Respaldo de material de tanatología

Acompañar es escuchar

De: Rafael  (Mensaje original) Enviado: 22/05/2002 14:56

En mis experiencias primeras de acompañamiento a los enfermos terminales tenía la duda inmensa de qué decir en aquellos momentos. Intentaba respuestas para tanta inquietud que me planteaban los enfermos, pero las sentía equivocadas todas. No creía tener la sabiduría que conjurara el dolor y la angustia. Estaba equivocado al pretenderla: esa sabiduría no existe. Descubrí que no existen mágicas respuestas intelectivas para salirle a la menor inquietud del que se está muriendo.

Ahora cuando surgen las desesperadas preguntas del ¿por qué yo?, ¿por qué ahora?, ¿qué he hecho para merecerlo?, entiendo que no hay respuesta distinta al silencio. De ser posible enseguida abrazo al paciente para que llore en mi hombro o, si es el caso, dejo que me diga todo lo que desee sin interrumpirlo; lo escucho atento, muchas de las preguntas que suelen hacernos son retóricas, es decir, las hacen  para no ser contestadas; se las hacen a ellos mismos como una forma de medir sus fuerzas ante lo inevitable.

Terminé entendiendo que acompañar es escuchar con atención. Debemos ser el “aquí estoy” de esa forma de oscuridad ajena. 
(…)

Cómo ayudar a morir con dignidad

De: Fernando_Díaz  (Mensaje original) Enviado: 06/03/2002 21:05

Título: Cómo ayudar a morir con dignidad
Autor: Fuente: Diario La Nación
Descripción:  Entrevista al Profesor Robert Twycross, especialista inglés en Cuidados Paliativos.
(De: http://www.psicooncologia.org/mundo/mundo_detalle.cfm?mundo_ID=11)

Profesor Robert Twycross: especialista inglés en cuidados paliativos

Cómo ayudar a morir con dignidad
Es posible ofrecer alivio a los dolores y síntomas de los moribundos, además de contenerlos psicológica y espiritualmente.

· En Gran Bretaña funcionan 250 centros de atención a enfermos terminales
· La especialización médica se orienta más a curar que a aliviar
· Es mejor que el paciente muera en su casa

El profesor Robert Twycross, director del Centro Internacional de Cuidados Paliativos de la Universidad de Oxford, Inglaterra, se especializa en ayudar a las personas que padecen enfermedades terminales a morir con dignidad.
El médico inglés, que trabaja hace 30 años en el tema, fue invitado a la Argentina por la Asociación Pallium, dirigida por el doctor Gustavo de Simone, coordinador del grupo de Trabajo de Cuidados Paliativos del Hospital Udaondo y director de la
Carrera de Médico Especialista en Oncología Clínica de la Universidad del Salvador. En Pallium (pallium@ibm.net) funciona el programa de Cuidados Paliativos del Hostal de Malta, sostenido por la Asociación de Caballeros Argentinos de la Soberana Orden Militar de Malta, que ofrece asistencia gratuita a pacientes terminales sin medios económicos.

La Nación dialogó con el doctor Twycross luego de una de sus clases.

-¿Qué implican los cuidados paliativos?

-Cuidar más allá de curar. Aunque en algunos pacientes esto implica un tiempo prolongado, para la mayor parte de los enfermos en etapa terminal son semanas o pocos meses. Por eso también pueden ser definidos como cuidados de confort para la persona muriente. Sé que en la Argentina hay 30 o 40 grupos que los ofrecen, pero la mayoría sólo trabajan en hospitales. El cuidado domiciliario no está desarrollado.

-¿Es mejor de ese modo?

-Está demostrado que la mayor parte las personas al final de su vida prefieren realmente estar en su casa, con sus afectos, y no en una sala de hospital. Pero no siempre es posible.

-¿Cómo son en su país los cuidados paliativos?

-En el Reino Unido existen desde hace unos 40 años, como reacción a la especialización extrema de muchos servicios. Hace 60 o 100 años, la cura era poco frecuente. Luego, algunos médicos que en ciertas especialidades pudieron
curar más, se concentraron en la cura y perdieron la habilidad de aliviar. Los cuidados paliativos implican restaurar esa visión holística de la medicina que dice: curar a veces, aliviar a menudo, cuidar siempre.

-¿Los pacientes terminales reciben en Gran Bretaña estos cuidados, cubiertos por el sistema de salud?

-Nunca afirmaré que el sistema de salud es perfecto, pero hemos desarrollado un sistema nacional de cuidados paliativos y el servicio público lo mantiene. Tenemos 250 unidades con pacientes internados y cuidado domiciliario operando desde estos centros y en forma independiente. Por cada enfermo internado hay 10 cuidados en sus casas. Pero además, la especialidad está extendida a nivel académico. Hay profesores, cursos de entrenamiento. Y los estudiantes de medicina tienen la obligación de conocer las necesidades del moribundo antes de que se reciban.

-¿Cuál es el enfoque de la tarea?

-Las características de los cuidados paliativos son el partnership o trabajo conjunto entre los médicos, enfermeros y otros miembros del equipo de salud, el paciente y su familia. El partnership representa una actitud diferente de la que
probablemente tiene el médico tradicional, con su acercamiento más autoritario.
La tarea se basa en un equipo multiprofesional: médicos de distintas especialidades, enfermero, psicólogo, ministro de fe, terapeuta físico, nutricionista. No todo paciente necesita a todos, pero hay un equipo, entonces los profesionales están disponibles. Cuando se habla del alivio no es sólo de los síntomas físicos, pero es muy difícil ocuparse de los aspectos espirituales y psicológicos si no se alivian los síntomas físicos, como el dolor.

-¿Puede evitarse que el paciente llegue hasta su morada final inconsciente por los calmantes y sin posibilidad de comunicarse?

-Si hay entrenamiento, en la inmensa mayoría de los pacientes se puede lograr ese objetivo: que permanezcan libres de dolor y otros síntomas molestos, pero lúcidos.

-La morfina y otros opioides, ¿son peligrosos?

-Muchos de los que sienten dolor la necesitan, no todos. Lejos de lo que se cree, es uno de los fármacos más seguros si la administran profesionales entrenados.

-El paciente, ¿debe saber la verdad sobre su situación?

-En líneas generales, cuanto más honesta es la comunicación, más saludable, y esto implica la posibilidad de hablar de temas difíciles. Muchas veces los familiares no saben qué es mejor. Por eso suelen consultar a los equipos de
cuidados paliativos.

