Respaldo de material de tanatología

El cuidado del cuidador: cómo cuidarse mejor

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Cuidadores: Preguntas y respuestas

1. ¿Cómo influye el cuidado de una persona mayor sobre el cuidador?

Debido a que las vidas de los cuidadores giran en torno a la satisfacción de las necesidades de su familiar mayor, muchos suele dejar sus propias vidas en un segundo plano. Esta situación, perfectamente comprensible, significa frecuentemente que las tensiones y el malestar que experimentan muchos cuidadores proviene, pues, del hecho de que se olvidan de sus propias necesidades en beneficio de la de sus familiares.

Las múltiples y variadas responsabilidades del cuidado dificultan que estas personas puedan disponer del tiempo y fuerzas necesarias para cuidarse a sí mismo. No obstante, los cuidadores que quieran disfrutar de un mayor bienestar tanto emocional como físico en la situación de cuidado de su familiar, así como desarrollar un óptimo rendimiento en las tareas relacionadas con el cuidado, necesitan darse cuenta de la importancia que tiene cuidar de sí mismo y aprender cómo hacerlo.

2. ¿Qué hace un cuidador para cuidar mejor de sí mismo?

Darse cuenta de que es necesario cambiar

Un primer paso en el proceso de aprender a cuidar mejor de uno mismo es precisamente pararse a pensar hasta qué punto puede ser necesario cuidarse más y mejor. En esta página se puede encontrar información que puede ayudar a los cuidadores a darse cuenta de que necesitan cuidar mejor de sí mismos y a “ponerse manos a la obra” en el proceso de mejorar su calidad de vida y su destreza como “cuidadores de sí mismos”.

Pararse a pensar

El punto de partida del proceso de aprender a cuidar de uno mismo es, justamente, “tomar conciencia” de la necesidad de cuidarse más. Pero, ¿cuáles son las razones que tiene un cuidador para cuidar más de sí mismo?. Muchas de las personas que tienen la experiencia de cuidar a un familiar suelen aludir a dos tipos de motivos por los que han decidido cuidarse más a sí mismos: cuidarse para cuidar mejor y cuidarse para mantener la propia salud y bienestar.

Cuidarse para cuidar mejor

La labor a la que se entregan diariamente los cuidadores, si bien puede llevar asociadas consecuencias positivas de diferentes tipos, como, por ejemplo, la satisfacción de prestar ayuda a alguien que la necesita conlleva, frecuentemente, tensiones, frustraciones y dificultades en los distintos ámbitos de la vida (se puede encontrar más información sobre las repercusiones que tiene la situación de cuidado en la vida de los cuidadores en Consecuencias del cuidado).

Para hacer frente al exceso de trabajo que supone cuidar a un familiar y afrontar de forma exitosa dicha tarea, los cuidadores deben recordar que forman una parte esencial del cuidado: ellos son el motor del cuidado, y, por tanto, deben atender también sus propias necesidades y cuidar de sí mismos.

Muchos cuidadores se sienten culpables al atender sus propias necesidades porque piensan que están actuando de un modo egoísta, al ocuparse de sí mismos cuando hay una persona cercana en condiciones mucho más desfavorables que ellos y que necesita de su ayuda para seguir viviendo. No se dan cuenta de que cuidándose a sí mismos están cuidando mejor a su familiar: los cuidadores con sus necesidades de descanso, ocio, apoyo emocional, etc, satisfechas podrán disponer de más energía y movilizar mucho más y mejor sus recursos físicos y psicológicos en el cuidado del familiar mayor. Si los cuidadores no cuidan de sí mismos, tendrán más posibilidades de enfermar o, al menos, de ver diezmadas sus energías físicas y mentales. Y, si esto ocurre, ¿quién cuidará de su familiar dependiente en su lugar? o ¿cómo repercutirán esa debilidad, ese agotamiento, esa falta de descanso en el cuidado de su familiar?


3. ¿De que depende el éxito en el cuidado de una persona mayor?

