Respaldo de material de tanatología

SOBRE ESAS PÉRDIDAS DIFÍCILES: Perdida del compañero/a homosexual

SOBRE ESAS PÉRDIDAS DIFÍCILES: Perdida del compañero/a homosexual

La muerte parece un ejemplo paradigmático de lo que puede llamarse un “hecho social”. Sabemos que la muerte y las pérdidas sensibles tienen lugar en un contexto social, en función de organizaciones, definiciones profesionales de rol social, interacción y significado social.

Diferentes culturas manejan el problema de diferente manera. En la sociedad occidental, históricamente, el duelo ha dejado de ser una costumbre donde se especificaba indumentaria, comportamiento y límites de interacción y tiempo. Al parecer existe una rápida caída de prestigio y desacreditación de la persona de duelo: debe molestar lo menos posible. Parte de las dificultades actuales para enfrentar la pérdida de un ser amado se deben a la ausencia de rituales establecidos y patrones estructurados de duelo.

El significado de la muerte se define socialmente, y la naturaleza del duelo y el luto reflejan la influencia del contexto social en donde ocurren. Además, la interacción social permite que el deudo comience a reconstruir su realidad con un significado e identidad en la vida. ¿Qué podemos decir entonces de una sociedad en donde el ritual se está contrayendo progresivamente y las personas, literalmente, ?van directamente de la cama donde murieron al horno de cremación??

Las dificultades que pueden presentarse en nuestro proceso de recuperación son múltiples, provenientes tanto desde nosotros como desde nuestro entorno, además de aquellos ?asuntos pendientes y no resueltos? que arrastramos desde antes del fallecimiento. Los factores más importantes que pueden dificultar el duelo, son:

1. Características de la relación con el difunto: El grado de ambivalencia, culpa, hostilidad o excesiva dependencia pueden ser elementos  que causen problemas en la resolución del trabajo de congoja.
2. Personalidad premórbida: Varios autores confirman una relación positiva entre personalidad premórbida y diferencias en el resultado del duelo, no obstante no hay factores de riesgo específico demostrados.
3. Características de la muerte: El duelo en casos de suicidio es considerado uno de los más difíciles de tolerar debido a los grandes sentimientos de culpa y al estigma social que conlleva. De igual forma, de considera la muerte estigmatizante -p.ej., SIDA- como un factor de riesgo muy importante para el duelo complicado (el superviviente como “portador del virus”, conflictiva sociofamiliar, ausencia de apoyo psicosocial, resocialización difícil, etc.).
4. Apoyo social: Si el superviviente tiene poco o ningún apoyo social, o lo percibe como insuficiente, el daño sobre la aflicción puede ser profundo y penetrante.
5. Crisis concurrentes: Depende en parte de las posibilidades individuales y de la disponibilidad de recursos extras;  sin embargo, y debido a que el trabajo de congoja demanda unos recursos energéticos emocionales y físicos de proporciones inusuales, otras crisis coincidentes (previas o nuevas), en un individuo cuya escasez energética no le permite tratar con otra cosa que no sea su supervivencia, la aflicción puede ser inhibida, aplazada o exacerbada.
6. Edad: Se trata de un factor atenuante pero no decisivo.
7. Sexo: Los hombres típicamente reportan menos síntomas físicos y menos estrés afectivo que las mujeres, haciendo que las viudas parezcan así más afectadas que los viudos. No obstante, no parece haber un acuerdo en considerar al sexo  como un factor de trascendencia en el resultado del duelo.
8. Religiosidad: No hay estudios concluyentes.
9. Situación socio-económica: La mayoría de los autores concluyen que un bajo nivel socio-económico se asocia a un pobre resultado del duelo. Por otra parte, una baja situación socio-económica es un factor de riesgo pre-existente para cualquier situación de estrés, y no sólo del duelo.

