Respaldo de material de tanatología

¿Qué son los malos tratos?

A Elena se le había hinchado tanto el dedo que no podía sacarse el anillo. No creía que estuviera roto porque todavía lo podía doblar. Ya había pasado una semana desde que su padre la agarró bruscamente de la mano y la empujó contra la pared, pero el dedo le seguía doliendo mucho. Estaba tan avergonzada que no se lo había contado a nadie. Elena odiaba el modo en que su padre la insultaba – y la acusaba de todo tipo de cosas que ella no había hecho – sobre todo cuando el había estado bebiendo. Le hacía sentirse fatal. Ella habría deseado que su padre dejara de comportarse así, pero no tenía muchas esperanzas de que las cosas fueran a cambiar.

¿Qué son los malos tratos?
Los malos tratos en el seno de la familia pueden adoptar muchas formas diferentes. Podemos distinguir entre malos tratos físicos, malos tratos psicológicos, que incluyen tanto los emocionales como los verbales y abusos sexuales. Asimismo, podemos encontrarnos con cualquier combinación de estas variantes. La desatención – cuando los padres no atienden las necesidades básicas de los menores que dependen de ellos – puede ser una forma de malos tratos.
La violencia familiar puede afectar a cualquier persona, independientemente de la religión, el color de la piel o la clase social. Se da tanto en las familias acomodadas como en las pobres y tanto en las monoparentales como en aquellas donde están presentes ambos progenitores. A veces el padre o la madre maltratan al otro  cónyuge, lo que puede ser muy difícil de sobrellevar para los hijos que son testigos de los malos tratos. Algunos padres maltratan a sus hijos utilizando la crueldad física o verbal para disciplinarlos. Tanto las chicas como los chicos pueden ser objeto de malos tratos en forma de castigos corporales impuestos por sus padres -pero los chicos reciben más palizas que las chicas.
Los malos tratos físicos suelen ser el tipo de malos tratos más fácil de detectar. Incluyen cualquier forma de golpear, sacudir, quemar, pellizcar, morder, ahogar, aplastar, arrojar, azotar, dar palizas, o cualquier otra acción que provoque lesiones corporales, deje marca o produzca dolor físico importante.
Los abusos sexuales incluyen cualquier tipo de contacto sexual entre un adulto y un  menor o entre dos menores entre los que exista una diferencia de edades considerable. Cuando los abusos sexuales se dan en el seno de la familia inmediata, reciben el nombre de incesto.
Los malos tratos psicológicos pueden ser difíciles de detectar porque no dejan marcas corporales. Es obvio que las personas se gritan las unas a las otras, expresan enfado y se insultan, y expresar el enfado a veces puede ser saludable. Pero los malos tratos psicológicos suelen ocurrir cuando los gritos y la expresión del enfado van demasiado lejos o cuando un padre desprecia, amenaza o humilla constantemente a un hijo hasta que su autoestima y sus sentimientos de valía personal se ven negativamente afectados. Y, del mismo modo que los malos tratos físicos pueden dejar cicatrices corporales, los malos tratos psicológicos pueden dejar secuelas emocionales.
La desatención es probablemente el tipo de malos tratos más difícil de definir. Ocurre cuando un niño no tiene el alimento, la vivienda, las ropas, las atenciones médicas o la supervisión que necesita. La desatención emocional ocurre cuando un padre no proporciona a su hijo suficiente apoyo emocional o le presta poca atención a ninguna atención en absoluto de una forma deliberada y consistente. Pero no se puede considerar desatención cuando un padre no le da a su hijo algo qué éste quiere, como un nuevo ordenador o un teléfono móvil.
Por descontado, los malos tratos no sólo se dan dentro de la familia. El comportamiento típico de los “abusones” del colegio o del instituto es una forma de malos tratos que se da en seno de muchos grupos de escolares – aunque los malos tratos se dan entre personas de cualquier edad. Intimidar, amenazar, acosar o humillar a alguien se pueden considerar formas de malos tratos al mismo nivel que darle una paliza. Las personas que se comportan de este modo a menudo han sido víctimas de malos tratos. Esto también es cierto cuando los malos tratos se dan en el seno de la pareja. Pero el hecho de haber recibido malos tratos no es ninguna excusa para maltratar a nadie.