Del grado en que los cuidadores cuiden de sí mismos y concedan tiempo y atención suficiente a sus necesidades personales:

    * Los cuidadores que afrontan el cuidado con más éxito son aquellos que se paran a reflexionar hasta qué punto puede ser necesario cuidarse más y aceptan el hecho de que el cuidado de sí mismos es una dedicación tan digna y que requiere el mismo esfuerzo que el cuidado diario de su familiar de edad avanzada.
    * Pero si la única razón para cuidar de uno mismo es mejorar el cuidado que se presta a los familiares
    * entonces el cuidado de uno mismo será esporádico, inestable e ineficaz a la larga.
    * Los cuidadores necesitan aprender a respetarse a sí mismos de manera que lleguen a ver su propia vida tan digna como la de la persona a la que cuida y merecedora de los mejores cuidados posibles.


Cuidarse para mantener la propia salud y bienestar

Cuidar a una persona supone un exceso de trabajo y, como consecuencia, no suele encontrarse tiempo suficiente para atender las propias necesidades. Muchos cuidadores se enfrentan a la situación de cuidado relegando su vida personal a un segundo plano. Se olvidan de sí mismos, pero el hecho es que ellos siguen siendo las mismas personas que antes y siguen teniendo, por tanto, las mismas necesidades. El tener que cuidar a un familiar cercano no significa que la persona cuidadora se convierta en un ser que está por encima de las necesidades humanas básicas y que puede pasar por la vida sin atenderlas ni satisfacerlas. Los cuidadores deben llegar a reconocerse a sí mismos que su vida es igualmente digna y tan merecedora de cuidado y atención como lo es la de su familiar.

La siguiente reflexión pertenece a una mujer que ha llegado a darse cuenta de la necesidad de cuidarse y su derecho a ello:

“Tienes que reconocer que tú eres valiosa. Durante mucho tiempo, sin embargo, no fui capaz de admitirlo, y no pude atender mis necesidades por la sencilla razón de que no me consideraba valiosa, a pesar de que había trabajado duramente y durante mucho tiempo para ver satisfechas las necesidades de mi marido. Era como si asumiese que mi marido se merecía el mejor cuidado posible, pero yo no. No se exactamente cómo se produjo el cambio. Algo dentro de ti se tiene que transformar, tiene que cambiar para que te des cuenta de lo que vales, de que vales mucho. Es difícil de explicar. Quizá el empezar a tomarme respiros de vez en cuando tuvo algo que ver con ello. O quizá fue también el hablar con otros cuidadores. No sé. El caso es que ahora sé que me merezco cuidarme mejor”
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Darse cuenta

Cuando los cuidadores se exigen demasiado a sí mismos y se olvidan de sus necesidades personales, su propio organismo tiene “mecanismos de alarma” que le indican que está demasiado cansado o superado por alguna situación y que es el momento de empezar a cuidarse mejor.

Los cuidadores que deciden cuidar de sí mismos han aprendido a escuchar estas señales de alarma y a tomarlas como indicadores de que deben prestarse más atención. Esto es lo que hace, por ejemplo, un cuidador cuando piensa: “cuando me duele la cabeza de esta manera, sé que es el momento para tomarme un respiro y pensar sobre cómo recuperarme”.

4. ¿Qué señales pueden ser consideradas señales de alerta?

    * Problemas de sueño (despertar de madrugada, dificultad para conciliar el sueño, demasiado sueño, etc.)
    * Pérdida de energía, fatiga crónica, sensación de cansancio continuo, etc.
    * Aislamiento
    * Consumo excesivo de bebidas con cafeína, alcohol o tabaco. Consumo excesivo de pastillas para dormir u otros medicamentos
    * Problemas físicos: palpitaciones, temblor de manos, molestias digestivas
    * Problemas de memoria y dificultad para concentrarse
    * Menor interés por actividades y personas que anteriormente eran objeto de interés
    * Aumento o disminución del apetito
    * Actos rutinarios repetitivos como, por ejemplo, limpiar continuamente
    * Enfadarse fácilmente
    * Dar demasiada importancia a pequeños detalles
    * Cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo
    * Propensión a sufrir accidentes
    * Dificultad para superar sentimientos de depresión o nerviosismo
    * No admitir la existencia de síntomas físicos o psicológicos que se justifican mediante otras causas ajenas al cuidado
    * Tratar a otras personas de la familia de forma menos considerada que habitualmente.