-A veces se dice: “No le digas la verdad, va a sufrir más…”

-Partimos de una premisa falsa: no le digas la verdad como si el paciente no lo supiera… El secreto está en cómo podemos compartir esa verdad. En la gran mayoría de los casos, el paciente siempre sabe. Y si bien algunos utilizan un
mecanismo psicológico de negación, luego pasarán a una etapa de mayor aceptación. Ahí está la tarea del equipo para que estas etapas puedan ser vivenciadas.

-¿Qué piensa de la eutanasia?

-Hace más de 30 años que trabajo en cuidados paliativos y hay un tema en el que me mantengo firme: la completa oposición a la eutanasia. Estoy convencido de que la mejor respuesta al sufrimiento en el final de la vida no es la eutanasia.
Los cuidados paliativos, en cambio, establecen un balance entre la afirmación y defensa de la vida (es un movimiento en favor de la vida), pero al mismo tiempo ayudan a la aceptación de la muerte como una realidad inevitable.

Por Gabriela Navarra
De la Redacción de LA NACION
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Cuidados paliativos, calidad de vida y psicología

De: Fernando_Díaz  (Mensaje original) Enviado: 04/03/2002 20:29
UN ARTICULO PARA REFLEXIONAR…

Cuidados paliativos, calidad de vida y psicología

Lic. Zulema G. Toll

Desde el enfoque de la medicina, se habla de paliativo, cuando el
abordaje al paciente ya no tiene como fin, la curación, pues ésta no se
habrá de producir, sino como una forma de aproximación y cuidado
destinado a mejorar la calidad de la vida que aun quede, acercando las
técnicas y medicamentos destinados a ayudar en el proceso del
morir, reduciendo el dolor y el sufrimiento.

En este sentido creo que lo medico forma parte de un continuo que
comenzó cuando la salud se quebranto, hasta su desenlace; son
momentos dentro de la vida humana donde el medico se inserta en
distintas etapas del vivir y el morir; inserción que es demandada por
el paciente y su familia; el medico debe procurar la vida, pero ha de
aceptar que no puede evitar la muerte. Y obrar en este momento no es
otra forma de medicina sino la culminación de un acto iniciado al
nacer.

La forma de trabajar con un paciente en cuidados paliativos es de la
misma calidad que con cualquier otro paciente, porque entiendo que
no hay un paciente, de un antes y un después de… Es el mismo
sujeto que atraviesa diferentes etapas.

Los abordajes psicológicos en general son para mejorar la forma en
que alguien vive su vida, sea porque se siente mal o esta angustiado o
atraviesa alguna crisis etc.
Y así como uno aborda a una persona que le solicita consulta, de
diferentes formas según las etapas que vive, así entiendo mi abordaje.
Una consulta en una etapa de finalización, en la que soy requerida
para compartir con otro lo que le pasa y le asusta o teme.

Cuando soy requerida?

En pocas oportunidades he podido iniciar una consulta, al comienzo
de un problema. Generalmente intervengo cuando ya esta instalado el
cáncer y sus efectos empiezan a ser mas intensos.
Podría marcar tres momentos:
· Cuando el paciente ya esta diagnosticado y pudo haber
habido algún tipo de intervención u operación anterior. Son
pacientes ya “viejos” del servicio o servicios y que por alguna
causa quieren consultar a posteriori.
· Cuando hay metástasis y debe ser operado, re-operado, o
necesitar quimioterapia o rayos.
· Cuando están en situación terminal, sea en internación o
ambulatorios (aun)

No siempre es posible tener una cierta frecuencia de consulta rutinaria,
que permita un acompañamiento adecuado; por el contrario, lo mas
común son las interrupciones -no solo porque deben cumplir las visitas
y tratamientos médicos- sino porque al sentirse mejor recurren
rápidamente a la huida de la enfermedad cortando el lazo terapéutico.

Dos ponencias en el congreso de cancerología de abril/2000 han
caracterizado al paciente oncológico como “sometido”. Lo cual habla
no solo de la conducta previa de estos pacientes, sino de las que han
de cumplir para recuperarse: se someten a exámenes, quimio etc. (por
tanto a veces se escapan, se rebelan).

Cualquiera de los tres momentos que marque antes, puede ser
estresante para los individuos. No todos lo resuelven eficazmente, por
lo que intervengo cuando están agotadas las formas de resolución
individuales, o de contención familiar, o institucional. Las personas se
encuentran angustiadas, con mayores o menores signos depresivos, y
estos sirven de alarma al medico, o al mismo individuo. No todos
pueden ser resueltos con psicoterapia, y muchas veces es necesaria
la consulta con psiquiatría para regular la medicación adecuada.

Que se me pide?

Tomar un paciente que tiene un plus de ansiedad/angustia que no se
resuelve en el acto medico. También deslindar cuanto de agotamiento
físico presenta la persona y cuanto hay de depresión cierta.
El paciente, me pide que lo tranquilice, ver si yo corroboro lo que los
médicos le han informado, (sabemos que los pacientes cuando se les
informa de su situación, no siempre pueden recordar el 100% de lo que
se les dijo, por el contrario, según algunos investigadores, solo
retendrían el 40% de lo que el medico les informo); la persona espera
poder manifestar sin autocrítica, sus emociones: miedo a morir,
desesperación, bronca, miedo por el futuro de la familia y también
estimulo para seguir haciendo y no quedarse en actitudes
autocompasivas.

El equipo de oncología da la información a las personas, en la medida
que éstas quieran conocer mas sobre su situación. Sabemos que las
personas, tienen distintos grados de tolerancia al conocimiento de lo
que les pasa.
De la misma manera cada profesional según su personalidad, devuelve
su saber con las palabras que le son mas convenientes.

Cuando les pregunto a los pacientes que saben de su enfermedad, la
mencionan y como defensa para no sentirse abrumados, la refieren
como si fuera un tercero el que esta enfermo.
Se escinden parcialmente, de la carga emotiva que conlleva la
información.

Que un paciente conozca su diagnostico, no necesariamente significa
que sabe los riesgos en que esta, porque defensivamente una parte de
si niega la situación para poder seguir con lo que se le indica. Otra
parte conoce y se deprime. Con esto quiero decir, que en pocas
oportunidades el paciente me ha dado la posibilidad de hablar de su
propia muerte y el futuro de los que deja.
De hecho han sido estas personas las que me entregaron la
experiencia mas rica de acompañamiento y me dejaron un buen
recuerdo de ellas y de su coraje.

