Respaldo de material de tanatología

Agresión Sexual en la Infancia y Viaje al Futuro

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Agresión Sexual en la Infancia y Viaje al Futuro: Clínica y Psicoterapia en la Edad Adulta

Childhood Sexual Aggression and its Future: Clinic and Psychotherapy in Adulthood

Francisco Ibaceta Watson

Centro de Terapia del Comportamiento, Chile

Correspondencia:

© 2009  Sociedad Chilena de Psicología Clínica

Ricardo Matte Pérez 492, Providencia

Santiago, Chile

Teléfono: (56-2)2090286

Fax: (56-2) 2698328

Resumen

El presente trabajo revisa las relaciones existentes entre el antecedente de agresión sexual en la infancia y el desarrollo de psicópata logia en la adultez. También se revisan aquellos factores que caracterizan las agresiones sexuales y que se relacionarían con mayor sintomatología en la vida adulta. Se describen las maneras habituales en que ocurren las consultas por este motivo y se propone brevemente un marco general para el abordaje psicoterapéutico.

Palabras claves: Aagresiones sexuales, psicopatología, trauma, psicoterapia.

Abstract

The present work reviews the existing relationships between childhood antecedents of sexual aggression and the development of psychopathology in adulthood. Also are reviewed the factors that characterize sexual aggressions, and their association to a greater sinthomatology in adult life. The habitual ways in which the consultations happen are described, their motives, and a brief general frame for the psychotherapeutic approach is proposed.

Key words: sexual Aggressions, psychopathology, trauma, psychotherapy

Introducción

En Chile, las agresiones sexuales hacia niños, niñas y adolescentes se han constituido en un problema social de gran magnitud y relevancia. En concordancia con esto se han diseñado políticas públicas, promulgado leyes y diversas entidades públicas y privadas ejecutan programas específicos en el ámbito de la prevención, detección, diagnóstico y tratamiento.

En particular, la atención acerca de este problema se ha focalizado en la infancia-adolescencia. Sin embargo, en la población adulta existe un grupo importante de personas que habiendo sufrido agresiones sexuales en la infancia -adolescencia, sufren efectos sintomáticos a largo plazo que no reciben necesariamente atención especializada.

En el estudio del Ministerio de Salud del año 2000, acerca del comportamiento sexual de la población chilena, siete de cada cien mujeres entrevistadas declaró haber sufrido una violación. Si se considera que se ha estimado que alrededor de un 30% de las personas que han sufrido agresiones sexuales desarrollan sintomatología a largo plazo (Echeburúa & Guerricaechevarría, 2000), existiría un grupo importante de mujeres que desarrollaría problemas de salud mental donde un evento traumático constituye uno de los principales factores de riesgo predisponentes.

Debido a la mayor sensibilización frente a los temas de la violencia y las agresiones sexuales al interior de la familia, las personas se sienten más proclives a relatar vivencias de violencia sexual actuales o pasadas. De esta manera, entre las personas que solicitan atención psicológica se está constatando un número cada vez mayor de pacientes que presenta traumatizaciones sexuales asociadas a su motivo de consulta (Llanos & Sinclair, 2001). Sin embargo, a pesar de esta alta tasa de víctimas de violencia sexual, la oferta pública y privada para la atención de personas adultas resulta casi inexistente (Bain & Yáñez, 2002).

Por otra parte, también existe aún una importante población que consulta recurrentemente por diferentes problemas de salud que pueden estar relacionados con haber sufrido traumatizaciones sexuales en la infancia – adolescencia. Estas consultas resultan frecuentes y como tales imprimen presión asistencial al sistema de salud, siendo generalmente las respuestas de atención no resolutivas al no detectar ni enfrentar directamente el tema de la traumatización temprana, llegando incluso a la posibilidad de implementar acciones iatrogénicas.

Agresión sexual y desarrollo de psicopatología

De acuerdo con Barudy (2000), la agresión sexual produce en la víctima:

1. Un proceso de traumatización, el cual es sincrónico a la ocurrencia de la agresión sexual. Aquí se ubican no sólo los efectos sintomáticos a corto plazo, sino que también el despliegue de una variedad de mecanismos defensivos (por ejemplo, disociación) que permiten sobrevivir a la víctima a la traumatización y que pueden aparecer como desadaptativos, a la vez que deterioran el funcionamiento social.
2. Un proceso de adaptación o resocialización secundaria con efectos específicos (carreras morales), el cual puede ser paralelo o posterior a la ocurrencia de la agresión sexual. Aquí pueden ubicarse no sólo los efectos sintomáticos a largo plazo, sino que también la cronificación de los mecanismos defensivos y la amplia gama de impactos sobre el desarrollo psicológico y la construcción de la personalidad. Siguiendo esta línea, se ha intentado demostrar que la traumatización sexual puede tener consecuencias sintomáticas en el corto plazo y en el desarrollo psicológico a largo plazo. En tal sentido, se estima que haber sufrido una agresión sexual durante la infancia incrementa el riesgo de desarrollar psicopatología en la adultez.

Si bien no se ha logrado establecer una relación directa entre agresión sexual y algún tipo particular de psicopatología, se han encontrado correlaciones positivas entre dicho antecedente y determinados cuadros de morbilidad psiquiátrica. Por ejemplo, se ha reportado que existiría una relación manifiesta entre agresión sexual en la infancia y el desarrollo de episodios depresivos en la vida adulta (Weiss, Longhurst & Mazure, 1999). También se ha encontrado que pacientes diagnosticados con trastorno bipolar y que sufrieron agresiones sexuales en la infancia o adolescencia habían presentado un inicio precoz del trastorno, un curso más grave, mayor comorbilidad y una incidencia superior de intentos de suicidio.

Post (2004) constató, en una muestra de pacientes bipolares, que el tiempo sin tratamiento era significativamente mayor entre quienes referían historia de traumatización sexual, en comparación con quienes no referían dicho antecedente. Este autor plantea que la agresión sexual es un factor pronóstico que debe ser activamente identificado de manera de intervenir más pronto, con el fin de evitar un curso adverso, esto es, mayor gravedad del cuadro, mayor número de intentos de suicidio, mayor comorbilidad y pérdida paulatina del apoyo social. Esto podría apoyar nuestras observaciones respecto a que la psicoterapia aparece como la indicación principal en pacientes con un trastorno del estado de ánimo y que presentan historia de trauma temprano (Becar, Guadalupe & Ibaceta, 2006).

Una relación significativa se ha encontrado también con el desarrollo de trastornos de ansiedad, particularmente con el trastorno por estrés postraumático (TEPT). En una revisión reciente Marty y Carvajal (2005) encuentran que el TEPT ocurre más frecuentemente en personas que han experimentado victimización sexual durante su infancia. Las agresiones sexuales en la infancia aumentarían el riesgo de desarrollar un TEPT, en la medida que la exposición temprana a situaciones traumáticas (estresantes) de ese tipo podrían implicar cambios a largo plazo y persistentes en la neurobiología involucrada en la respuesta al estrés, de manera que aquello significaría una vulnerabilidad para el desarrollo de TEPT.

Por otra parte, se ha descrito una importante relación entre traumatizaciones sexuales tempranas y el desarrollo de trastorno de personalidad, especialmente borderline. En este grupo de pacientes se encuentra una alta frecuencia de abuso sexual en su biografía, comparados con otros grupos de personas sin dicho trastorno (Jerez, 1997; Herman, 1989, en Vitriol, 2005).

Se ha señalado también una fuerte relación con trastornos de la alimentación, particularmente bulimia (Behar, 2000); con las autoagresiones, consideradas como un síndrome específico (Nader & Boehme, 2003) y con los cuadros de somatización. En particular, en población femenina nacional, Florenzano et al. (2002) encontraron una relación significativa aunque inespecífica entre cuadros de somatización y antecedentes de trauma infantil, incluida la agresión sexual.

Aun así, no es posible establecer que la agresión sexual sea un factor etiológico único y específico en el desarrollo de los cuadros mencionados. Tampoco se puede establecer que los efectos de la agresión sexual deriven en un síndrome único y homogéneo.

De esta forma, la mirada ha estado centrada en poder describir aquellas características de la agresión sexual que parecen predecir el desarrollo de sintomatología más grave, o bien de efectos importantes en las distintas esferas del desarrollo. Al respecto, se ha señalado que los siguientes factores se deben considerar al momento de ponderar el riesgo y la gravedad de la aparición de psicopatología posterior:

1. La frecuencia y duración de la experiencia abusiva. Agresiones sexuales repetidas y crónicas se asocian a consecuencias más graves en las víctimas.
2. El tipo de agresión sexual. La presencia de contacto genital y penetración sexual parece agravar los efectos de las agresiones sexuales.
3. La utilización de violencia y/o coerción para cometer las agresiones se relacionan con mayor efecto sintomático sobre las víctimas.
4. El vínculo de la víctima con el agresor. La presencia de un vínculo previo se relaciona con la utilización abusiva de la confianza, de la diferencia de poder y autoridad para llevar a cabo las agresiones. A mayor cercanía vincular la relación se torna indescodificable, casi impre-decible y con ello las vivencias del proceso traumático (por ejemplo, el miedo, la culpa y la vergüenza) y del secreto se instalan dramáticamente.
5.  Si hubo develación, es importante conocer la reacción de los padres, la familia y el entorno. En tal sentido, se estima que la percepción positiva del cuidado paterno, esto es, creer, movilizarse para proteger y buscar la sanción del agresor, resulta ser un factor protector crucial para disminuir las posibilidades de desarrollo de sintomatología posterior. Por el contrario, una actitud generalizada de incredulidad o de minimización por parte de la familia y del entorno significativo, así como también una reacción hostil del padre no agresor tras la apertura del abuso, se relacionan directamente con un peor pronóstico de recuperación del daño.

Otros factores que le asignan mayor gravedad a los posibles efectos de las agresiones sexuales serían: la existencia de múltiples agresores, la presencia de múltiples maltratos (por ejemplo, abuso del padre conjuntamente con maltrato físico y psicológico de la madre) y haberse encontrado en riesgo vital producto de las agresiones sufridas.

En esta línea de trabajo, un estudio con población consultante del Centro de Atención a Víctimas de Atentados Sexuales (CAVAS) encontró que “las víctimas que se desenvuelven en un contexto definido por un patrón tolerante ante la develación del abuso y con un número elevado de episodios abusivos (cronicidad), serían las que están más expuestas a sufrir mayor daño psicológico, así como alteraciones en las esferas estructurales de la personalidad, producto de esas experiencias” (Huerta, Maric & Navarro, 2002).

Puede seguirse como regla general, entonces, que a mayor gravedad y cronicidad de las agresiones sexuales sufridas, mayor puede ser la gravedad de las manifestaciones psicopatológicas en la vida adulta (Vitriol, 2005).

De esta manera, las agresiones sexuales son consideradas factores de riesgo psicológico para el desarrollo de problemas de salud mental en la adultez. En términos generales, se ha postulado que el estrés en etapas tempranas del desarrollo, en conjunción con predisposiciones biológicas, contribuyen a generar una vulnerabilidad de largo plazo al desarrollo de morbilidad de salud mental (Trueco, 2002).

Más allá de la psicopatología: la dimensión del trauma

Herman (1994, citado en Arnstein, 1999) ha señalado que la apariencia de normalidad, entendida como la ausencia de síntomas, no es lo mismo que la integración del trauma.

Diversos autores han elaborado modelos para poder comprender las consecuencias de las agresiones sexuales. Estos modelos intentan otorgar un marco descriptivo-ex-plicativo que incluye pero trata de ir más allá de la relación directa agresión sexual – psicopatología, tratando de analizar los efectos de las agresiones sexuales en el desarrollo psicológico de las víctimas en el largo plazo y el ámbito de sus relaciones interpersonales.

Estos modelos proveen de un entendimiento del proceso traumático, de manera que el clínico podría diseñar desde esa comprensión un plan de tratamiento que, en distintos niveles de profundidad, considere la dimensión de la vivencia traumática.

En particular, aunque no es posible profundizar en esto, quiero destacar aquí la conceptualización de las dinámicas traumatogénicas propuestas por Finkelhor y Browne, en la consideración personal que este modelo puede ser aplicado particularmente a las agresiones sexuales en general, indistintamente de las características de éstas1.

El modelo traumatogénico (Finkelhor & Browne, 1985)

El modelo propuesto por Finkelhor y Browne sostiene que existirían cuatro factores que explicarían la dinámica del trauma presente en las víctimas de agresiones sexuales. Estos factores, denominados dinámicas traumatogénicas, en su acción conjunta explicarían por qué la traumatización derivada de las agresiones sexuales es única y diferente a la encontrada en otros traumas.

Las dinámicas traumatogénicas se describen a continuación:

1) Sexualización traumática

Las agresiones sexuales pueden configurar el desarrollo de la sexualidad de las víctimas de una manera inapropiada, en tanto ocurre un aprendizaje de la sexualidad disociado de la afectividad y que no se corresponde con la etapa evolutiva en que la víctima se encuentra.

Esta dinámica se instala principalmente cuando se le pide repetidamente a la víctima que realice conductas sexuales inapropiadas para su nivel de desarrollo, ligando dichas conductas a refuerzos entregados por el agresor con el fin de mantener dichos comportamientos. El afecto, regalos concretos, privilegios relaciónales son formas de recompensa que el agresor utiliza para obtener conductas sexuales de la víctima. De esta manera, queda instalado un circuito de cosificación de la sexualidad. De manera diferente e inversa, también podría ocurrir que la sexualidad quede asociada a lo traumático, quedando la víctima en una posición emocional de aprendizaje ligado al estado, de forma que bastaría una situación que reprodujera el trauma para que la víctima reaccionara defensivamente, en huida o incluso de aceptación desamparada de la agresión como forma de sobrevivir a ésta.

A largo plazo las consecuencias se relacionan con alteraciones del desarrollo psicosexual. En un polo podría aparecer excesiva preocupación por cuestiones sexuales, eroti-zación de las relaciones, promiscuidad sexual y repetición compulsiva de conductas sexuales. Hacia el otro extremo pudiera presentarse una dificultad generalizada respecto de la sexualidad, la cual podría expresarse como inhibición y rechazo sexual, disfunciones sexuales, o bien manifestando problemas relacionados con la identidad sexual.

2)  Traición

Esta dinámica hace referencia a que las víctimas descubren que el agresor, muchas veces vínculo afectivo de confianza y dependencia, les ha causado daño. También alude a la toma de conciencia acerca de que los miembros de la familia que se encuentran en posición de protección (típicamente la madre) no han ejercido dicho papel, en tanto no han tenido conductas concretas de cuidado, o bien no han dado credibilidad a la develación de las agresiones sexuales.

Al largo plazo esto puede manifestarse en una alteración en la manera de vincularse. En un extremo, puede aparecer una importante necesidad de protección, lo cual se manifestaría a través de una dependencia emocional intensa, la cual puede disminuir la capacidad crítica acerca de la confiabilidad de las otras personas. En el otro extremo, puede presentarse una manera de vincularse caracterizada por la desconfianza y hostilidad excesivas, manifestándose rechazo al establecimiento de relaciones con mayor grado de intimidad emocional.

3) Indefensión

Esta dinámica se presenta cuando la voluntad de la víctima no es respetada, teniendo ésta la sensación de pérdida de autonomíay control respecto de sus propias conductas. Esta dinámica lleva rápidamente a la instauración de la impotencia de no poder evitar la repetición de las agresiones.

A largo plazo, la indefensión se puede transformar en una sensación crónica de vulnerabilidad, la cual se traduce en miedo y ansiedad constante en relación a la imposibilidad de controlar lo que ocurre. Esto se traduce finalmente en una disminución del sentimiento de autoeficacia y de las habilidades personales en general. En un extremo, esta sensación de pérdida de poder puede transformarse en una necesidad disfuncional de control sobre los otros y sobre lo que ocurre.

4) Estigmatización

Esta dinámica se refiere a las connotaciones negativas que; el agresor y muchas veces los adultos en posición de proteger, le adjudican a las agresiones sexuales sufridas y como éstas quedan ancladas en la narración de lo vivido.

El impacto psicológico de la estigmatización se asocia a los sentimientos de culpa y vergüenza y por lo mismo a la mantención del secreto que refieren las víctimas, sentimientos que se anclan en la construcción de la autoimagen. También puede ocurrir que se tenga la vivencia de ser diferente de los demás, lo cual se basaría en la idea de que nadie más ha tenido una experiencia como la propia, a la vez que por lo mismo piensan que serán rechazados por los otros. En particular, la mantención del secreto puede incrementar el sentimiento de estigmatización al reforzarse la sensación de ser diferente.

Cómo ocurre la consulta

De acuerdo con nuestra experiencia clínica, la consulta inicial puede ocurrir en cualquiera de las siguientes formas:

1)  La persona consulta por un motivo que puede o no incluir la referencia directa a una agresión sexual durante su infancia-adolescencia.

Una posibilidad es que la historia de agresión sexual es conectada directamente a la sintomatología o situación que genera la consulta. Es decir, al aparecer como una explicación del sufrimiento que motiva la consulta, genera casi de inmediato la posibilidad de un contexto de psicoterapia, en tanto ofrece un foco de trabajo y permite el inicio de la construcción de la alianza terapéutica.

Otra posibilidad es que la historia de agresión sexual esté enmascarada en sintomatología que las personas no conectan necesariamente convivencias traumáticas o que de hacerlo lo realizan de manera confusa y ambivalente. Es la exploración cuidadosa y dirigida del terapeuta la que trae a la conversación la posible conexión entre dichas vivencias y los síntomas o problemáticas actuales. Luego, lo que puede ser inicialmente una consulta exclusivamente sintomática puede derivar hacia el establecimiento de un contexto de psicoterapia. La consulta aquí generalmente tiene elementos de cronicidad, en tanto estabilidad del cuadro sintomático y posible compromiso del desarrollo de la personalidad. Puede haber un número importante de consultas y tratamientos anteriores. Resulta necesario considerar siempre la pertinencia del apoyo farmacológico y una cuidadosa evaluación (por ejemplo, psicodiagnóstico).

2) La persona consulta por una problemática distinta o del mismo espectro (por ejemplo, violencia intrafamiliar). En la interacción terapéutica surge el reconocimiento de la violencia sexual como un aspecto vivencial no registrado como tal.

Si la violencia está incluida en la biografía del sujeto y está ausente en la descripción del motivo de consulta, puede construirse el contexto terapéutico que incluya y contenga dichas vivencias traumáticas.

Si la violencia es actual, el contexto que debe construirse prioritariamente es el de interrupción y protección. Aquí la interrupción de la situación de violencia es el objetivo principal de la intervención inicial. No hay reparación posible sin protección inmediata y luego sostenida. El terapeuta debe focalizar sus intervenciones en el reconocimiento del malestar y en la movilización de acciones destinadas a la propia protección.

También puede ocurrir que la persona consulte específicamente por una situación de agresión sexual ocurrida recientemente. Aquí, la consulta generalmente es “aguda” y son aplicables modelos referidos a la intervención en crisis.

Una guía breve para la psicoterapia

Siguiendo lo sugerido por Llanos y Sinclair (2001), una guía mínima para orientar un plan psicoterapéutico debe contemplar al menos los siguientes elementos:

1. Las características del contexto terapéutico.
2. Las etapas dentro del proceso terapéutico y los objetivos de cada una de éstas.
3. Los focos o temáticas específicas a tratar.

Características del contexto psicoterapéutico (Llanos & Sinclair, 2001)

1) Construcción de un vínculo terapéutico reparador en sí mismo.

De acuerdo con Álvarez (2002), para poder ubicar las situaciones traumáticas como experiencias de la propia vida y no disociadas en los síntomas, se necesita un espacio interpersonal seguro, predecible y de un vínculo estrecho, que resista las pruebas de confianza y compromiso impuestas por los pacientes.

En este contexto psicoterapéutico toma aun mayor fuerza la evidencia empírica y el consenso clínico acerca de que la calidad del vínculo terapéutico es el factor curativo más poderoso del cambio en psicoterapia (Jiménez, 1999). La relación terapéutica tiene que estar basada en el buen trato, puesto que el mismo vínculo establecido con el terapeuta opera como reparador, en la medida en que este sirve como contraste respecto de la relación abusiva que conllevan las agresiones sexuales.

2)   Explicitación del encuadre terapéutico como protector.

De manera de generar un contexto terapéutico seguro y confiable para quien consulta resulta fundamental que el encuadre sea explícito. Esto significa que las características de la relación y del proceso psicoterapéutico, así como los objetivos de la psicoterapia, deben ser construidos de manera clara. Mientras más explícito y claro resulta esto, menor posibilidad hay de que se produzcan impasses que puedan ser terapéutica y sobre todo vivenciados como la confirmación, ahora en la relación terapéutica, de conductas abusivas hacia las personas que nos consultan.

En términos prácticos, por ejemplo, crucial es que el terapeuta gradúe la intensidad emocional de las sesiones, sobre todo al inicio de la psicoterapia. El terapeuta debe controlar su deseo de saber, ya que la experiencia muestra que las personas no se curan por el solo hecho de relatar detalladamente sus traumatizaciones. Muchas veces la insistencia del terapeuta en motivar el relato de la traumatización induce rápidamente en quien consulta un aumento abrupto de la vulnerabilidad emocional e incluso de la sintomato-logía, lo cual puede explicar deserciones o suspensiones tempranas del tratamiento.

Para esto es útil generar acuerdos concretos respecto de los contenidos dentro de la conversación psicoterapéutica, debiendo quedar el paciente siempre con la posibilidad de señalarle al terapeuta si considera que determinado contenido preferiría abordarlo en un momento posterior de la terapia.

3) Flexibilidad terapéutica.

El trabajo terapéutico con víctimas de agresiones sexuales exige que el terapeuta se pueda mover dúctilmente entre distintas maneras de comprender y abordar clínicamente las consecuencias en las personas de las agresiones sexuales.

Por otra parte, el terapeuta debe estar atento a que no todo se explica como un efecto de las agresiones sexuales, razón por la cual debe estar dispuesto a moverse hacia focos de trabajo distintos a éste, sobre todo si el consultante así lo propone. Aun cuando el terapeuta tenga la firme convicción que la traumatización sexual se relaciona directamente con las dificultades por las cuales se consulta en el presente, en ciertas situaciones debe optar por un acercamiento más indirecto que respete el tiempo del consultante.

Etapas y objetivos del proceso psicoterapéutico

Etapa 1: el alivio sintomático.