5. Pedir ayuda

Muchos cuidadores han comprobado a partir de su experiencia que pedir ayuda a familiares y amigos contribuye enormemente a hacer más agradable el cuidado y extraer más consecuencias positivas del mismo, ya que supone compartir con otras personas las responsabilidades y tensiones asociadas a la situación de cuidado. Pedir ayuda en la tarea del cuidado del familiar mayor siempre es importante, aunque no siempre es fácil. La mayoría de los cuidadores que cuentan con la ayuda de los demás han tenido que “ganársela”. Pero, ¿cómo se gana la ayuda de los demás?
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Pedir ayuda a familiares y amigos

Primer paso para conseguir ayuda: ¡pedirla!

Los cuidadores no deben pretender hacer frente a las responsabilidades del cuidado ellos solos, pero tampoco han de suponer que toda la gente de su alrededor les va ayudar de forma natural. Si un cuidador no pide ayuda, es probable que no la consiga.

Sin embargo, la mayoría de los cuidadores se encuentran con obstáculos que les dificultan la tarea de pedir ayuda. Entre esos “obstáculos” se encuentran, ocupando un lugar prominente, una serie de creencias o consideraciones que tienen los cuidadores hacia el hecho de pedir ayuda a otras personas. Estas creencias o consideraciones constituyen las razones principales de que muchos cuidadores no pidan a otras personas la ayuda que necesitan.
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¿Por qué muchos cuidadores no piden ayuda a sus familiares y amigos?

– Porque consideran que es algo que debería salir de ellos: “¿Qué les pida ayuda? Yo no tengo que pedir nada… Estaría bueno ¡Pero si es su obligación!”.

– Porque no quieren implicar a nadie en el cuidado de su familiar: “Amigos tenemos, pero yo no pido un favor a nadie a no ser que sea por algo grave”.

– Porque consideran, por distintas razones, que la responsabilidad de los cuidados principales debe ser exclusivamente suya. Los cuidadores que piensan así consideran que es natural que todo el peso del cuidado recaiga sobre ellos: “A mi hermano no le puedes pedir nada porque está casado y tiene seis hijos y su mujer también trabaja. (…) Ha colaborado siempre en lo económico, de otra forma no puede. (…) Es distinto que sea el hijo o la hija quien cuide a su madre. Yo a mi madre no la concibo en casa de mi hermano, vamos, de ninguna manera. Las madres donde las hijas sí, pero donde los hijos…”.

– Porque consideran que las demás personas están muy ocupadas con sus propias vidas y no quieren molestarles o interferir en ellas: “Yo no más. Me han dicho algunas personas que le deje con mis hijas, pero las pobres bastante tienen con sus vidas. No, ellas no me pueden ayudar (…) están trabajando todo el día, y luego tienen a sus propios hijos. ¡Como para pedirles que cuiden también de su padre!”.

– Porque consideran que es un signo de debilidad, que ellos deberían poder enfrentar la situación por sí mismos.

– Porque en alguna ocasión lo intentaron y no obtuvieron buenos resultados.

– Porque piensan que nadie va a cuidar a su familiar tan bien como ellos, lo cual, probablemente, sea cierto, ya que ellos conocen bien a sus familiares y el tiempo que les han dedicado les ha enseñado a hacerlo cada día mejor.

Sean cuáles sean las dificultades que los cuidadores encuentran a la hora de pedir ayuda en la tarea de cuidar a su familiar dependiente, es recomendable que, como primer paso para conseguir la ayuda, reflexionen sobre una serie de puntos importantes:
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¿Qué es aconsejable que acepten los cuidadores?

    * Cuidar a un familiar mayor no es tarea para una persona sola.
    * Es necesario para los cuidadores contar con la ayuda de personas con las que puedan compartir las responsabilidades del cuidado, pudiendo así tener momentos de respiro y también períodos de descanso más prolongado o vacaciones.
    * Pedir ayuda no es un signo de debilidad: Es una excelente forma de cuidar de su familiar mayor y de sí mismos.
    * La ayuda de los demás no siempre sale espontáneamente de éstos: en la mayoría de las ocasiones debe “ganarse”.