Los malos tratos también pueden adoptar la forma de delitos motivados por prejuicios,  cuando se dirigen contra determinadas personas sólo por su raza, religión, capacidades, género u  orientación sexual.
Reconocer los malos tratos
Por extraño que pueda parecer, a la gente a veces le resulta difícil reconocer que está siendo víctima de malos tratos. Por ejemplo, Elena ha sido objeto de malos tratos, pero ella no lo ve así. Reconocer los malos tratos puede resultar particularmente difícil para aquellas personas que llevan muchos años conviviendo con ellos. Aceptan la situación como algo natural y creen que no se puede hacer nada al respecto. Las personas maltratadas pueden pensar equivocadamente que son ellas quienes provocan los malos tratos, por su mala conducta o por no estar a la altura de las expectativas de otra persona.
Una persona que se ha criado en una familia violenta o donde se infligen malos tratos puede no saber que los miembros de una familia pueden tratarse de otra forma. Una persona que sólo conoce este tipo de relaciones puede creer erróneamente que golpear, empujar, aplastar o insultar son formas perfectamente normales de tratar a los demás cuando uno está muy enfadado. Cuando un niño se acostumbra a presenciar malos tratos entre sus padres, puede acabar creyendo que la relación que mantienen sus padres es completamente normal. Es importante que la gente que crece en un entorno caracterizado por los malos tratos sepa que eso no es una forma normal, sana o aceptable de tratar a la gente.
¿Por qué ocurren?
No hay una única razón de los malos tratos, aunque hay algunos factores que parecen incrementar las probabilidades de que una persona se convierta en maltratadora. Por ejemplo, el hecho de crecer en una familia donde ha habido malos tratos puede enseñar a una persona que los malos tratos son una forma de vida. De todos modos, afortunadamente, mucha gente que se ha criado en familias donde ha habido malos tratos se da cuenta de que este comportamiento no es aceptable y son capaces de romper el círculo vicioso de los malos tratos.
Algunas personas maltratan a los demás porque no saben controlar adecuadamente sus sentimientos. Por ejemplo, las personas que no son capaces de controlar el enfado o aquellas que no saben afrontar las situaciones estresantes (como quedarse sin trabajo o tener problemas de pareja) pueden pagarlo con otras personas. Algunos trastornos de la personalidad y algunas enfermedades mentales también pueden interferir con la capacidad de una persona para relacionarse con los demás de una forma sana, o motivar que tenga problemas con la agresión y el autocontrol. Pero, por descontado, no todo el mundo que tiene un trastorno de la personalidad o una enfermedad mental tiene que convertirse necesariamente en un maltratador.
El abuso de sustancias, como el alcoholismo o el consumo de drogas, también pueden desempeñar un papel en los malos tratos, al interferir con el autocontrol.
Por descontado, el hecho de que una persona tenga un problema no tiene que implicar automáticamente que se convertirá en un  maltratador. De todos modos, si tú eres una de las miles de personas que viven una situación de malos tratos, te puede ser de gran ayuda entender por qué algunas personas infligen malos tratos – y darte cuenta de que la violencia sólo es responsabilidad de la persona que la inflige, nunca la culpa de quien la recibe.
Aún en el caso de que alguien cercano a ti tenga problemas de comportamiento u otro tipo de problemas que le hagan más proclive a maltratar a otras personas, esto no implica que los malos tratos sean aceptables, normales o excusables. Los malos tratos siempre se pueden corregir, y todo el mundo puede aprender a ponerles freno.
¿Cuáles son los efectos de los malos tratos?
Cuando una persona es víctima de malos tratos, éstos pueden repercutir sobre todos y cada uno de los aspectos de su vida, y especialmente sobre su  autoestima. La medida en que los malos tratos afectan a una persona depende de las circunstancias que rodean a los malos tratos, la frecuencia de los mismos, el tiempo durante el que se infligen, la edad de la víctima y muchos otros factores.
Por supuesto, en todas las familias hay discusiones. De hecho, lo raro es que en una familia no haya nunca momentos difíciles, desacuerdos y enfados. En la mayoría de las familias se utilizan a veces los castigos y la disciplina -como quitar privilegios a los hijos o prohibirles que salgan de su habitación o que salgan con sus amigos. Pero, cuando el castigo provoca daños físicos o psicológicos, se convierte en un problema. Y esto recibe el nombre de malos tratos.