A lo largo de la historia, las culturas que han poblado el planeta han considerado el homosexualismo de distinta manera. Aunque algunas de ellas son muy parecidas, las mismas culturas han incluso modificado su propio acercamiento al mismo con el paso de los años, retomando o abandonando posturas anteriores. El impacto de tales consideraciones aún persiste de forma más o menos importante hoy día.

Hasta hace unos pocos años, las personas homosexuales con SIDA se morían pronto y la gente solía estar preparada para ello (?ser positivo? era casi ?ser un muerto?); hoy, muchos de ellos no están listos ni preparados para sobrevivir. Por ello, el proceso del duelo experimentado por hombres homosexuales que experimentan las pérdidas debido al SIDA debe entenderse como un estado de duelo crónico con pérdidas múltiples que pueden solaparse unas con otras. La experiencia de muchos hombres homosexuales urbanos es similar a la de un sobreviviente de una catástrofe mayor, y debe evaluarse y dirigirse dentro de este contexto. Es más, la dinámica general de ser un viudo homosexual es compleja, poco conocida y muy poco considerada. Para todos los hombres, cualquiera que sea su condición o preferencia sexual, la viudez necesita ser vista como un cambio social y fenómeno intrapsíquico.

La perdida del compañero/a homosexual posee varios factores que pueden afectar adversamente el resultado del duelo:

1. Ausencia de reconocimiento de la condición: La viuda o viudo heterosexual que pierde a su compañero reciben un nivel tácito de apoyo social y condolencia. La viudez homosexual no se reconoce universalmente, ni se valida ni se valora. Se trata pues de un grupo olvidado de viudos/as.
2. Tipo de relación: Cuando el individuo no esconde su orientación sexual, es más probablemente que tenga una red social adecuada a favor de jugar un papel crucial en su duelo. El viudo que pretende no ser homosexual y que su amante era simplemente un ?compañero de habitación”, es más susceptible a experimentar un duelo enmascarado que su contraparte que tiene el acceso por lo menos a la simpatía y apoyo dentro de su comunidad gay.
3. Estigmatización: Aun cuando las condenas históricas han desaparecido en gran parte, el homosexualismo, tanto si es oculto como manifiesto, puede estigmatizar gravemente al sobreviviente (se reportan experiencias dolorosas de rechazo, asociación del estilo de vida gay con vida sexual anal). Los supervivientes experimentan menos apoyo social que sus contrapartes heterosexuales y sienten más necesidad de comprensión que en otras muertes: la sociedad ofrece una muy pequeña oportunidad para la expresión abierta de dolor y tristeza en general, e incluso menos oportunidad para los homosexuales. Además de este estigma, mucho homosexuales se ven sujetos a la homofobia y sus ramificaciones. La vergüenza asociada al estigma es uno de los sentimientos más difíciles de sobrellevar.
4. Baja auto-estima y vergüenza de ser homosexual: Cuando el reproche se integra y se une con una homofobia personal, algunos viudos pueden llegar a sentir que ellos hicieron algo que merece el dolor que ellos están experimentando: ?las cosas malas pasan a la gente mala?, ?si yo no hubiera sido homosexual quizás no estaría sintiéndome así”. Su efecto sobre la auto-estima será notable.
5. Rabia: Enojo hacia la familia de origen del difunto, rivalidad con la suegra, enojo de la suegra con el viudo, enfado con los propios padres (no apoyo durante la enfermedad), no reconocimiento de su estatus, rabia por ser homosexual, sentimientos de enojo porque ellos probablemente se infectaron por el compañero difunto, rabia hacia el querido por haber tomado demasiados riesgos, enfadados con ellos mismos por haber escondido el hecho ser homosexuales, etc.
6. Trauma persistente y continuado, dependiendo en parte del seroestatus y del sentimiento de culpa por sobrevivir. El miedo  es muy frecuente, tanto por lo anterior como por el reconocimiento de los propios sentimientos autodestructivos, incluso arrastra con ellos una sensación de destino o predestinación (?yo también terminaré así?). Además, existe el constante miedo sobre el futuro “más allá de la muerte” de su ser querido (condenación, infierno, etc.).
7. Aislamiento social severo y red de apoyo social que se irá desapareciendo de forma más acusada que en otros duelos. Sentimiento de traición y abandono.
8. Mayor supervivencia, mayor exposición al duelo.
9. Aspectos legales: Ausencia de derechos legales reconocidos, exclusión de testamentos, ilegitimidad o carencia de la pensión, etc.
10. Limitación en los métodos de expresión del dolor por conspiración del silencio. Con frecuencia pueda darse el ?pensamiento distorsionado? o la necesidad de ver la muerte del compañero no como una muerte por SIDA, sino como una muerte accidental, por cáncer, creándose así un patrón de comunicación distorsionada en las familias y el entorno social. La familia crea así un mito respecto a lo que realmente le ocurrió a la víctima, y si alguien cuestiona la muerte llamándola por su nombre real, produce un gran enojo y rechazo de los demás, aquellos que necesitan verla como una muerte accidental o natural. Así, es frecuente que los miembros de familia oculten la causa de la muerte y sepan quién sabe y quién no la verdad.
11. Pérdidas múltiples: La viudez homosexual implica confrontaciones extensas, progresivas, acumulativas y traumáticas. Las tareas del duelo pueden ser interrumpidas por nuevas pérdidas. La exposición a pérdidas continuadas en los homosexuales puede producir una sobrecarga excesiva del duelo.