En la situación de internación, el abordaje al paciente es complejo,
pues intervienen factores de distracción e interferencia que obturan la
búsqueda de alguna sensación de privacidad.
La presencia de otros enfermos, con otros diagnósticos, no siempre
colabora con el bienestar del paciente de onco.

Asimismo, aquellos pacientes a los que no se les da toda la
información que piden, o que ellos suponen que hay algo mas que no
se les dijo, toman las recorridas de sala y lo que los profesionales
comentan, incorporándolo a su propia información, con lo cual es difícil
sostenerles lo que se les dijo con lo que oyeron. Esta última situación
es mayor aún en el caso de las personas que por diversas causas
debe permanecer internadas mas de una semana, son evaluados por
diferentes especialistas y siguen internados mas del tiempo optimo de
tolerancia, viendo como muchos se van de alta (y otros mueren).
Esto último me fue dicho por un paciente en su segunda internación y
operación “lo que mas mal me pone son los compañeros que se
mueren”. Son anuncios de la propia finitud.
Estimo que en las personas con diagnostico de cáncer avanzado, las
acciones deben ser rápidas y puntuales porque el tiempo les es
precioso, porque aunque no sepan cuando será su momento, intuyen
que lo tienen que aprovechar al máximo, y esto es, poder estar
rápidamente en su casa, con la familia, en el ámbito que les es
conocido y protector. Es muy difícil despedirse de lo que uno ha
amado estando en un hospital.

La familia

Son los que sostienen al enfermo con los cuidados, atenciones o
ayuda. En el caso de aquellos pacientes que aun ambulan, ellos “los
traen” y “se traen”. Hablo con ambos, pero en general por separado.
Pregunto si aceptan la intervención del familiar en su sesión y acepto
lo que ambos resuelven.
Cuando la entrevista es en la sala, son los que se retiran y me dejan
su lugar para que “hablemos tranquilos”. Yo tomo este gesto como de
agradecimiento que el familiar da, por que hay alguien mas, dispuesto
a escuchar a su ser querido.
En general tienen toda la información sobre la enfermedad y la
evolución; intermedian entre el medico y su paciente, de manera mas o
menos fluida, según el caso; pero no siempre comparten la verdad con
el enfermo. Hay una actitud de protección ante una verdad que estiman
mas lesiva. Es también la sensación de que decir lo que pasa es una
forma de aniquilación.

El lugar de la esperanza

Un dicho de otra paciente: “espero que Ud. Venga, porque me trae una
ilusión”. Mi desconcierto fue grande, porque si de algo yo no me daba
cuenta qué promovía, era que mantenía a alguien en ninguna ilusión. Lo
ilusorio , es tomar una parte de la realidad -recortarla- y producir otra
cosa. Me asusto pensar que se estaba muriendo -yo sabia que era así-
pero que ella no estaba enterada. Después me di cuenta: en realidad el
pedido es mantener la esperanza. Ella me esperaba para mantener su
propia esperanza para poder soportar lo insoportable y no dejar de
pelear.

En un articulo muy interesante esta como recomendación a los
facultativos, el mantener la esperanza en el paciente, que siempre hay
posibilidad de instrumentar algo mas. A estas alturas, creo que esto es
relativo. Cuando ya no hay mas cosas para hacer, habría que permitirle
a las personas que se vayan yendo. Aliviar el dolor, pero permitir la
despedida.
Es como con una mudanza: si yo tengo la esperanza de volver, nunca
me voy del todo. Y mantener la expectativa, es agotador en si mismo.
Es difícil hallar el termino justo entre lo que aun es posible, y lo que no
siendo ya posible se reitera, aun a riesgo de insistir porfiadamente en
lo operativo.

La calidad de vida en oncología, no es diferente a la calidad de la vida
diaria; según mi percepción, va ligada al respeto y a la dignidad. Pero
también a la posibilidad de elegir lo que es mejor para uno, aunque no
sea lo mejor para mantener vivo a alguien.
Si el medico no estuviera ligado al juramento -magnifico de honrar la
vida- pero al que se le ha hecho una segunda lectura -continuar la vida,
impedir la muerte-, y no estuviéramos todos, presionados y
aprisionados en nuestra praxis, posiblemente tendríamos una visión
mas clara de hasta donde llegar.
Posiblemente también mejoraríamos la calidad de nuestra propia vida ?

Lic. Zulema G. Toll

zetage@tutopia.com

Bibliografía:

S. Freud ? duelo y melancolía
T. Dethlefsen y r. Dahlke ? la enfermedad como camino
E. Kübler Ross ? la muerte: un amanecer
M. Glöckler y j. Schürholz ? el cáncer. Su tratamiento

Muerte y Espiritualidad

De: Charles Chaplin  (Mensaje original) Enviado: 24/02/2002 22:54
  MENSAJES SABIOS.
   
  Dicen que de religion y politica es mejor no hablar para conservar la paz y los amigos. Pero si es bueno y necesario adentrarse por los senderos del espíritu, es bueno trascnder y dejarse iluminar por la sabiduria secular de los misticos, los Maestros y los sabios. Una persona realmente espiritual va mas alla de la materia y lo efimero y sabe enterrar dogmas, certezas y creencias. Una persona espiritual practica el arte de vivir y, por lo mismo, es tambien un artista del morir.

  Los invito a compartir aca textos, inquietudes o mensajes que nos nos den luz, consuelo, esperanza y guia en el paso de la vida y el paso de la muerte que es un paso entre vidas. Aqui van para iniciar tres textos:

  SENECA.

  “Aquellos que llamamos muertos lo unico que han hecho es
  adelantarse en el camino”

  SANTA TERESA DE JESUS.

  “Ven muerte tan escondida
  que no te sienta venir,
  porque el placer de morir
  no me vuelva  a dar la vida”.

  CARLOS CASTRO SAAVEDRA. Poeta colombiano.

  “No se muere, se nace una segunda vez
  y se vuelven jazmines los dedos de los pies.
  Venimos de la luz y vamos hacia ella
  con vocacion de noche y con vocacion de estrella.

Tiene que haber alguna luz
  entre la noche mas espesa,
  algun pais desconocido
  donde no exista la tristeza.

  No se muere, se nace una segunda vez
  y se vuelven jazmines los dedos de los pies.