A diferencia de otros planteamientos (Dolan, 1997, en Llanos & Sinclair, 2001) que consideran importante el reconocimiento del ser víctima y la desculpabilización como eje inicial y central del proceso de reparación, pensamos que la focalización en el alivio de los síntomas y el dolor o sufrimiento personal que generan la consulta debe ser el objetivo y la labor específica de la primera etapa de la terapia.

Es más, pensamos por una parte, que una inicial posición terapéutica desculpabilizadora puede comprometer la posibilidad de quien consulta de exponer lo más horrible del proceso de agresión sexual, es decir, la posibilidad de haber participado como una forma de protegerse. Creemos que la desculpabilización debe ser consecuencia de un descubrimiento de quien consulta, más que una revelación y posición del terapeuta. Esta espera reflexiva no significa en todo caso, que el terapeuta no pueda invitar desde ya a la persona a desmitificar aquellas ideas que se encuentran a la base de responsabilizarse de lo ocurrido, mediante una permanente actitud de curiosidad respecto de las significaciones que permiten la construcción de la culpabilidad.

Por otra parte, nuestra experiencia nos ha mostrado dos aspectos con relación a la idea de ser víctima. Por una parte, esto puede inducir un rápido y regresivo aumento de la sin-tomatología, puesto que al caerlos mecanismos defensivos las personas quedan en una posición no acostumbrada de vulnerabilidad. Por otra parte, hay personas que quedan atrapadas en la explicación de ser víctimas, lugar desde el cual también obtienen una serie de beneficios potenciales que obstruyen la evolución hacia etapas avanzadas del proceso de reparación.

Entonces, proponemos que en esta etapa los focos terapéuticos sean:

a) La construcción de la alianza terapéutica, en la lógica reseñada respecto del contexto psicoterapéutico apropiado para este tipo de casos. Esto no remite sólo al vínculo terapéutico, sino que también al acuerdo claro respecto de objetivos y metas del proceso terapéutico, respetando fuertemente el pedido de consulta.
b) Un papel directivo del terapeuta en la identificación y en el alivio de los síntomas, por ejemplo, solicitando una consulta farmacológica si resulta pertinenente y necesario. Este aspecto incluye probablemente no sólo focalizar en la designación de los síntomas, sino que también en aquellos aspectos ligados al trauma que impactan fuertemente la construcción de la imagen del sí mismo.

Etapa 2: la exploración del trauma.

En este momento del proceso se debe invitar paulatinamente a la reconstrucción de la historia, esto es, de los sucesos traumáticos, la reacción de acomodación del sobreviviente y de los otros significativos frente a él. El objetivo de esta etapa es establecer un relato que permita describir lo ocurrido y contextualizarlo. Resulta fundamental en esto que la persona sienta plena libertad de decidir qué está dispuesto a contar, o bien qué necesita y/o considera conveniente relatar (Durrant & Kowalski, 1996, citados en Llanos & Sinclair, 2001).

Llanos y Sinclair (2001) plantean tres focos terapéuticos que nos parece imprescindible rescatar en esta etapa del proceso que proponemos:

a) La semantización de la experiencia abusiva. Esto alude a ayudar al otro a simbolizar, representar y poner palabras concretas y precisas que permitan construir un relato de lo ocurrido. La experiencia nos ha mostrado lo fuertemente reparador que resulta para las personas poder validar sus percepciones respecto de lo ocurrido y poder tener un relato específico (ya no confuso) de lo ocurrido.
b) La reconstrucción del discurso que mistifica el abuso. Siguiendo lo planteado por Perrone y Nannini (1997), esto consiste en que la víctima pase del lugar de objeto al de sujeto, de tal manera que pueda convertirse en observador del abusador, tomar distancia respecto de éste y animarse a tomar la iniciativa para identificar y eliminar la representación mítica que tiene de aquel. Cuando el abusador vuelve a presentarse como figura humana ante la víctima, pierde su capacidad de manipular y aquella puede traspasar la culpabilidad a quien verdaderamente la tiene. La descripción del abusador y de sus maniobras para lograr el abuso permiten a la víctima colocarse en una posición activa y separada con respecto al agresor.
c)  La contención y elaboración de los sentimientos asociados a la vivencia del abuso y el relato del mismo. Barudy (2005) plantea que una de las manifestaciones más importante del daño producto de las agresiones sexuales se da en el ámbito de las emociones. La culpa, la vergüenza, el miedo, la rabia, la tristeza y la angustia son emociones que ciertamente surgirán en el transcurso de la conversación terapéutica. La reexperiencia emocional y la comprensión de éstas, asociada a la capacidad del terapeuta de tolerar pensamientos y dichas emociones consideradas previamente como intolerables por el paciente, puede ser muy importante como factor curativo o de cambio. Nuevamente vale la pena recordar que se debe ir graduando la intensidad de las sesiones, siguiendo el timing del otro, cuidando hablar excesivamente del abuso pues esto puede amplificar el daño emocional propio de la traumatización (Barudy, 1999, citado en Llanos & Sinclair, 2001).

Finalmente, queremos considerar otro foco específico derivado de nuestra experiencia y que permite ir construyendo el paso hacia la siguiente etapa. De manera no infrecuente, en la construcción del relato de lo ocurrido, las personas focalizan su mayor dolor en la ausencia de protección por parte de quienes estaban en posición de cumplir aquello. La capacidad de protección o competencia parental se mide en el grado de reconocimiento de la situación abusiva y en las acciones que se toman hacia la persona identificada como agresor, traduciéndose esto en la disposición efectiva a la interrupción inmediata de la situación abusiva.

Pareciera ser que muchas veces las personas suelen sobrevivir, sobre la base de sus propios recursos, bastante bien a las agresiones sexuales en sí mismas, no ocurriendo lo mismo respecto de la relación establecida con quienes debían cuidarlos. Creemos que en la medida que hay reconocimiento del trauma, éste se “disemina” de forma mucho menor en la construcción de la imagen del sí mismo y de la personalidad. Esto confirma que el apoyo social percibido por la víctima posterior a la revelación de la agresión, es crucial en el pronóstico del daño causado por la misma.

Esta mirada permite también una reflexión adicional respecto del tema del secreto. Pensamos que el secreto no sólo se construye en la dinámica propia del proceso de la agresión sexual. La mantención del secreto es en alguna medida una metáfora de la calidad del vínculo entre la víctima y su cuidador, de manera que respecto de éste la víctima también se hace cargo de la responsabilidad de lo ocurrido, lo cual aumenta su vulnerabilidad y fragilidad al momento de poder revelar lo que ha pasado y validar internamente lo sucedido. Luego, el dolor es doble: el sufrimiento de haber sido víctima de abusos sexuales, y la posibilidad de colocar en el otro a través de la revelación un dolor donde, aparentemente, no existía.

Etapa 3: la conexión de lo actual con lo ocurrido y el reconocerse como sobreviviente.

El objetivo de esta etapa es “transportar” lo relatado del allá y entonces al aquí y ahora, intentando vincular el relato con el motivo que originó la consulta.

En este punto, nuevamente el trabajo de Llanos y Sinclair (2001) ofrece lucidez respecto de los focos terapéuticos:

a) Reconocer las consecuencias de la traumatización en el desarrollo vital, poniendo énfasis en aquello que se conecta con lo sufrido actualmente. Creemos que aquí se debe hacer un esfuerzo por ayudar a distinguir los efectos en el pensamiento respecto de sí mismo (auto imagen) y el pensamiento respecto de las relaciones con los otros. En este momento del proceso la contención y el reconocimiento por sí solo no bastan, pues la conversación terapéutica debe ir ofreciendo alternativas de comprensión y de cambio, de manera que el alivio aparezca como algo viable en la vida actual de la persona.
b) Identificar la manera en que se sobrevivió y las formas en que se fueron superando las consecuencias de la agresión. Esto supone rescatar todos los esfuerzos de la persona para poder sobrevivir a la agresión. Esto es crucial, pues la víctima puede lograr redefinir su acomodación a la agresión como un proceso adaptativo esperable y no como participación y aceptación de lo ocurrido. Perrone y Nannini (1997) enfatizan que se debe invitar al otro a diferenciar la excitación del deseo, la pasividad del consentimiento y la participación de la responsabilidad, siendo éste el paso más difícil desde el punto de vista terapéutico, pues implica abordar los aspectos más confusos, contradictorios y complejos de la experiencia de abuso sexual.
c)  Identificación de las áreas libres de abuso. La exploración de este aspecto implica sostener que la agresión sexual no provoca inevitablemente problemas de salud mental, es decir, las personas agredidas sexualmente tienen recursos para resolver las dificultades que se les presentan y áreas vitales que han sido competentes.

Etapa 4: la integración del trauma y la construcción del futuro.

El objetivo de esta etapa es situar al proceso traumático como un momento específico del desarrollo vital de la persona, es decir, el trauma se integra en la medida que se va haciendo ceder aquellos mecanismos defensivos que permitieron adaptarse a la situación traumática. Cuando en las relaciones actuales aquellos mecanismos adaptativos se flexibilizan e incluso desaparecen se entiende que la persona recupera grados de libertad que hasta ese momento no tenía producto de lo vivido. Significa también que la persona puede acceder a una construcción distinta de la historia de sí mismo y acotar y disminuir el impacto de las agresiones sexuales sufridas.

Los focos terapéuticos específicos que proponemos son:

a) Celebrar el sí mismo y el haber sobrevivido rescatando los propios recursos que permitieron eso. Esto implica apropiarse de la identidad y saber que se cuenta con uno mismo, desplegando los propios deseos e iniciativas. Se acepta que en la vida cotidiana se construye una idea del futuro, desarrollando un sentido de la propia autonomía.
b) Liberarse de la mentalidad de víctima. Esto implica que la capacidad de perdonarse y exonerar a los otros se ha incrementado, a propósito de la reflexión de lo ocurrido2. Es decir, se ha colocado la experiencia abusiva como un momento acotado del desarrollo vital. Para esto es crucial chequear que la persona concibe que los resultados terapéuticos positivos se han forjado a través de los propios recursos y a pesar de lo experiencia traumática vivida.
c)  Establecer lazos de confianza apropiados. Esto implica que se debe hablar explícitamente de todo aquello que puede favorecer indirectamente establecer una relación potencialmente abusiva. Por ejemplo, esto puede traducirse en estar en condiciones de mantener una mejor relación de pareja y tener la sensación de control sobre la vivencia de la sexualidad, d) Disminuir la intensidad de la relación terapéutica. Esto supone la conversación explícita acerca de la relación y la despedida del terapeuta, con la implicancia de emociones que implica un cierre terapéutico relativamente exitoso.

Criterios de mejoría

Siguiendo lo señalado por Harvey (1990, citado en Arstein, 1999) se proponen algunos criterios para evaluar si existe mejoría respecto de las áreas que frecuentemente se ven afectadas a propósito de haber sufrido agresiones sexuales, las que tal como se ha expuesto derivan en diversos motivos de consulta. Estos criterios serían:

1) Que los síntomas que motivaron la consulta se tornen al menos manejables, es decir, que desde la perspectiva del consultante haya un mejoramiento significativo de aquellas áreas afectadas por las consecuencias de la traumatización sexual. Se debe en cualquier caso señalar que puede quedar una susceptibilidad a reaccionar sintomáticamente frente a aquello que recuerde el trauma. En tal sentido, se puede construir un acuerdo acerca de en qué situaciones se puede volver a consultar.
2) Que se puedan vivenciar las emociones asociadas a la traumatización con un efecto de “memoria de trauma”, esto es, que “cada vez que se recuerda lavictimización sexual dicho recuerdo duela menos”. Se establece así un relato de vida en donde el trauma nunca será borrado, pero puede ubicarse en un tiempo y en un espacio acotado. Lo anterior lleva a percibiry sentir que la situación abusiva se constituye en una experiencia de vida y que las conductas de abuso no son sinónimos de la persona, sino que deben ubicarse como experiencias traumáticas acotadas (Alvarez, 2002).
3) Que los recuerdos traumáticos ya no se impongan de manera intempestiva, salvo que se decida examinarlos voluntariamente. De esta manera, la intrusión angustiosa de las vivencias pasadas, ancladas como efecto postraumático, cede ante la posibilidad de examinarlas sin la reacción fisiológica automática y habitual.
4) Que exista un mejoramiento de la autoestima que se expresa en un cambio positivo en la autoimagen, lo cual se ve reflejado en un aumento de la competencia personal en diversos ámbitos significativos de la vida personal.
5) Que las relaciones interpersonales significativas se conserven y mejoren. Crucial resulta aquí la definición de la relación con el adulto que estaba en posición de proteger, lo cual va a depender intensamente del grado de internalización de la responsabilidad por no haber protegido y de la capacidad consecuente de ésta para reparar el dolor causado. Si esto no ocurre se debe tener una noción de cómo la persona integró y elaboró la desprotección que facilitó las agresiones y si pudo exonerar a las personas para seguir adelante.

Comentarios finales

Si bien no es posible establecer que la agresión sexual infantil sea un factor etiológico único y específico en el desarrollo de trastornos psiquiátricos en la adultez, se ha reportado que existiría una relación manifiesta entre ésta y el desarrollo de morbilidad en salud mental en la vida adulta. En particular, quisiera destacar que se ha sugerido que existe un período crítico en el desarrollo del ser humano en el que la experiencia de trauma puede conllevar cambios neurobiológicos permanentes, que aumentan la posibilidad de desarrollar trastornos de ansiedad y del estado del ánimo como respuesta a la experiencia de otros estresores posteriores en la vida de la persona.

En un ámbito en donde la neurobiología juega un rol fundamental, la psicoterapia individual debe contemplarse como posibilidad cuando en la base de los trastornos de salud mental se encuentra una biografía que incluye trauma. La experiencia de ser reconocido en el sufrimiento devenido del trauma, el silencio y la falta de protección, puede significar la piedra angular de la reparación del daño y el alivio de los síntomas.

Notas

1 La experiencia muestra que un factor decisivo en la fenomenología de las agresiones sexuales es el vínculo existente entre la víctima y el agresor. Navarro (1998) distinguió la agresión sexual extrafamiliar, la intrafamiliar y la incestuosa otorgándole un papel decisivo al rol del vínculo en la forma de aproximarse el tema de las agresiones sexuales. Para una revisión aún más específica de la dimensión del trauma en las agresiones sexuales intrafamiliares e incestuososas pueden revisarse los planteamientos de Barudy (1998, 2005) y Perrone (1997, 2000).

2 Para Perrone y Nannini (1997), la condición de éxito terapéutico está menos ligada a la realidad de la reparación que a la de la propia voluntad del sujeto de reclamar lo que se le debe. Por ello, la ausencia del abusador o su negativa a reconocer su falta no son obstáculos para el cumplimiento de este objetivo, el cual es crear en la víctima una fuerte determinación para exigir reparación. Complementando esto, Barudy (1998) sostiene que en ausencia del pedido de perdón o de acciones de reparación, la víctima puede exonerar a su agresor y a los terceros involucrados en el sistema abusivo, de manera de continuar su vida adelante.

Referencias

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(Rec: 24 de octubre 2007 – Acept: 26 de noviembre 2007)

Correspondencia: Francisco Ibaceta. Email: ibaceta@yahoo.com

Señales de abuso en menores – Ontogénesis – Consecuencias (Wiki)

Wikipedia

http://enciclopedia.us.es/index.php/Abuso_sexual

Indicadores de que un menor ha sufrido abuso sexual

    * Físicos. El menor presenta:
          o Dificultad para andar y sentarse
          o Ropa interior sangrada
          o Se queja de picor o dolor en la zona vaginal o anal
          o Contusiones o sangrado en los genitales externos
          o Enfermedad venérea
          o Cervix o vulva hinchados
          o Semen en la boca, genitales o ropa
          o Embarazo

    * Comportamentales:
          o Permanece reservado, rechazante o tiene conductas infantiles, incluso puede parecer retrasado
          o Escasas relaciones con sus compañeros
          o No quiere cambiarse de ropa para hacer gimnasia o pone dificultades para realizar actividad física
          o Comete acciones delictivas o se fuga
          o Manifiesta conductas o conocimientos sexuales extraños o inapropiados para su edad y sociedad en que vive
          o Dice que ha sido atacado (por el padre, cuidador o un extraño)

Como muchas veces es el cuidador del niño quien comete el abuso, se pueden distinguir en éste también ciertos rasgos:

    *
          o Extremadamente protector o celoso del menor
          o Alienta al niño a implicarse en actos sexuales en presencia del cuidador
          o Sufrió abuso sexual en la infancia
          o Experimenta dificultades en su relación de pareja
          o Abusa de drogas o alcohol
          o Está frecuentemente ausente en el hogar

Es importante destacar que estos indicadores, tanto en el menor como en el cuidador, no son pruebas de que exista abuso y pueden darse en otras condiciones. Son solamente una señal de alarma a tomar en cuenta por un profesional.
[escribe] Ontogénesis del abuso sexual en el hogar

El tipo de abuso sexual que ha sido objeto de mayor estudio es el que ocurre dentro del hogar del menor (por un familiar o cuidador cercano, como el padre), debido a su ocurrencia significativa, y al trastorno que implica en la dinámica familiar.

El abuso de un menor por un cuidador es un proceso que consta generalmente de varias etapas o fases:

  1. Fase de seducción: en que el futuro abusado manipula la dependencia y la confianza del menor, y prepara el lugar y momento del abuso. Es en esta etapa donde el futuro abusador incita la participación del niño o adolescente por medio de regalos o juegos.
  2. Fase de interacción sexual abusiva: es un proceso gradual y progresivo, que puede incluir: comportamientos exhibicionistas, voyeurismo, caricias con intenciones eróticas, masturbación, etc.
  3. Instauración del secreto: el abusador, generalmente por medio de amenazas, impone el silencio en el menor, a quien no le queda más remedio que adaptarse. En esta fase la madre o hermanos suelen ser ausentes o cómplices.
  4. Fase de divulgación: esta fase puede o no llegar (muchos abusos quedan por siempre en el silencio), e implica un quiebre en el sistema familiar, hasta ahora en equilibrio. Puede ser accidental o premeditada, esta última a causa del dolor en niños pequeños o cuando llega la adolescencia del abusado.
  5. Fase represiva: Generalmente, después de la divulgación, la familia busca desesperadamente un reequilibrio para mantener a cualquier precio la cohesión familiar, por lo que tiende a negar, a restarle importancia o a justificar el abuso, en un intento por seguir “como si nada hubiese sucedido”.

Muchas veces son necesarios un gran número de intentos de divulgación para impedir que la familia vuelva a la fase represiva.
[escribe] Consecuencias de los abusos sexuales en los niños

La principal consecuencia ocurre cuando el abuso es al interior del hogar, ya que se distorsiona en el niño la concepción sobre el afecto y el cuidado, el que pasa a ser comprendido en la mente del menor como un afecto sexualizado. Por otra parte, debido a las amenazas, se genera la sensación de culpa en el menor (sentir que fue el causante y responsable del abuso). Esto genera:

    * Traumatización: en que, a lo largo de la vida, el abusado puede experimentar síntomas como flashbacks (Del Inglés, recuerdos traumáticos que se imponen vívidamente en contra de la voluntad), inestabilidad emocional, trastornos del sueño, hiperactividad y alerta constante. Por otra parte, también se pueden producir aislamiento, insensibilidad afectiva (petrificación afectiva), trastornos de memoria y de la concentración, fobias, depresión y conductas autodestructivas.

    * Vida sexual traumática: debido a que el inicio en la vida sexual del menor fue traumático, experimenta sensaciones y conductas distorsionadas en el desarrollo de su sexualidad, como agresividad sexual, conductas inadecuadas de seducción hacia otros, masturbación compulsiva, juegos sexuales, promiscuidad sexual, trastornos de la identidad sexual, prostitución, e incluso llegan a reexperimentar la situación abusiva siendo, posteriormente la pareja de un abusador.

Referencias

El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Wikipedia, publicada con licencia GFDL.
Notas

Bibliografía

    * Barudy, Jorge El dolor invisible de la infancia. Editorial Paidós.

Otras fuentes de información

    * http://stop-pedofilia.com/
    * http://www.buenostratos.org/
    * http://www.the-clitoris.com/spanish/html/s_abuse.htm
    * http://robertexto.com/archivo4/abuso_sex_infantil.htm/

Abuso Sexual en la Infancia (A.S.I.) – Consecuencias, tratamiento

http://www.cinteco.com/profesionales/2008/06/09/abuso-sexual-en-la-infancia-asi/

Isabel Carrasco Cabeza del Departamento de Infantil de Cinteco resume las claves fundamentales para conocer y abordar de este asunto:
ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA (A.S.I.) – España

1. INTRODUCCIÓN

El abuso sexual en la infancia ha existido en todas las épocas y culturas y supone un fenómeno complejo resultante de una combinación de factores individuales, familiares y sociales. Entre un 15 y 20% de la población puede sufrir algún tipo de abuso sexual, aunque si ceñimos nuestra definición a conductas que interfieren en el desarrollo evolutivo del niño puede reducirse al 4-8%. Lo que supone un problema social (médico y psicológico) grave que afecta a ambos sexos. No obstante, los menores no sólo son las victimas de las agresiones sexuales, sino que también puede ser los que agredan sexualmente a otros niños. Así queda reflejado en los estudios demuestran que el 20% de los casos los provocan otros menores (López, 1997)
2. ¿CUÁNDO SE CONSIDERA QUE EL NIÃ?O/A SUFRE UN ABUSO SEXUAL?

Aunque no existe una definición universal de abuso sexual en la infancia todas las teorías incluyen dos criterios fundamentales:

COERCION: El agresor se aprovecha de su posición de autoridad para, mediante el empleo el la presión, el engaño y/o el uso de la fuerza física involucrar al niño en actividades sexuales que él normalmente desconoce.

ASIMETRÁ DE EDAD entre la victima y el agresor: Impide la verdadera libertad de decisión y hace imposible una actividad sexual consentida, puesto que hay un grado de madurez biológica y expectativas muy diferentes.

Bajo este concepto se incluiría el abuso de unos menores contra otros. Se considera como tal cuando hay una diferencia de 5 o más años cuando éste tenga menos de 12 años y de 10 años si supera dicha edad (López, 1998).

La actividad sexual puede incluir tocamientos o caricias de los genitales y /o partes intimas de los muslos, pechos, â?¦. ( ésta es la forma más frecuente de abuso sexual infantil). También puede aparecer penetración, y actos sexuales que no impliquen contacto, como exhibicionismo y voyerismo.
3. ¿QUIÃ?N SUFRE MÁS ABUSOS SEXUALES?

Al contrario que en otras clases del maltrato , el abuso sexual infantil se produce con la misma incidencia en todas las razas, religiones y clases socioeconómicas.

