la modalidad en que se presente la droga dependerá su denominación: “marihuana” es el nombre de las hojas del cáñamo desmenuzadas, que después de secarse y ser tratadas pueden fumarse(también es conocida como hierba, mariguana, mariguana, mota, mafú, pasto, María, monte, moy, café, chocolate, etc.), su efecto es aproximadamente cinco veces menor que el del hachís.
El nombre hachís (también conocido como hashis) deriva de los terribles asesinos (hashiscins) árabes, que combatieran en las cruzadas en los años 1090 y 1256. El hachís se obtiene de la inflorescencia del cáñamo hembra, sustancia resinosa que se presenta en forma de láminas compactas con un característico olor.
Durante los años sesenta comienza el consumo casi masivo de la marihuana así como de otras alucinógenas como el peyote, el LSD, etc.
A pesar de ser una sustancia ilegal, su consumo sigue en aumento.
La marihuana común contiene un promedio de 3% de THC, pudiendo alcanzar el 5,5 %. La resina tiene desde 7,5 % llegando hasta 24%. El hachís (resina gomosa de las flores de las plantas hembras) tiene un promedio de 3.6%, pero puede a tener 28%. El aceite de hachís, un líquido resinoso y espeso que se destila del hachís, tiene un promedio de 16% de THC, pero puede llegar a tener 43%.
El THC afecta a las células del cerebro encargadas de la memoria. Eso hace que la persona tenga dificultad en recordar eventos recientes (como lo que sucedió hace algunos minutos), y hace difícil que pueda aprender mientras se encuentra bajo la influencia de la droga.

       

Estimulantes
Tradicionalmente usados para combatir la fatiga, el hambre y el desánimo, los estimulantes provocan una mayor resistencia física transitoria gracias a la activación directa del sistema nervioso central.

Estimulantes vegetales
:El café, té, el mate, la cola, el caco, el betel y la coca son plantas que crecen en muchas partes del mundo, a pesar que suelen consumirse repetidas veces en el día, son sustancias tóxicas que poseen efectos secundarios.
Aunque los estimulantes vegetales son considerados como inocuos, conviene moderar su consumo ya que se trata de sustancias tóxicas susceptibles de producir efectos secundarios nocivos.

Coca
a coca, hoja del arbusto indígena americano, pertenece al grupo de los estimulantes. Su consumo es ancestral en ciertas partes de Latinoamérica, donde es una práctica habitual el mascar las hojas. Su efecto sobre el sistema nervioso central es menor que los de la cocaína. La coca es consumida mascándola con algún polvo alcalino como cenizas o cal. También es fumada tanto sola como mezclada con tabaco y marihuana. Está comprobado que tiene síntomas de abstinencia, depresión, fatiga, toxicidad y alucinaciones.

Estimulantes Químicos
La Cocaína
Es un poderoso estimulante de corta duración que actúa sobre el sistema nervioso central. La cocaína proviene del árbol de la coca que crece en América del Sur. La cocaína (clorhidrato de cocaína) de mayor consumo en los estados unidos es un polvo blanco y cristalino que se extrae de las hojas de la coca. La cocaína que se compra en la calle es una mezcla de cocaína pura y de otras sustancias que se le añaden para aumentar las existencias y las ganancias del vendedor. Estas sustancias con las cuales se mezcla son: talco. Harina, laxantes, azúcar, anestesia local y otros estimulantes y polvos.
La cocaína que se puede fumar es precisamente la que se obtiene en la calle, la que se convierte en base pura al eliminar la sal de hidroclorido y otras sustancias que se la haya añadido. La Ã?nica forma de introducirla al sistema es fumándola.

Síntomas del uso de la cocaína:
Tendencias suicidas
Cambios drásticos en el ánimo
Perdida de amigos y antiguos valores
Abortos/ malformaciones congénitas en los hijos de madres consumidoras
Perdida de peso, como resultado de perdida del apetito
Dolores de cabeza crónicos
Enfermedades respiratorias
Deficiencia de vitaminas
Adicción
Crimen y arresto
Muerte

Señales del uso de cocaína
Pupilas dilatadas
Boca y nariz seca, mal aliento, humedad de los labios con frecuencia
Actividad excesiva, dificultad en quedarse quieto
Hablador pero la conversación carece de continuidad
Nariz supurante, catarro o sinusitis crónica/problemas nasales
Disminución repentina de calificaciones escolares y desempeño laboral
Facilidad para caer en problemas o susceptibilidad a accidentarse
Uso o posesión de parafernalia, incluyendo cucharitas, cuchillas de afeitar, espejos. Pequeñas botellas con polvo blanco,
absorbentes de plástico, vidrio o metal, pipas de vidrio y antorchas o soplete en miniatura.
La cocaína es una de las drogas más adictivas que hay, ya que su efecto, aunque fuerte es de corta duración.


2 thoughts on Las drogas: Un daño irreversible

  1. Otra Forma De Usar Cocaína
    Pasta Base
    También denominado “crack, bazuco”, forma más peligrosa de cocaína que se puede fumar es una pasta de cocaína hecha usando gasolina o ácido sulfúrico para extraer una pasta fumable, la pasta se seca y se fuma en una pipa o se tritura para hacer un cigarrillo.
    La cocaína se puede usar con otras drogas para producir una variedad de efectos.
    A una euforia de cocaína le sigue a menudo un desplome que dura de 30 a 60 minutos o más. Durante el desplome, el consumidor se siente cansado, ansioso e irritado. El uso de la cocaína proporciona un alivio inmediato a estos síntomas y crea un ciclo de uso para evitar los efectos resultantes no placenteros. Generalmente, mientras mayor sea la euforia peor serán las consecuencias del desplome. El síndrome de retirada, seguido del uso prolongado y extensivo de la droga, puede causar irritación, nauseas, agitación, desordenes en el dormir, depresión aguda, dolores musculares y una intensa ansia por la droga.

    Anfetaminas
    Fueron sintetizadas por primera vez entre la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX. Los primeros experimentos clínicos se iniciaron hacía 1930, y desde 1935 se comercializó con gran difusión en el Reino Unido, Francia y Alemania. Durante la segunda guerra mundial fue utilizada indiscriminadamente por todos los bandos dado el carácter de euforizante que contiene la sustancia y la agresividad.
    Las anfetaminas fueron utilizadas como estimulantes luego en forma de inhalaciones para el tratamiento de catarros y congestiones nasales, más tarde como píldoras contra el mareo y para disminuir el apetito en el tratamiento de la obesidad y, finalmente, como antidepresivo. Presentan una elevada tolerancia que produce habituación y necesidad de dosis progresivamente más elevada.
    El consumo de este excitante está ampliamente extendido y distribuido por todas las clases sociales. A diferencia de lo que sucede con la cocaína que la consumen preferentemente los sectores medios y altos, las anfetaminas son consumidas tanto por ejecutivos que pretenden sobreexcitación como por amas de casa que buscan un anoréxico para sus dietas o por estudiantes que preparan exámenes. Al incidir en el sistema ortosimpático causan hipertensión, taquicardia, hiperglucemia, midriasis, vasodilatación, periférica, hiperpnea, hiporexia, etc.
    El estado de ánimo del adicto oscila entre la distrofia y la hipomanía así como ansiedad, insomnio, cefalea, temblores y vértigo. Pueden aparecer cuadros depresivos y síndrome paranoides anfetamínicos.
    A dosis normales sus efectos varían de acuerdo al individuo y las condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros, hiperactividad y sensación desbordante de energía, pero también causan temblor, ansiedad, irritabilidad, ira inmotivada y repentina y trastornos amnésicos e incoherentes. En la última fase se describe depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides, alucinaciones y trastornos de conducta. Tales situaciones se producen cuando las dosis suministradas generalmente por vía endovenosa supera los dos gramos. Tomadas en dosis importantes son causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y miedo.
    El consumo de anfetamina produce en el cuerpo los siguientes síntomas:
    Acelera el ritmo cardiaco y pulmonar
    Dilata las pupilas
    Reduce el apetito
    Produce sequedad en la boca
    Sudores
    Dolores de cabeza
    Pérdida de visión
    Mareos
    Insomnio
    Ansiedad
    A largo plazo y/o usadas en dosis elevadas ocasionan:
    Temblores
    Pérdida de coordinación
    Colapso físico
    Daño a riñones y tejido
    Mal nutrición
    Aumento repentino de presión sanguínea que puede producir la muerte por ataque, fiebre muy alta o insuficiencia cardiaca.