Índice del 4o. Número de Coexistencia. "Muerte"

De: Rafael_Rguez  (Mensaje original) Enviado: 16/02/2007 4:00

Revista Coexistencia Etnología, Diversidad, Ciencia, Arte y Humanismo
Año 2, Número 4

“Muerte”

Sumario

La muerte, una propuesta de análisis
Juan Sandoval Pallares

Algunas ideas sobre lo ?objetivo? de la muerte
Carlos Alberto Jácome Hernández

Morir en Nueva España. Los lugares de sepultura y la evangelización de los indios como puerta de entrada al más allá
José Gabino Castillo Flores

La muerte en la lírica infantil colonial mexicana
Elsa Malvido

Después de todo, ¿quién se come a los monstruos? (San La Muerte – Argentina)
Walter Alberto Calzato

El rostro de Thanatos en México: un vivir sin vivir
Jesús Turiso Sebastián

Muerte y pobreza. Las contratas de entierros y las dificultades ante la muerte en Yucatán a finales del periodo colonial
Pedro Miranda Ojeda

La muerte en el imaginario maya. Estudio iconográfico de vasijas tipo códice
Juan José de la Cruz Arana

Xipe, Xantolo y la muerte
Rosalba Aguilera Muñoz / Ángel J. Lecona

Los ritos fúnebres mazatecos
Inti García Flores

Suicidas y entierros profanos en Guadalajara a mediados del siglo XIX
Isabel Eugenia Méndez Fausto

Para no olvidar a los muertos: re-creación de memoria social en el Cementerio Central de Popayán
Ximena Varela Fagúndez

Antropología forense y reconstrucción facial en procesos de identificación. Estudio de caso
Oscar Eduardo Ñáñez López

Algunas consideraciones acerca del duelo alrededor de la muerte
José de Jesús Padua Gabriel

La eutanasia: ¿delito o práctica humanitaria?
Manuel Tejeda Reyes

Una mirada al culto de la Santa Muerte en la Cd. de México
Francisco Manuel Palma Lagunas

Miscelánea

El Toloache, planta mortal (por lo menos, letal para el orgullo viril)
José Alfredo Genis Pérez

?Sócrates anti-víctima?. Breve ensayo sobre el problema del sacrificio ritual
Marcela Venebra Muñoz

Auictzotl, el mito que siempre existió
Alberto Ulises Valiente Argüelles

Hombre, ecosistemas y agroecosistemas
María de Lourdes de la Isla de Bauer

Secciones

Tlacuilo
Antonio Monroy Castro

El Espejo
Entrevista a Piri Gay

Media Luna
Oquizaco Metztli
Ángel Lipizano

Riox del muerto que ve
Marco Fonz de Tanya

La Biblioteca 
Teoría y Estructura Sociales de Robert K. Merton
Nallely Ramírez

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El Consejo Editorial se reserva el derecho de selección.

Entrevista sin rodeos

De: Raúl  (Mensaje original) Enviado: 12/03/2007 14:34

Me pareció compartible…

Cordialmente

raúl&

DIARIO RÍO NEGRO – Edicion impresa pag. 15

ENTREVISTA A SUSANA FRIEYRO, EXPERTA EN CUIDADOS PALIATIVOS: “La muerte es parte del ciclo vital”

-¿Existe la muerte digna?

-Sí. Lo vivo acompañando pacientes. Me tocó en carne propia. Como no creo en las casualidades, creo que la vida me fue preparando para poder vivir lo que me tocó vivir personalmente. Es posible morir con dignidad desde lo físico, social, espiritual y familiar.

-Deja su experiencia…..

-Es experiencia de crisis.

-No parece ser fantástica…¿cómo la podríamos calificar?

-Es vital. Nunca nadie es igual al día anterior. No sólo ante la muerte. Con cada día que vive. Nosotros estamos preparados para decir por ejemplo… pucha… mañana te llevo nene, a ver el libro que querés comprar…. .Y uno cuando está frente a una situación de terminalidad, revaloriza la vida. Lo que estamos haciendo con los cuidados paliativos es volviendo a ser médicos, el viejo médico humano. Aquel que es capaz de acompañar y de entender que la persona está enferma. Que no sólo es dolor de cabeza, diarrea, vómito, sino que le pasa algo en el alma y como profesional es capaz de escuchar esas cosas.

-Los seres humanos no estamos preparados para la muerte…

-No.

-Después aparece como que es lo peor que puede pasar….

-Exacto. A veces, tomar la conciencia de que uno es finito permite revalorizar que no es lo peor que te puede pasar. Es peor vivir una vida indigna, una vida mentirosa. Esas cosas son peores que saber que te vas a morir. Todos sabemos que nos vamos a morir. Algunos saben la fecha del cheque diferido que tienen.

-A veces esquivamos el bulto, nos cuesta mucho atender una situación de muerte de un allegado, queremos evitar el momento traumático….

-A nosotros nos formaron mucho en la etapa de residencia (médica) en este país en la “súper-especialidad”. En el no contacto, en no involucrarse, en poner distancia (con los pacientes) porque sino no sos buen médico. La verdad es que hay que involucrarse. Aunque sea un médico clínico tiene que meter la mano, tocar y oler. Si el paciente huele a transpiración, un buen clínico puede diagnosticar un cuadro de acidez diabética. ¿Eso no es involucrarse acaso? Es hasta el tuétano.

-Pareciera que cada uno hace un proceso interno distinto frente a la muerte.

– Es así. A veces representa más miedo, a veces uno expresa aquello que como no tengo miedo y desde la negación está diciendo que le produce un pánico absoluto. La pregunta es qué es la muerte y cómo uno llega, y se pregunta cómo voy a llegar, el dolor…. ¿Detrás de las bambalinas habrá algo o todo lo que creí no existe?…. Uno piensa que hay un escenógrafo del otro lado. A lo mejor no está y qué macana… . A lo mejor te caíste al abismo.

– ¿Está formada la sociedad?

– No. A un chico si se le muere el perro, se lo cambiamos. Se le rompe un juguete querido le traemos otro para que no se dé cuenta. Las pérdidas, así como las ganancias son parte real de nuestra vida. Y que el abuelo porque es más viejo es más frecuente que se muera, es cierto. Pero también se mueren los bebés porque se enferman. Se provocan abortos…

-Hay gente que se tiene que bancar la lenta agonía de un ser querido y termina aliviado cuando muere por falta de fuerzas. ¿Qué reflexión le merece?