Se estima que un 20% de los niños que padecen abusos sexuales son niñas y un 5% niños. Es decir, es más frecuente en niñas que en niños con una proporción de 2 a 3 niñas por cada niño. Aproximadamente la mitad de las victimas tienen edades entre los 8-12 años. Aunque hay otra edad de riesgo que es la comprendida entre los 6-7 años. (Echeburúa, 2005)
4. ¿QUIÃ?N SUELE REALIZAR EL ABUSO SEXUAL?

Según el estudio realizado por Mian, Marton y LeBaron (1996) en el Hospital Sick Children de Toronto el 72% de los sujetos que abusaron del niño eran parientes o miembros de su familia

Familia

74% Padre Biológico

7% Padrastro

19% Compañero de la madre

Extra-familiar

36% canguro

23% conocido

11% novio de la madre

7% extraño

4% pariente lejano

18% no clasificado en ninguna categoría

El 86% son hombre y el 13% mujeres ( principalmente con adolescentes).

También es importante y preocupante el número de niños que llegan a abusar sexualmente de otros niños:

Los niños autores de abusos sexuales a otros niños:

De hasta 7 años supone elâ?¦â?¦â?¦â?¦. 7%

De 8-12 añosâ?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦ 35%

De 13-16 añosâ?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦â?¦.. 59%
5. ¿CÃ?MO DETECTARLO?

Indicadores físicos

Dolor, golpes, quemaduras o heridas en la zona genital y anal,Cérvix o vulva hinchadas o rojas, semen en la boca, los genitales o la ropa, enfermedades de transmisión sexual en genitales, ano, boca u ojos, dificultad para andar y sentarse ,orinar y/o hacer caca.

Los indicadores comportamentales

Pérdida de apetito, miedo a estar solo/a a los hombres o a un determinado miembro de la familia, rechazo al padre o la madre de forma repentina, cambios bruscos de conducta, problemas escolares, resistencia a desnudarse o bañarse, fantasías o conductas regresivas (enuresis, chuparse el dedoâ?¦.) Tendencia al secretismo, aislamiento y rechazo a las relaciones sociales, auto-lesiones, agresividad o conductas delictivas.

Indicadores en la esfera sexual

Rechazo a las caricias, a los besos y al contacto físico, conductas seductoras, conductas precoces o conocimiento sexuales inadecuados para su edad, interés exagerado por los comportamientos sexuales de los adultos y agresión sexual del menor hacia otro menor.
6. CÃ?MO ACTUAR

La sensación de â??ser creídosâ? es uno de los mejores mecanismos para predecir la evaluación a la normalidad de los niños víctimas de abusos sexuales. Sin embargo, la reacción de los padres no siempre es de apoyo, sino que algunas se niegan a creer al niño, reaccionando incluso de manera colérica y rechazándolo. Otros creen en sus afirmaciones, pero se sienten tan afectados que se bloquean y son incapaces de prestarle ayuda o le hacen responsable de lo sucedido. Por tanto, la adaptación psicológica de los padres en general y de las madres de las víctimas en particular, es un tema fundamental en la repercusión de la sintomatología del niño.

Recordemos, que el alcance de las consecuencias psicológicas, va a depender no sólo de las estrategias que posee el niño sino también del grado de sentimiento de culpa y de victimización del niño por parte de los padres.

No obstante, siempre debemos empezar con una exploración física y si es necesario posteriormente pruebas de laboratorio.

1. Exploración Física

Es importante la realización de una exploración física (la boca, los pechos, los genitales, la región glútea y la zona peri anal) en las 72 horas después del abuso. Una vez pasado este tiempo, la posibilidad de obtener hallazgos positivos es escasa. Por ello en más del 50% de los casos va ser normal.

Existen determinadas lesiones que fácilmente se confunden con abuso sexual pero que no lo son, como: Liquen escleroso, hemangiomas congénitos, impétigo, prolapso uretral, así como ciertas anomalías congénitas de vagina y ano. Por ello, es importante que dicha exploración la realice un médico especialista.

2. Pruebas de Laboratorio

2.1. Pruebas forenses

2.2. Pruebas de enfermedades de transmisión sexual

2.3. Pruebas de embarazo

3. Intervención Psicológica

Toda intervención médica debe ir acompañada de una intervención psicológica. En cada caso el tratamiento psicológico será individualizado.
7. QUÃ? CONSECUENCIAS PSICOLÃ?GICAS TIENE EN EL NIÃ?O

El abuso sexual infantil no tiene por qué producir necesariamente unas consecuencias negativas en la víctima, y de hecho, hasta un 40% de los niños abusados sexualmente no presenta ninguna sintomatología. (Cortés y Canton, 1998)

La presencia o no de determinados síntomas parece depender de la edad o estadio evolutivo del niño. Por ejemplo, el sentimiento de culpabilidad y de vergüenza es menos probable que aparezcan en niños preescolares y que aumente la probabilidad de aparecer conformen maduran las victimas.

Las Consecuencias son más graves en el niño cuando:

  1. Sufre abusos con frecuencia y prolongados en el tiempo
  2. Se ha utilizado la fuerza
  3. Relación próxima con el agresor (padre o padrastro)

Principales consecuencias a corto plazo del abuso sexual en niños y adolescentes (Echeburúa y Guerricaechevarría, 1998)

            Tipos de Efectos                        Síntomas                                        Periodo Evolutivo

                                                              Pesadillas,                                    Infancia y adolescencia
            Físicos                  Cambios en los hábitos de comida,                   Infancia y adolescencia
                                                Pérdida del control de esfínteres                      Infancia

                                                    Consumo de drogas y alcohol                   Adolescencia
                                                        Huidas de casa                                    Adolescencia
          Conductuales                  Hiperactividad                                    Infancia
                                                  Bajo rendimiento académico                    Infancia y adolescencia
                                                  Conductas auto-lesivas                              Adolescencia

                                                    Miedo generalizado                                   Infancia
                                                Hostilidad y agresividad                                Infancia y adolescencia
                                                    Culpa y vergüenza                                   Infancia y adolescencia
                                                  Depresión, ansiedad                                   Infancia y adolescencia
                                                  Baja auto-estima                                   Infancia y adolescencia
        Emocionales            Sentimientos de estigmatización                   Infancia y adolescencia
                                                Rechazo al propio cuerpo                           Infancia y adolescencia
                                            Desconfianza y rencor hacia los adultos           Infancia y adolescencia
                                                Trastorno de estrés postraumático           Infancia y adolescencia

                                              Conocimiento sexual precoz o                    Infancia y adolescencia
                                              inapropiado para la edad
        Sexuales                  Masturbación compulsiva                           Infancia y adolescencia
                                                Excesiva curiosidad sexual                          Infancia y adolescencia
                                                Conductas Exhibicionistas                          Infancia
                                              Problemas de identidad sexual                      Adolescencia

                                                Déficit en Habilidades                                Infancia
          Sociales                  Retraimiento social                                   Infancia y adolescencia
                                                Conductas antisociales                                   Adolescencia

8. TRATAMIENTO PSICOLÃ?GICO

El tratamiento psicológico con las víctimas de abusos sexuales en la infancia no siempre es necesario ni conveniente e incluso en algunos casos la terapia puede suponer una segunda victimización del niño. Por ello, es importante una correcta valoración de la aparición de secuelas generadas por la experiencia abusiva y de su repercusión en la vida cotidiana. Es imprescindible un seguimiento cercano de la evaluación del niño, además de la posibilidad de asesorar a los familiares para proporcionar al menor el ambiente adecuado.

Si la terapia es necesaria, debe ser lo más breve posible; sobre todo con los más pequeños. Puesto que cuando hay muchos síntomas que influyen negativamente en la vida diaria del menor es aconsejable secuenciar la intervención en distintas fases para no acentuar la alteración en su vida cotidiana.

El tratamiento debe ir encaminado a que el niño describa su experiencia de abuso y los sentimientos derivados de está. Pero la intervención no se debe limitar a sus reacciones emocionales y a la expresión de las mismas, sino que debemos recurrir a técnicas que permitan modificar las alteraciones afectivas, cognitivas, sexuales y conductuales, así como enseñarles estrategias de afrontamiento que el menor necesitará para normalizar su vida.

Las técnicas que se utilizan son:

    * Desahogo emocional
    * Reevaluación cognitiva
    * Entrenamiento en habilidades sociales
    * Autoexposición gradual y en vivo
    * Entrenamiento en relajación
    * Entrenamiento en control de la ira
    * Programación de actividades

Contactos: http://www.cinteco.com/sobre_cinteco/contactenos/

Estrategias de prevención del abuso sexual infantil

http://www.monografias.com/trabajos60/prevencion-abuso-infantil/prevencion-abuso-infantil.shtml

Estrategias de prevención del abuso sexual infantil

Enviado por Navarro Gómez. Franco 

INTRODUCCIÓN

Los niños, se dice, son el futuro de nuestro país; aunque esta idea ha sido refutada muchas veces, en virtud a que son nuestro presente. Pero qué pasa cuando es la sociedad quien olvida esto, que pasa cuando es ésta quien vulnera y estropea este presente y futuro del que hacemos alarde. Son muchas las maneras en las que se manifiesta, tal vez esa diversidad hace que nuestra realidad se vuelva ajena a nosotros mismos, no porque desconozcamos del tema, sino porque a pesar de ello, a pesar de vivirlo a diario, de presenciarlo, somos brazos inertes frente a esta penosa problemática.

Nos referimos, pues, al Abuso Sexual Infantil, una acción por demás reiterada y dañina, mas aún no hemos podido lidiar contra ella, y no por ser ignorada, como mencionamos en lo antecedido, máxime porque asumimos el comportamiento y características de una estatua, somos una bella construcción que trasluce vida, pero en realidad llevamos dentro sólo concreto, somos inmóviles, muertos en vida; es así como las estatuas ven pasar muchas miradas, pero no pueden hacer nada, simplemente porque son creaciones líricas de vida. Con este comportamiento desinteresado e inútil que tenemos ante la petición de ayuda de un niño abusado sexualmente, es que retrocedemos en la lucha contra la prevención y erradicación de este mal.

Es variada la idiosincrasia que cada uno asume respecto al tema, precisamente por ello pretendemos dar alcances respecto a los principales puntos, que nos ayudarán a dilucidar el por demás crítico estado de la situación. Las ideas o información se manifestarán sistemáticamente ordenadas en capítulos, los cuales parten desde una definición del problema para luego converger en las posibles y rápidas medidas de prevención a tomar.

De igual modo este proceso de información, nos ayudará a identificar tanto a los sujetos activos como a los sujetos pasivos, ergo contribuye a la ardua tarea que pretendemos concientizar, para asumirla responsablemente, en consecuencia ayudar a muchas miradas, que simbolizan peticiones de ayuda, para aquellos menores que sufren a diario la irracionalidad de un ser que no merece ser catalogado como persona.

Frente a la alarmante realidad en que vivimos decidimos hacer el trabajo utilizando para ello casos de la vida real, en este caso hicimos una entrevista a una señorita, un recorrido por la ciudad con la finalidad de encontrar los lugares donde se realizan estos actos, la filiación que hemos realizado en cierta manera es con el fin de que nuestros compañeros se sensibilicen frente a este problema y se den cuenta de la dura realidad en las que viven estas personas, también tomamos fotografías en la búsqueda de la información real.

Fueron distintos los casos encontrados en nuestro recorrido; cada experiencia de estas personas, cada sufrimiento, los malos momentos que vivieron, nos llevaron a comprender la realidad en la que vivimos, y en la que nadie está libre de las desgracias.

Intentando encontrar mayor información sobre nuestro tema, nos encontramos con los lugares donde se realizan estos hechos; al no obtener el ingreso, lo único que se pudo recopilar fueron las tomas que se hicieron fuera del lugar; de esa manera somos más veraces con la información que les estamos brindando.
RESUMEN

Se define el abuso sexual infantil como una de las formas del maltrato infantil, estableciéndose los criterios básicos para su tipificación. Asimismo se explicitan sus consecuencias y las condiciones para su ocurrencia. Se presentan los indicadores básicos para una intervención eficaz considerándose la interrelación de los factores de riesgo que incrementan la probabilidad de aparición del abuso y los factores de protección que contribuyen a disminuir o controlar los factores de riesgo en nuestra localidad reduciéndose la posibilidad del abuso sexual. Finalmente se establecen pautas de prevención en el contexto del fortalecimiento del grado de conocimiento que debe poseer el niño sobre el abuso sexual, en el sentido de control de propiedad de sí mismo y en la información sobre los recursos de apoyo y protección disponibles.

Palabras Clave: Prevención del Abuso Sexual Infantil, Factores de riesgo, Factores de Protección.

ABSTRACT

The infantile sexual abuse is defined as one of the forms of the infantile abuse, settling down the basic criteria for its classification. Also it is specified its consequences and the conditions for its occurrence according to Finkelhor and Krugman Model. One appears the basic indicators for an effective intervention considering the interrelation of the risk factors that increase the probability of appearance of the abuse and the protection factors that contributes to diminish or to control the risk factors being reduced the possibility of the sexual abuse. Finally guidelines of prevention are established in the context of the fortification of the knowledge degree that must have the boy on the sexual abuse, in the sense of control of property of him and in the information settle down on the resources of support and protection available.

Key words: Prevention of the Infantile Sexual Abuse, Factors of risk, Factors of protection.
II. FUNDAMENTACIÓN TEÃ?RICA

2.1. CARACTERÍSTICAS DEL CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN

Los Derechos Del Niño En Relación Con El Proceso Legal

La violencia sexual y basada en el género tiene un efecto devastador en el desarrollo de la salud mental y física de los niños y adolescentes. Esto a menudo conduce a la existencia de adultos vulnerables o afectados que pueden a su vez crear patrones familiares disfuncionales. Las mujeres que han sufrido abuso cuando niñas pueden fracasar en protegerse a si mismas y a sus propios niños frente a nuevos abusos sexuales, mientras los hombres pueden convertirse en abusadores sexuales.

Los niños que han sido abusados sexualmente pueden convertirse en sexualmente promiscuos como adolescentes y adultos en tanto su sexualidad e imagen corporal ha sido distorsionada por el abuso que han sufrido. Esto también impactó en otras áreas criminales y en la sociedad. No es coincidencia que la mayoría de las prostitutas haya sido abusada sexualmente cuando niñas por un miembro de la unidad familiar.

La violencia doméstica en la casa y el abuso sexual de niños están a menudo ligados. Esto es negativo para el desarrollo y fortalecimiento de la sociedad, y sus consecuencias deben ser entendidas por la policía y por todos aquellos involucrados en el proceso judicial. La Convención Interamericana enfatiza la igualdad de derechos de todos y la importancia de la protección estatal hacia los niños. El preámbulo de la Convención de los Derechos del Niño menciona la Declaración de Ginebra de los Derechos del Niño de 1924 y la Declaración de los Derechos del Niño de 1959 apoya estos derechos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama que la niñez está sujeta al cuidado y asistencia especial, como señalan los artículos 23 y 24 del Convenio Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos y el artículo 10 del Convenio Internacional Sobre Derechos Culturales, Sociales y Económicos. La Declaración de los Derechos del Niño declara “que el niño dada su inmadurez física y mental necesita protección y cuidado especial, incluyendo adecuada protección legal”. Los conceptos más importantes que introduce la Convención de los Derechos del Niño se relacionan con el valor del respeto a la inherente dignidad del niño. Cada niño es un significativo y valioso miembro de la sociedad y merece ser tratado con respeto y dignidad. Y deben ser tomadas todas las acciones que tomen en cuenta “los mejores intereses del niño” como consideración primordial.

La Convención de Belén Do Para señala que los derechos de la mujer, entre otros, incluyen “el derecho a que su integridad moral, mental y física sea respetada” y “el derecho a que su inherente dignidad de persona sea respetadaâ?¦”

Se señala asimismo el derecho a la igualdad en la protección ante la ley y “el derecho para accionar de manera simple y rápida antes las cortes competentes para la protección contra los actos que violen sus derechos16.”

Bajo la Convención de los Derechos del Niño, el niño tiene derecho a la igualdad frente

a la ley y el derecho a la protección frente al proceso legal18 y al Estado y el derecho a la seguridad frente al abuso emocional, mental, psicológico y físico.

Adicionalmente, los niños y las niñas tienen derecho a la información, el derecho a participar en el proceso legal, a expresar sus concepciones y opiniones y contribuir en las decisiones que afectan sus propias vidas, incluyendo aquellas tomadas en el proceso judicial. Se colige entonces que el niño tiene también el derecho a ser tratado como un testigo capaz. También el niño tiene el derecho a un desarrollo armonioso y a un estándar de vida adecuado a su crecimiento físico, mental, espiritual, moral y social21.

En los casos en que un niño ha sufrido traumas deben tomarse todas las medidas para volver a un desarrollo normal. El concepto de la responsabilidad del Estado se ha desarrollado para reconocer que los estados tienen una obligación de tomar acciones preventivas y punitivas cuando las violaciones de derechos son perpetradas por actores privados en la familia o en la comunidad.

Si se puede mostrar que la administración del sistema judicial y la exigibilidad de la ley discriminan a los niños víctimas de abuso sexual, que son niñas en su mayoría, entonces el Estado puede ser responsable de violar los estándares internacionales de derechos humanos sobre la igualdad. La Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las mujeres requiere que todos los Estados Partes; “sigan por todos los medios apropiados y sin demora una política para eliminar la discriminación contra las mujeres la que incluye la tarea de “tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo las legislativas, para modificar o abolir leyes existentes, regulación o costumbres y prácticas que continúen con la discriminación contra las mujeres”.

El artículo 7º de la Convención Belem Do Para confiere el derecho para definir al Estado como responsable y buscar un remedio si éste falla en sus tareas.

El artículo 19º de la Convención de los Derechos del Niño enfatiza que es responsabilidad del Estado proteger al niño de todas las formas de abuso:

“Los Estados Partes deberán tomar medidas apropiadas legislativas, administrativas, sociales y educacionales para proteger al niño de todas las formas de violencia física o mental, lesiones o abuso, negación o tratamiento negligente, maltrato o cualquier forma de explotación, incluyendo abuso sexual, mientras los niños se encuentran bajo el cuidado de los padres, tutores o cualquier otra persona.”

El artículo 34º de la Convención de los Derechos del Niño señala:

“Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de explotación y abuso sexuales. Con este fin, los Estados Partes tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir:

a) La incitación o la coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal.

b) La explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales ilegales.

c) La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos.”

El Capítulo III, Articulo 7º de la Convención Belén do Para señala que:

“Los Estados Partes condenan todas las formas de violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente:

a) Actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer.

b) Incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso; tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia contra la mujer; establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos;

c) Establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios par asegurar que la mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u otros medios de compensación justos y eficaces, y

d) Adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole que sean necesarias para hacer efectiva esa Convención.”

Este concepto de “debida diligencia” es una doctrina importante ya que establece que el estado tiene una responsabilidad de ejercitar la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar las violaciones a la ley internacional y pagar una justa compensación.

Este concepto puede ser apreciado en el proceso de la Corte Interamericana de los

Derechos Humanos en el caso Velásquez Rodríguez, en el cual la Corte solicitó al gobierno que “tome las acciones necesarias para prevenir las violaciones de los derechos humanos y el uso de los medios a su disposición para llevar a cabo una investigación seria de las violaciones cometidas en dentro de su jurisdicción, para identificar a aquellos responsables, para imponer las penas y asegurar a las víctimas una adecuada compensación”.

Por lo tanto, el hecho de que existan leyes que penalizan y prevén sanciones para el abuso sexual de los niños no es en sí mismo suficiente, el gobierno debe efectivamente asegurar que tales incidentes sean verdaderamente investigados y penalizados. Esto es particularmente relevante para el Perú que ha ratificado todos los instrumentos necesarios pero que en muchos casos el abuso sexual de niños queda sin sanción penal.

2.2. ANÁLISIS DE LA LEGISLACIÓN NACIONAL SUSTANTIVA SOBRE

VIOLACION SEXUAL DE NIÃ?OS Y ADOLESCENTES.

Nuestro Código de Niños y Adolescentes considera niño a todo ser humano desde su concepción hasta cumplir los doce años de edad; y adolescente desde los doce años hasta cumplir los dieciocho años de edad; de esta manera tenemos un instrumento que delimita la protección tanto de los niños como de los adolescentes hasta cumplida la mayoría de edad; teniendo en cuenta que además de los derechos inherentes a la persona humana, éstos gozan de derechos específicos relacionados con su proceso de desarrollo; como en el caso de los delitos de violación sexual tanto de los adolescentes mayores de catorce años, y de los niños y adolescentes menores de catorce años; cuya protección resultaría conforme al Código señalado – teniendo como bien jurídico protegido en ambos casos, su derecho al libre desarrollo. Además, se señala, en el referido código, que los niños y adolescentes tienen derecho a que se respete su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar; otorgándosele protección contra todo aquello que busque vulnerar estos derechos.

Para ello el Estado ha de garantizar el ejercicio de estos derechos protegidos por nuestras leyes, a través de sus poderes, mediante programas, políticas, acciones y medidas permanentes desarrollados por el Código de Niños y Adolescentes. Entre los programas que se proponen, existe uno especifico para niños y adolescentes maltratados o víctimas de violencia sexual , mediante el cual se considera que se les brinde atención integral mediante programas que promuevan su recuperación física y psicológica; además recalca que el estado garantiza los derechos de la víctima en todos los procedimientos policiales y judiciales.

El delito de violación sexual de niños y adolescentes es un problema latente y complejo dado el grupo etáreo al que se alude, el bien jurídico que se afecta, y el daño que se causa a la convivencia social misma, por lo cual es necesario el trabajo de la población y la sociedad civil con miras a generar esfuerzos conjuntos a fin de prevenir la incidencia en este delito.

La violación sexual por si misma, afecta no solo la integridad física de la víctima, sino también su dignidad, derecho fundamental protegido constitucionalmente y que responde a la lógica de que ninguna persona, sea cual fuere su raza, condición social o moral, su edad, su sexo, puede ser sometida contra su consentimiento, o asaltada en su buena fe mediante engaño, a trato sexual alguno, sin que ello no corroa un interés de la vida en sociedad: la libertad sexual y la indemnidad sexual.

La edad es un factor importante ya que va determinar el límite para la consideración del agravante del tipo básico de violación sexual, cuando se trata de una victima mayor de catorce años, se considera que el bien jurídico protegido es la libertad sexual, que se refiere a la toma de decisión de tener relaciones sexuales con quien uno decida (libertad sexual positiva) o decidir abstenerse de tener relaciones sexuales (libertad sexual negativa), ¿Por qué el limite se considera a los catorce años? Porque nuestra legislación civil reconoce que a partir de los catorce años los adolescentes pueden ejercitar su libertad sexual; es decir, pueden contraer matrimonio, ya que para esta institución existe una edad legal (la de los hombres y mujeres mayores de dieciocho años) además de reconocer una edad biológica, que esta dada por la capacidad de los adolescentes para procrear (adolescentes entre catorce y dieciocho años).