    LA DROGADICCION COMO ENFERMEDAD
    La drogadicción es considerada enfermedad, cuando el individuo, que consume las drogas, ha involucrado ya su organismo y deja de ser una situación síquica. Además la drogadicción es considerada enfermedad, cuando se necesita un tratamiento para salir de ella, y no puede ser controlada por el drogadicto. La enfermedad puede ser con drogas ilícitas y con fármacos, que en un principio se utilizaron para el tratamiento de otra enfermedad.
    La adicción a las drogas, al igual que la adicción al alcohol, es una enfermedad, y esto porque se encontró que los alcohólicos y los adictos a drogas tienen muchas cosas en común, entre otras la de perder el control sobre sí mismos cuando inician ingiriendo su “droga” favorita (alcohol, marihuana, tranquilizantes, inhalantes, cocaína, etc.), además de que tanto los consumidores “fuertes” de bebidas alcohólicas como los de drogas ilegales o los de inhalantes pueden perder la razón y terminar sus días en un Hospital Psiquiátrico o también acabar con su vida por una sobredosis.

    ¿Cómo comprender el concepto de enfermedad?
    Para poder entender la razón por la cual la Adicción al alcohol y/o las drogas es una enfermedad, hay que definir primeramente y con mucha precisión qué es una enfermedad. Así se define como un fenómeno que presenta, al menos, estas tres características:
    Primera: Existen síntomas, mismos que son un conjunto de señales de alarma que el organismo “emite” con la finalidad de indicar algún desperfecto en su estructura o en su funcionamiento.
    Segunda: Existe una progresión en cualquier enfermedad, esto es, las cosas tienden a empeorar si no se atiende el problema;
    Tercera: Puede hacerse un pronóstico de cuáles son los resultados cuando la enfermedad sigue su curso natural.

    Drogadicción Según Los Médicos
    Estos centran el análisis en la sustancia. La droga es el agente que infecta a las personas.
    Clasifican las drogas en a.) inocuas y b.) peligrosas.
    Y agregan a las ilegales, dentro de las peligrosas. Como también en esta categoría al tabaco y alcohol.
    Al considerar a la droga como activa en si misma, consideran a las drogas como flagelo. El flagelo que azota la humanidad, como en épocas anteriores fueron las plagas y pestes consideradas castigos divinos por los pecados de los hombres. La persona es el huésped en donde se aloja la droga.
    Para ellos el medio es el entorno en donde se trata de detectar la población vulnerable ante este agente peligroso, señalándose entonces los factores de riesgo.
    Estos factores de riesgo son determinados grupos económicos, demográficos, sociales etc. Existe el peligro del contagio y se considera a la adicción como una enfermedad (la droga con su acción enferma a la persona). Se toma el criterio de nocividad.

    Daños médicos que causan las drogas:
    Cerebelo: es el centro de la mayoría de las funciones involuntarias del cuerpo. El abuso severo de drogas daña los nervios que controlan los movimientos motores, lo que resulta en pérdida de coordinación general. Los adictos crónicos experimentan temblores y agitación incontrolable.
    Corazón: El uso de drogas puede producir “Síndrome de Muerte Súbita”. Las dos sustancias que más frecuentemente han causado estas muertes son el tolueno y el gas butano.
    Medula Ã?sea: se ha comprobado que las drogas causan el envenenamiento esta, causando causa leucemia.
    Nervios Craneales, Nervios Ã?pticos Y Acústicos: las drogas atrofian estos nervios, causando problemas visuales y pobre coordinación de los ojos. Además, destruye las células que envían el sonido al cerebro. Ello deriva en graves posibilidades de cegueras y sorderas.
    Sangre: las drogas bloquean químicamente la capacidad de transportar el oxigeno en la sangre.
    Sistema Respiratorio: se puede producir asfixia cuando no se desplaza totalmente el oxigeno en los pulmones. Además se presentan graves irritaciones en las mucosas nasales y tracto respiratorio.

    ¿Cómo Afectan Las Drogas Al Cerebro?
    Las drogas, introducidas en nuestro cuerpo por diferentes vías, llegan alojadas en el torrente sanguíneo hasta el cerebro atravesando la barrera hematoencefálica. Una vez que han llegado al cerebro, lugar donde reside el control de las funciones superiores del ser humano, alteran su normal funcionamiento actuando sobre unas sustancias bioquímicas naturales llamadas neurotransmisores.
    Las señales nerviosas viajan a través de las células nerviosas, denominadas neuronas, que están conectadas entre sí por las sinapsis. En la sinapsis es donde se liberan los neurotransmisores, que actúan sobre la siguiente neurona en unos puntos específicos llamados receptores. La interacción de los neurotransmisores en los receptores produce una serie de cambios que permiten que la información vaya de una neurona a otra.
    Las drogas alteran el funcionamiento cerebral modificando la producción, la liberación o la degradación de los neurotransmisores cerebrales de tal forma que se produce una modificación del proceso natural de intercomunicación neuronal y en la producción y recaptación de los neurotransmisores.
    De esta forma es como las drogas logran alterar nuestra percepción sensorial, la sensación de dolor o bienestar, los ritmos de sueño-vigilia, la activación, etc. Estos cambios bioquímicos que se producen en el seno del cerebro se tratan con medicación con el objeto de restablecer el equilibrio natural y permitir el normal funcionamiento de nuestro sistema neurológico.