Puede ocurrir que algunos cuidadores hayan pedido ayuda a familiares y amigos sin obtener la respuesta deseada por parte de éstos. Esto puede suceder porque la ayuda no se haya pedido de forma adecuada: exigir la ayuda o pedirla con agresividad, como si fuera algo que “debe ser así” no son estrategias recomendables para conseguir el apoyo y la colaboración de familiares y amigos.

No todas las formas de pedir ayuda son igualmente eficaces. Los cuidadores que consiguen más colaboración por parte de familiares y amigos ponen en práctica algunas pautas sobre cómo pedir ayuda de forma adecuada y eficaz. Estas orientaciones pueden encontrarse en el apartado Cómo pedir ayuda.


6. Cuando resulta difícil pedir ayuda

En algunas ocasiones, es posible que, a pesar de todos los esfuerzos que hagan los cuidadores para pedir ayuda, algunas personas de la familia sigan sin estar dispuestas a colaborar o directamente se nieguen a ello.

Aunque no es fácil mantener el ánimo en esas circunstancias, algo que puede ayudar a los cuidadores a aceptar esta situación y sentirse mejor es pensar que estas personas pueden tener sus razones para actuar así, aunque los cuidadores las desconozcan. Algunas de estas razones pueden ser:

    * no son capaces de ver el problema en toda su magnitud e importancia,
    * se sienten culpables por no colaborar más y por ello tienden a escaparse o desentenderse de la situación.


¿Qué pueden hacer los cuidadores en estos casos?

Una buena estrategia para obtener ayuda por parte de los familiares es la organización de reuniones familiares con el objetivo de distribuir las responsabilidades del cuidado entre los miembros de la familia. En la página Una formula: las reuniones familiares se ofrece más información sobre este tema.

Otras soluciones que pueden buscar los cuidadores para conseguir la ayuda de alguien que, en principio, se niega a prestarla, es:

    * Intentarlo de nuevo.
    * Pensar qué otras personas podrían ayudarles.

Estas actuaciones hacen más probable que consigan ayuda e incluso que se vean positivamente sorprendidos.

¿Cómo pedir ayuda?

– Pedir ayuda a servicios, instituciones y asociaciones

Aunque los familiares y amigos pueden proporcionar a los cuidadores una ayuda fundamental y enormemente valiosa, en ocasiones esto no es suficiente y resulta necesario otro tipo de soluciones, en concreto, recurrir a servicios, instituciones o asociaciones de ayuda para el cuidado de las personas mayores. En estas entidades los cuidadores podrán encontrar ayuda altamente valiosa como puede ser información sobre los distintos recursos de ayuda a las personas mayores, gestión del acceso a los mismos, orientaciones sobre el cuidado de una persona mayor dependiente, etc.
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¿Qué pueden hacer los cuidadores para utilizar los servicios y recursos que la comunidad pone a su disposición para apoyarles en el cuidado de su familiar mayor?

– Entrar en contacto con organizaciones y asociaciones:

Las asociaciones para familiares pueden ser de gran ayuda para los cuidadores. Existen en muchas ciudades y actúan como entidades de apoyo para las personas que cuidan a familiares, ofreciéndoles información sobre enfermedades y medicación, sugerencias prácticas sobre los problemas que plantea el cuidado, consejos acerca de cómo afrontar el estrés, apoyo emocional, etc. Los cuidadores pueden consultar a los trabajadores Sociales del Hogar para la Tercera Edad más próximo a su casa para averiguar si existe alguna asociación en su ciudad.

– Informarse sobre cómo cuidar a las personas mayores:

Cuando se les pregunta, algunos cuidadores afirman que es posible aprender algo más sobre cómo cuidar a su familiar, por ejemplo, asistiendo a grupos para familiares o sesiones informativas sobre el cuidado de las personas mayores dependientes. También pueden consultar libros y guías en las que pueden encontrar orientaciones sobre cómo actuar ante determinados problemas que plantea el cuidado de personas mayores.