2.2.2. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO:

Sobre el concepto de indemnidad sexual, es posible encontrar divergencias al respecto, y hasta se le ha llegado a comprender con cierta connotación moralista. Por ello es necesario entender a la indemnidad sexual como el interés de tener un adecuado proceso de formación y socialización, ya que cualquier práctica sexual con niños y adolescentes representa daño o un peligro de daño al normal del instituto genésico.

La indemnidad sexual sólo se hace aceptable como bien jurídico protector de los intocables sexuales, únicos individuos cuyas características de inmadurez y vulnerabilidad hacen legítima, la imposición garantista de determinada reglamentación específica en materia sexual, basado en el rechazo y la persecución penal de toda relación sexual que involucre a los sujetos protegidos (los niños y adolescentes), en el entendimiento de que las prácticas sexuales con éstos son lesivas y perturbadoras para los mismos. Demarcando el límite de determinada parcela bio-psico-social, como es la de la sexualidad humana, que el Estado deberá preservar de vulneraciones ilegítimas.

La libertad sexual representa el plano de la voluntad o el albedrío allanado, en tanto la indemnidad sexual, garantiza el derecho o la garantía jurídica de no sufrir atropello o trasgresión lesiva en la dimensión sexual protegida, apela directamente al puntual quebranto bio-psico-social -en que se constituye la sexualidad en su sentido lato que dicha esfera ha sufrido, a través de un acto de violencia.

De esta manera, la indemnidad sexual como bien protegible calza plenamente con las aspiraciones victimológicas al que corresponde el delito de violación sexual de niños y adolescentes. En efecto, su implicación axiológica posee mayor eficacia victimológica que la que pueda aportar la consideración de la libertad sexual como valor conculcado en este delito.

2.2.3. TIPOS PENALES:

A. VIOLACION SEXUAL

En este primer tipo reseñado en el artículo 170 del Código Penal se comprende de manera genérica a todas las personas, pero de manera implícita a los mayores de catorce años, por lo cual tendríamos que comprender a los adolescentes entre catorce y dieciocho años a los que a través de la violencia o grave amenaza se los obliga a tener acceso carnal u otro análogo.

Para la comisión de este ilícito penal se considera como bien jurídico a la Libertad Sexual, la cual protegería la libertad de decisión de los adolescentes para elegir tener relaciones sexuales o con quien tenerlas, como en el caso de los jóvenes y adultos.

La crítica a este primer tipo, que comprende a adolescentes, es el porque se exige la violencia o grave amenaza como elemento subjetivo; si tanto en el caso de violación sexual de los niños y adolescentes hasta los dieciocho años de edad se protege el mismo bien jurídico: la indemnidad sexual, como la protección del libre desarrollo de su sexualidad; entonces para todos los caso en los que estuvieran involucrados niños y adolescentes no se debiera exigir esta condición.

B. VIOLACION SEXUAL DE NIÃ?OS Y ADOLESCENTES

Nuestro código Penal ha comprendido la violación sexual de niños y adolescentes en los artículos 173 y 173 A; considerando especial atención, ya que los sujetos pasivos de este tipo no poseen la noción de libertad sexual, entonces, la doctrina señala que la voluntad en este caso se encuentra viciada por su ausencia de discernimiento, se trata en realidad de una presunción de ausencia de voluntad, o una voluntad inmadura cuya decisión no puede ser valida; la determinación no procede con plena conciencia y por eso la ley se ve precisada a declarar presuntamente su incapacidad. Entonces, se considera delictuoso cualquier trato erótico que se efectúe con personas que no han alcanzado la madurez sexual, aun cuando hubiesen prestado su consentimiento, no porque se considere que su falta de madurez sexual llevo a que esa aceptación se tenga por no valida, sino porque el trato carnal en los impúberes repercute psicofisiologicamente en el desarrollo normal de la función sexual interna y externa.

De la revisión del primer párrafo del artículo 173 del texto anterior33, teníamos como primer elemento del delito de violación sexual de niños y adolescentes – al dilema que ha originado múltiples debates en la doctrina penal peruana – la interpretación de acto análogo.

Un sector de la doctrina consideraba como acto análogo sólo las conductas que suponen penetración del miembro viril por el conducto anal. Como cuando señala Peña Cabrera, que “el acto sexual y el acto análogo son conductas que suponen acceso vía vaginal y anal, respectivamente; en consecuencia, la introducción in ore del miembro viril no llega a configurar el tipo penal. Solo la penetración realizada es conducta típica, siendo aquella cometida por medios artificiales o mecanismos un acto que no alcanza tipicidad”. Mientras, otro sector de la doctrina propuso extender el concepto de acto análogo a la penetración entre las piernas y la bucogenital.

Es precisamente esta última tesis la que ha primado para la reciente modificatoria del artículo en referencia34, ya que, como desarrollaremos mas adelante, se han incluido nuevas conductas, que a la luz del derecho se encontraban en un limbo; y además se ha logrado aclarar de manera uniforme el texto original de nuestro Código Penal que ha reseñado este punto.

La normativa anterior solo beneficiaba a los agresores a fin de puedan auxiliarse de los vacíos que existían para que la punibilidad de su conducta sea atenuada, o para que sea considerada como una conducta menor gravedad.

Entonces, cuando nos referimos al acto análogo, presente en todos los tipos de violación del código, constituye una cláusula general que permite la interpretación analógica de modo que ahora debe considerarse como acto sexual tanto la practica contra natura como la bucogenital y las demás descritas en la norma.

Así, tenemos que el primer elemento de la violación sexual lo constituye la invasión al cuerpo de una persona, que haya ocasionado penetración, de cualquier parte del cuerpo de la victima, estableciéndose claramente que conductas deben ser consideradas violación; de esta manera se deja abierta la posibilidad de que se considere también violación sexual la penetración en el orificio anal o vaginal, con objetos.

Así también el ultimo párrafo el articulo en mención señala como factor importante, no definido expresamente pero si comprendido, es el de la debilidad de la victima, su vulnerabilidad debido a la edad (ser menor de catorce años) hace referencia a la facilidad con que alguien puede ser atacado y lesionado, a la mayor debilidad de ciertas personas, a sus mayores dificultades para oponerse a ciertos designios sus atacantes; si el agresor es conciente de la superioridad que ello le reporta, implica una mayor explotación de la vulnerabilidad de la victima para materializar la agresión sexual, y ello se encuentra representado en el prevalimento de una relación de superioridad o de parentesco, de la cual se prevale el culpable, ya que por si solos no añaden ni quitan nada, únicamente si se atiende a la mayor facilidad que para allanar obstáculos se derivan de ellos cuando son aprovechados pueden tener algún sentido de agravación (el parentesco solo debiera ser considerados en la medida en que entrañe una ventaja para el agresor, pues el parentesco, como tal, no es portador de un plus de injusto ni de culpabilidad).

2. 3. ANALISIS DE LA LEGISLACIÓN NACIONAL ADJETIVA SOBRE

VIOLACION SEXUAL DE NIÃ?OS Y ADOLESCENTES.

El proceso, en la actualidad lejos de atender los requerimientos de la víctima, tiende a

revictimizarla o desconocerle derechos que le son inherentes; se llega a olvidar que el proceso se inicia porque se ha lesionado un bien jurídico y a la vez se ha producido el agravio de una persona, o de un colectivo (en algunos delitos también se reconoce el agravio del Estado); de esta manera, entendiendo que en el derecho penal la acción es pública, se pretende hacer a un lado a la victima, basándose en que el Estado le brinda tutela jurídica, olvidándose que el estado no es la víctima , razón por la cual, en los procesos muchas veces no se tiene en cuenta los intereses concretos de la persona que ha sufrido una agresión.

En los delitos sexuales, en particular, es la víctima la que se siente efectivamente ofendida y, al mismo tiempo, es el derecho penal el que le niega tal calidad. Ya que la idea de infracción en la norma estatal funda esta lógica e impide a la víctima decidir acerca de la existencia de un daño concreto a sus intereses. El resultado de esta forma de intervención coactiva de los órganos estatales es la exclusión de la víctima de su propio conflicto, es decir, la “expropiación del conflicto”

Desde antaño la práctica jurídica ha buscado negar o restringir la calidad de víctima a las mujeres, niños y adolescentes, que han padecido un acto de violencia sexual, formas que se vinculaban no sólo con la legislación que supuestamente las amparaba, sino, además y especialmente, con las decisiones judiciales. Y esta característica última es la que sigue rigiendo en los procesos, dadas las condiciones y tratos a los que son sometidas las víctimas, y no bastando con ello, esta desidia se va a ver expresada en las sentencias y fallos, los cuales muchas veces van a responder a criterios machistas y hasta moralistas.

El procedimiento penal basado en la persecución pública, en general, maltrata a la víctima del delito, pues no intenta satisfacer sus intereses concretos, sino cumplir con los intereses estatales de control social. En el caso de los delitos sexuales cuyas víctimas son niños y adolescentes, en cambio, a este maltrato propio de la justicia penal se agrega otro que puede ser mucho más grave para la víctima: la revictimización, que para ella significa la exposición a un proceso penal nada garantista para sus derechos.

Se podría pensar hasta en un ataque del propio proceso al que son sometidas, dadas las características de los procedimientos. Por que lo que sucede en nuestro procedimiento puede ser peor: los tribunales no cumplen con el papel pasivo que exige el principio de imparcialidad, razón por la cual actúa como principal acusador. Y si ello sucede, la percepción sobre el hecho de que el ataque venga desde el propio tribunal puede ser evaluada como mucho más injusta por parte de la víctima.

Si a esta circunstancia le agregamos el efecto traumático que puede significar la reconstrucción del suceso en el contexto de un juicio público -ámbito que no parece muy adecuado para realizar esta actividad sin efectos nocivos para la víctima-, comprenderemos claramente el significado de la afirmación de que la víctima de violación sea “revictimizada” en el procedimiento penal.

La desconfianza que las víctimas de agresiones sexuales sienten respecto de la justicia penal, por otra parte, no es utopía, sino una realidad que se manifiesta en el hecho incontrastable del número de denuncias respecto de este tipo de hechos. Y ello parte del propio contexto del proceso, ya que la distancia que existe entre el texto legal y la práctica judicial es un espacio que permite la tergiversación del sentido del texto.

Lo que se busca es pues que la víctima ocupe un lugar que le brinde oportunidades para plantear sus puntos de vista y sus intereses en el marco del proceso penal, es decir, de presentar al tribunal su propia percepción del conflicto. ” La participación de la víctima, por otra parte, ingresaría al procedimiento a la persona que más sabe acerca del papel que desempeñan los prejuicios y las valoraciones discriminatorias en la decisión del caso. De este modo, la exposición y discusión de esas variables, que ilegítimamente condicionan la resolución del caso, podrían constituirse en una buena estrategia para luchar en el escenario público y político del procedimiento penal contra las prácticas discriminatorias”.

Es evidente que en este tipo de delitos (así como, en muchos otros) no se permite la reparación objetiva del daño causado, pues es imposible que el autor regrese la situación al estado anterior, sin embargo, desde la propia existencia del derecho penal admite una respuesta reparatoria de contenido simbólico, y cuando ello no es posible o no resulta adecuado, no excluye otro tipo de respuestas como la terapéutica; pero ello no debe excluir respuesta punitiva que se espera como sanción por el daño causado.

Como ya hemos señalado anteriormente, la aplicación del tipo penal previsto en el caso de niños y adolescentes esta dado en relación al bien jurídico protegido; para ambos casos será la indemnidad sexual, aun cuando se haya considerado en tipos diferentes (el grupo de adolescentes entre catorce y dieciocho años reencuentran considerados dentro del tipo básico de violación sexual, pero señalado de manera específica como una agravante; mientras que los niños y adolescentes hasta los catorce años se encuentran protegidos por un tipo especial, denominado Violación Sexual de menores de catorce años, que además tiene sus propios agravantes).

En el caso de los procesos seguidos contra este tipo de delitos, notaremos especialmente, el abandono de lo reseñado por el Código de los Niños y Adolescentes – premisas señaladas al inicio del presente capítulo- Partiremos, considerando que inicialmente se había considerado que a nivel policial existiera una policía especializada que seria la encargada de auxiliar y colaborar con los organismos competentes del Estado en la educación, prevención y protección del niño y el adolescentes; entonces entenderíamos que dentro de las mismas dependencias de la policía pudiera existir esta unidad especializada, que se encargaría del trato con los niños y adolescentes que lleguen con denuncias de violación sexual, para lo cual debiera estar capacitada y sus integradas debieran cumplir además, con ciertos requisitos para poder coadyuvar el deber de este grupo: de velar por el cumplimiento de normas de protección de niños y adolescentes.

La misma situación se repite en caso del Instituto de Medicina Legal, ya que según se señala en el Código de los Niños y Adolescentes, este debiera contar con un servicio especial y gratuito para los casos en que se vieran involucrados niños o adolescentes, debidamente acondicionado en lugar distinto a los adultos, y que debiera contar con personal capacitado para trabajar con niños.

Así, entonces podemos entender porque muchas veces no se denuncian este tipo de casos, donde las victimas son niños o adolescentes; o porque habiendo denuncias estas no llegan a la culminación del proceso.

Si pensamos que muchas veces las comisarías son el punto de partida de los procesos de los procesos que se han de iniciar por estos delitos, y en la practica vemos que no existe un personal especializado en este tipo de casos, ni capacitado en el trato con niños o adolescentes; y si cuando son derivados al medico legista no son atendidos con un trato especial, ni se dan las condiciones necesarias para una adecuada atención ¿entonces que podemos esperar?

El procedimiento para los delitos de violación sexual ha sido objeto de singulares cambios en estos últimos años. Entre las modificaciones más importantes tenemos:

1. Tomando, nuevamente, como referencia el Código de los Niños y los Adolescentes apreciamos un mandato expreso del Estado para garantizar el respeto y protección de los derechos de los niños y adolescentes, criterio que también fue asumido expresamente por los procedimientos establecidos por la ley 27 055, para este tipo de delitos, así, entonces, se señala que El Estado tiene el deber de garantizar el respeto de los derechos de la víctima en todos los procedimientos legales y judiciales.

2. Los delitos de violación sexual se encuentran sujetos a un procedimiento sumario, salvo los casos de violación de menores de catorce años y la figura agravada, que se encuentran sometidos al procedimiento ordinario. Es decir, los casos de esta índole deben tener una fase reservada de investigación (la instrucción) y una etapa en la que a través de la oralidad y la inmediación los magistrados van ha buscar certeza de la comisión del ilícito (el juzgamiento).

3. La investigación preliminar, la acusación fiscal y el proceso judicial de los delitos contra la libertad sexual serán reservados preservándose la identidad de la víctima, bajo la responsabilidad del funcionario o magistrado que lleva la causa.

4. El examen médico legal de la víctima, será practicado previo consentimiento de la víctima; por un médico capacitado para este tipo de casos, y para ello deberá contar además, con un auxiliar que cumpla las mismas condiciones; y si es preciso y con el consentimiento del menor se podrá contar con la presencia de otras personas.

5. El Ministerio Público y el Poder Judicial deben tener en cuenta durante todo el proceso, como prioridad, la disposición del menor con observancia de su estado físico y anímico.

6. Así, en el caso de las declaraciones que hagan los niños y adolescentes ante la olicía, obligatoriamente debe participar el fiscal de familia, para esta primera declaración pueden estar presentes los padres o quienes tengan la tutela del niño y el adolescente, siempre que no se tratase de los agresores; luego el fiscal deberá ordenar la evaluación clínica37 y psicológica por profesionales especializados, para que concluida dicha investigación pueda remitir al fiscal penal de turno un informe del caso concreto. Siempre, en estos casos, la asistencia legal gratuita es obligatoria.

7. Nuestro código de procedimientos penales indica de manera expresa que en los casos de violencia sexual en agravio de niños y adolescentes, la declaración de la víctima será la que rinda ante el fiscal de familiaâ?¦salvo mandato contrario del juez

8. En la confrontación entre victima y victimario se advierte una situación distinta, ya que se establece que procederá la confrontación cuando la víctima tuviera mas de catorce años; mientras que en caso de niños y adolescentes menores de catorce años procederá a solicitud de dicha parte.

9. Del mismo modo, pero de manera mas acertada, se ha previsto que para el caso de la diligencia de reconstrucción en ningún caso se ordenara la concurrencia del niño o adolescente agraviado en casos de violencia sexual.
ANTECEDENTES

Nuestro país cuenta con más de 11 millones de niños, niñas y adolescentes, y se calcula que muchos de ellos son maltratados dentro de la esfera familiar o han sido víctimas de abusos sexuales. Tarapoto no se excluye de este grupo, nuestra ciudad cuenta con más de 5 mil niños, de las cuales no se sabe con exactitud cuantos fueron victimas del abuso de los mayores, Recientes estudios refieren que la mayoría de los abusos sexuales son perpetrados por algún familiar cercano a la víctima o algunas victimas fueron presas del engaño.

El abuso sexual del niño es la implicación de niños y adolescentes de ambos sexos, por lo tanto las niñas y los niños, tienen actualmente el mismo riesgo de ser agredidos sexualmente. Regularmente existe la evidencia que el agresor siempre es mayor que sus víctimas. Y la finalidad del abuso es la gratificación sexual de las personas de mayor edad.

La baja tasa de denuncias y la escasez de registros que den cuenta de esta problemática, son dos de los principales factores que impiden conocer la verdadera magnitud de este problema, que no suele ser reportado sino sólo cuando ha generado lesiones que demandan atención médica

Los patrones socioculturales que consideran a los golpes como un mecanismo eficaz para educar al niño, la legitimización de la violencia como forma de resolver conflictos, donde las relaciones están reguladas por un orden jerárquico basado en el poder y la dominación, constituyen el marco que circunscribe esta problemática. Esta es una realidad latente, cuyos elevados índices se refuerzan con el constante incremento de la pornografía infantil, el turismo sexual, la prostitución infantil y la emergente tendencia de ver al niño o niña como un objeto sexual disponible para el abuso.

Tratándose de niños, niñas y adolescentes, no se considera necesario que medie la violencia o la amenaza grave para considerarse violencia o abuso sexual, por tanto se considera como tal a: Todo acto de índole sexual propiciado por un adulto o adolescente mayor, para su satisfacción sexual. Pueden consistir en actos con contacto físico (tocamiento, frotamiento, besos íntimos, coito ínter femoral, actos de penetración con el órgano sexual o con las manos, dedos, objetos) o sin contacto físico (exhibicionismo, actos compelidos a realizar en el cuerpo del abusador o de tercera persona, imponer la presencia en situaciones en que el niño o niña se baña o utiliza los servicios higiénicos, entre otros), como también la explotación sexual, pornografía y prostitución infantil (PNCVFS).

Ã?nicamente a violencia sexual tienen características que la diferencian de las tendencias de los casos atendidos en general. Los casos atendidos por violencia tienen presencia abrumadora de niñas por tanto el 90% es de sexo femenino. Aunque entre los menores de 18 años atendidos es mayor el número de mujeres, la proporción de varones es superior a la que se aprecia en otros grupos etarios. Del total de casos de niños y adolescentes

Generalmente las personas piensan que si un niño, niña o joven se comporta diferente, esto se debe a que está tratando de ser independiente, o que se ha vuelto rebelde, o simplemente que está “pasando por la adolescencia”.

Un cambio en la conducta no significa necesariamente que la persona sea víctima de abuso, pero los cambios significativos en diferentes áreas del comportamiento, deber ser explorados como un posible indicador que requiere especial atención. Los indicadores antecedidos con, son especialmente representativos de abuso sexual.

Pretendemos aportar a la comprensión de este problema que afecta a la parte más sensible de una sociedad, los niños, niñas y adolescentes, generación que mañana reemplazará a la actual y deberá asumir todos los retos y dificultades por construir una sociedad equitativa y una cultura de paz.

De la revisión de 30 procesos penales por el Delito Contra la Libertad Sexual en su modalidad de Violación Sexual de Menores de Edad, en la localidad de Moyabamba, se ha logrado identificar serias deficiencias en la tramitación de los mismos, tanto en el ámbito policial como judicial.

Se observa en los procesos, que la etapa de la investigación policial para este tipo de delitos es sumamente breve, lo que no garantiza un adecuado recojo de elementos indiciarios que podrían ser insuficientes para que el Ministerio Público formule denuncia y asimismo, para que el Juez pueda abrir instrucción.

En otros casos, si bien la investigación policial se extendió a casi un mes, las pruebas que se acompañaron al atestado siguen siendo las mismas. Es decir, un mayor número de días que toma la policía para realizar la investigación de una denuncia por violación sexual a menores de edad, tampoco estaría garantizando una eficiente y efectiva investigación preliminar, lo que también estaría revelando es una insuficiente preparación o capacitación técnica especializada en la institución policial para llevar a cabo una delicada e importante tarea como ésta.

En lo referente a las pruebas que, como ya se dijo, de manera insuficiente recaba la policía durante la investigación del delito, también se cometen irregularidades en el recojo de éstas. Por ejemplo, las preguntas realizadas a los menores agraviados son impertinentes e inoportunas, distorsionándose así el objeto de la investigación. Así tenemos que entre las interrogantes formuladas están las que buscan indagar sobre la experiencia sexual de la víctima, pregunta que creemos atenta contra su integridad moral y psicológica, y que además la revictimiza. El Fiscal de Familia en el ámbito policial carece de un rol más protagónico. El Fiscal debiera garantizar que toda investigación policial en este tipo de casos que venimos analizando, contenga un examen psicológico del menor agraviado, sin embargo, se observa que en la mayoría de los casos no existe esta evaluación, documento que resulta importante para determinar el grado de afectación real que ha sufrido la víctima y así adoptarse los mecanismos necesarios para una adecuada protección.

Otra deficiencia que se observa en la actuación del Fiscal está al momento en que éste participa de la declaración escrita del menor agraviado. Se suelen formular preguntas innecesarias e impertinentes que el Fiscal no cuestiona o se opone. Asimismo, existen declaraciones en las que a pesar que aparece consignada la presencia del Fiscal, genera serias dudas sobre la real presencia de éste por el tipo de preguntas que se formulan al menor agraviado, o donde el Fiscal si bien aparece firmando la declaración, no formula pregunta alguna que contribuya al esclarecimiento de los hechos.