    EFECTOS Y MOTIVOS DEL USO DE LAS DROGAS
    Los conocimientos acerca de la etiología de la fármaco-dependencias han aumentado mucho en la última década desde múltiples y diferentes puntos de vista. Como todas las enfermedades crónicas, los desordenes por abuso de sustancia constituyen una entidad multideterminada, en la cual podemos distinguir elementos biológicos o hereditarios, psicológicos â?? conductuales, ambientales o del medioambiente familiar y socioculturales.
    Al analizar los factores individuales, son importantes los factores neurofisiológicos de la adicción, en un modelo que se centra en la búsqueda de un estado placentero y en el hecho de que la droga es un camino para inducir ese estado.
    Dentro de los factores psicodinámicos, el abuso es visto como una secuencia de soluciones parciales y un trato consigo mismo que lleva al ciclo compulsivo. Cada droga provoca tonos afectivos específicos y produce efectos con relación a configuraciones yoicas defectuosas que se ven consolidadas por el abuso. Desde el punto de vista psicogenético si bien muchos de los problemas pseudo enfrentados por el abuso provienen de etapas tempranas del desarrollo infantil, es en la adolescencia donde se empiezan a manifestar abiertamente estas conductas.
    Entre las conductas de mayor riesgo están: conductas extrovertidas, no conformidad con los valores establecidos, carencia de valores espirituales y percepción negativa de la familia; falta de relaciones afectuosas con los padres, falta de interés de estos en la vida de los jóvenes, inconsistencia en la disciplina, falta de establecimiento de limites y de tiempo dedicado a la familia; mayor presencia de psicopatologías, presión de grupo y grado de consumo; trastornos familiares apoyo de la familia, capacidad de tomar decisiones de compartir el tiempo libre y expresar emociones, falta de afiliación religiosa uso de drogas no limitados a situaciones sociales; bajo rendimiento escolar, otras conductas desviadas, búsqueda de emociones, uso temprano de bebidas alcohólicas, baja estima personal, percepción clara de mayor uso de drogas por los padres.
    Los factores etiopatiogénicos pueden clasificarse en:
    Biológicos
    Psicológicos y Ambientales
    A su vez, estos pueden integrarse en una perspectiva ecosistemica, es decir:
    a) Factores Biológicos: Entre estos pueden nombrarse lo de transmisión hereditaria. Las posibles explicaciones fisiopatológicas, para la expresión de este mayor riesgo genético, se encuentra la de que existen vías metabólicas diferentes en los alcohólicos: se ha visto que el metabolismo del alcohol difiere entre poblaciones orientales y no orientales ( el así llamado “flush” oriental, que consiste en que sujetos de razas orientales enrojecen y presentan sensaciones faciales desagradables al consumir cantidades pequeñas de alcohol.
    Otra explicación se basa en a presencia de características temperamentales y de personalidad que llevan al consumo, se distinguen dos tipos de consumo: uno determinado por el sexo y otro determinado por el medio.
    El primero, tiene alta penetrancia genética y menores componentes ambientales. Comienza generalmente antes de los 25 años, con un patrón de consumo caracterizado por ingesta elevada persistente conductas agresivas, antisociales y delincuentes.
    El otro tipo es de comienzo más tardío, tiene alto y bajo en la frecuencia de consumo y un patrón de perdida de control progresiva en la medida que transcurre el día, con mayores sentimientos de culpa después de la crisis de ingesta. Los diferentes modelos propuestos coinciden en que las personas proclives a desarrollar adicción tienen una mayor tendencia a presentar tolerancias o dependencia física y una reacción alterada aguda al alcohol.
    Un elemento neurobiológico, en el que pudiera basarse el efecto de la mayoría de las sustancias psicotrópicas, es su capacidad de liberar endorfinas. Esta capacidad es obvia para el caso de los opioides. En el hecho, las endorfinas fueron conceptualmente derivadas de la búsqueda de receptores para la morfina o sus congéneres. La capacidad de inducir estados anímicos placenteros o de inhibir el dolor, común a la mayoría de estas sustancias, pudiera entonces estar mediada por la liberación de endorfinas.
    b) Factores Psicológicos: Entre los mecanismos psicológicos, algunas hipótesis otrora populares han caído en descrédito gracias a algunos estudios. La idea de una personalidad que predisponía a la droga o al alcoholismo, como por ejemplo la así llamadas estructuras orales de los primeros psicoanalistas o los caracteres pasivo-dependientes de clasificaciones posteriores parecen no ser una antecedente, sino una consecuencia del uso crónico de sustancias.
    Desde un énfasis inicial en la presión del grupo de iguales, el uso de drogas como escape o como búsqueda de euforia o su vertiente autodestructivas se ha llegado a enfatizar más el severo dolor psíquico que está asociado al consumo de drogas, y a la comorbilidad de este uso como sicopatología muchas veces severas.
    Así mismo, parece que el tipo de droga usada no es diferente, y que diferentes adictos, seleccionan diferentes drogas dependiendo de su organización específica de personalidad. La droga ha sido vista así como una prótesis “farmacológica” de defectos yoicos específicos. Los adictos a la heroína parecen buscar los efectos calmantes de opiáceos mientras que los que usan anfetaminas buscan el efecto estimulante de estas, para provocar un aumento en su autoestima, muchas veces baja y también una mayor capacidad de enfrentar su medioambiente.
    Se ha encontrado que los adictos a los opiáceos buscan específicamente superar ciertas defensas en contra afectos intolerables tales como la rabia, vergüenza y soledad. El efecto antiagresivo de los opiáceos les permite a los adictos contrarrestar el efecto desorganizador de la rabia sobre el “yo”. Los adictos a opiáceos en particular, parecen tener especiales dificultades en modular afectos agresivos o rabiosos, por lo cual hay autores que postulan que estos sujetos se automedican para controlar estos efectos.
    La cocaína, entre sus efectos estimulantes, parece producir un mayor grado de autoestima, mayor acertividad, tolerancia a la frustración y menores sentimientos de aburrimiento y vacío. Esto lleva a que muchos sujetos busquen la cocaína para mantener un estilo de vida hiperactivo e inquieto, así como una exagerada necesidad por autosuficiencia.
    La hipótesis de la automedicación explica el rol de la droga en la solución de problemas crónicos en la persona en cuatro áreas de su funcionamiento: vida afectiva, autoestima, relaciones y auto cuidado. Los déficit en esta área llevan a explicar su vulnerabilidad al efecto de drogas específicas. Las drogas o el alcohol ofrecen un alivio farmacológico rápido frente a emociones extremadamente intensas.
    c) Factores ambientales: Entre los aspectos ambientales, la socialización temprana influyen en la tendencia a utilizar sustancias químicas. Otro hallazgo es que existe mayor riesgo de alcoholismo entre los hijos de padres biológicos no alcohólicos adoptados por padres adoptivos alcohólicos.
    Existe también una correlación entre presencia de fármaco dependencias y un ambiente familiar inestable en el sentido amplio: los hijos de separados o de hogares donde consumen sustancias químicas con frecuencias y el desarrollo de consumo mayor de sustancias químicas en la adolescencia.
    Entre los factores socioculturales, existen culturas en que el modo de consumo promueve el alcoholismo, típicamente entre aquellas en las que se consume de forma episódica y en grandes cantidades.
    Existen también profesiones de alto riesgo; aquellas en que está en mayor contacto con sustancias químicas, sea por razones de expendio, trafico o distribución. Así como aquellas que tienen situaciones sociales en las que le ofrecen alcohol frecuentemente o en aquellas en las que hay poca estructura en los horarios diarios, es decir, escritores, artistas o personas que recorren distancias o lugares con horarios más o menos libres.
    La red social inmediata influye poderosamente en el consumo de sustancias químicas: los amigos presionan a muchos jóvenes que no hubieran consumido, siendo que esta práctica es común dentro del grupo â?? a veces con connotaciones simbólicas; de iniciación de pertenencia etc.
    Los controles legales, sea de accesibilidad de la edad de consumo o del tráfico y distribución, están claramente ligados, así como las medidas impositivas y el costo de las sustancias legales. Estas medidas parecen estar entre las más efectivas para enfrentar el problema a un nivel de políticas de salud o de gobierno, la inestabilidad social y la falta de futuro visible, parece tener una relación clara con las tasas de consumo de drogas.
    Los medios de comunicación de masas, tienen hoy día un rol central en la promoción de conductas dañinas o protectoras de la salud. Medios audiovisuales como la televisión, pueden fomentar que el uso de sustancias químicas sea en forma directa (a través de visajes promociónales) o indirecta (al mostrar a sus héroes, cantantes o actores famosos consumiendo alcohol o tabaco, y sugerir que son modelos dignos de ser imitados).
    Es indudable, finalmente, que la familia tiene un rol central en la génesis y mantención de estos problemas: la actitud permisiva de los padres, y el consumo de sustancias químicas de estos, son dos factores que los estudios muestran una y otra vez que están correlacionados al consumo de drogas de los adolescentes.
    Perspectiva ecosistémica: desde esta perspectiva, que agrega el análisis de la multicausalidad, el de las dinámicas de sistemas complejos e interdependientes, resulta interesante examinar las funciones que adquiere la droga en distintos niveles de organización. Estas funciones resultan de la confluencia del efecto de la droga con las vulnerabilidades preexistentes en un determinado nivel sistémico.