– Consultar a profesionales:

Médicos, psicólogos, trabajadores sociales, personal de enfermería, etc., son profesionales que pueden ayudar a los cuidadores a resolver situaciones difíciles. Por eso, es aconsejable recurrir a ellos cuando se detecten las “señales de alerta” que se comentaron en la sección Darse cuenta, o bien cuando la situación supera al cuidador o cuando éste no sabe cómo resolver un problema concreto. Es importante no esperar a que la situación sea desesperada para recurrir a un profesional, sino hacerlo antes de que esto llegue a ocurrir.


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  1. ¿Cómo pedir ayuda profesional?

    Es conveniente cuidar la forma en que se solicita ayuda a profesionales o instituciones. Si bien las orientaciones recogidas en Cómo pedir ayuda a familiares y amigos son igualmente útiles en este punto, existen pautas específicas sobre cómo pedir ayuda a los profesionales. Para conseguir la máxima eficacia en la solicitud de ayuda es conveniente ser capaz de transmitir claramente cuál es el problema o la necesidad que se tiene.

    ¿Cómo piden ayuda los cuidadores que consiguen más colaboración por parte de profesionales e instituciones?

    a. Antes de la consulta con el/la profesional:

        * se preparan antes de la consulta, pensando cómo van a explicar su problema de la forma más clara posible
        * escriben, incluso, una lista de las preguntas que desean hacer durante la consulta intentando ser lo más precisos posibles

    b. Durante la consulta:

        * intentan explicar el problema o necesidad de manera ordenada y clara, intentando ser concretos y precisos. Expresan un objetivo claro: qué quieren, por qué, para qué y cuándo lo quieren.
        * no esperan a que el profesional “adivine” lo que necesitan.
        * son conscientes en todo momento de que no están pidiendo un favor sino solicitando una información o atención a la que tienen derecho.

    c. Si el profesional no ha comprendido o no se hace eco de su necesidad:

        * Intentan explicárselo nuevamente, para conseguir que lo entienda.

    ¿Qué recomendaciones se puede hacer a los cuidadores?

        * Tener siempre presente el derecho a ser atendidos con respeto.
        * Si no se consigue el objetivo, preguntar a el/la profesional cómo (en qué servicio y a través de qué medios) se podría conseguir.
        * Agradecer siempre la ayuda y los intentos de ayudar por parte de los profesionales.
        * Poner reclamaciones si no son atendidos correctamente.

    ¿Qué servicio elegir?

    Aquí las opciones son diversas. El servicio de ayuda idóneo al que acudir varía de una situación a otra, dependiendo de:

        * la situación económica de cada uno
        * del lugar de residencia
        * de las necesidades concretas que tenga el familiar dependiente o el cuidador.

    A continuación, se ofrece una relación de los distintos centros, asociaciones y profesionales que pueden proporcionar ayuda los cuidadores, así como orientaciones sobre el tipo de ayuda que pueden encontrar en ellos.

    Centros

        * Ayuntamientos y Juntas Municipales.
        * Centros de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma.
        * Centros para Personas Mayores (Hogares y Clubs)

    En estos Centros se puede solicitar información sobre servicios y programas para personas mayores tales como:

        * Ayuda a domicilio estancias temporales en Residencias.
        * Ingreso en Residencias.
        * Centros de Día.
        * Ayudas económicas, etc.

    Asociaciones

        * Asociaciones de Voluntariado y Servicios de Acompañamiento de Cruz Roja o Cáritas.
        * Asociaciones de Mayores o Familiares.
        * Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer. Existen en casi todas las provincias.

    En estas Asociaciones se puede solicitar todo tipo de apoyo e información sobre los servicios que existen para las personas mayores y familiares, así como la asignación de voluntarios que puedan ayudar a los cuidadores.

    Profesionales

        * Médicos del Centro de Salud o Ambulatorio.
        * Personal de Enfermería del Centro de Salud o Ambulatorio.
        * Personal de los Servicios Sociales.
        * Servicios Médicos de Centros para Mayores.

    Estos profesionales pueden ayudar a los cuidadores aconsejándoles acerca del cuidado y cómo resolver algunos de los problemas que pueden encontrarse.

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