                                                                   

El abuso sexual infantil: Qué es y cómo prevenirlo

http://www.mipediatra.medem.com/ypol/common/commonPrinterFriendly.asp?cid=ZZZU60UCG8D

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Sitio en la Internet: www.childabuse.org/

El abuso sexual infantil: Qué es y cómo prevenirlo

El abuso sexual de los niños es más común de lo que las personas creen. Por lo menos 1 de 5 mujeres y 1 de 10 hombres dicen haber sufrido abusos sexuales durante la niñez. El educarse a sí mismo y a sus niños sobre el abuso sexual, puede ayudar a prevenir que esto le pase a sus niños y saber que hacer si le pasa.

¿Qué es el abuso sexual infantil?

El abuso sexual es cuando un adulto o un niño mayor obliga al contacto sexual a un niño. El abusador puede usar fuerza física, soborno, intimidación, trucos o aprovechar la falta de conocimiento del niño. Cualquiera de los siguientes actos de un adulto o un niño mayor se consideran abusos sexuales:

    * Acariciar los genitales de un niño
    * Convencer a un niño que le acaricie los genitales
    * El contacto con los genitales de un niño con la boca
    * Tocar al niño con los genitales
    * Penetrar la vagina o el ano de un niño
    * Enseñarle los genitales a un niño
    * Enseñarle pornografía a un niño
    * Utilizar a un niño como modelo para hacer la pornografía

¿Puede ser mi niño abusado sexualmente?
¿Por quien?

Frecuentemente los adultos y los niños mayores, personas que los niños conocen y pueden influenciarlos, los abusan usando la intimidación. En 8 de cada 10 casos reportados el niño conoce a la persona. Frecuentemente el abusador es una persona de autoridad que el niño confía o ama.

¿Cómo sabré si alguien está abusando sexualmente a mi niño?

Muchos padres suponen que sus niños les dirán a ellos o a otro adulto de confianza si alguien le está abusando sexualmente. Los abusadores frecuentemente intimidan o convenzen al niño para que no diga nada. El niño puede creer que el abuso sexual es su culpa y que le castigarán si alguien descubre lo que está pasando. Las primeras declaraciones de abuso de un niño pueden ser incompletas o vagas. El niño puede aludir al problema para ver si recibirá un castigo. Los niños abusados pueden decirle a un amigo. Luego, el amigo le puede decir a un adulto. Los niños pueden hablar sobre el abuso después de haber pasado por un programa de seguridad personal en la escuela. El comportamiento del niño puede causar que los padres sospechen un abuso. Siempre esté pendiente de los siguientes cambios de comportamiento de su niño, los cuales pueden ser síntomas del abuso sexual:

    * Un temor reciente y obvio de una persona (hasta un padre) o de ciertos lugares
    * Una reacción no normal ni anticipada cuando se le pregunte si alguien lo ha tocado
    * Dibujos que muestran actos sexuales
    * Cambios de comportamiento repentinos, tal como el orinarse en la cama o una pérdida del control de las evacuaciónes
    * Una conciencia repentina de los órganos genitales
    * Actos y palabras sexuales compartidas con otros niños o animales
    * Preguntas sobre la actividad sexual que no son apropiadas para su edad
    * Cambios en los hábitos de dormir, tal como pesadillas en los niños pequeños
    * Estreñimiento o el negarse a evacuar

Las señales físicas del abuso pueden incluir:

    * Dolor, enrojecimiento o sangre en el ano o los órganos genitales
    * Una secreción inusual del ano o la vagina
    * Enfermedades de transmisión sexual, tal como la gonorrea, clamidia o verrugas genitales
    * Frecuentes infecciones urinarias en las niñas
    * El embarazo en las jóvenes

¿Qué debo hacer si mi niño me dice que alguien lo ha abusado sexualmente?

Los niños tienden a ignorar las cosas que los hace sentir incómodos, en vez de reconocerlas como advertencias. Si su niño habla sobre el abuso, escuche atentamente y tome el asunto en serio. Cuando se le ignora, no le creén o castiga la petición de ayuda del niño, es posible que no se arriesgue a decirle otra vez. Como resultado, el niño puede ser una víctima de abuso durante meses o años. Explíquele a su niño que es aceptable hablar sobre los sentimientos incómodos.

Si su niño le indica que ha sido abusado, tome los siguientes pasos:

  1. Haga frente al problema. Escuche las razones por las cuales su niño le dijo del abuso. Dígale a su niño que no es su culpa. Déle mucho amor, hágale sentir cómodo y tranquilo. Si usted está enojado, esté seguro que su niño sepa que no está enojado con él y que le va a ayudar. Dígale a su niño qué valiente es por haberle dicho y que entiende el temor que él o ella siente. Esto es especialmente importante si un amigo de la familia o un familiar lo abusó.

  2. Hágase cargo de la situación. Proteja a su niño contra más abuso.

  3. Discuta el problema con un pediatra y un consejero quienes pueden proporcionar apoyo.

  4. Reporte el abuso a la policía o a la agencia local para la protección de menores. Pida ayuda sobre cómo recibir apoyo durante una crisis.

¿Puedo encargarme del abuso sexual dentro de mi familia sin comunicarme con las autoridades?

Los padres no deben de intentar parar ni tratar el abuso sexual por sí mismos. Si sospecha algún abuso, siga los pasos mencionados y busque ayuda.

¿Qué pasará con el niño y el abusador si se reporta el abuso?

El abuso sexual es prohibido por ley. Es un crimen, independientemente de quien sea el abusador. La policía o una agencia de servicios sociales, o ambas, investigan los casos de abuso. Con la ayuda de un médico, decidirán si el abuso ocurrió. Según las circunstancias, la policía puede decidir si la agencia de servicios sociales administrará el caso, especialmente si el niño es muy joven, no demuestra señales de una herida física o el abusador es joven o un miembro de la familia. La policía administra el caso cuando el abusador no es un familiar.

Después de haber reportado el abuso, lo que ocurra depende de las circunstancias del caso. El prevenir más abuso es la primera preocupación de las autoridades. Es posible que manden al abusador a recibir terapia. También pueden mandar al niño y a su familia a recibir terapia. Si el sospechoso vive en el hogar y enfrenta cargos criminales, las autoridades recomendarán que el sospechoso salga del hogar. De cualquier manera, el niño se puede quedar en el hogar si su familia toma los pasos necesarios para protegerlo de más abuso, al pedir que el abusador salga del hogar mientras proceda la investigación. Independientemente de las circunstancias, el niño y su familia necesitarán mucho apoyo de sus familiares y amistades.

¿Cómo pueden prevenir los padres el abuso sexual?

La Academia Americana de Pediatría recomienda que se tomen los siguientes pasos:

    * Hable con su niño sobre el abuso sexual. Si la escuela de su niño tiene un programa sobre el abuso sexual, hable sobre lo que ha aprendido.

    * Enséñele a su niño cuáles son las partes privadas del cuerpo (las partes cubiertas por un traje de baño), y los nombres de esas partes. Dígale que su cuerpo es de él. Enséñele a gritar “no” o “déjeme” a cualquier persona que le amenaza sexualmente.

    * Escuche cuando su niño le trate de decir algo, especialmente cuando se le haga difícil decir algo. Esté seguro que su niño sepa que está bien decirle si alguien intenta tocarlo de una manera que le haga sentir incómodo, independientemente de quien sea el abusador. Dígale que puede tener confianza en usted y que no se enojará si le dice algo.

    * Déle a su niño bastante tiempo y atención. Puede usar las reuniones familiares semanales para discutir sobre las experiencias buenas y malas.

    * Conozca los adultos y los niños que pasan tiempo con su niño. Tome precauciones cuando deje a su niño pasar tiempo solo en lugares extraños con otros adultos o niños mayores. Visite el proveedor de cuidado de su niño sin aviso. Pregúntele a su niño sobre sus visitas al proveedor de cuidado o niñero.

    * Nunca deje que su niño entre a la casa de un desconocido sin un padre o un adulto de confianza. Las ventas de puerta en puerta para levantar fondos son un riesgo, en particular para los niños solos.

    * Pregunte si la escuela de su niño tiene un programa para prevenir el abuso para los maestros y niños. Si no existe uno, empiece un programa.

    * Dígale a las autoridades si sospecha que alguien esté abusando su niño o a un niño de otra persona.

El maestro de su niño o el asesor de la escuela puede ayudarle a enseñarle a su niño a evitar o reportar el abuso sexual. Ellos saben cómo hacerlo sin causar temor o incomodar al niño. Su pediatra también entiende la importancia de la comunicación entre los padres y niños. Ã?ste está capacitado para notar las señales de abuso sexual infantil y está familiarizado con los recursos de la comunidad. Pregúntele a su pediatra por recomendaciones sobre cómo proteger a sus niños.

Para más información sobre el abuso sexual infantil u otras formas de abuso, comuníquese con:

Prevent Child Abuse America
PO Box 2866
Chicago, IL 60690-9950
800-556-2722

Sitio en la Internet: www.childabuse.org/

Prevención del Abuso Sexual del Niño

http://www.mesaaz.gov/police/literature/abusosexual.aspx.

Departamento de Policía de Mesa (480) 644-3921.

�SCUCHE Y HÁBLE CON SUS NI�OS

Quizas la estratégia mas crítica de la prevención del abuso sexual del niño para los padres es buena comunicación con sus niños. Esto no es solamente desafiador para cada padre, pero tambien puede ser difícil, especialmente para los padres de trabajo y los padres de adolesentes.

    * Platíque con su niño cada dia y tome tiempo para realmente escuchar y observar. Aprenda todos los detalles posibles sobre las actividades y sentimientos de su niño. Anímelo para compartir preocupaciónes y problemas con Usted.
    * Dígale a su niño que su cuerpo pertenece unicamente a el/ella y que el/ella tiene el derecho de decir no a cualquier persona que intente tocarlos.
    * Dígale a su niño que algunos adultos puedan intentar lastimar a niños y hacerlos que hagan cosas que el niño se sienta incomodo. A menudo estas personas adultas llaman lo que estan haciendo un secreto entre ellos y el niño.
    * Explíque que algunos adultos pueden amenazar a los niños diciendoles que sus padres pueden ser lastimados o matados si el niño comparte el secreto. Acentue que el adulto que hace algo como esto esta haciendo algo mal.
    * Dígale a su niño que adultos a quienes ellos conocen, en que confian y quieren o alguien que puede estar en una posición de autoridad (como una niñera, un tio, un profesor, hasta un policía) puede intentar hacer algo como esto. No trate de asustar a sus niños â?? acentue que la mayoria de adultos nunca hacen esto y la mayoria de adultos estan profunda-mente preocupados en protejer a los niños del daño.

ELIGIENDO UN LUGAR PREESCHOLAR O UN CENTRO DE CUIDADO DE NIÃ?OS

Aunque la mayoria de lugares preescholar de esta nación y centros de cuidado de niños son perfectamente seguros, reportes recientes sobre el abuso sexual de niños en estos lugares son una fuente de gran preocupación para los padres.

    * Aciersorese que el programa es reputable. Licensias del estado o local, servicios de información y referencia sobre cuidado de niños y otras agencias de la comunidad para cuidado de niños pueden ser fuentes útiles de información. Averigue si ha habido quejas en el pasado.
    * Averigue lo mas que pueda sobre profesores y personas que proven cuidado. Platíque con otros padres que had usado el programa.
    * Enterese sobre las polízas y practicas de empleo del la escuela o del centrol. Pregunte como la organización recruta y selecióna personal. Enterese si examinan referencias, investigaciónes de antepasados, y las historia de empleo previa antes de hacer decisiónes de empleo.
    * Pregunte si los padres estan envueltos durante el dia, y en que forma. Enterese si el centro o las escuela acepta o apoya participación. Sea sensible a la actitud y grado de franqueza sobre la participación de los padres.
    * Asegurese que tiene el derecho de ir a visitar el programa a cualquier hora.
    * Asegurese que le informen sobre cada excursión planeada. Nunca de permiso en blanco para que lleven a su niño fuera de sitio.
    * Prohíba por escrito la entrega de su niño a cualquier persona sin su autorización explícita. Aseguerese que el programa sepa quien levantara a su niño en cualquier dia dado.

SI USTED PEINSA QUE HAN ABUSADO A SU NIÃ?Oâ?¦

    * Crea al niño. Los niños raramente mienten sobre abuso sexual.
    * Elogie al niño por decirle sobre la experiencia.
    * Enseñe a su niño que lo apoya. Uno de los miedos mas grandes de un niño es que el/ella es culpable y responsible por el incidente. Aliviar esta culpabilidad es de suprema importancia.
    * Guarde su propia reacción, reconociendo que su perspectiva y acepatación son señales críticas al niño. El reto mas grande puede ser no enseñar su propio horror sobre el abuso.
    * No vaya a la escuela o programa para hablar sobre su preocupación. Al contrario, reporte la supuesta molestación a una agencia de servicios sociales o la policía.
    * Encuentre una agencia especializada que evalua víctimas de abuso sexual â?? un hospital o una agencia para bienestar del niño o un grupo de la comunidad para terapia mental. Síga preguntando hasta que encuentre un grupo o individuo con experiencia apropiada.
    * Busque a un doctor con experiencia y entrenameinto para detectar y reconocer abuso sexual cuando busque un examen medico especial para su niño. Programas de tratamiento de abuso sexual de la comunidad, hospitales de niños y sociedades medicas pueden ser fuentes de referencias.
    * Platíque con otros padres para darse cuenta si hay comportamiento raro o símtomas físicas en sus niños.
    * Recuerde que tomar acción es crítico, porque si no se hace nada, otros niños continuaran a estar en reisgo. El abuso sexual del niño es de interes y preocupación de la comunidad.
    * Asegurese que su niño sabe si alquien le hace algo confuso, como tocarlo u tomarle una fotografia donde esta desnudo o dandole regalos, que usted quiere que le diga. Tranquilice al niño y explíquele a el/ella que no lo culparan por cualquier coasa que un adulto hace con un niño.

OBSERVE SE�ALES FÍSICOS Y DEL COMPORTAMIENTO

Los niños que esten muy austados para poder hablar sobre la molestación sexual pueden exhibir una variedad de señales físicas y del comportamiento. Cualquiera o varias de estas señales pueden ser sígnificante. Los padres deben asumir responsabilidad en notar tales símtomas incluyendo:

    * Cambios extremos en el comportamiento como pérdida de apetito.
    * Pesadillas recurrentes o sueño molesto y miedo a la obscuridad.
    * Regreso a comportamiento mas infantíl como orinarse en el cama, chuparse el dedo, llorar excesivamente.
    * Ropa interior rota o manchada.
    * Sangrando vaginal o rectal, dolor, comeson, genitales hinchados, y desecho vaginal.
    * Infecciónes vaginales o enfermedad venerea.
    * Interes fuera de lo comun o conocimiento de materia sexual, expresando afecto en maneras inadecuadas para un niño de esa edad.
    * Miedo a una persona o una aversión intensa al ser dejado en algun lugar o con alguien.
    * Otras señales de comportamiento como comportamiento agresivo o quebrantante, retiro, huir o comportamiento delinquente, fallar en la escuela.

NUMEROS PARA SERVICIOS QUE USTED PUEDE DESEAR:

Centro de Crisis Para Niños (E. Valley)
(480) 969-2308

Servicio de Protección Para Niños
(602) 530-1800

Centro de Apoyo Para Los Padres
(602) 506-6339

Linea Directa Para Auyda Para Los Padres (24 horas)
(602) 273-0786

Departamento De Policía De Mesa
(480) 644-2211

Esta información está disponible en forma de folleto.
Para obtener una copia, llame a La Unidad de Relaciones Comunitarias
del Departamento de Policía de Mesa (480) 644-3921.

Prevención del abuso sexual infantil

http://www.contraelabusosexualdelainfancia.com/art2.htm

Por : Susana Galdos Silva

Introducción

Algunas veces he dado charlas a policías y he sentido su real interés por conocer más para ayudar más; en aprender para prevenir y mejorar no sólo su actividad profesional sino también mejorar como personas, como padres de familia o como esposos. Ellos y ellas, porque también había policías mujeres, comprenden que mejorando como personas en la familia, en el barrio, mejoran también como profesionales. Esto es especialmente necesario cuando trabajamos en prevención de la violencia: tenemos que erradicarla de nuestra vida diaria porque no sólo deja huellas en la persona agredida, sino también en la persona que agrede en la medida que la deshumaniza.

A nivel general, muchas personas creen que la violencia es parte de la vida, que no se puede evitar. Otras afirman que la violencia al interior de la familia es un asunto que compete sólo al padre o a la madre o al esposo o la esposa y que en eso no hay que meterse.

Otras creen que las condiciones socioeconómicas son la causa de la violencia y que mientras exista miseria, falta de educación y de acceso a mejores niveles de vida, siempre habrá violencia.

También hay que reconocer que la agresividad y la violencia pueden ser respuesta a una defensa de la vida, por ejemplo, cuando defendemos nuestros derechos o algo que nos pertenece. Por ello en las siguientes páginas vamos a trabajar sobre la agresión y el abuso en perjuicio de otra persona, concretamente en perjuicio de los niños y niñas y de jóvenes menores de 18 años, de acuerdo a la Convención sobre los Derechos del Niño.

La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1989, tiene como fundamento la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Declaración de los Derechos del Niño y es un instrumento legal a nivel internacional que firman todos los países que se comprometen en la protección de la infancia; el Perú ha sido uno de los países firmantes.

Lo esencial de la Convención es que parte de reconocer que el niño y la niña así como los adolescentes son personas con derechos y, más aún, que tienen derecho a cuidados especiales y asistencia especial por carecer aún de madurez física y mental dado que están en un período de crecimiento y desarrollo. El artículo 27 precisa: “Los Estados partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social”.

En el artículo 12.1 encontramos un reconocimiento explícito de la concepción del niño como persona: “Los Estados Partes garantizarán al niño que está en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño”. Incluso le reconoce libertad de asociación y de celebrar reuniones pacíficas (artículo 15).

El artículo 19 se refiere expresamente al maltrato: “Los Estados partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.

Sin embargo, todos sabemos que la Convención sobre los Derechos del Niño así como el Código de los Niños y Adolescentes (Decreto Ley 26102) pueden quedar sólo en excelentes declaraciones que no se concreticen si no hacemos esfuerzos y unimos conocimientos y acción para que así sea.

En este texto vamos a tratar algunos aspectos relacionados al abuso infantil. El objetivo es comprender el problema para poder actuar acertadamente. Veremos la definición de abuso infantil, formas, indicadores y efectos. También examinaremos cómo el abuso se repite y refuerza en la sociedad en general, la situación de poder y superioridad de la persona adulta. Analizaremos algunas alternativas de prevención, así como pautas que pueden sernos útiles para atender y derivar a las víctimas de abuso.

La idea que guía este trabajo es la constatación de que aunque la violencia hacia la infancia y la juventud se presenta cada día y a todos los niveles, es posible su prevención, así como una adecuada atención de los niños y adolescentes que la sufren. Es posible, también, que los propios niños y adolescentes aprendan a identificar situaciones de riesgo y a prevenir y denunciar.

La actuación frente a la violencia es especialmente importante en el caso de la Policía porque justamente una de sus misiones es mantener el orden, la paz, y es la autoridad socialmente nombrada y aceptada para cuidar de la seguridad de las personas y del país.

El Código de los Niños y Adolescentes, en su sección II, se refiere a la Policía Especializada como la encargada de auxiliar y colaborar con los organismos destinados por el Estado en la educación, prevención y protección del niño y adolescente (artículo 175). En el artículo 178 reconoce la necesidad de capacitación del personal que desempeñará dichas funciones.

Por otro lado, cuando una autoridad se compromete con la prevención de la violencia y maltrato a la infancia, su tarea tiene doble impacto porque como autoridad socialmente reconocida tiene poder para realizar actividades y coordinaciones orientadas al logro de objetivos específicos.

Profundizar conocimientos con relación
al maltrato y abuso infantil
(Algunas veces pasa frente a todos y nadie se da cuenta…no sólo los golpes duelen y dejan huella)

El maltrato y abuso sexual que se da en la familia es especialmente peligroso porque deja huellas negativas profundas en razón de que la persona que maltrata o abusa es la que debería cuidar y amar al niño o niña. Por otro lado, genera un sentimiento de impotencia, pues por lo general el niño o niña que lo sufre es incapaz de escapar de la situación o de denunciarla.

Qué es el abuso sexual infantil
(No sólo los golpes duelen y dejan huella)

El abuso sexual es toda acción sexual que una persona adulta, hombre o mujer, impone, sea con engaños, chantajes o fuerza a un niño que no tiene la madurez para saber de lo que se trata.

El abuso sexual va desde miradas, palabras, mostrar láminas, tocar o pedir ser tocado, caricias en el cuerpo o en los genitales hasta la penetración.

Hay la tendencia a confundir abuso sexual con violación. En realidad la violación y el incesto son formas extremas de abuso sexual.

El abuso sexual incestuoso es cualquier interacción sexual entre un niño o niña y un adulto con el que se tiene una relación familiar.

Ã?ltimamente las noticias han destacado numerosos casos de violaciones de menores. Ello ha motivado que a través de los medios de comunicación se den indicaciones a los padres de familia para que aconsejen a sus hijos e hijas. Tales indicaciones se refieren, sin embargo, a no salir con desconocidos, no ir por lugares solitarios, etcétera. Estos consejos funcionan en los casos, que son los mínimos, de violaciones hechas por desconocidos.

Si bien es importante que los menores sepan cómo cuidarse en la calle, también es necesario saber que la mayoría de abusos sexuales y violaciones a menores son cometidos por personas conocidas, ya sea del propio entorno o de la familia y que por lo general actúan con ciertas estrategias que podemos reconocer y estar preparados para prevenir.

Cómo se da el abuso sexual

El abusador necesita de privacidad y del silencio de su víctima. Por lo tanto, buscará la ocasión de estar solo y se asegurará que ella no va a contar lo ocurrido a nadie.

Dado que la mayoría de abusos sexuales se producen en el hogar y por conocidos, es lógico que el abusador haya “estudiado” cuándo y cómo puede estar a solas con el niño o niña. Posiblemente conoce lo suficiente a la familia para saber cómo acercarse, así como qué hacer para que el niño o niña no se atreva a contar lo ocurrido.

Por ejemplo, si son familias muy autoritarias, en las que los hijos e hijas tienen temor al padre, el abusador amenazará con que “Si cuentas ya sabes cómo se va a poner tu papá; va a estallar en cólera y te va a castigar”.