    INDICE DE DROGADICCION EN NUESTRO PAIS
    (1998)

    (2002)

    Proporción que ha usado drogas alguna vez
    en la vida, por región y a nivel nacional:
    Región Norte:
    12.35 %      2.73 %

    Población que ha hecho uso Ilícito de drogas
    Comparativo a Nivel  Nacional
    Región Centro:
    8.0 %      2.41 %
    DROGAS MEDICAS      DROGAS ILEGALES     

    Prevalecía total, anual y actual del uso de drogas ilegales  ENA IV  2002

    Fuente de Obtención de Drogas Ilegales Reportadas en la ENA IV de 2002

    Numero de veces que han usado Drogas Ilegales, reportadas en la ENA  IV  de 2002    Nivel Nacional

    LA LEY Y LAS DROGAS
    De conformidad a las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, la comercialización de drogas prohibidas representa mundialmente 500 mil millones de dólares anuales, lo cual equivale al doble de la industria automotriz internacional y resulta mayor que el valor de la industria internacional del petróleo; asimismo las transacciones tendientes al lavado de dinero corresponden al 5% del Producto Interno Bruto global.
    Es la Procuraduría General de la República la instancia encargada de la investigación y persecución de los delitos federales, entre ellos el narcotráfico, sin ser la única de las instituciones federales que intervienen en la lucha contra éste, ya que también están involucradas en esta lucha: la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Armada de México, la Policía Federal Preventiva, la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero a pesar de que se reconoce la necesidad de operaciones conjuntas esta coparticipación se mantiene en el ámbito federal.
    Ampliamente se ha señalado que el mayor obstáculo en la persecución de los delitos contra la salud referidos al narcotráfico, así como la baja efectividad de las agencias nacionales en el combate a los cárteles, se funda en la debilidad de las instituciones persecutoras, la falta de recursos humanos y entrenamiento, sin dejar de lado la corrupción que impera en este campo.
    El hecho de que las Procuradurías locales no cuenten con facultades para contribuir impide un mayor margen de acción y control, siendo que resulta imposible para el Ministerio Público Federal y su policía atender y reprimir los brotes constantes y sorpresivos del narcotráfico en todo el territorio nacional.
    La magnitud del campo de acción del narcotráfico requiere de una estrategia que abarque conjuntamente todos aquellos puntos que han sido vulnerados por la producción y comercio de drogas, que promueva la corresponsabilidad de todas las autoridades nacionales, materializando la cooperación de los diversos ámbitos de competencia.
    El objetivo es acotar todos los perímetros del narcotráfico con absoluta objetividad, partiendo de propuestas viables que beneficien de forma contundente y contengan una marcada ponderación de los aspectos sociales y económicos.
    La dimensión del problema resulta muy superior al esfuerzo del Gobierno Federal, siendo necesario que se combinen los trabajos de los tres niveles de gobierno para la verdadera consecución del desmantelamiento de estas organizaciones delictivas, así como para impedir la comisión de otros delitos diferentes pero inherentes a la actividad de la producción y comercialización de drogas prohibidas.
    Una prueba de lo afirmado es el hecho del amplio número de noticias sobre capturas, quemas de plantíos, decomisos y combate permanente, pero la preponderancia de la corrupción, violencia y destrucción derivada del narcotráfico no parece disminuida.
    Es menester superar el debate sobre la culpabilidad del auge del narcotráfico o aquel que pretende determinar a quién le corresponde enfrentar en exclusiva su combate, debates que por mucho tiempo han dejado al margen elementos que pueden coadyuvar en las acciones para contrarrestarlo y han brindado impunidad a los principales cárteles de la droga.
    En un altísimo número, los crímenes que surgen directamente del tráfico de drogas, como la vendetta; o aquellos que se encuentran relacionados con este ambiente como los femicidios de Ciudad Juárez se encuentran empantanados en sus investigaciones por no existir una óptima concurrencia, coordinación y cooperación entre las autoridades federales y las locales.

               

    IDENTIFICACION DE UN DROGADICTO
    Hay varios síntomas del abuso de drogas que pueden ser reconocidos como señales de peligro. Debemos aclarar, sin embargo, que la presencia de uno o dos de ellos solamente no siempre indica problemas de las drogas, puede revelar otras causas ya que no es fácil a simple vista reconocer a una persona que esta bajo los efectos de una droga porque se puede confundir con otros estados emocionales. Sin embargo, el listado de las siguientes situaciones puede ayudar:
    Cambios repentinos de la personalidad y excesos de mal humor sin explicación de causa aparente.
    Notable caída en el rendimiento escolar o abandono de los estudios.
    Alejamiento de la compañía de otras personas.
    Pérdida de interés en las actividades favoritas, tales como deportes y hobbies.
    Aumentos de infracciones de transito.
    Incorporación a un nuevo grupo de compañeros de la misma edad.
    Recepción de llamadas telefónicas de personas desconocidas.
    Aumento de conflictos y peleas en el seno de la familia.
    Excesiva hostilidad para con los demás.
    Ojos enrojecidos.
    Presencia de instrumentos necesarios al consumos de drogas, sospechosa aparición de comprimidos frascos de colirio, jarabes y envases de medicamentos.
    Acentuadas alteraciones en el apetito.
    Falta de motivación, incapacidad para cumplir con las responsabilidades.
    Distracción, risas excesivas.
    Actividades antisociales tales como mentir, robar, faltar al colegio,
    etc.
    Cambios en los hábitos de higiene y en la alteración de la apariencia personal.
    Actitudes furtivas o impulsivas, uso de anteojos obscuros aunque no haya exceso de luz.
    Uso de camisas de mangas largas incluso los días calurosos.
    Reacción defensiva cuando se mencionan las drogas y el alcohol en la conversación.
    Aumento de la fatiga e irritabilidad, sueño interrumpido.
    Desaparición de objetos de valor.
    Falta de expresión en el rostro; monotonía en la voz.
    Uso de los equipos de sonido a todo volumen y cambio del día por la noche.
    Afecciones bronquiales y otros problemas de salud.
    Depresión emocional; frecuente mención del tema del suicidio.
    Aliento alcohólico.
    Confusión sobre el lugar, hora y día.
    Crisis de miedo o temor exagerado.
    Insomnio.
    Tos crónica.
    Apariencia de borrachera.
    Dificultad para coordinar movimiento.
    Aspecto somnoliento o atontado.
    Congestión en nariz y garganta.
    Habla mucho sin parar.
    Temblores.
    Excesiva calma o lentitud.
    Crisis de risas inmotivadas.
    Hablar traposo u en voz alta.
    Nauseas.
    Excesivo dolor de cabeza.
    Lenguaje incoherente.
    A veces oye, ve o siente cosas que no existen.

             