-En los cuidados paliativos vemos que no se trata sólo de un paciente. Existe una unidad que es la familia, el paciente y el cuidador – sea médico, terapista ocupacional o acompañante -. Es todo un cambio de roles. Vivimos distraídos de que alguien se va morir.

-No hay patrón de conducta….

-No lo hay. Lo que sí en la experiencia de trabajo, en la medida que te podés sentar, escuchar el miedo, ayudar a que el paciente lo saque, bien. Estamos entrenados (mal) porque un día llegás al consultorio, les decís ¿qué tal? ¿bien con el remedio que te dí?… bárbaro… te fue bien…., ya no te duele más, no vomitaste… qué suerte… .Me pregunto: de qué dejamos hablar al paciente… . Cuando se va a una entrevista de cuidados paliativos quizá en la primera, segunda o tercera no lograS cosas, pero después sí. Debe preguntar, ¿cómo estamos hoy, en qué necesita que lo ayude? Cuando un paciente cancerígeno se retuerce de dolor tenemos que establecer pautas. Si no está durmiendo por el dolor tratemos de pautar que disminuya por la noche y nos vemos en 48 horas. Hay que establecer pautas a corto plazo, cumplibles, realizables y que el paciente y la familia las puedan palpar.

-Qué resulta más fácil atender, ¿al paciente o el entorno familiar?

-El ideal sería poder participar con los pacientes desde antes de la terminalidad absoluta. Con los dos. A veces los médicos fallamos. Nos cuesta decirnos a nosotros mismos que nos vamos a morir. Decir que también estamos elaborando cotidianamente nuestra propia finitud y tratando de hacer de nuestra vida diaria algo digno. Nos cuesta transmitirle al otro. Nadie puede transmitir lo que no tiene. Si tengo miedo…, traslado miedo. Si tengo certeza, seguridad y tranquilidad, voy a transmitir eso. El problema es cuando un colega te manda un paciente recién operado, y que no tiene más chance que matarse de dolor porque no se le pudo sacar el tumor y el intestino quedó obstruido. Que te lo largan con unas gotitas y que ande con eso. La cuestión es cuando te lo encontrás, le tenés que preguntar qué sabe de la enfermedad, qué más necesitaría saber. No podés venir con una verdad cruda. Hay que saber qué es lo que quiere recibir y cómo lo quiere. Me ha pasado con pacientes que me dijeron: sé donde estoy parado, no quiero saber el nombre, pero quiero que me ayude. A no tener dolor, a no hacer sufrir a mi familia. Lo charlas. No practico la eutanasia, entonces dices mire: yo no haría ninguna cosa que le quite horas de vida porque la hora no la manejo yo en el día. Sí le puedo dar cosas que le alivien.

-¿En qué grado de desarrollo están las unidades de cuidados paliativos, hay resistencia de los médicos?

-Hay resistencia. Pasa en todos lados… en Argentina… en España. Es la resistencia formativa. Nos formamos con un criterio de absolutismo. Los médicos decimos: soy el que sabe, el que te digo. En realidad, es el paciente que sabe qué le duele y lo que necesita. Debemos ser lo más abiertos posibles para recibir su mensaje, poder decodificarlo y devolverle algo que le sirva. No sólo el Reliverán por si tiene vómitos… .

-¿Todo está restringido a la actuación de los médicos?

-Estamos en pañales. Esto cuesta mucho por más que esté avalado por el Programa Médico Obligatorio. Sale de la Organización Mundial de la Salud que pide acompañamiento en muerte digna y envejecimiento normal de la población.

-¿No existe conciencia en obras sociales?

-Lo que pasa es que siempre se piensa en que el criterio de la salud es un gasto y no una inversión. No debemos olvidar que una entidad hospitalaria da trabajo, hay un efecto multiplicador en terapistas ocupacionales, asistentes sociales, proveedores, que moviliza la economía. Lo que hay que preguntarse es si es más valiosa una atención digna o estar disputando judicialmente un recurso de amparo porque alguien no puede recibir una prótesis.

-¿Hay que vencer prejuicios?

-Claro. Hay que pensar que un afiliado de una obra social necesita una atención y no hay que mirarlo como un gasto. No es poca cosa que el paciente pueda estar con su familia, sea una enfermedad neurológica, pacientes con sida, con hepatitis terminal. ¿Por qué tiene que estar en una institución aislado de la familia? Yo le pregunto mucho a la gente cómo quiere pasar los últimos días.

-¿Qué pasa con aquellos casos en que la familia se desentiende?

-No pueden estar en sus domicilios. El 95% pide que la agonía sea en el domicilio. Frente a la claudicación familiar, tenés siempre la obligación de una reinternación, porque en el medio siempre estuvo rondando la fantasía de la curación.

-¿Cómo se maneja el duelo?

-Sinceridad. Hay que decir la verdad y que te entiendan. A nosotros los médicos nos encanta hablar en difícil y dejar al otro con la boca abierta. Al final le termina preguntando al vecino sobre qué quisimos decir. Somos una cosa de locos. La verdad siempre es importante, en forma aceptable y en el momento que pueda ser recibida. Si una persona está sumamente angustiada con un cáncer de mamas, no podés pretender decir te quedan tres meses de vida…., vamos a ver qué hacemos y que nos vemos la semana que viene. La cosa no es así. Hay que pactar. Tenés familias que se acompañan bastante tiempo. Se puede hacer un trabajo comunitario, a veces no es la esposa o el hijo, un cuidador. Se hace un duelo previo, anticipado, así todos van sabiendo hacia dónde vamos. Tenemos familias que se entrenan para suministrar morfina. Hay que darle tiempo. El paciente terminal a lo mejor tiene deudas internas y externas. A lo mejor vivió gran parte de su vida enojado con un hermano y frente a la muerte revalida la relación. A lo mejor piensa que cometió una estupidez y lo llama para decirle que siempre lo quiso.

La ciencia comienza a responder los dilemas que se presentan en torno de una persona con una enfermedad que se presume terminal. La tendencia que se impone: los cuidados paliativos, es decir el alivio del sufrimiento. Una especialidad, según la médica Susana Frieyro.