Si es una madre que constantemente se queja de sufrimiento y enfermedad, posiblemente le dirá a su víctima que no debe decir nada a su madre “porque tú vas a ser la culpable si tu mamá empeora o se muere”.

En otros casos, trata de culpar a la víctima diciéndole que si no gritó o corrió, eso significa que le agradó o que aceptó. “¿Por qué no pediste ayuda?, en el fondo es porque tú también querías”.

Otras veces simplemente amenazará con algo que sabe tiene efecto en la víctima y logra que no cuente lo sucedido a nadie. “Si cuentas algo no te van a mandar más al colegio y no te van a dejar ir a ninguna otra casa”.

Estas estrategias se ejecutan generalmente en varias fases que tienen las siguientes características:

* Inicio o “enganche”. Es cuando el abusador logra establecer con su
víctima un primer nivel de acercamiento y se asegura que ésta no
contará a nadie el contacto establecido. Por lo general, en esta fase
el niño o niña, dependiendo de la edad que tenga, está confundido y no entiende exactamente lo que está ocurriendo. Algunas niñas han expresado que sentían incomodidad, aunque no entendían de lo que se trataba.
Por lo común, el abuso comienza como un “juego sólo entre los dos” “un secreto sólo entre tú y yo” y también con promesas de dulces o dinero.
Sin embargo, tampoco hay que olvidar que los niños y niñas carentes de afecto, muchas veces callan el abuso por no perder el afecto del abusador.

* Continuidad. Una vez asegurado el silencio de la víctima, el abusador tratará de buscar más y más ocasiones para estar juntos, aumentando el abuso sexual, pudiendo llegar hasta la penetración.

En esta fase puede ocurrir que el niño o niña, si ya tiene suficiente edad como para darse cuenta, no quiera quedarse con el abusador. Cuando la madre o padre le preguntan la razón, no da explicaciones porque el abusador ya ha logrado de alguna manera asegurar su silencio.(Este silencio es un signo a tomar en cuenta en caso de existir sospecha de abuso).

* Evidencia o confirmación. Puede darse de improviso, cuando el
abusador es sorprendido o porque la víctima cuenta lo que le ocurre.
En estos casos, no hay tiempo para pensar con tranquilidad y es difícil manejar adecuadamente la situación. Por lo general, la familia tiene
mucha rabia y las reacciones se dirigen hacia el violador pidiendo
sanción o castigo. Puede pasar inclusive que la víctima
sea interrogada, aún por la propia familia, una y otra vez, en un afán de comprender qué le ha pasado. Esta actitud no es la más adecuada.
Hay que considerar que la persona, ya sea niño o niña, necesita
ayuda y hay que asegurarse que reciba tratamiento médico si
es necesario y, sobre todo, comprensión, seguridad y afecto.

Otras veces el niño o niña tiene un comportamiento que lleva a sospecha, por ejemplo hace preguntas referidas al sexo o a amenazas, o usa términos que no corresponden a su edad ni a las costumbres de la casa. A partir de ello la madre o el familiar cercano o el profesor pueden sospechar y poco a poco ir acercándose a la verdad hasta que cuenta lo que le ocurre o da pistas que permitan descubrir al abusador.

En muchos casos de abuso sexual de padres o padrastros que se inicia en la infancia, las niñas cuentan lo que les ocurre al llegar a la adolescencia. El abusador sabe que al crecer e interactuar con otras personas, la adolescente puede contar “su secreto”. Para evitar que esto ocurra hace todo lo posible por prohibirle que salga a la calle o se reúna con sus amigas. Cuando los argumentos son acogidos en la familia, la chica se da cuenta de que el único modo de tener algo de libertad es contando lo que ocurre.

Hay que tener presente que en el caso de abuso sexual de jóvenes varones es muy difícil que ellos cuenten lo ocurrido pues socialmente eso se asume como pérdida de la masculinidad, presumiéndose equivocadamente que tal experiencia condicionará luego un comportamiento homosexual.

Desafortunadamente son muy pocos los estudios sobre abuso sexual en niños y jóvenes. La mayoría de casos reportados son de niñas y mujeres.

Indicadores de abuso y violencia sexual

Se puede descubrir el abuso sexual en niños menores de siete años cuando su comportamiento no corresponde a su edad ni a las costumbres de la casa, sea porque muestran curiosidad en extremo o porque hacen preguntas o comentarios sobre sexo.
Las consecuencias físicas del abuso son también un camino para descubrirlo. Veamos:

* Embarazo.

* Enfermedades de transmisión sexual.

* Irritaciones o malestar en los genitales.

* Aseo constante de los genitales o se niega a hacerlo.

* Dolor al orinar. Infecciones genitales frecuentes.

* Miedo a quedarse solo o con alguien en especial.

* Depresión.

* Pérdida de apetito.

* Disminución del rendimiento escolar.

* Rabia u hostilidad.

* Comportamiento sexual inadecuado.

* Huida de la casa.

* Regresión a un estadio de desarrollo anterior. Por ejemplo
si ya pedía orinar, ahora se olvida de hacerlo.
Si ya comía solo, ahora pide que le den en la boca.

En adolescentes, algunas de las conductas registradas en el Manual de Camargo son:

* Miedo a estar solo.

* Incapacidad de sostener la mirada.

* Frecuentes peleas y disgustos con miembros de la familia.
* Problemas de memoria.

* Cambios frecuentes y drásticos de humor.

* Preocupación por temas sexuales o actividades sexuales.

* Gestos e intentos de suicidio.

* Desconfianza.

* Abuso de alcohol o drogas.

Consecuencias del abuso sexual

En la víctima
Por lo general, cuando hay consecuencias físicas, éstas son identificables y reciben atención. No pasa lo mismo con las consecuencias psicológicas. En la medida que no se ven, que no hay marcas visibles, no son atendidas.

Muchas personas creen que porque el niño o niña no habla sobre lo ocurrido, ya lo ha olvidado. Es importante recordar que el abuso sexual no se olvida jamás y lo que en apariencia parece haber sido olvidado, en realidad queda “guardado” y marca la vida futura.

Algunas de las consecuencias que se darán a lo largo de la vida tienen relación directa con el modo como vivirán su sexualidad, su vida amorosa y erótica. Otras se vincularán con problemas psicológicos como miedos, fobias, dificultades para enfrentar situaciones complicadas.

Por esto es necesario que todo niño o niña que ha sufrido de abuso sexual reciba el tratamiento adecuado y en el caso de adolescentes también, aun cuando éstos manifiesten entender lo ocurrido y reciban apoyo de sus familias.

En el agresor
Ya hemos examinado las consecuencias del abuso en los niños y niñas. Pero el asunto no termina ahí. Hay otras víctimas que por lo común no son visualizadas. “Nunca voy a olvidar lo que le hice a esa chica, ni sus gritos, ni su desesperación, tampoco sus lágrimas ni su silencio en el comparendo…pero sabes, tampoco voy a poder olvidar lo que me hice. Si hubiera pensado en lo que significaría en mi vida…si alguien me lo hubiera hecho notar…Yo mismo me aruiné para siempre”.

A partir de este testimonio podemos analizar algunos de los efectos que la violencia tiene en el mismo agresor: depresión, desesperación, culpa, vergüenza, baja autoestima; dificultades legales, privación de su libertad; pérdida de su hogar y continuación de relaciones de violencia a otros niveles si no sigue un tratamiento adecuado.

Los estudios demuestran que la persona que de pequeña vivía en un ambiente de violencia, cuando crece tiende a repetirla en su hogar, en la medida que esa fue la única estrategia de relación personal y familiar que aprendió.

La violencia familiar abarca también violencia y abuso infantil. Empieza con el abuso del esposo hacia la esposa. Luego la esposa maltrata a los hijos y los hijos, a su vez, maltratan o abusan de quien pueden, sea de la abuela(o) o de la empleada de la casa. Esta relación familiar marcada por la violencia trasciende a la comunidad.

A nivel de la sociedad se sufren pérdidas por la violencia, y tal vez la más importante es que la violencia trae más violencia. También podemos enumerar costos humanos y económicos considerables como:

· Daños físicos que pueden ser irreversibles y hasta causar la muerte.

· Daños emocionales que generan depresión, baja autoestima,pérdida del deseo de vivir, sentimientos negativos, así como incapacidad para afrontar los problemas cotidianos.

Gastos de atención a las víctimas y vigilancia de los posibles abusadores.

Tratar de explicar por qué se abusa de un niño

(Donde la palabra abusivo se concreta y no se debe confundir con anormal. Tampoco se debe confundir causa con factores)

Relaciones sociales que generan maltrato
(Pasa frente a todos y parece que nadie se da cuenta)

Nuestra sociedad genera y mantiene el maltrato en la medida que hay acciones, creencias, valores y costumbres que impiden el normal y sano desarrollo de la infancia.

El proceso de violencia terrorista que vivimos durante más de quince años trajo secuelas de violencia social, así como niños huérfanos y abandonados, y familias desplazadas de sus hogares. Los niños que nacieron en esa época se familiarizaron con la muerte. Hoy día es necesario doblar esfuerzos para recuperar la importancia de vivir en condiciones de paz y desarrollo humano.

Por otro lado, las condiciones de pobreza incrementan el maltrato. Se requiere pues de políticas públicas que generen empleo y producción, es decir bases estructurales para sentar el desarrollo humano no sólo económico sino también social.

En especial, la situación de subordinación y violencia doméstica contra la mujer tiene especial relación con el abuso sexual infantil. Muchos conceptos y valores relativos a la sexualidad femenina están distorsionados y dan a entender que la mujer “provoca” la agresión.

Los roles estereotipados se proyectan también en el caso del abuso sexual infantil, en especial cuando el niño es mayor de 10 u 11 años o cuando tiene el cuerpo desarrollado, se asume que al igual que la mujer ha provocado la agresión.

Los diálogos que por lo general se establecen entre la víctima y quien recoge la denuncia o quien lleva el juicio, así como el trato que se brinda a las víctimas de violencia sexual en los juicios y denuncias, las hacen aparecer como culpables. Por eso se dice que el abuso sexual y la violación sexual son los únicos delitos en los cuales la víctima tiene que demostrar su inocencia.

Todo ello genera culpabilidad y confusión en la víctima, y en la sociedad aceptación de este tipo de delitos y no sanción o sanción mínima frente a ellos.

Situación de poder y superioridad del adulto

En lo que se refiere al abuso sexual de menores por personas conocidas, éstas se basan justamente en la autoridad que ejercen sobre su víctima, sea porque tienen más fuerza o conocimientos o están en una situación que les otorga poder: padre, tutor, profesor, etcétera.

Comprender y asumir esta definición es importante porque si bien hay algunos casos de abuso sexual y de violaciones realizadas por personas mentalmente enfermas, éstos son mínimos en las estadísticas. En cambio, sí podemos hacer mucho y cotidianamente por cambiar las relaciones de poder y para que las personas que lo tienen lo usen para proteger y ayudar y no para sus propios intereses.

¿Por qué hay tanta dificultad en aceptar
que el abuso sexual es abuso del poder?

Porque de una u otra manera son varias las personas que tienen poder: la madre y el padre sobre los hijos; los adultos sobre los menores; los profesores sobre los alumnos. Afirmar que el abuso sexual y el maltrato es abuso de poder puede llevar a pensar que todos aquellos que tienen poder son unos abusivos. Definitivamente no es así. La mayoría de personas emplea el poder socialmente asignado justamente para lo que les fue dado: para proteger, ayudar y garantizar la seguridad y bienestar. Sin embargo, también tenemos que aceptar que hay otras personas que hacen uso del poder para su propio beneficio.

Prevención del abuso
(Trabajar para cortar el círculo de la violencia)

Un primer paso es evitar que se presente. Hay que reconocer que existe y que se produce en todos los niveles y clases sociales. Es necesario hablar sobre el tema a nivel familiar, con los hijos e hijas, tíos, primos, etcétera; tratar el asunto también entre vecinos y en la comunidad. El tema del maltrato y abuso infantil debe ser tan importante como los de la nutrición, educación, salud, seguridad.

Para la prevención del maltrato podemos establecer las siguientes vías: educación en la familia y la escuela y compromiso de la comunidad.

Educación
A nivel personal, como adultos y adultas tenemos el deber de lograr que los niños y niñas tengan seguridad y autoestima.

Seguridad y autoestima son las claves para frenar el abuso sexual ya que cuando el niño o la niña se siente amado no caerá fácilmente ante conocidos que simulando el afecto que necesita, abuse de él/ella. La seguridad permite que el niño o niña recurra a alguien de confianza para decirle lo que le pasa. La AUTOESTIMA hace que el niño o la niña sienta que es valioso. La autoestima se construye en las relaciones que los adultos, padre y madre y familia en general, tienen hacia el niño o niña. Los insultos y castigos disminuyen la seguridad y autoestima y hacen que luego sea más difícil la defensa de sus derechos.

En lo que se refiere al abuso sexual, es necesario hablar con el niño y la niña al respecto. Deben saber que “su cuerpo es su territorio” y que nadie lo toca sin su permiso. Esto significa que no recibirá maltrato de ningún tipo. También debe reconocer sus partes íntimas y el tipo de caricias que recibe. Ayudarlo a reconocer las caricias que hacen sentir mal y cuando no se debe guardar un secreto (cuando genera miedo, vergüenza, malestar). Por otro lado, la madre o la familia debe respetar los sentimientos y emociones del niño y si éste manifiesta que no se quiere quedar a cargo de una persona, es mejor no insistir. Al respecto, los centros de cuidado diurno son los lugares más recomendables para dejar a los niños.

El niño o niña debe saber a qué persona dirigirse para manifestarle sus dudas o temores. Puede tratarse de algún pariente cercano de confianza.

Es necesario conocer pautas educativas para corregir conductas y no recurrir al castigo físico porque justamente cuando el niño o niña sienten que quien los ama invade su cuerpo y les causa dolor, es muy difícil que luego interioricen que “su cuerpo es su territorio y nadie lo toca sin su permiso”.

Cuando se habla de no recurrir a la violencia, algunas personas se preguntan cómo corregir entonces conductas equivocadas en los niños si no se les castiga físicamente.
Primero es necesario aclarar que los niños y las niñas, al igual que los y las adolescentes, no son buenos ni malos, simplemente son personas que están creciendo y aprendiendo lo que socialmente es correcto e incorrecto.

No hay, por lo tanto, maldad ni deseo de hacer mal las cosas, sino falta de oportunidad de aprender, o quizás se han relacionado con adultos que no han sabido enseñarles las conductas que se esperan. En este sentido, no son culpables.

El castigo físico reafirma la idea de que la violencia puede ser la solución a los problemas y continúa el círculo de la violencia familiar. Quien en su niñez recibe golpes, de adulto repite lo aprendido y a la vez enseña a sus hijos lo mismo.

Las investigaciones han demostrado que el castigo físico genera conductas extremas: o paraliza por el miedo o vuelve más rebelde a la persona. No educa.

La experiencia enseña que más se logra estimulando las conductas adecuadas que sancionando las inadecuadas. Un buen ejercicio es anotar cuántas veces en el día felicitamos a nuestros hijos o hijas por una acción o conducta que esperamos y cuántas veces les llamamos la atención cuando se han equivocado o dejado de hacer lo que les indicamos. Si reprendemos o sancionamos más de lo que felicitamos no estamos educando acertadamente y posiblemente tampoco vamos a lograr que mejoren en su conducta o su actitud.

Cuando el niño o niña es muy pequeña como para comprender una explicación verbal, se puede recurrir a aislarlo por un tiempo para que sienta que su conducta está molestando a otros o no es adecuada. No se trata de encerrarlo en un cuarto sino simplemente de sacarlo, de buenas maneras, del lugar donde estaba. Si se encontraba en la sala, se le puede llevar al dormitorio o la cocina. Una medida muy simple de aplicar para el aislamiento es un minuto por año de edad.

Cuando es mayor puede privársele durante un tiempo de alguna actividad que le guste hacer. La sanción es para corregir y no para humillar ni para que se prolongue en el tiempo, y lo mejor es establecer con anterioridad un acuerdo antes de que se presente el problema.

Es importante establecer acuerdos mutuos entre el niño o la niña o el y la adolescente y la persona adulta y tratar de recordarlos constantemente.

En la escuela
En la actualidad, los profesores y profesoras muestran interés por trabajar el tema. Sin embargo, muchos no saben cómo hacerlo.

Una manera simple para niños en edad preescolar, es a través de juegos y dinámicas que les permitan identificar las partes de su cuerpo que no deben ser tocadas, salvo para la higiene.

En primaria y secundaria se puede recurrir a historias sobre abuso y a preguntar qué pasó y qué pudo hacer la víctima. Es posible identificar en grupos las fases en las que se da el abuso.

Compromiso de la comunidad

* Tener la certeza de que podemos acabar con el maltrato y abuso infantil
y de la adolescencia. Recordemos que durante la epidemia del
cólera había conciencia de que las condiciones socioeconómicas influían enormemente en la extensión y gravedad de la enfermedad.
Sin embargo, gracias a la organización de la comunidad y a que
cada familia implementó medidas de higiene fue posible vence
r la epidemia, a pesar de que las condiciones socioeconómicas no cambiaron.

Algo similar se puede lograr para acabar con el maltrato y el abuso infantil: unir fuerzas para que en todos los niveles se hagan compromisos y realicen acciones contra el abuso sexual.

* Actuar frente a una situación de maltrato a un niño o un adolescente.
Cuando presenciamos que un padre o madre maltrata a su hijo o hija,
por lo general nos abstenemos de intervenir porque pensamos que
es un asunto familiar o privado. Como se ha explicado, el maltrato
puede generar un círculo vicioso y muchas veces la familia involucrada
no percibe el problema. La existencia de una ley sobre violencia
familiar significa que este es un problema público en el que
interviene el Estado, por lo tanto no es un asunto privado.

Interesar a las organizaciones de mujeres a que trabajen al interior de sus propias instituciones para frenar tanto el maltrato hacia la mujer como el maltrato y abuso infantil y juvenil. Frenar la violencia contra la mujer es romper la cadena que lleva al abuso infantil en la medida que cuestiona el abuso del poder y exige el respeto a los derechos humanos.

* Comprometer a las escuelas, parroquias, municipalidades, delegaciones policiales y organizaciones del distrito en campañas de prevención del maltrato.

* Promover la creación de cunas y centros de cuidado diurno de niños con la participación de los gobiernos locales y la comunidad.

Tejer redes

Una idea simple es que si pescamos con un anzuelo, sólo logramos atrapar un pez. Si lo hacemos con una red, atraparemos varios.
Trabajar en redes significa potenciar nuestra posibilidad de llegar a diversos niveles y de abarcar más personas. Significa también que podemos dar un apoyo y ayuda más integral pues desde nuestro
diario quehacer o desde nuestro trabajo no es posible cubrir todas las áreas que abarca el problema.

Podemos tejer redes de prevención que comprometan no sólo a las instituciones que trabajan en el tema sino también a la escuela, la municipalidad, los colegios profesionales y medios de comunicación.

Atención de casos de abuso
(Ser consciente de la importancia de mi atención)

Generalmente, las personas que sufren maltrato no acuden en busca de ayuda. Por eso incluimos a continuación algunas razones, extraídas de consultas especializadas con víctimas de violencia, las que creemos pueden ser útiles no sólo para comprender el porqué de ello sino para que al realizar la entrevista con las víctimas sea posible adelantarse a algunos de sus temores o motivos para callar.

Por qué algunas personas agredidas no buscan ayuda

Un niño o niña de corta edad no es capaz de buscar ayuda por sí mismo. Es sólo a partir de los 7 u 8 años, siempre y cuando la víctima sepa dónde acudir y tenga la fuerza para ello, que busca ayuda, sea en una comisaría, defensoría o con un familiar. En este acápite nos referiremos a aquellos casos en los cuales presuponemos que el maltratado pudo buscar ayuda y no lo hizo y trataremos de comprender el porqué.

Carencia de alternativas: Si dependen del padre o del padrastro es muy difícil que lo enfrenten por temor a perder el apoyo económico. En el caso de los migrantes, a lo anterior se suma la dificultad del idioma, el desconocimiento del lugar y de las costumbres y, en especial, el sentimiento de discriminación. El niño o niña no encuentra a dónde ir. Temen que otros miembros de la familia estén de parte del agresor. Por lo general, el padre que abusa y maltrata aisla a su familia de sus parientes.

Miedo y vergüenza: El miedo a lo desconocido puede hacer que una persona sea víctima de abuso. Las víctimas, por lo común, se sienten culpables, sin esperanza. Tratan de esconder los hechos porque sienten vergüenza de la mala relación que llevan y no creen que alguien pueda ayudarlas.

La situación empeora cuando quien abusa amenaza con mayor violencia si el maltratado busca ayuda. La víctima cree erróneamente que seguir soportanto el maltrato es menos peligroso que buscar ayuda.

Igual ocurre con los niños y niñas: temen las consecuencias de contar lo que les sucede y también tienen vergüenza de que el profesor u otras personas se enteren de que su padre o madre los maltrata.

Esperanza y amor: Muchas personas que sufren violencia familiar aman a pesar de ella y encuentran que hay momentos agradables en la familia. Las víctimas piensan que es mejor aguantar los malos momentos que estar separados. Mantienen así una esperanza sin darse cuenta de que la situación tiende a empeorar.

Ignorancia: No saben que hay leyes que las protegen, por ejemplo la Ley contra la Violencia Familiar. Desconocen los derechos del niño, las defensorías. (Justamente en estos días la televisión difundió el caso de la desaparición de una niña que la policía encontró en casa de un familiar. Había huido de su hogar porque su padrastro la maltrataba. La siguiente semana hubo dos noticias similares. Pareciera que otras víctimas de maltrato “aprendieron” que podían huir de casa.)

Por otro lado, los abusadores o abusadoras también desconocen que pueden ser ayudados para que cambien su conducta.

Experiencias negativas: Algunas víctimas que han denunciado al agresor han tenido una experiencia negativa: su denuncia no fue o fue mal recepcionada o el abusador no resultó sancionado. Esto da la sensación de que la ley es inservible y de ausencia de protección.

Culpa: Como ya lo señalamos, en los casos de abuso sexual el agresor asegura el silencio de su víctima no sólo con el chantaje y la amenaza sino también haciéndole creer que es culpable de lo que pasa, sea porque lo permitió al inicio o porque no lo delató después.

Con frecuencia se justifica la violencia sexual afirmando que la víctima, especialmente cuando es mayor de 14 años, provocó la agresión. Suponiendo que haya sido así, siempre hay que considerar que se trata de una menor que no ha completado su desarrollo emocional ni psicológico mientras el adulto sí y, por lo tanto, es él quien debe controlar la situación. Debe asegurarse a la víctima que en ningún caso ella fue culpable.