    INTENTO DE LEGALIZACION DE LAS DROGAS EN MEXICO
    Como en EE UU, en México la idea de legalizar las drogas se registra apenas cuando la sugieren miembros de la élite cultural y académica. En 1985 varias revistas publicaron el “Manifiesto Pacheco”, una exigencia por la libertad individual de escoger si se fuma o no cannabis. En 1993 dos de los novelistas latinoamericanos más prominentes -el colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano nacido en Panamá Carlos Fuentes  produjeron un manifiesto firmado por numerosos escritores que denuncia la guerra contra las drogas y su impacto en la región.
    Ese mismo año Gustavo de Greiff, quien como Procurador General de Colombia hiciera caer a Pablo Escobar, se pronunció públicamente contra la prohibición.
    Ambos manifiestos hicieron algo de ruido en México, para pronto se olvido la esencia. Sin embargo a mediados de los noventas, cuando los traficantes mexicanos comenzaron a suplantar a los colombianos en el transporte de la cocaína, comenzó a surgir de nueva cuenta el término legalización. Varios académicos notables incluyendo el analista de narcotráfico Jorge Chabat se pronunciaron en favor de la legalización (o cuando menos de la despenalización de su uso). Generación es una popular revista cultural de la Ciudad de México, dedicó un número a la cultura y política de la marihuana en 1996.
    Su editor Carlos Martínez se sorprendió con las expresiones de concordancia de la Diputada María del Carmen Bolado del Real, del PAN, ante el trabajo de la revista: dos años más tarde, ya como senadora federal, introdujo el primer proyecto de ley sobre legalización.
    Luego vinieron las elecciones del 2000 que derrocaron al PRI tras más de 70 años en el poder, y el tema se discutió en forma más abierta que nunca. La revista mexicana Nexos preguntó a todos los partidos su opinión sobre la legalización de las drogas. El candidato priísta Francisco Labastida como era de esperar dijo que no, que la ley y el orden debían imperar. El candidato panista Vicente Fox fue más lejos al declarar que los consumidores menores no eran castigados con la severidad suficiente, y que debía conseguirse que temieran más al Estado.
    El tercer candidato fuerte, Cuauhtémoc Cárdenas, no contestó directamente la interrogante de la revista. Pero la presidenta de su partido señaló que la legalización del consumo de drogas es un tema de importancia global que no puede decidirse por un solo país.
    Partidos pequeños como el Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) y el Democracia Social (PDS) hicieron sin tapujos un llamado a la legalización a nivel internacional. Los presidenciables de esos dos partidos para el 2000 actualmente ocupan cargos altos en la administración Fox: el elocuente Porfirio Muñoz Ledo (candidato por el PARM) es hoy embajador mexicano ante la Unión Europea.
    Gilberto Rincón Gallardo del PDS encabeza la Oficina de la Equidad para la No Discriminación. De hecho es difícil encontrar un rincón del gobierno mexicano donde no haya partidarios de la legalización excepto en los encargados de reforzar la prohibición, e incluso ahí hay quienes han manifestado dudas.
    En el sureste mexicano el tercer mayor periódico de la nación, el diario ¡Por Esto!, publicó el título editorial “LEGALICEMOS” y lanzó una oleada de discusión pública en la península de Yucatán. Diversos e importantes periodistas, defensores de los derechos humanos, artistas y líderes políticos subieron al estrado.
    En diciembre de 2000 Fox juró como presidente y nombró Canciller al controvertido autor y operador político Jorge Castañeda. Esto inquietó a algunos. Castañeda es un crítico de la guerra contra las drogas, y el 6 de septiembre de 1999 escribió para su columna en Newsweek:
    ¿Qué sentido tiene invertir cientos de millones de dólares en la lucha contra las drogas, hundiendo a los países en la guerra civil, fortaleciendo a la guerrilla y desatando la violencia y la corrupción en sociedades enteras, si los líderes de EE UU pueden desprenderse tan a la ligera de cualquier cuestionamiento sobre uso de drogas entre sus juventudes?
    También Patricio Martínez, entonces Gobernador de Chihuahua por el PRI, tras sobrevivir a un atentado de homicidio tal vez ligado al narcotráfico en su estado colindante con EE UU, emitió su propio llamado por la legalización.
    En la primavera del 2001 a estas voces se sumaba la de Fox. Buena parte de los miembros de su administración, incluyendo el Secretario de Seguridad Pública Alejandro Gertz Manero y el líder de la policía Miguel Ángel de la Torre, ya se registraban como favorecedores, al menos desde su posición personal, de la legalización de las drogas como recurso para detener la violencia y la corrupción causadas por el narcotráfico. Cuando un periodista presionó a Fox para obtener su opinión sobre estos comentarios el presidente respondió con prontitud que México no podía retraerse de la guerra en forma unilateral, pero también que “algún día la humanidad la verá (a la legalización) como la mejor opción”.

    NARCOTRAFICO
    Es un delito contra la salud pública, consistente en la realización, normalmente con fines lucrativos, de actos que sirvan para promover, favorecer o facilitar el consumo ilegal de drogas naturales o sintéticas, ya sean estupefacientes, psicotrópicos o de cualquier otro tipo. Se trata de acciones que, aunque recogidas y definidas de forma muy diversa, están contempladas en las diferentes legislaciones como hechos ilícitos y son objeto de represión tanto en el ámbito interno como internacional. Todas ellas son englobadas habitualmente bajo la denominación de narcotráfico.

    Concepción legal
    Este es uno de los delitos de mayor aplicación práctica, por lo que la jurisprudencia sobre esta materia es muy extensa y pormenorizada. Nosotros dedicaremos en este tema de las drogas al estudio de aquellas materias más recurrentes. Como señala la doctrina legal, el delito contra la salud pública es un ilícito de riesgo abstracto y de consumación anticipada en el que el bien jurídico protegido es la salud pública, consumándose la infracción con la ejecución de alguna de las acciones incluidas en el precepto penal, resultando indiferente a los efectos de la calificación, la eventual lesión o perturbación física o psíquica de la persona que, finalmente, consume la droga objeto del tráfico ilícito, precisamente porque en esta figura delictiva el sujeto pasivo no es la persona concreta, receptora y consumidora de la sustancia prohibida, sino el colectivo social cuyo bienestar sanitario es el objeto de protección de la norma, por lo que los resultados dañosos que dicho consumo produzca en el consumidor del producto queda extramuros del marco del tipo penal.

    Cooperación Internacional
    En años recientes hemos comenzado ya a comprobar los resultados de algunos de nuestros éxitos colectivos. Todos los estados miembros de la OEA/CICAD han firmado, ratificado o ingresado en la Convención de Viena de 1988. Muchos han aprobado leyes básicas de control de narcóticos y legislación complementaria relacionada con el tráfico de drogas, incluso cláusulas sobre control de precursores químicos, lavado de dinero y confiscación de bienes.
    Las reuniones y declaraciones de la Cumbre de las Américas resultaron en acuerdos tomados por cada país de aprobar en la región leyes nuevas, abarcadoras y sin precedentes contra el lavado de dinero. Todos reconocemos que el lavado de dinero no sólo sustenta la actividad criminal subyacente que genera ese dinero; con demasiada frecuencia el tráfico de drogas también socava y corrompe las instituciones financieras legítimas de las cuales dependen la fortaleza de nuestra economía y, en último término, nuestros gobiernos. Pero mucho queda por hacer; todos sabemos que no podemos permitirnos limitarnos a llegar a acuerdos o a aprobar leyes.
    Debemos garantizar que nuestras autoridades de administración de justicia tengan los instrumentos, el adiestramiento y el personal para detectar e investigar el lavado de dinero a través de los informes de las instituciones financieras y el acceso legal a los registros bancarios cuando sea requerido. Debemos también garantizar que estas investigaciones antinarcóticos y otras relacionadas con ellas se llevan a juicio en sistemas de justicia penal que están equipados para asegurar encausamientos justos y efectivos, y que les impondremos penas apropiadas a aquellos que sean declarados culpables de cometer estos crímenes.
    A despecho de los éxitos que ya hemos logrado, no seríamos realistas si no reconociéramos las realidades que despejan cualquier entusiasmo exagerado, del poder y alcance de las principales organizaciones del tráfico de drogas. Hay decisiones difíciles de tomar acerca de cómo aplicar con mayor efectividad un ataque coordinado, cohesivo contra estos criminales internacionales, y habrá desacuerdo entre nosotros, porque las mentes razonables pueden diferir y diferirán entre sí.
    Frente a estos obstáculos inevitables, debemos seguir caminando con pasos firmes, mesurados, con el objetivo de alcanzar resultados tangibles nacidos de una cooperación compartida contra una amenaza compartida. La Estrategia Hemisférica maximizará la aplicación de nuestros recursos limitados y minimizará la duplicación de esfuerzos y el conflicto de prioridades.
    Para el enfrentamiento al narcotráfico internacional y su incidencia en nuestro país, es imprescindible la cooperación con el resto de los países del mundo, la que se ha venido consolidando e incrementando, debido a que este flagelo se internacionaliza cada vez más, y a los esfuerzos, voluntad política y prioridad que nuestro Estado y gobierno le prestan a la lucha contra las drogas.
    Operativamente la Dirección Nacional Antidrogas (DNA) mantiene intercambios informativos a tiempo real y contactos de trabajo con Servicios antidrogas de otras naciones con el propósito de fortalecer la cooperación operacional, lo que se materializa a través de las visitas al país de sus representantes y oficiales de enlaces, así como por medio de nuestra participación en eventos o reuniones internacionales.
    A través de estos nexos de cooperación hemos realizado investigaciones conjuntas contra miembros de organizaciones criminales y narcotraficantes, algunos de los cuales han querido utilizar nuestro país para la organización de sus operaciones, realizar contactos con estos fines y explorar las condiciones para asentarse temporalmente con la fachada de comerciantes. También hemos capturado prófugos de la justicia de otros países y desarrollado cursos de capacitación para nuestras fuerzas, tanto en el país como el exterior.
    Como resultado de la cooperación policial internacional, se han fortalecido los nexos de colaboración que se mantienen con la Secretaría General de INTERPOL y sus Oficinas Centrales Nacionales (OCN), vía que se utiliza para el intercambio de información de interés y el control de criminales circulados internacionalmente.