Como en cualquier duelo, tres son las condiciones más importantes, en verdad esenciales, para un duelo sano:

1. Información: Es decir, educación en duelo: qué es el duelo, cómo se presenta, qué me puede pasar, qué puedo hacer, qué pueden hacer otros por mi, etc.). Debemos recordar que una situación será tanto más angustiante cuanto más la desconozcamos. Se trata de la primera de las tareas del duelo.
2. Compañía: Mi entorno familiar y social inmediato como interlocutores de mi dolor, que conozcan tanto del duelo como yo, llenos de paciencia y que sepan acompañarme y escucharme.
3. Conversación: Una de mis tareas más importantes es el hablar, hablar y hablar de mi ser querido, del dolor, de lo que le acompaña, de mis angustias, de mi colapso del futuro, de mi rabia y de mi desesperación.

Aproximación al duelo del homosexual

1. Educación en duelo y necesidades particulares de la población gay (libros, artículos, películas).
2. Intervenciones precoces antes de que se establezcan patrones disfuncionales como los pensamientos distorsionados.
3. Intervención sintomática:

A. Confrontar con la realidad la culpabilidad hacia uno mismo y hacia los otros (diferenciar entre culpa racional e irracional);
B. Ayudar a corregir las negaciones y distorsiones (afrontar la realidad del SIDA, del homosexualismo, y corregir distorsiones);
C. Trabajar el enfado y la rabia (extraerlo de sí mismo y dirigirlo constructivamente hacia afuera);
D. Confrontar el tipo de relación y la limitación en los métodos de expresión del dolor;
E. Explorar fantasías de futuro (efecto de la muerte sobre su futuro);
F. Manejo grupal del estigma y la vergüenza.

4. Intervención relacional

A. Explorar las funciones de rol y la vivencia de rabia asociada al mismo.
B. Confrontar la necesidad de encontrar un reconocimiento de la condición y del trauma persistente y continuado.

5. Establecer un ritual de despedida personalizado.
6. Terapia individual y terapia grupal.

Bibliografía
1. http://www.gaypsychotherapy.com
2. http://www.xs4all.nl/~thmaasen/aidscare.htm
3. http://www.homestead.com/montedeoya/duelos.html
4. Prigerson HG, Jacobs SC. Traumatic Grief as a distinct disorder: a rationale, consensus criteria, and empirical test. In: Stroebe MS, Hansson RO, Stroebe W, Henk Schut. Handbook of Bereavement Research. Consequences, coping, and care. Washington DC: American Psychological Association; 2001. p 613-48.

Fuente: http://montedeoya.homestead.com/gay.html