Los adolescentes que son objeto de malos tratos suelen tener problemas para conciliar el sueño y para concentrarse. Y su rendimiento académico puede verse negativamente afectado porque están enfadados o asustados o porque no se pueden concentrar.
Muchas personas que han sido víctimas de malos tratos desconfían de los demás. Algunos sienten rabia contra sí mismos y contra los demás y les cuesta mucho hacer amistades. Algunos adolescentes que han sido víctimas de malos tratos se deprimen. Algunos se involucran en comportamientos autodestructivos, como autolesionarse o abusar de sustancias, como las drogas o el alcohol. Y hasta es posible que intenten suicidarse.
Es normal que una persona que haya sido maltratada por alguien a quien quiere, no sólo se sienta dolida y preocupada, sino también confundida sobre lo que le ha ocurrido. Puede sentirse culpable o avergonzare de lo ocurrido, sobre todo si ha sido objeto de abusos sexuales. Pero los malos tratos nunca son culpa de quien los recibe, por mucho que el maltratador intente echarle las culpas.
Los maltratadores a menudo intentan manipular a quienes maltratan para que crean que ellos son los culpables de los malos tratos y/o para que los mantengan en secreto. Un maltratador puede decir cosas como: “Esto será un secreto entre tú y yo”, o “Si se lo cuentas a alguien, te haré daño o se lo haré a tu madre”, o “Si intentas explicárselo a alguien, tendrás problemas. Nadie te creerá e irás a la cárcel por mentiroso”. Ã?sta es la forma de conseguir que la víctima crea que no hay nada que pueda hacer y, por lo tanto, no merece la pena tomar medidas para poner fin a los malos o denunciarlos.
A las personas que son objeto de malos tratos puede resultarles difícil obtener ayuda, porque para ello tienen que acusar a alguien a quien quieren – alguien que puede ser maravilloso con ellos gran parte del tiempo y desagradable sólo parte del tiempo. De ahí que los malos tratos no se suelan denunciar.
¿Qué debería hacer una persona que recibe malos tratos?
Las personas que son víctimas de malos tratos necesitan ayuda. El hecho de mantenerlos en secreto no les protege de futuros malos tratos sino todo lo contrario – lo único que consiguen ocultándolos es incrementar las probabilidades de que continúen los malos tratos.
Si tú o alguien que conoces está siendo objeto de malos tratos, habla con alguien en quien confíes o en quien confíe tu amigo – un familiar, un amigo, un profesor de confianza, un médico o una adulto que trabaje con menores, sea en tu colegio o instituto o en tu lugar de culto. Por ejemplo, hay muchos profesores y psicólogos escolares que tiene la formación necesaria para detectar y denunciar los malos tratos.
En el listín telefónico y las guías sobre recursos sociales de tu localidad, puedes encontrar números de teléfono de atención a las víctimas de los malos tratos infantiles y la violencia familiar a los que puedes llamar en busca de ayuda. También puedes llamar en Estados Unidos al Childhelp USA al teléfono (800) 4-A-CHILD [(800) 422-4453] o en España a la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo): 900 20 20 10.
A veces las personas que son víctimas de malos tratos en su propia familia tienen que buscar un lugar seguro para vivir temporalmente. Tener que irse de casa nunca es fácil, pero a veces es necesario para evitar futuros malos tratos. Las personas que necesitan abandonar su casa para estar seguras pueden encontrar los datos de refugios y casas de acogida de su localidad en (el listín telefónico o) en las guías sobre recursos sociales de su localidad. Algunas veces podrán quedarse en casa de un familiar o un amigo.
Las personas que reciben malos tratos a menudo sienten extrañas y solas. Pero no están solas. Nadie se merece que lo maltraten. Pedir ayuda y apoyo es un primer paso sumamente importante para cambiar la situación. Muchos adolescentes que han sido víctimas de malos tratos se dan cuenta de que las emociones dolorosas pueden persistir incluso después de que cesen los malos tratos. Trabajar con un terapeuta es una forma de elaborar y afrontar los complejos sentimientos y reacciones que conlleva el hecho de haber recibido malos tratos, y el proceso puede ayudar a recuperar la seguridad, la confianza y la autoestima perdidas.