  2. ENTREVISTA
    Entrevistador: ¿Como te llamas?
    Me llamo Raúl pero me dicen Rieles, no soporto que me llamen por mi nombre así que dime rieles o riel si traes alguna vieja jajajaja.
    Entrevistador: ¿Cuanto tiempo tienes en la calle?
    Uhhhh tengo 27 años y tengo aquí como 20 jejejeje.
    Entrevistador: ¿Tuviste alguna vez familia?
    Mi familia son ellos, esos son mis hermanos. Yo me fui de la casa cuando tenia 7 años, mi pinche madre se volvió a casar con un pendejo que me golpeaba a todo momento. Un día le pegue con un palo en la cabeza cuando el estaba dormido y me fui de la casa. Mis hermanos (refiriéndose a los otros chavos de la calle) me jalaron pa la banda y aquí tengo todo.
    Entrevistador: ¿Que haces para conseguir comida?
    Trabajo jajajajajaja, saco unos varitos limpiando cristales a los carros y a veces que me voy al chedrawi a acomodar carros pero siempre me mandan a la chingada de ahí.
    Entrevistador: ¿En donde duermes?
    Eso no te lo puedo decir caon.
    Entrevistador: ¿Consumes algún tipo de droga?
    Por lo regular con la banda conseguimos resistol y cemento y cuando hay un poco de varo pos compramos mota pa ponernos al 100.
    Entrevistador: ¿Por que lo haces?
    A veces no hay pa la papa caon y pus con eso se me olvida el hambre y cuando hace un chingo de frió eso nos ayuda también caon, verdad panchita (dirigiéndose a un compañero de el).
    Entrevistador: ¿Has estado en la cárcel?
    Simón como 4 veces y de las 4 solo me lo merecía 1 vez jajajaj, es que cuando pasa algo cerca de ahí nos echan el pedo a nosotros y esas son mamadas, no mas por que no tenemos lana y la chingada ya piensan que estamos robando pero nosotros nos ganamos el varo caon.
    Entrevistador: Bueno gracias por ayudarnos
    Simón no hay pedo, no mas que cáete con el varo jajajaja.

    PROPUESTA PARA COMBATIR LAS DROGAS POR GABRIEL GARCIA MARQUEZ
    Creo que el primer paso para una solución realista del problema de las drogas en el mundo es reconocer el fracaso de los métodos con que se están combatiendo. Son esos métodos, más que la droga misma, los que han causado, complicado o agravado los males mayores que padecen tanto los países productores como los consumidores.
    Ha habido tiempo de sobra para comprobarlo. En realidad esos métodos fueron impuestos por el presidente Ronald Reagan en 1982, cuando proclamó la cocaína como uno de los Satanes más útiles para su política de seguridad nacional, y le declaró la guerra armada. El presidente Bush había de continuarla, y de llevarla a sus extremos con las tentativas constantes de involucrar a Cuba en el tráfico de drogas y la invasión de Panamá para secuestrar al general Noriega.
    Al cabo de 11 años hay razones de sobra para creer que ambos presidentes sólo pensaban en los intereses de sus gobiernos y que su guerra contra la droga no ha sido mucho más que un instrumento de intervención en América Latina, como tantas veces lo han sido ciertas ayudas económicas y humanitarias, o la defensa de los derechos humanos.
    En Colombia la primera acción de esa guerra fue revitalizar un tratado de extradición que había sido firmado entre los dos países atrás para combatir el cultivo y tráfico de marihuana, y que nunca se había puesto en práctica. Al mismo tiempo, la embajada norteamericana en Bogotá empobreció la lengua castellana con un neologismo: narco-guerrilla.
    Con esa divisa publicitaria, y a la sombra del tratado, Estados Unidos podían demostrar que narcotraficantes y guerrilleros eran la misma cosa, y por consiguiente podían mandar tropas a Colombia con el pretexto de combatir a los unos y apresar a los otros. Llegado el caso, cualquier colombiano podía ser extraditable.
    La guerra contra la droga entró de inmediato en contradicción con la política de paz del nuevo presidente de entonces, Belisario Betancur, que inauguró su Gobierno con una propuesta de perdón y olvido a las guerrillas. Fue un soplo de esperanza para los anhelos de paz de una nación castigada por una guerra interna de más de 30 años.
    Los traficantes de cocaína, contra quienes no había aún cargos graves, se apresuraron a responder sin ser llamados. Ofrecieron al nuevo Gobierno retirarse del negocio, desmantelar sus bases de procesamiento y comercialización de la cocaína, repatriar sus enormes capitales e invertirlos en el país con todas las de la ley. Ni siquiera aspiraban a la amnistía general propuesta por el Gobierno a las guerrillas. Sólo querían ser juzgados en Colombia sin que les fuera aplicada la extradición. El presidente Betancur, en privado, consideró que la propuesta era estudiable dentro de su política de paz.
    Toda posibilidad de acuerdo fracasó en el embrión, por un sabotaje evidente que lo descalificó antes de tiempo e intimidó a la opinión pública con versiones alarmistas. Nadie puso en duda que detrás de aquel fracaso fulminante estaban los intereses de Estados Unidos, pero el Gobierno de Colombia se vio obligado a negar cualquier participación en el acuerdo. La única opción contra la droga, a partir de entonces, fue la guerra santa del presidente Ronald Reagan.
    Los sucesivos gobiernos de Colombia impidieron el envío de tropas norteamericanas para luchar al mismo tiempo contra el tráfico y las guerrillas. Pero la intolerancia se impuso sobre cualquier otra alternativa. El resultado, al cabo de 11 años amargos, es la delincuencia a gran escala, el terrorismo ciego, la industria del secuestro, la corrupción generalizada, y todo ello dentro de una violencia sin precedentes. Una droga más perversa que las otras se introdujo en la cultura nacional: el dinero fácil, que ha fomentado la idea de que la ley es un obstáculo para la felicidad, que no vale la pena aprender a leer y a escribir, que se vive mejor y más seguro como sicario que como juez. En fin, el estado de perversión social propio de toda guerra.
    Los países consumidores, por supuesto, sufren por igual las graves consecuencias de esa guerra. Pues la prohibición ha hecho más atractivo y fructífero el negocio de la droga, y también allí fomenta la criminalidad y la corrupción a todos los niveles.
    Sin embargo, los Estados Unidos se comportan como si no lo supieran. Colombia, con sus escasos recursos y sus millares de muertos, ha exterminado numerosas bandas y sus cárceles están repletas de delincuentes de la droga. Por lo menos cuatro capos de los más grandes están presos y el más grande de todos se encuentra acorralado.
    En Estados Unidos, en cambio, se abastecen a diario y sin problemas 20 millones de adictos, lo cual sólo es posible con redes de comercialización y distribución internas muchísimo más grandes y eficientes. Sin embargo, ni un policía de Estados Unidos está preso por tráfico de droga, ni un guardia de aduana ni un vendedor callejero, y ningún capo ha sido identificado.
    Puestas así las cosas, la polémica sobre la droga no debería seguir atascada entre la guerra y la libertad, sino agarrar de una vez al toro por los cuernos y centrarse en los diversos modos posibles de administrar la legalización. Es decir, poner término a la guerra interesada, perniciosa e inútil que nos han impuesto los países consumidores y afrontar el problema de la droga en el mundo como un asunto primordial de naturaleza ética y de carácter político, que sólo puede definirse por un acuerdo universal con los Estados Unidos en primera línea.
    Y, por supuesto, con compromisos serios de los países consumidores para con los países productores. Pues no sería justo, aunque sí muy probable, que quienes sufrimos las consecuencias terribles de la guerra nos quedemos después sin los beneficios de la paz. Es decir: que nos suceda lo que a Nicaragua, que en la guerra era la primera prioridad mundial y en la paz ha pasado a ser la última.