Por una mejor calidad de vida

Susana Frieyro se inició en la profesión de médica especializándose como cirujana en un momento difícil del país (década del ’80). “Hice la residencia en el hospital Alvarez de Buenos Aires. Había tanto ‘machismo’ que no querían saber nada con mujeres, la sala parecía un taller mecánico por la cantidad de afiches con chicas desnudas y el jefe era un panzón que me preguntó cómo iba a operar cuando estuviera embarazada. Le respondí que el embarazo era una cuestión transitoria y el abdomen abultado no. Al final me aprobó con la mejor nota”; recordó. Trabajó en el hospital Zatti de Viedma y ahora profundizó sus actividades en cuidados paliativos, impulsando la creación de una unidad especial en el Sanatorio Austral de Viedma. En la actualidad integra la Asociación Argentina de Cuidados Paliativos, la Sociedad Internacional y está concluyendo un máster en Tanatología, es decir educar para el acompañamiento de pacientes terminales y desmitificar la muerte, en la universidad española de Tenerife.

ENRIQUE CAMINO
rnredacciónviedma@yahoo.com.ar

reglas del duelo

De: Alias de MSNPaloma_46_  (Mensaje original) Enviado: 16/06/2007 13:29
Como os dije, asisti a una sociación de mutua ayuda ante el duelo en el que hay psicólogos y entre varios artículos que me han dado este que me parece muy interesante:

REGLAS DEL DUELO

  1. Todas las personas no reaccionan igual ante la muerte de un ser querido.
  2. Disimular nuestro dolor no conduce a nada positivo, bloquea la comunicación con los otros familiares que pueden estar sintiéndo lo mismo que nosotros.
  3. Tras la muerte de un ser querido ES NORMAL que el mundo se vuelva caótico e inseguro.
  4. Durante el duelo debe seguirse un control médico periódico para prevenir, tratar a tiempo o controlar ciertas enfermedades que pueden aparecer o empeorar.
  5. Sí existen factores de riesgo de un proceso de recuperación complicado o difícil, ¡consulte a especialistas del duelo!
  6. La pérdida de un ser querido no se “supera”; nos “recuperamos” de las pérdidas, pero nunca se superan y molestaran de cuando en vez como lo suele hacer una cicatriz.
  7. El proceso de recuperación tras la pérdida de un ser querido suele tardar entre 3 años y 4 años para completarse.
  8. La tercera fase del duelo es prácticamente idéntica a una depresión.
  9. Uno de los aspectos más importantes para facilitar la recuperación de los adultos que ha perdido un ser querido es la EDUCACIÓN EN DUELO.
  10. El revivir la experiencia (la causa de la muerte o lo que condujo a esta) facilita la integración de la realidad de la pérdida (todo lo contrario a lo que la gente suele hacer)
  11. El primer paso a dar cuando se quiere ayudar a alguien que intenta reponerse y recuperarse de la pérdida de un ser querido es INFORMASE y aprender la CULTURA DEL DUELO.
  12. ¿SE PUEDE O NO LLORAR?… “Si me golpeo una espinilla, si estoy de parto, si me operan, si algo me sale mal, si me roban un objeto familiar muy valioso, etc., suelo llorar con amplia libertad. Todas estas circunstancias son dolorosas. ¿Porqué no he de llorar ante una situación que me produce un DOLOR TOTAL? Dolor bio-psico-socio-familiar y espiritual; duele el alma, el pasado, el presente, el futuro. Duele la vida”. Asi, no solo se puede llorar, sino que, además, es sano.
  13. La Institución más importante para recupeprarse de la pérdida de un ser querido es LA FAMILIA.
  14. La terapia más importante para podernos recuperar de la pérdida de un ser querido es LA TERAPIA DEL HOMBRO-OIDO-ABRAZO.
  15. ¡DUELO QUE NO SE HABLA ES DUELO QUE NO SE CURA!

Ponencia sobre la muerte

De: Alias de MSNYiack2  (Mensaje original) Enviado: 08/06/2007 18:55

UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE FILOSOFIA

Alumno: Oscar Salazar Salvador

Ante una vida determinada por la muerte

Introducción

    De los temas mas inquietantes, difíciles de entender e interpretar es el  fenómeno de la muerte, este es uno de los más grandes misterios al que se enfrenta el ser humano. La  razón por la que abordo este contenido es por que  tanto el morir como el nacer se convierten en los puntos más relevantes, importantes y decisivos de la existencia humana, los cuales nos hacen considerar aspectos que conducen  a problemas relacionados con el sentido de la vida.

Panorama general

    La muerte[1] es un fenómeno biológico el cual implica el fin irreversible de las funciones vitales; se ha concebido como algo negativo  en tanto que la vida ha de acabar necesariamente con la muerte, esto es la base de la angustia existencial  que se acentúa al considerar que la muerte no sólo es un hecho sino un proceso (desde  que nacemos estamos condenados a muerte) pues la vida misma forma parte de un morir.

?nacimiento y muerte pertenecen igualmente a la vida y se contrapesan. El uno es la condición de la otra. Forman los dos extremos, los dos polos de todas las manifestaciones de la vida?[2].

Planteamiento del problema

    Teniendo su propia noción de muerte, el hombre se ve en medio de  un espacio de inseguridad ante las alternativas a las que puede verse confrontado, surge un miedo al futuro y en una actitud pesimista se llega a preguntar por el significado de su vida. Preguntas como: ¿por qué nacimos, si vamos a morir? Conducen a afirmar que ?vivir es un absurdo? ya que la muerte como fin irremediable de la vida parece oponerse a su significado positivo.

?El centro de todas las incomprensiones lo encontramos en la generación, el nacimiento, el desarrollo y la muerte. El viviente sabe de la muerte y no puede, sin embargo, comprenderla[3]?.

    Las preguntas por el sentido de la vida parten de la consideración  de la muerte como un hecho inevitable, de la conciencia de la muerte, cuado la persona cobra conciencia de esto, regularmente asume estas  posiciones: no seguir viviendo o decidir que vale la pena vivir.

    En base a lo anterior dicho y teniendo la certeza de la muerte individual única e irrepetible, condición y a la vez negación de la vida me surgen las siguientes  preguntas:

1.- ¿el hecho de la muerte  priva de significado a la vida?

2.- ¿Es la muerte el impedimento de una vida con sentido (que anula o suprime el sentido de la vida)?

3.- ¿la muerte hace que nuestro vivir sea irrelevante?

Mi respuesta va mas enfocada en la primera pregunta y en respuesta a esta mi afirmación es que no.  La muerte no priva de significado a la vida.

¿Por qué esta afirmación?