También cuando se produce maltrato, el niño o niña prefiere creer que es su culpa, que hizo enojar a su papá. Es el modo de disculparlo para seguir queriéndolo como padre. Esto ocurre mientras son pequeños. Una vez que son jóvenes se impone el razonamiento y puede darse la protesta por la injusticia.

Confusión de sentimientos: Se presenta generalmente en la madre cuando se entera de que su hija ha sido víctima de abuso sexual por parte del padre, padrastro o algún familiar muy cercano. Sabe que debe denunciar el hecho porque siente pena y rabia por su hija, pero también tiene temor y pena por lo que le pueda pasar al agresor.

Si además depende económicamente de la persona que abusa de su hija, la situación es mucho más difícil. Lo que esa madre no sabe o no ve es que si no denuncia al agresor éste va a continuar abusando de los otros miembros de la familia. Recordemos que el silencio protege al agresor; es como darle permiso para continuar agrediendo.

Cómo acoger y tranquilizar a una víctima de abuso

Una víctima es una persona que ha sufrido y que continúa sufriendo. Posiblemente tenga miedo y desconfianza.

Nuestro deber es tratar de que exprese sus sentimientos y emociones. Pedirle que no llore es cortarle la posibilidad de desfogar su frustración o pena. De manera similar, al insultar o decir lisuras contra su agresor demuestra su rabia y frustración, lo que no se debe impedir pues ello es señal de que tiene autoestima.

Es necesario esperar que la víctima se tranquilice, ofrecerle un vaso con agua, un pañuelo y, sobre todo, un espacio privado para que pueda hablar sin sentirse observada.

Si la víctima está acompañada por otro familiar, hay que pedirle que espere afuera mientras se toma la denuncia, pues puede que haya asistido para asegurarse de lo que va a decir. También es posible que la víctima quiera que esa persona esté a su lado. Hay que analizar cada caso y evaluar si el acompañante debe o no quedarse mientras se toma el testimonio.

Dar seguridad a la víctima de que el agresor será sancionado y de que no va a estar en riesgo de volver a ser abusada.

La situación es más difícil cuando el abuso es descubierto y la víctima lo justifica o trata de disimular por las razones que ya hemos expuesto. En estos casos es necesario explicarle que nadie tiene derecho a abusar de nadie, menos aún un adulto o familiar cuya misión es proteger. Debemos hacer lo posible para que explique las razones por las cuales no quiere denunciar a su agresor y que comprenda que si no denuncia el abuso éste cada día será peor e incluirá a otros miembros de la familia. Es importante explicar también que el abuso daña al propio agresor y que un modo de ayudarlo es denunciándolo.

Algunas veces atender a víctimas de abuso genera sentimientos de rabia y deseos de venganza o de asumirlas como si se tratara de los propios hijos. Eso no ayuda mucho.
Es necesario saber escuchar, mostrar solidaridad y comprensión, deseo de ayuda, tranquilidad y tener presente que no somos personal especializado para atender los problemas psicológicos, médicos o legales, pero que sí estamos capacitados para tranquilizar, dar apoyo y, sobre todo, para realizar un adecuado registro de la denuncia que facilite la acción legal, y también para derivar a la víctima a un lugar seguro.

Si lo que la víctima relata nos recuerda una situación similar y sentimos que no podemos controlar nuestros sentimientos y emociones, es mejor pedir a otro compañero que asuma el trabajo. En este sentido saber buscar ayuda es señal de fortaleza y demuestra que se conocen las limitaciones y que queremos trabajar bien.

Cómo acoger a víctimas de abuso sexual durante la denuncia

Buscar un lugar privado y tranquilo donde se pueda realizar la entrevista sin interrupciones. Tenga presente las siguientes recomendaciones:

* Crea lo que le cuenta la víctima. Los niños no inventan esas cosas. Les cuesta mucho admitirlas y hablar de ellas.

* Evite preguntas innecesarias. Con niños pequeños el abuso sexual violento es asumido como un accidente. Evite los detalles innecesarios que sólo van a incomodar más a la víctima. En el caso de los adolescentes, las preguntas sobre los detalles hacen que vuelvan a vivir la violencia del abuso.

* Asegúrele a la víctima que no es culpable. Recuerde que el abusador ha hecho todo lo posible para que guarde el secreto, lo que puede incluir llenarla de culpa. Lo peor que le puede pasar a una víctima de abuso sexual es ser cuestionada como si fuera la culpable.

* Asegúrese de que reciba atención médica y sienta protección. Trate de explicarle que hay personas que causan daño y que serán castigadas. Para los niños y niñas pequeñas, la violencia sexual es percibida sólo como ataque físico. Por eso cuide que sus preguntas se dirijan a la violencia o al daño físico y no al contenido sexual.

* Asegúrele que lo que el adulto ha hecho es incorrecto. Que nadie debe abusar de otra persona y que el agresor deberá ser castigado. Explique que por eso es necesaria la denuncia.

Cuando la víctima aún no tiene edad para comprender lo ocurrido, trate de que la persona adulta que la acompaña lo haga y siga las pautas recomendadas. Explíquele además que el abuso sexual no se olvida y que es mejor que la víctima hable y se libere del peso emocional. También debe saber que el silencio protege al agresor.

Dónde derivar en busca de ayuda legal, médica y psicológica

Instituciones de la sociedad civil

* Las Defensorías del Niño y el Adolescente, más conocidas como DEMUNAS, de acuerdo a lo estipulado por el Código de los Niños y Adolescentes, funcionan en los gobiernos locales y en las instituciones públicas y privadas. Entre sus funciones específicas se señala la de presentar denuncias ante las autoridades competentes por faltas y delitos en agravio de niños y adolescentes e intervenir en su defensa.

* Organizaciones no gubernamentales que trabajan en prevención y atención de la violencia contra la mujer, los niños y las niñas.

* Postas, centros médicos y hospitales del Sistema Nacional de Salud.

Alternativas de la comunidad, barrio y familia

En la familia: Averiguar si hay algún pariente cercano a la víctima con quien ella tenga una buena relación. En casi todas las familias hay una persona que tiene sensibilidad, buen tino, que es cariñosa y que está dispuesta a acoger a un familiar que pasa por problemas, más aún cuando se trata de un niño. En este caso es importante la opinión de la víctima y que ella decida con quién quiere quedarse.

Es claro que la alternativa es transitoria hasta buscar una salida definitiva, pero el hecho de poder dejar al niño con algún familiar que lo quiera es siempre mejor que colocarlo en una institución donde no conoce a nadie.

Es recomendable visitar la casa y hablar con el familiar que acogió al menor no sólo para saber cómo se encuentra sino también para darle ánimo y resolver sus preguntas.

En el barrio: En el barrio también hay personas o familias que son conocidas por su estabilidad emocional y porque saben dar buenos consejos y acogen a vecinos con problemas. Ã?stas muestran gran solidaridad, inclusive en medio de sus escasos recursos, y están dispuestas a recibir a una víctima de maltrato o abuso.

Si no hay familiares, se puede recurrir a estos vecinos a fin de mantener al menor en su ambiente, con sus amistades y, al mismo tiempo, darle protección.

En la comunidad: Las parroquias son una buena alternativa para buscar consejo y ayuda a fin de derivar a una víctima de violencia sexual. Por lo general, el párroco conoce a su comunidad y puede apoyar o intervenir para que los vecinos acojan a la víctima.

Los comités de vaso de leche y los comedores son organizaciones de mujeres que también conocen las dinámicas familiares de sus asociadas y de los niños y adolescentes de su comunidad. Estas instancias organizativas pueden ser un buen apoyo para derivar casos o buscar ayuda.

En la sierra, los clubes de madres y las rondas campesinas son instancias organizativas de la comunidad a las cuales recurrir y que pueden brindar apoyo.
Asimismo, los colegios y las asociaciones de padres de familia pueden contribuir en la búsqueda de alternativas.

Conclusión
(Nadie puede dar lo que no tiene. No puede elegir lo que no conoce. Si sólo tiene rabia y rencor y únicamente conoce la agresión como respuesta al conflicto, ¿qué podemos pedirle?)

Al redactar el presente texto sentí lo difícil y penoso que es escribir sobre la violencia, el abuso y el maltrato, especialmente contra quienes no pueden defenderse: los niños, niñas y los adolescentes. Me imaginaba a la policía, escuchando, atendiendo, consolando, derivando, indagando, registrando. Pensaba en los sentimientos y emociones que esa tarea involucra y en lo importante que es llegar a cambiar el rumbo de una vida

La Convención sobre los Derechos del Niño, el Código de los Niños y Adolescentes y demás leyes así como las instituciones para proteger a la infancia, son muestra de un especial interés de la sociedad que tiene como sustento el concepto de que los niños son el futuro y que de su seguridad y bienestar de hoy depende el bienestar y felicidad de la sociedad en general. Pero se trabaja no sólo pensando en el futuro, sino también haciendo realidad el derecho reconocido mundialmente que tienen los niños a un presente sin maltrato ni abuso.

Por eso la tarea de quienes velan por el bienestar de la infancia y la juventud tiene doble proyección: para un presente de ejercicio de los derechos humanos de los niños, y para asegurar un mejor futuro a todos.

Cuando sientan que su tarea no es comprendida y que es poco lo que pueden hacer para frenar tanto maltrato y violencia, cuando sientan que el ánimo decae, recuerden esta historia que una vez escuché y ahora les transmito:

Un niño se paseaba por la playa.
La marea había arrojado a la arena cientos y cientos de estrellas
de mar que bajo los rayos del sol empezaban a morir.
El niño recogía una tras otra y las tiraba hacia las olas.
Un hombre pasó y le preguntó lo que hacía.
El pequeño explicó que las devolvía al mar para que no murieran.
El hombre sonrió burlón y dijo:
¿No te das cuenta que son cientos de cientos?
El niño alzó una estrella, la miró con ternura
y mientras la lanzaba a las olas salvadoras respondió.
No podré atender a todas pero para ésta ya su suerte ha cambiado.

    Deseamos que este Curso de Capacitación los ayude a continuar mirando con ternura y a cambiar la suerte de los niños que llegan a ustedes.

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Abusos Sexuales a Menores: Prevención

http://www.psicopedagogia.com/articulos/?articulo=364

Por Leonardo Romero S. – Codirector Centro de Asesoría Y Consultoría – Colombia

PREVENCION DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL

Desde la perspectiva de la promoción de los derechos

El abuso sexual es un hecho que ocurre mucho más de lo imaginado. Una falsa creencia en torno a su incidencia es que los abusos sexuales infantiles son casos excepcionales. Aunque existe un subregistro, hoy día existe una mayor conciencia frente a la denuncia del hecho, lo cual hace percibir que el abuso sexual siga aumentando o que se de más que antes.

El abuso sexual crece en todos los niveles sociales, generalmente en ambiente intrafamiliar, aunque también es realizado por personas fuera de la familia del niño o la niña. Puede suceder como un hecho aislado, es mayor la proporción de casos consecutivos y recurrentes de abuso sexual.

Tal como lo describe el informe de Save Children (1998) a nivel internacional se calculan porcentajes de incidencia aproximada de reportes en un 20% de mujeres y 10% en hombres.

Socialmente aún no se ha valorado en su verdadera dimensión como un serio problema relacionado con la calidad de la salud sexual y emocional. Aunque no se tengan cifras exactas es sabido de una proporción importante de niños y niñas que son abusados sexualmente de diversas formas. Aún es mucho lo que hay por hacer en relación a su prevención.

Probablemente la percepción de invulnerabilidad ante este hecho (creer que es algo que ocurrirá en otras familias, no en la propia) predispone a que no se haga una adecuada prevención del abuso sexual. Por otra parte la ausencia de procesos intencionados, sistemáticos y permanentes de educación sexual, especialmente en las escuelas, es un hecho que limita el desarrollo a acciones concretas y efectivas contra el abuso sexual.

Mientras no existan procesos de prevención enmarcados dentro de procesos amplios e integrales de educación sexual, la niñez, será más vulnerable y susceptible de ser víctima a las diferentes formas de abuso sexual.

En gran parte de nuestras escuelas la educación sexual no hace parte de sus políticas educativas, a pesar de la obligatoriedad de la educación sexual (En el caso de Colombia). Mucho menos es de esperarse que la realización de programas de prevención de abuso sexual sean objeto importante de sus acciones educativas.

El abuso sexual es prevenible, no bastan intervenciones alarmistas o atemorizantes, tampoco son suficientes simples instrucciones defensivas (â??tienes que defenderteâ?, â??no te dejes tocar de nadieâ?) sin el acompañamiento de un entrenamiento en habilidades de protección y defensa asertiva, la promoción de ciertos valores de convivencia, etc.

QUE ES EL ABUSO SEXUAL INFANTIL?

En este trabajo se considera como abuso sexual a cualquier actividad realizada sin consentimiento, con o sin violencia, con o sin contacto, por una persona de cualquier edad, con el propósito de obtener placer sexual.

Es otras definiciones se hace referencia a que esta actividad es realizada por alguien de mayor edad, e incluso se ofrecen rango de edades de 5 y 6 años de diferencia.

Aunque una buena parte del abuso sexual infantil es realizado por mayores, también es posible que esta actividad sea realizada por niños y niñas en edades iguales o cercanas sin que deje de ser por ello un acto de abuso, ya que no se ha consentido y/o ha sido forzado de alguna forma.

Existen diferentes formas de abuso sexual, es importante tener en cuenta que este no tiene que ser mediado por la violencia o la agresión y que necesariamente no tiene que haber contacto físico. Tal como lo describe el siguiente cuadro (la gráfica No. 1) existen diversas conductas abusivas que no implican ningún contacto físico y mucho menos genital y penetrativo.

Una violación es una forma de abuso sexual pero existen múltiples formas de abuso sexual que no implican ni uso de agresión, ni penetración (vaginal o anal).

http://www.psicopedagogia.com/articulos/preve_abuso_sexual_cvirtual_archivos/image004.gif

ERRORES Y FALLAS EN LA PREVENCIÓN

A los adultos aún les cuesta trabajo abordar adecuadamente y eficazmente lo relacionado con el Abuso Sexual. En muchas ocasiones sus intervenciones se limitan a las instrucciones â??alarmistasâ? y â??atemorisantesâ?, algunas veces acompañados de instrucciones defensivas que no desarrollen competencias y destrezas efectivas, por ejemplo: â??tienes que defenderteâ?, â??no te dejes tocar de nadieâ?, etc… Este tipo de circunstancias no enseñan que hacer, cómo hacerlo y favorecen la construcción destructiva en relación al cuerpo, los genitales, el placer sexual y el abuso sexual.

En una exploración realizada por Farley Duran (1999) sobre lo que hacen padres y madres para prevenir el abuso sexual con sus hij@s se observaron respuestas como las siguientes:

1. â??Lo mantengo bien informado y además le digo que no hable con personas extrañas… que su cuerpo merece respeto y que nadie debe tocar sus partes intimasâ?.
2. â??Les hablo, les muestro libros de educación sexual, ellos miran y yo les voy explicandoâ?.
3. â??Cuidarlo, le digo a la abuela que no lo deje con cualquier persona desconocida, que no lo deje salir solo, que pilas!! Que no se confié de nadieâ?.
4. â??Yo le digo que se cuide de las personasâ?.
5. â??La verdad es que no lo he hecho nuncaâ?.

Son varias las falencias que tienen algunos intentos de prevención de abuso sexual, analizaremos algunas de ellas:

· Decir a l@s niñ@s que no hablen con personas extrañas, no les habilita para protegerse del Abuso Sexual por otra parte esta prescripción se hace desconociendo que la mayor parte del abuso sexual es realizado por personas cercanas y familiares al niño o niña.

· â??Tu cuerpo merece respeto y nadie debe tocar tus partes intimasâ?. Sin quererlo esta intervención induce a la idea de que el contacto corporal y genital es â??una falta de respetoâ? se deja de señalar que es exactamente lo que está mal en el abuso sexual, tocarse con otro no es malo, lo rechazable es que se haga sin tener en cuenta al otro, sin su consentimiento, usando estrategias de manipulación, o aprovechamiento de la ingenuidad para obtener placer sexual siendo que el o la menor no están en posibilidad de consentir.

· Prevenir el abuso sexual es una cosa y crear paranoia social es otra, la prevención del abuso sexual no implica la promoción de sentimientos de desconfianza colectiva e indiscriminada. Precisamente una de las metas e enseñar a que discriminen y diferencien cuando están siendo objeto de un abuso sexual e incluso de abuso no sexual.

· Se les dice cuídate sin enseñarles como hacerlo y sin entrenarles en la adquisición de habilidades y destrezas conductuales que l@s hagan competentes para ello. Cómo plantearemos posteriormente estas habilidades se pueden adquirir por medio de procesos de aprendizaje estructurado que por lo general no se hacen en las familias ni las escuelas.

· En el peor de los casos se observa que una buen parte de la familia y la escuela no abordan el tema y hacen silencio frente a este medio. En una encuesta aplicada a padres y madres de familia de una escuela de clase media en la ciudad de Barranquilla se encontró que el 34% â??nuncaâ? o â??más bien pocoâ? habían enseñado cómo defenderse del abuso sexual y que el 44.7% â??nuncaâ? o más bien pocoâ? habían enseñado cómo responder asertivamente ante situaciones de abuso sexual que no se desean acceder. Por la experiencia vivida en mucho se os talleres de educación sexual con padres, madres y docentes hemos encontrado que una cierta proporción dicen â??siâ? prevenir el abuso sexual, al explorar que es lo que han hecho para prevenirlo se encuentras respuestas como las anteriormente xxxxxxxxx que evidentemente no dejan de ser intervenciones inefectivas e insuficientes.

LAS RELACIONES DE PODER COMO SEMILLA PARA EL ABUSO SEXUAL

Las relaciones adultos-niñ@os están basadas en un modelo autocrítico, vertical, en el cual los adultos tienen más poder, que niños y niñas, en este modelo los adultos ejercen poder basados en estrategias coercitivas, que implican uso se la fuerza, la agresión, la amenaza, la imposición, la intimidación, etc…

No cabe duda que estas son formas de abuso contra la niñez, sólo que están avalados, aprobados e institucionalizados socialmente, son pocos cuestionados y se repiten como forma aceptable tanto en la escuela como la familia.

Este modelo de relaciones de poder siembra la semilla que facilita que germine el abuso sexual. Este modelo predispone a que la niñez tolere y estructure aprendizajes de indefensión frente al abuso, en este caso el abuso no sexual y de los adultos. Desde este modelo practicando en la escuela y la familia niños y niñas aprenden que otros tienen más poder (los adultos), adquieren patrones de indefensión frente al maltrato y al abuso, aprenden a obedecer sumisamente incluso ante el maltrato y el abuso y estructuran una ciega obediencia que no puede cuestionar la autoridad.

Por esta razón en este trabajo se propone fundamentar la prevención del abuso sexual en la promoción del concepto de los derechos, lo cual implica reformular el modelo de relaciones de poder y replanteamiento de un modelo de convivencia basado en el respeto por el otro, en la autonomía, la no instrumentalización y la no violencia.

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PROPUESTA DE PREVENCIÓN BASADA EN LA PROMOCION DE LOS DERECHOS

Generalmente se piensa la prevención del abuso sexual infantil en el sentido de que no sean abusados sin tener en cuenta la perspectiva de contraria: no abusar de los demás. Por este motivo en este propuesta prevención del abuso sexual infantil tendría dos objetivos:

1. Desarrollar elementos que habiliten a niños y niñas para la protección ante situaciones de abuso sexual y no sexual.

1. Desarrollar elementos que predispongan a niños y niñas a evitar prácticas de abuso sexual y no sexual con los demás

Esta propuesta sugiere el desarrollo de procesos de prevención del abuso sexual desde tempranas edades con el contexto de una educación sexual integral, fundamentándose en la promoción del concepto de â??los derechosâ? como plataforma que orientaría el desarrollo de cuatro elementos importante: información sobre el abuso sexual, desarrollo de valores, estructuración de algunos repertorios cognitivos y entrenamiento en habilidades afirmativas. Suponemos que a partir de estos elementos se brindarían elementos que habiliten a niños y niñas para protegerse efectivamente ante situaciones de abuso sexual y no sexual.

Socialmente el modelo de relaciones de poder â??sumisión-dominioâ?, entre adultos y menores genera condiciones actitudinales, psicológicas y comportamentales que favorecen el aprendizaje en respuesta de sumisión y pasividad ante el maltrato a que son sometidos cotidianamente, por parte de los adultos, quienes encarnan un â??rol de autoridad incuestionableâ?. Desde tempranas edades se aprende a percibirse sin control ante estas prácticas autoritarias en la familia, la escuela y el mundo social, esto facilita la estructuración de condiciones emocionales que les impiden defenderse ante las diferentes formas de maltrato de los adultos (sexuales y no sexuales).

Por esta razón se propone un proceso que concientice a la niñez sobre los siguientes preceptos:

ü Tengo derechos

ü Nadie tiene derecho a violentarlos

ü Tengo derecho a proteger mis derechos

ü No hay derecho a ser maltratado por nadie, (incluyendo padre, madre, profeso-a, etc.)

ü No está bien usar o instrumentalizar a otros.

ü No es válido moralmente aprovecharse del otro para obtener provecho personal (Sexual y no sexual).

ü Nadie tiene derecho a usar sexualmente a otro.

ü NO está bien que un adulto o igual someta a alguien para obtener placer sexual.

A partir de esta concientización se trabajaría un proceso de educación sexual alrededor del cuerpo, el placer y las emociones acompañadas de la promoción de valores, un entrenamiento en habilidades afirmativas y cognitivas básicas para la protección efectiva de situaciones de abuso sexual y no sexual.

CONCEPTOS DE LOS DERECHOS Y LA CONVIVENCIA

· Es importante que los menores comprendan el concepto de los derechos, su importancia en la convivencia social y cómo hacerlos valer y respetar.

· Es necesario que aprendan que niños y niñas tienen derechos, y que tienen derecho a hacer respetar o valer sus derechos, que nadie por más autoridad que tenga tiene derecho a atentar contra ellos.

· Es importante que aprendan que uno de los derechos que tienen las personas es NEGARSE ante situaciones que les incomodan, que atentan contra su seguridad personal, que les hacen sentir mal, sea esta sexual o no sexual. Decir NO es un derecho, que no siempre será conveniente decir SI, que nadie tiene derecho a obligar a otro a hacer algo que no desea hacer porque no le conviene, le hace sentir mal o considera indebido.

· Tenemos derecho a protegernos ante el abuso. Los demás merecen respeto, cada quien merece ejercer su autonomía sin atentar contra los demás.