    CONCLUSION
    En â??la guerra contra la drogaâ?, el delito consiste en calificar de ilegal una transacción entre una persona que consume y un intermediario que la vende. En términos puramente prácticos, parece lógico que existe y hay voluntad entre las dos partes en llevar a cabo un acto comercial. Entonces: ¿cuál es la razón para penalizarlo? Que existe en el acto de esa transacción un ilícito, un producto declarado prohibido. No obstante, y aceptando que así sea, ¿qué elemento es necesario para probar que se comete un delito?
    La respuesta: es la figura del informante, porque al fin y al cabo la policía no es como Dios. No está en todas partes. Entonces, el uso de informantes genera inmensas sumas de dinero por parte de las autoridades, quienes con dinero del gobierno (al fin y al cabo es dinero de las personas) pagan y hacen transacciones que nunca quedan registradas, pero que casi siempre son hechas por funcionarios gubernamentales en conexión con otros altos.
    Y aquí está algo que nunca se dice, que genera los mayores gastos y la gran corrupción; que genera precisamente, el acto de prohibición de la droga. Y eso acarrea la violación de la dignidad de las personas, sus derechos vulnerados y una profunda mancha social.
    Las historias sobre las guerras contra las drogas han sido a lo largo del tiempo muy ruidosas y muy visibles. Creemos que el estado actual del prohibicionismo está llegando a una etapa de casi â??tirar la toallaâ?, aunque los gobiernos persistan en acomodar cifras y estadística. Sin embargo, para que muera el prohibicionismo debe venir otro. ¿Cuál sería?