    Bien es cierto que la única certeza en la vida es la muerte y que ante ella no podemos hacer nada.  Es esto puede ser razón para pensar que no vale la pena vivir por que se implica ruptura de nuestras construcciones de vida y de nuestro futuro, sin embargo, esta ruptura no puede ser motivo  para no hacer de una vida algo significativo, puesto que adjunto a la certeza de que vamos a morir hay una indeterminación del no saber cuándo se cumpla este plazo y al no saber el ?cuándo? puede ser razón para no esperar dejando pasar la vida pensando en el momento en que ocurra.

    Otra razón de mi afirmación es por que el hombre  se ve determinado y no puede cambiar aquello que constituye su existencia. Ciertamente tiene un límite el cual marca su finitud humana y de la cual no puede escapar, pero saberse limitado por el tiempo lo puede motivar y  estimular a efectuar su tarea en la vida, así hará que su existencia sea única e irrepetible. Por tanto, la finitud de la temporalidad no sólo es una característica de la vida humana, sino que es un factor que puede formar parte del sentido mismo de la vida (si no existiese la muerte, todo resultaría indiferente, recuperable y aplazable), así, la muerte de alguna forma ayuda a la persona a dar sentido a su vida, al establecer los límites mismos en que esta ocurre y con esto también hace que su vida adquiera un significado.

    De este modo la persona sabiéndose determinada sólo toma decisiones importantes en su actuar por el riesgo de dejar incompleta su obra y de esta manera  le da  cierto valor a su vida por medio de la muerte.

    Para dejar mas clara mi idea, imaginemos la posibilidad de un hombre inmortal. Podemos ver cómo todos los gozos de la vida, todo tipo de vínculo y responsabilidad social desaparecen cuando la muerte ya no supone un límite a la vida, ya nada tiene importancia, los sufrimientos y los gozos no son importantes, ningún sacrificio, lucha por ideal alguno  tiene la relevancia que posee para quien debe morir.

Con el ejemplo anterior imaginamos la posibilidad de que en una vida sin muerte  todo es un pasatiempo irrelevante, que la vida no resulta más plena, sino más pobre.

    En síntesis, la vida de cada persona es única e irrepetible, va a llegar un momento en que se va a terminar, por lo tanto, cada acto de la existencia es un acto que compromete y afecta a otros. Si la vida no fuera finita no se tendría compromiso alguno, se tendría todo el tiempo del mundo para reparar los actos. Al no tener dicho tiempo y al correr el riesgo constante de que una tarea sea una tarea fallida la vida se hace algo significante para quien la vive. Si no existiese la muerte, siempre se podría volver a comenzar desde el principio, por lo tanto, no estaríamos sujetos a un tipo de responsabilidad.

    Para finalizar, es importante aclarar que el sentido de la vida esta no está previamente dado, puesto que a medida que la persona se desenvuelve lo va adquiriendo, el hombre vive en búsqueda del sentido de su vida el cual puede ir resultando de la construcción que haga de esta, no es algo impuesto a cada vida particular sino que es algo que va resultando de la propia búsqueda de este.  ?el sentido  que cada quien encuentre  de su vida  será una respuesta personal[4]?  y esta respuesta variara  asta en los mismo miembros de una cultura.

Bibliografía consultada:

>A. Shopenhauer ?El amor, las mujeres y la muerte?

>león olive ?cómo acercarse a la filosofía?

>Ferrater mora, José. Diccionario de filosofía

>Diccionario de Filosofía Herder

[1] del latín mors, mortis, cesación de la vida. Diccionario de la R.A.E.

[2]A. Schopenhauer.  El amor las mujeres y la muerte. Pág. 53

[3] Wilhelm Dilthey. Teoría de las concepciones del mundo. Traducción de E. Imaz, F.C.E., México 1954, selección de las p.112-114.(fragmento en CD ROM)

[4] León olive. Cómo acercase a la filosofía. Pág.28

De: Raúl Enviado: 17/06/2007 21:19
¿No será que la muerte es finita en este mundo finito?

¿Es la muerte la única certeza en la vida?

¿Qué muere cuando se muere?

Si la vida fuera no finita, ¿por qué circunscribirla al ejercicio voluntario del error?

¿Hay personas que viven y mueren sin existir?

¿Morir la vida, vivir la muerte?

Osho-Guerra y Paz Interiores. Págs.68-70

De: Alias de MSNEmilia1404  (Mensaje original) Enviado: 14/10/2007 11:27
Osho, como el ser humano se ve continuamente confrontado a dilemas interiores, ¿cúal debería ser la base para superarlos? ¿Cómo podemos transformar este estado de dilema interior en crecimiento? ¿Y cuál debería ser el principal factor a la hora de hallar una resolución a un dilema interior?

Arjuna se enfrenta a la misma cuestión, y él también quiere resolverla de la misma manera en que todos los seres humanos intentan hacerlo. Estar en un dilema es la naturaleza del ser humano. No lo es del alma, ni del cuerpo, sino del ser humano.
Si uno trata de solucionar este dilema precipitadamente, lo que sucede es que retorna al estado animal. Las prisas nos hacen retroceder. Es un sendero conocido y familiar: es fácil regresar. Pasar a través del estado de conflicto interior es una disciplina auténtica para crecer. Pasar pacientemente por un estado de conflicto interior es ascetismo de verdad, pues sólo enfrentándonos a ese dilema uno puede trascenderlo. Así pues, si alguien halla  una resolución precipitada, una solución para evitar el dilema interior, no le será de ayuda. Volverá a caer, a retroceder.
Los animales son muy categóricos; no albergan dudas. Viven en la certeza, tienen mucha confianza. ¡Parecen grandes creyentes! Pero su creencia no es el teísmo auténtico, porque a menos que uno haya conocido primero el ateísmo, el teísmo carecerá de significado. Quien nunca haya experimentado el dolor de decir “no” no puede alcanzar el gozo de decir “sí”. La confianza de alguien que nunca  ha dudado no vale nada. Pero en alguien que ha dudado, que ha vivido a través de su duda y que la ha trascendido, hay fortaleza y autenticidad.
Un camino es tomar una decisión precipitada, una resolución precipitada, y el ser humano utiliza muchos caminos para alcanzar una decisión de este tipo. Si accede a alguna escritura, hallará inmediatamente la decisión, la respuesta, ahí mismo. La escritura le dirá en un lenguaje muy categórico que debe hacer tal y cual cosa y tener fe en ello. Pero quien llega a tomar una decisión echando mano de las escrituras se estará negando a sí mismo el estatus de ser humano. Ha tenido una oportunidad de evolucionar, pero la ha rechazado. O también se puede echar mano de algún maestro, de algún tipo de gurú. Pero quien así lo hace estará perdiendo la oportunidad de crecer. Se presentó una crisis, y la vida le permitió atravesarla solo, sin ayudas, pero quiso ahorrarse los inconvenientes. Continuó sin pasar a través de la crisis.
Si el oro hubiera pasado por la fragua habría emergido de ella bien brillante. Pero esa persona nunca pasó por la fragua. En lugar de ello, se ocultó detrás de un gurú. Y claro, el oro no llegó a  purificarse.
No os estoy pidiendo que toméis una decisión. ¿Cómo podrías tomar una decisión? La respuesta de alguien que está en un dilema probablemente esté también a rebosar de conflicto interior. ¿Cómo podéis tomar una decisión cuando estáis metidos en un dilema? Quien está metido en un conflicto interior hasta el cuello no puede hallar una solución, ni tampoco debería.
Vivid el dilema, pasar por la fragua y sufridlo, morid y sed consumidos por él, experimentadlo. No huyáis de la fragua, porque lo que se manifiesta como fuego quemará toda la mica, la inmundicia, toda la porquería, y el oro puro quedará.
Pasad por el dilema; comprended que es el destino humano. Debéis pasar por ello, vivirlo. No os apresuréis. No toméis decisiones apresuradas. Sí, si pasáis por ello, la decisión acabará llegando. Pasad por ello y la confianza se manifestará por sí misma, no tenéis que ir a buscarla a ningún sitio.
Una confianza adquirida en el exterior no tiene valor alguno. El hecho de que la confianza haya sido traída de fuera demuestra que la mente todavía no estaba preparada para ella, que su aparación es prematura. Una confianza que debe ser forzada sólo significa que tras ella existe una mente repleta de conflicto. Este conflicto seguirá vivo tras la capa externa de esta confianza. Y aunque ese tipo de confianza pueda operar superficialmente, no será de ayuda cuando llegue un momento crítico.
Osho- Guerra y Paz interiores.
Cap. Las raíces de la violencia.
Págs. 68-70

La liberación heroica del temor IV-VI

CUARTA ESTROFA : EL DESEO DE QUE NO SE PRODUZCA UN TERRIBLE SUFRIMIENTO EN EL MOMENTO DE LA MUERTE

Ojalá nos veamos libres del tremendo sufrimiento

debido a las diversas causas de la muerte,

cuando en esta ciudad de conceptos erróneos de sujeto y objeto

están a punto de separase el cuerpo ilusorio compuesto de los cuatro elementos impuros

y la consciencia.

1. Practica ahora, para que,  en el momento de la muerte, la fuerza de tu familiaridad con la virtud, afecte tu actitud.

2. Contempla el cuerpo como una auténtica ciudad de malentendidos, porque, aunque parece que está limpio cuando lo lavas y aparenta ser una fuente de felicidad, permanente y bajo tu control, en realidad no es así. Está compuesto de los cuatro elementos:-tierra, agua, fuego y viento- , está sujeto al dolor, y cambia de un momento a otro por propia voluntad.

3. Las personas y las cosas parecen existir por su propio poder, y la ignorancia  acepta esa falsa apariencia, dando origen a las  emociones aflictivas de la lujuria, el odio y más confusión. Estas emociones aflictivas, a su vez , contaminan los actos del cuerpo, el habla y la mente, perpetuando el proceso de la existencia cíclica. Comprende que vives en una ciudad de malentendidos.

QUINTA ESTROFA : EL DESEO DE PACIFICAR LAS APARIENCIAS ERRONEAS DURANTE LA AGONIA

Que nos veamos liberados de las apariencia erróneas de lo no virtuoso,

cuando, engañados, en el momento de necesidad por este cuerpo

tan amorosamente preservado,

los terribles enemigos, los señores de la muerte, se manifiesten,

y acabemos con nuestra propia vida con las armas de los tres venenos,

la lujuria, el odio y el desconcierto.

1. Comprende que este cuerpo, que preservas a toda costa, un día te abandonará.

2. Evita el apego por la situación que estás abandonando.

3. Evita odiar el hecho de tener que partir.

4. Mantente en lo posible alejado de la codicia, el odio y la ignorancia, de modo que puedas conservar una práctica virtuosa durante la agonía.

5. Date cuenta de que, por el hecho de tomar una pastilla o recurrir a una inyección para tener una supuesta muerte en paz, puede que te prives de una oportunidad crucial para manifestar la virtud.

SEXTA ESTROFA : EL DESEO DE RECORDAR LAS INSTRUCCIONES DURANTE LA AGONIA

Ojalá recordemos las instrucciones para la práctica

cuando los médicos nos abandonen y los ritos no sirvan de nada,

los amigos hayan renunciado a la esperanza de que sigamos vivos,

y ya no nos quede nada por hacer.

1. Resulta útil saber que, en determinado momento, cesará toda esperanza de continuar esta vida. En ese punto, los médicos, sacerdotes, amigos y familiares no podrán mantenerte atado a  ella; hacer algo útil dependerá de ti.

2. Mientras agonizas, deberás recordar instrucciones espirituales que encajan con tu propio grado de práctica y ponerlas en práctica.

3. Desarrolla cierta familiaridad con tu práctica. Decídete a mantener esta dirección espiritual en todas las situaciones, por difíciles que éstas sean. Involúcrate en muchas obras meritorias, de modo que su fuerza acumulada afecte  a todos los aspectos de tu vida y de tu muerte. Date cuenta de que el sufrimiento nace del amor a uno mismo, y aprende amar a los demás. Desea conservar tu práctica espiritual durante las vidas futuras.

4. Cuando se esté muriendo otra persona, ten cuidado de no angustiarla haciendo que se sienta apegada al mundo, o suscitando en ella la ira y el odio.No te lamantes de su partida, no te aferres al moribundo ni llores en su presencia. Ayúdale a partir correctamente, recordándole una práctica más profunda.

5. Siempre que te sea posible, pide a otros que hagan lo mismo por ti. Dispón que haya alguien cerca de ti que te hable suavemente al oido de vez en cuando, recorándote una actitud específica que quieras manifestar.