    ANEXO 1
    Testimonio Real
    “ES SOLO MARIHUANA”
    De Beatriz Álvarez Carcamo,
    Estudiante de Derecho, Universidad Austral de Chile.
    22 años.
    Cuando Beatriz Álvarez ingresó al Liceo Las Araucarias para hacer su enseñanza media, en 1994, el orientador del liceo vio en ella un gran potencial. En el primer semestre obtuvo excelentes calificaciones. Además de participar en muchas actividades extracurriculares, tomaba clases de piano y se deleitaba tocando música de Intillimani y Quilapayun, además de pertenecer al coro del liceo. En los primeros meses Beatriz, de 14 años, se hizo amiga de varios muchachos mayores que ella y su vida tomó un rumbo distinto.
    Una tarde en que estaba con ellos en el parque al frente de su casa, un chico alto y bien parecido llamado José Manuel, de tercer medio, le ofreció un cigarrillo de marihuana.
    – Dale una fumada – le dijo -. Te va a gustar. Al principio Beatriz se negó, pues siempre había desaprobado el uso de drogas. Pero José Manuel trató de convencerla.
    – No es droga – aseguró -. Es sólo marihuana.
    Entonces ella decidió probar.
    – Está bien – repuso -. Pero sólo una. Siguiendo las indicaciones de sus amigos, aspiró el humo de olor dulzón y contuvo el aliento todo el tiempo que pudo.
    Luego dio otras fumadas. Al soltar el humo que no quedó atrapado en sus pulmones, se sintió mareada… y eufórica.
    – Dame otra fumada – le pidió a José Manuel, tirándolo del brazo.
    Después de dar unas cuantas fumadas más al cigarrillo, Beatriz experimentó una euforia todavía más acentuada. El tiempo transcurría muy lentamente, y los colores y los sonidos le parecían mucho más intensos. ¡Vaya! exclamó para sus adentros. ¡Esto es increíble! La sensación le duró cuatro horas. Beatriz ardía en deseos de que la invitaran otra vez sus nuevos amigos. Haber tomado la importante decisión de fumar marihuana la hizo sentirse más ligada ellos. Y estaba segura de que alguno llevaría más hierba para todos.
    No la decepcionaron. El siguiente fin de semana, cuando José Manuel le ofreció un cigarrillo, Beatriz aceptó gustosa. No entiendo por qué a los adultos les asusta tanto que fumemos un poco de marihuana, – se dijo -. Sólo sabía que cuanto más fumaba, más eufórica se sentía. Beatriz empezó a fumar marihuana más a menudo, y ya no sólo en compañía de sus amigos.
    Cada mañana, fumaba uno de camino a la escuela En los recreos entre clases se metía al baño a fumar un cigarro de tabaco mezclado con un poco de marihuana para que el olor no fuera tan fuerte, e incluso en una ocasión llegó drogada a un recital del coro de alumnos. Y para conseguir marihuana tenía a sus amigos que se la dieron en un principio y luego se la vendían y para comprarla tuvo que robar dentro de su propia casa, a sus padres, y también vender una gran cantidad de cosas de ella.
    Poco a poco fue necesitando mayores cantidades de marihuana para sentir el mismo efecto que al principio. Un día comenzó a usar una pipa para concentrar el humo y no desaprovechar ni una pizca del pito. “Lo único que se desperdicia eres tú”, le dijo el vendedor de la pipa.
    A Beatriz no le preocupaba necesitar cada vez más hierba; al contrario, le parecía una hazaña. “Vean cuánto puedo fumar y no me pasa nada y además la puedo dejar cuando yo quiera “, se jactaba ante sus amigos. Y tampoco le inquietaba hacerse adicta. La marihuana, le decían aquellos, no crea más necesidad que la leche. Estaba segura de que podía dejarla cuando quisiera.
    Cuando sus padres le preguntaban cómo le iba en la escuela, Beatriz les sonreía y decía: “Muy bien”. Como siempre había sido una buena hija, Carlos y Consuelo Álvarez no ponían en duda sus palabras. Sin embargo, ella se había convertido poco a poco en una mentirosa consumada.
    – Después de clases voy a ir a casa de Pepa – le dijo una mañana a su madre, mirándola a los ojos.
    Pero lo que hizo fue ir con sus amigos a un camino cerrado y allí fumaron marihuana hasta que fue la hora de regresar a casa a cenar.
    Los viernes por la noche, Beatriz volvía a su casa a las 21, cenaba y luego fingía que se iba a acostar. Cuando veía que sus padres apagaban la luz, esperaba diez minutos y luego bajaba las escaleras muy calladas y se iba a una fiesta. Cuando sus amigos fumaban marihuana también bebían, ya fuera cerveza, vino, vodka o pisco. El alcohol la hacía sentirse relajada, además de eufórica, y se sorprendía de cuánto podía beber sin llegar a emborracharse. Beatriz empezó a faltar a clases muy a menudo y sus notas comenzaron a bajar; sin embargo, por un tiempo logró seguir engañando a sus padres.
    Cuando el liceo llamaba a sus padres para darle un informe de su rendimiento, ella decía que sus padres no estaban o que ya les había avisado y que no podían ir porque estaban trabajando. Incluso, imitando la letra de uno de sus profesores para hacer, llegar comentarios positivos como: “Es un placer tener a Beatriz en el coro del liceo”.
    Hacia el final del primer año, su promedio de notas andaba por los suelos, y llevaba acumuladas 18 anotaciones negativas, casi todas por faltar o correrse de clases. Además, Beatriz había dejado muchas de sus actividades extracurriculares. Cuando sus padres le preguntaban el motivo, ella respondía que simplemente necesitaba un poco de “espacio”. Carlos y Consuelo atribuyeron su actitud a los bajones propios de la adolescencia. Con excepción de la marihuana, a ella ya no le interesaba nada Su entusiasmo y motivación de antes cedieron el sitio a una total apatía. Se había vuelto esclava de la droga y no podía evitarlo.
    Nos contaba que más de alguna vez pensó “La marihuana es un inmóvil mar de destrucción. Me estoy ahogando”, pero ese ahogo le gustaba. La adicción también comenzó a minar su salud. Se sentía mal gran parte del tiempo y tenía las manos y los pies permanentemente fríos. Como en las mañanas despertaba tosiendo, hundía la cara en la almohada para que sus padres no la oyeran. Advirtió, además, que su menstruación se había vuelto irregular.
    Carlos y Consuelo notaron cambios en su hija, y como ella respondía a sus preguntas con evasivas, empezaron a preocuparse. Cuanta más marihuana fumaba Beatriz, más necesitaba.
    Animada por sus amigos, probó otras drogas mucho más fuertes que la marihuana como: LSD, pasta base, cocaína y anfetaminas. Con todo, la marihuana siguió siendo su “droga preferida”. Era con la que había empezado y la última que querría dejar. Una noche, hacia el final de su segundo año medio, Beatriz asistió a una de las fiestas que ya se habían vuelto costumbre para ella. Los padres del dueño de casa no estaban y había gran cantidad de alcohol y drogas. Beatriz supuestamente no debía estar allí.
    En reuniones con el orientador del liceo, Carlos y Consuelo se habían enterado de las malas notas de su hija y de sus frecuentes inasistencias. Esto los hizo sospechar que estaba consumiendo alcohol o drogas y la castigaron.
    Pero como esa noche sus padres habían salido, Beatriz se escapó, pensando que podría regresar a casa antes de que ellos volvieran. A eso de las 2 de la mañana se acomodó en el asiento trasero de un auto, con cuatro amigos que iban a llevarla a casa. Ricardo, el conductor, estaba curado y drogado. Aceleró a fondo en una recta del camino y Beatriz vio la aguja del velocímetro pasar de 120 kilómetros. Segundos después, el auto chocó contra una valla de contención, rodó por una pendiente y cayó dado vueltas.
    Milagrosamente, nadie murió. Ricardo quedó con el rostro pegado a la bocina, que sonaba con fuerza. Los demás tenían la cara ensangrentada y los brazos o las piernas rotos. Aturdida por el alcohol, la marihuana y la cocaína, Beatriz ayudó a sus amigos a salir de entre los restos del auto, sin percatarse de sus propias heridas.
    Beatriz sufrió graves lesiones en la espalda y el cuello, que iba a requerir un año de kinesiología “No sabía que Ricardo había tomado”, les dijo a sus padres. Ellos no deseaban otra cosa que creerle. Aliviados de que estuviera viva, le dijeron que por esa vez la perdonaban, pero le advirtieron que iban a vigilarla más de cerca.
    Aun así, mientras se mejoraba Beatriz siguió fumando a escondidas. Beatriz había empezado a salir con un apuesto muchacho llamado Francisco Venegas que era popular con las chicas y también consumía marihuana y cocaína con frecuencia. Una noche, tres meses después del accidente, Francisco se presentó en casa de Beatriz con unos tres gramos de cocaína. Carlos y Consuelo habían salido a casa de unos amigos, así que un rato después Beatriz y Francisco estaban inhalando el polvo blanco con unas bombillas de bebidas.
    Luego de varias inhalaciones, a Beatriz se le aceleró el pulso, lo que nunca le había ocurrido. Fumó varios pitos de marihuana para “calmarse”, pero fue contraproducente: el corazón le latía con tanta fuerza que le movía hasta la blusa. Aterrada, le dijo a Francisco que pidiera ayuda. Francisco tomó el teléfono y marcó el número del hospital.
    Pidió que enviaran a alguien sin demora, pero no esperó a que llegara. “Me voy a ir, porque de mas que van a llegar los pacos”, dijo, y se fue por la puerta del patio. De camino al hospital, la frecuencia cardiaca de Beatriz se disparó a 196 latidos por minuto.
    – No dejes de hablar – le decía el paramédico que iba con ella en la ambulancia -. No queremos que te mueras.
    Al enterarse de que su hija estaba en urgencias del hospital por una sobre dosis de cocaína, Consuelo no pudo contener el llanto. Era la señal de alarma que Beatriz necesitaba desde mucho tiempo, y sus padres también.
    – Has tocado fondo- le dijo Carlos más tarde -. Seguimos siendo tus mejores amigos, pero de hoy en adelante te vigilaremos sin descanso.
    Cada mañana, Carlos no se iba al trabajo hasta pasar a dejar a Beatriz a la escuela, y cuando ella volvía a casa, Consuelo o él la estaba esperando. Ya no la dejaban subir a los coches de sus amigos ni ir a fiestas. En el verano sus padres la llevaron a una casa en la playa para alejarla de sus “amigos”. Durante cuatro semanas Beatriz padeció los síntomas de la falta de droga: temblor, nerviosismo y sudoración excesiva. Le costaba tanto trabajo ceñirse a un horario, que no sabía cuando comer ni cuando dormir. Poco a poco su embotado cerebro volvió a funcionar. “Estuve a punto de dejar que mis sueños se perdieran en una nube de olor dulzón”. A menudo recordaba su estancia en el hospital. “Casi me muero”, se decía, y “ninguno de mis amigos que estaba conmigo vino a verme”.
    Los amigos que no llegaron al hospital fueron los que se drogaban con ella, pero los que si llegaron fueron los que ellas misma había dejado de lado por sus nuevos amigos
    De regreso en casa, se propuso rehacer su vida con el mismo empeño con que se había dedicado a destruirla. Tuvo que hacer segundo medio de nuevo ya que lo había repetido por las notas y por la gran cantidad de inasistencia. Volvió a tomar sus clases de piano. En cuarto medio hizo el viaje de gira de estudio con sus compañeros.
    Han pasado, 8 años desde que fume mi primer pito y no me siento orgullosa de eso. Pero han pasado 6 años desde que fui capaz de fumar mi ultimo pito, y de eso si que me siento orgullosa Se dijo ¡Qué distinta soy ahora!
    Beatriz Álvarez llevará siempre las cicatrices de su danza con el diablo. â?? “Todavía hay gente que me dice tú eras drogadicta y te rehabilitaste, pero ¿nunca mas has fumado, segura?” “Para algunas personas voy a ser drogadicta toda la vida aunque demuestre lo contrario” -.
    El dolor de la espalda causado por el accidente la sigue agobiando, y a veces ve imágenes “fantasmas” de objetos en movimiento. Con todo, las aspiraciones son tan grandes como antes. Ingresó a la universidad con la ilusión de estudiar leyes y esa ilusión se hizo realidad y este año en diciembre da su examen de grado y se gradúa de Abogado. “Me salvé de milagro, y creo que si hubiera sido por esos “buenos amigos” que tuve, hoy estaría muerta”.
    “No culpo a nadie de mi drogadicción, pero si falta mucha prevención en los colegios y sobre todo dentro de las familias, es un tema que todos saben que se debe tratar pero no lo hacen pensando que lo harán en el colegio”, me cuenta Beatriz, sentada en la esquina de mi casa en unos viejos columpios, donde ella antiguamente fumaba sus pitos.

    ANEXO 2
    TIPOS DE ANGUSTIA SEGÃ?N FRASES Y PREGUNTAS ILUSTRATIVAS

    BIBLIOGRAFIA
    http://www.monografias.com/trabajos11/drogsoc/drogsoc.shtml
    http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/CDM.htm
    http://www.conadic.gob.mx/
    http://www.unet.com.mx/ceca/estadst.htm
    TOXICOMANIA
    Alonso Fernández, Francisco. Compendio de Psiquiatría.
    Madrid: Editorial Oteo, 2ª ed., 1982.
    Alcoholismo y Drogodependencias
    Pedro Cuadrado Calleja. Médico Psiquiatra
    Aneiros-Riba, et al. 1999

    Víctor Manuel Ortiz Martínez
    vicortiznet@gmail.com

Comments are currently closed.