· No es valido y aceptable para lograr la convivencia instrumentalizar al otro, usarlo como objeto para el propio bienestar a costa de su detrimento.

· No es aceptable el uso de agresión y violencia para relacionarse con los demás y para conseguir lo que se desea.

· Es posible la convivencia humana sin el uso persistente y generalizado de estrategias basadas en la amenaza, la manipulación, la intimidación, la coacción, el chantaje y la agresión.

· Es importante que aprendan el valor y la importancia del consentimiento y el ejercicio de la autonomía en las relaciones sociales. Esto implica aprender que un criterio importante para orientar las relaciones con los demás es que este pueda consentir autónomamente.

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INFORMACIÓN

Existe una serie de conceptos que deben ser dominio de niños y niñas respecto a la sexualidad, desafortunadamente el sistema educativo aún no ofrece una educación sexual integral que facilite la construcción de conceptos fundamentales, exactos y basados en la verdad. Por esta razón se considera importante que la información que se brinde en un proceso de prevención de abuso sexual debe estar enmarcada en el contexto de una educación sexual intencionada, sistemática y permanente.

Los siguientes son algunos de los conceptos básicos que deben promoverse en la niñez en un proceso de prevención de abuso sexual:

· Es fundamental que identifiquen su cuerpo, conozcan sus partes, sus nombres y funciones.

· Que identifiquen sus genitales (femenino y masculino) que comprendan sus funciones: orinar, reproducción y sentir placer.

· Respecto al placer es necesario que aprendan que los genitales y el cuerpo en general son fuente de sensaciones y emociones. Que el cuerpo está hecho para ello, para sentir. Que es maravilloso sentir una serie de sensaciones que se experimentan.

· Es importante que comprendan que tocarse, abrazarse, besarse son formas buenas e importantes para sentir, expresar cariño, amar y sentir placer, pero que otra cosa sería que alguien intente aprovecharse con o sin el uso de la fuerza de otro sin su consentimiento.

· Deben comprender el concepto de abuso sexual como…

· Es importante que conozcan las diferentes formas que alguien puede usar para aprovecharse de otro: seducción, fuerza, chantaje, el uso del secreto, abuso de autoridad, promesas, manipulación, amenaza, etc.

· Será necesario que conozcan e identifiquen los diferentes tipos de abuso con o sin contacto.

· Es muy importante aclarar que es lo que esta mal en el abuso sexual, que conductas sexuales no son malas, es conveniente aclararles que lo malo es tenerlas con alguien, sometiendo, presionando o llevándolo sin su consentimiento.

HABILIDADES COGNITIVAS

Por habilidades cognitivas se entiende aquellas pensamientos, ideas y discriminaciones que serían importante que niños y niñas estructuren y que facilitarían respuestas de protección ante el abuso sexual en conjunto con los conceptos de convivencia, la información, los valores y el desarrollo de habilidades.

Cómo aspectos claves a desarrollar se proponen:

* Que se les enseñe a tener confianza con los adultos y aprendan a expresar, decir o compartir con el padre, la madre, el profesor o persona de confianza sobre cualquier comportamiento extraño relacionado con abuso sexual y alguna situación en la que se sientan amenazados o experimenten incomodidad y temor. Esto se relaciona con el hecho de que tengan la idea de que no guarden silencio ante un suceso de abuso y que cuenten a alguien que les pueda escuchar y ayudar.

* Es importante que aprendan a discriminar cuando SI y cuando NO interpretar una situación como abuso sexual

* Es necesario que desarrollen el concepto de derecho a la defensa y auto eficacia alrededor de la defensa: â??Yo puedo defenderme y tengo derecho a elloâ?.

* Igualmente es importante que estructuren la idea que â??nadie tiene derecho a hacerme sentir malâ?, â??nadie tiene derecho a utilizarmeâ?, no tengo derecho a hacer sentir mal al otro, a que haga algo que no desea y a utilizarleâ?.

* También se hace necesario el desarrollo de auto conceptos positivos relacionados con la autoestima: â??Yo soy importanteâ?, â??Yo merezco ser bien tratadoâ?, â??Yo valgoâ? etc.

VALORES

La prevención del abuso sexual no sólo requiere brindar información, el desarrollo de ciertos valores son importantes para poder favorecer el fortalecimiento de conductas de protección ante el abuso sexual y el no sexual. Los valores sirven para guiar y orientar las conductas de las personas, son el fundamento por el cual se hace o deja de hacer algo en un determinado momento, son creencias prescriptivas o principios normativos y duraderos que sugieren que una determinada conducta es socialmente preferible a otras que se consideran opuestas o contradictorias (Antúnez, 1997).

A nuestro juicio no podría esperarse que el desarrollo de algunos de los valores básicos relacionados con la prevención del abuso sexual sean el producto de unas sesiones aisladas, creemos que este será el producto de un proceso continuo, permanente e intención de educación en valores que debe estar a su vez enmarcado en el contexto de una educación sexual integral insertada en el currículo escolar y en la misión de la formación familiar.

Algunos de los elementos claves que se proponen desarrollar serían los siguientes:

· Valorar el cuerpo, comprender las emociones y las vivencias corporales como buenas, valiosas e importantes.

· Aprender la importancia del respeto por el otro y valorar la posibilidad de convivencia social sin necesidad de instrumentalizar al otro, de usar a los demás para nuestro beneficio, incluso a costa de su malestar.

· Comprender que es importante respetar y contar con la decisión personal para conseguir lo que necesitamos de los otros. Podemos obtener de los demás pero teniendo en cuenta su consentimiento, como una regla de convivencia, los demás tienen el derecho a consentir o no si acceden a nuestras necesidades y peticiones.

· El cuerpo del otro siente y experimenta, y es potestad del otro decidir si desea sentir o experimentar ciertas vivencias corporales, afectivas, sexuales etc . Es importante promover el concepto de que abrazar, besar, sentir, intercambiar afecto y placer en el contexto del espeto por la autonomía y el consentimiento.

DESARROLLO HABILIDADES

Si bien es cierto es importante el conocimiento y la información esta por si sola es insuficiente. Es importante que desde la niñez se tenga la posibilidad de adquirir, interiorizar y fortalecer una serie de destrezas, competencias o habilidades que les permitan a niños y niñas poder defenderse efectivamente de situaciones de abuso sexual y no sexual. Estas habilidades son aprendibles, pueden ser entrenadas en procesos de aprendizaje estructurado, no se adquieren por el solo hecho de que se le de al niño una instrucción verbal imperativa (cuídate, detente, tienes que saber cuidarte) un error decirles que se cuiden sin habilitarles para ellos, sin enseñarles que hacer y como hacerlo. Esto requiere sesiones de entrenamiento que impliquen una explicación de la habilidad a enseñar un modelamiento, ejercicios de práctica, retroalimentación y tareas de práctica.

La asertividad es la habilidad social muy importante en el desenvolvimiento social de las personas y de mucho valor para la prevención del abuso sexual. La asertividad se define como la habilidad para….

Las siguientes viñetas son algunos ejemplos de posibles respuestas que podrías servir para enriquecer el repertorio de respuestas asertivas de niños y niñas ante eventuales presiones para acceder a situaciones de abuso sexual:

LINEAS DE PRESION                                                     RESPUESTAS ASERTIVAS

Vamos a jugar solos (cerrando la puerta)                           â??No me gusta jugar encerrado, abre la puerta o gritoâ?

Te doy un premio y jugamos a que note toco                                             â??No quiero jugar este juegoâ?
como el médico…                                                                                 â??No quiero que me toquesâ?

Abre la puerta, estamos solos, no te va a pasar nada                                    â??No quiero abrir la puerta,
no tenemos porque estar solos�

Si le dices a alguien de este juego                                                      â??No me gusta este juego, le contaré
no te sigo queriendo y no te hablaré                                                  a papá y mamá, aunque no me hablesâ?

Un extraño le ofrece dulces…                                                          â??No me gusta recibir dulces de extrañosâ?

Están ricos tómalos…                                                                      â??Le dije que no deseo, váyase o gritoâ?

Alguien intenta tocar los genitales…                                                       â??no me toque, usted no tiene
derecho, le diré a mi mamáâ?

Esto es un simple juego, déjate tocar…                                               â??Esto no son juegos para niños,
no me quiero dejar tocar… y busca ayuda adultaâ?

Alguien roza sus genitales…                                                   â??Usted no tiene derecho a rozarme con sus
genitalesâ?… y se marcha del sitio buscando
ayuda adulta

BIBLIOGRAFIA

MARIN Herrera Grecia. â??Abuso Sexual Infantilâ?. CECODAP, Caracas, 1994.

GIL Eliana. â??Yo conté mi secretoâ?. Launch Press, Estados Unidos, 1991.

FREEMAN Lory. â??Mi cuerpo es mioâ?. Parenting Press, Seattle, 1985.

LOPEZ Ana Luisa, SOLANO Guillermo, VARGAS Elvia y PICK Susan. â??Cuídate de los extrañosâ?. Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población, México, 1991.

LOPEZ Ana Luisa, PICK Susan y VARGAS Elvia. â??Ximena aprende sobre abuso sexualâ?. Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población, México, 1991.

ENGELMAN Jeanne. â??Mi cuerpo es mi casaâ?. Fundación Hazelden, Estados Unidos, 1992.

O´CONNELL Peggi. â??Tina, José y Juanâ? Libro de colorear. Jonson Istitute, Estados Unidos, 1991.

JESSIE. â??Por favor di!â? Un cuento para niños sobre abuso sexual. Fundación Hazelden, Estados Unidos, 1993.

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¿Qué es el Maltrato a niños, niñas o adolescentes?

Fuente: Red para la Prevención y Atención del Maltrato y Abuso Sexual a Niños, Niñas y Adolescentes en Guatemala
Enlace: http://www.eduquemosconternura.org/contenido.php?link=Maltrato%20(P%20y%20M)

El Maltrato de niños, niñas y adolescentes es cuando los padres golpean, pegan, les dicen malas palabras o cuando , abusan de sus hijas e hijas.
Se maltrata a un hijo o una hija, cuando se les castiga constantemente, cuando se les grita, cuando se les amarra, se les cuelga, se les queman las manos, cuando se les deja parados bajo el sol, se les prohíbe  la entrada a la casa o se les niega la comida.
Estas son algunas de las formas que padres y madres a veces usan creyendo que están educando a sus hijos e hijas para que sean mujeres y hombres de bien. PERO NO FUNCIONAN PORQUE EL MALTRATO NO EDUCA.

Formas de maltrato:

El físico: es cuando se lastima a los hijos e hijas en su cuerpo, provocándoles lesiones internas, externas o ambas.con fuerza, para causar dolor. Se da por golpes, heridas, quemaduras, pellizcos, fracturas.  También se considera maltrato físico el castigo crónico, no severo,  es decir, que el daño no se da por  intensidad del maltrato sino por  la frecuencia con que ocurre.

El emocional:
es mas difícil de identificar afecta la estima de la niñez, se da cuando se les rechaza, se les insulta, se le hacen chisten, se le grita, amenaza, cuando se les dice que no se les quiere, cuando se les dice tonto, feo, haragán.

Incluye los insultos constantes, el no reconocer aciertos, ridiculizar, rechazar, manipular, explotar, comparar y tener expectativas irreales (la persona cree lo que le dicen principalmente si son sus padres o encargados quienes lo dicen).
Descuido o negligencia: es producto de la irresponsabilidad de los padres y madres cuando no se da alimento, vestido, protección, cuidados higiénicos, cuando no se les manda a la escuela, cuando no se les lleva donde el doctor, teniendo posibilidad de hacerlo.

Que ocasiona el maltrato en los niños, las niñas los y las adolescentes:

Los niños y las niñas, por naturaleza, piensan que los adultos siempre tienen razón. En consecuencia, los niños y las niñas que han sufrido maltrato pueden crecer pensando que ellos y ellas son malos o malas  y que merecen ser maltratados y maltratadas.

    * A nivel social la pobreza, desempleo, inciden en los padres y madres acentuando sentimientos de estrés, frustración o impotencia.
    * Predominancia de patrones  de crianza autoritarios en donde la â??mano duraâ? se considera necesaria para que los hijos e hijas â??tomen un buen caminoâ?.
    * Muchas veces los padres y madres piensan que los niños y niñas son de su â??propiedadâ? por lo que pueden hacer lo que quieran con ellos y ellas.
    * Estrés y tensión de los padres y madres, en este caso el maltrato no es un patrón pero a partir de la situación de crisis se incurren en ello.
    * Migración de uno de los padres, dificultades económicas, excesiva presión laboral, separación o divorcio, duelo, hacinamiento, En estos casos los padres pueden tomar conciencia de que están incurriendo en comportamientos inadecuados y están dispuestos a recibir ayuda.
    * Familias con patrones crónicamente maltratadotes: El maltrato es parte de la â??cultura familiar â?? que se transmite de generación en generación. Los padres  y madres no tienen mayor conciencia del nivel del maltrato que tienen hacia sus hijos e hijas y rechazan cualquier forma de apoyo u orientación.
    * Historia de los padres en la que se manifiesta el maltrato en la infancia.
    * Percepción negativa del niño/a.: . el niño, niña o adolescente no son lo quwe los padres y madres esperaban.
    * Abuso de alcohol y la drogadicción por uno o ambos padres y madres.

¿Qué es prevenir?

Prevenir es evitar que ocurra.

La prevención contra el maltrato y el abuso sexual a niños, niñas y adolescentes se refiere a eliminar las causas que lo provocan o favorecen, por eso la prevención debe realizarse en los lugares donde el niño, niña o adolescente está, como la casa, la escuela, las instituciones y la comunidad.

Las acciones de prevención deben basarse en la sensibilización y la promoción de valores, respeto, tolerancia, diálogo y formas alternativas de corrección y disciplina.

En el abuso sexual la prevención se da promoviendo mecanismos de protección hacia los niños, las niñas y los adolescentes y enseñarles diferentes maneras de cuidarse y protegerse a si mismos de aquellos adultos y adultas que les quieren causar daño.

Formas de evitar el maltrato a niños, niñas y adolescentes en la familia

Antes de gritar o golpear, respiremos profundamente, contemos hasta un número y  pensemos que los niños y las niñas son seres humanos que merecen respeto y comprensión.

Promueva a través del diálogo una buena comunicación con sus hijos e hijas para fortalecer la seguridad y confianza entre la familia.

Bríndeles a sus hijos e hijas la oportunidad de expresarse y participar activamente dentro de las discusiones familiares y promueva que expresen, en la escuela, lo que piensan y sienten.

Si su hijo o hija realiza alguna actividad, sin fijarse en los riesgos de accidentes, no le grite, ni castigue, aproveche el momento para orientarlo y enseñarle cómo tomar precauciones.  Esto será más beneficioso para él o ella.

No espere más de lo que su hija o hijo hacen de acuerdo a su edad y posibilidades, no los compare con otros u otras, recuerde que cada ser humano, niño, es único e incomparable.

Recuérdele a sus hijos e hijas que los niños y las niñas, al igual que nosotros los adultos, necesitan sentirse útiles, valiosos y muy importantes.

La próxima vez que le levante la mano o la voz, a su hijo o hija, que sea para acariciarlo o felicitarlo.

Recordamos por un momento como nos sentimos nosotros y nosotras cuando fuimos niños o niñas y nuestro papá, nuestra mamá o ambos utilizaron el maltrato como una forma de educarnos y corregirnosâ?¦ y utilicemos el diálogo, la comprensión y la ternura para educar y corregir a nuestros niños y niñas.

Es importante estar interesados en todo lo que nuestros hijos e hijas hacen y dicen, creámosles y confiemos en ellos y ellas.

â??NI GOLPES QUE DUELEN, NI PALABRAS QUE HIERANâ?
â??EDUQUEMOS CON TERNURAâ?

Campaña contra el maltrato a niños y niñas en Centro América y México.

SOLO POR HOY, TODOS LOS DIAS,
Cambie sus pensamientos violentos y autoritarios en demostraciones de afecto.
Verá como a su alrededor todo se transforma.

    * Dígales a sus hijos cuánto los ama y cuán importantes son en su vida.
    * No grite, ni utilice el castigo físico.
    * No descalifique a nadie.
    * Resuelva los conflictos en forma pacífica, sin violencia.
    * Enseñe con amor y respeto a niños y niñas.
    * Póngase en el lugar de otro ser humano.
    * Si tiene un arma, guárdela en un sitio seguro y olvídela.
    * Solo use las armas de la razón y la ternura.

Recomendaciones muy importantes

Es importante y necesario explicar y analizar con nuestros hijos e hijas los riesgos y peligros a los que se pueden enfrentar a diario en la CASA, en la CALLE y en la ESCUELA o COLEGIO.

Debemos como padres y madres enseñarles como PREVENIR y como PROTEGERSE.

Por ellos es bueno:

    * Que nuestros hijos e hijas SIEMPRE vayan acompañados por una persona adulta, tanto a la entrada como a la salida de la escuela, cuando van al parque, a la tienda, o a lugares para recrearse.
    * Explíqueles cual es el riesgo y el peligro que tiene subirse a un carro con una persona que no conozcan.
    * Dígales que no deben darle a personas extrañas su número de teléfono o la dirección de su casa.
    * Cuando salgan a jugar a la banqueta o enfrente de su casa, siempre este pendiente de ellos y ellas.
    * Si les damos permiso para ir a la casa de amiguitos o amiguitas, informémonos primero quien estará a cargo de cuidarlos y cuidarlas.
    * Si nuestros hijos e hijas son pequeños, NO los mandemos a hacer mandados o a la tienda.
    * Escuchemos sus preguntas y respondámosles con calma y con detalle trasmitiéndoles confianza.
    * Digámosles que si alguien dice o hace cosas que les parecen extrañas o desagradables o que les dan miedo y les pide que guarden el secreto, deben contárnoslo.
    * Dígales como y a quien puede pedir auxilio si tienen problemas en la calle, el parque, el centro comercial u otro sitio publico.

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Tips para mejorar la relación entre padres y madres, hijos e hijas

    * Dialoguemos con nuestros hijos e hijas, recordemos que el diálogo facilita la comprensión de los valores que queremos inculcarles y que una buena conversación puede convertir una falta en un hecho positivo para él y para ella y aprender como evitarlas en el futuro.
    * Es necesario expresar y demostrarles cuanto los queremos.
    * Hay que ser consecuentes, consistentes y amables, y cuando cometan un error hay que explicarles el por que.
    * No todos los niños y las niñas aprenden al mismo ritmo, por eso hay que tener la paciencia necesaria y felicitarles por sus pequeños triunfos.
    * Conozca y confíe en las capacidades de sus hijos e hijas, aunque cometan errores, todos y todas los cometemos y por lo tanto hay que enseñarles a sacar las lecciones de los mismos.
    * Si le tiene confianza a sus hijos e hijas, eso hará a que se acostumbren a expresar la verdad sin temor.

Sugerencias para padres y madres para una relación de respeto con niños y niñas

Generalmente los padres y madres piensan que sus hijos son adultos pequeños y que pueden realizar todas aquellas cosas que les ordenan.  Muchas situaciones de maltrato se dan porque los padres y las madres exigen demasiado de sus hijos e hijas, al no tomar en cuenta que ellos y ellas pasan por diferentes etapas donde van creciendo y aprendiendo nuevas cosas.  En cada momento de su vida son capaces de hacer ciertas cosas dependiendo de su tamaño, edad y madurez y de allí la necesidad que las mamas y los papas, conozcan esas etapas y no les exijan mas de lo que pueden hacer.

Todas las niñas y los niños son seres humanos, cada uno con sus diferencias individuales, ningún niño o niña se parece a otro, ni físicamente, ni en su forma de ser.

La tarea de educar a nuestros hijos e hijas con cariño y respeto no es fácil, pero es necesario tener la paciencia y perseverancia necesaria, hay que dar el ejemplo.

Si queremos que nuestros hijos e hijas nos recuerden con cariño y respeto es importante que los tratemos bien, que no les regañemos sin motivo, ni descarguemos en ellos nuestro mal carácter, nuestros problemas de trabajo y económicos o los problemas que tengamos como pareja.

Nuestros hijos e hijas necesitan saber y sentir que les queremos, y que son importantes para nosotros.  El Dr. James C. Dobson en su libro Tener Hijos no es para Cobardes dice: â??Nuestros hijos llegarán a la edad adulta muy pronto, los días que hoy pasemos juntos en el hogar no serán nada más que un lejano recuerdo. Aprovechemos al máximo cada momento que estemos con ellosâ?.

Los padres y madres deben prestar atención a sus hijos e hijas cuando se comportan bien, dándoles una sonrisa, elogiando su comportamiento, abrazándolos.

Compartir su tiempo con sus hijos e hijas, escuchando sus problemas y conociéndolos.

Los padres y madres debemos siempre prestar atención a nuestros hijos e hijas.  Cuando se comportan bien, demosles una sonrisa, elogiando su comportamiento, cuando no se portan bien, tengamos paciencia y reprendamos la conducta inadecuada, explicándoles que no estamos de acuerdo con su conducta, pero que a él o ella los seguimos amando igual.

Compartamos tiempo con nuestros hijos e hijas, escuchemos sus problemas, no les digamos siempre que hacer, estimulémosles que tomen sus propias desiciones evaluando las consecuencias de sus actos.

Hay cosas que los padres y las madres no debemos hacer:

    * No hagamos sentir culpables a nuestros hijos e hijas al decirles: â??Has arruinado mi vidaâ?, â??Nunca haces las cosas bienâ?, â??Eres un fracasadoâ?, no los humillemos ni los avergoncemos.
    * No inventemos justificaciones para usar la violencia en contra de nuestros hijos, aceptemos cuando somos nosotros los que perdemos el control de nuestros actos.
    * Nunca hay que perder el control, no golpear, LOS GOLPES NO EDUCAN.
    * Por eso es importante:
    * Dar a los hijos e hijas, afecto, seguridad y confianza.
    * Abrace a sus hijos e hijas y dígales cuanto los ama.
    * Felicítelos por las cosas positivas que hacen.
    * Alabe a sus hijos e hijas por sus esfuerzos.
    * Hable de buena manera con ellos, no les grite, explíqueles.
    * Permita que sus hijos e hijas lloren.
    * Cuando sienta que está a punto de golpear a su hijo o hija, salga de su casa y de un largo paseo para recobrar la calma.
    * Si no puede salir de su casa, haga ejercicio, o algún que hacer, si no, cuente hasta donde haga falta y tómese un vaso de agua.
    * Los padres y las madres son los responsables del manejo y administración del hogar, para esto se hace necesario ejercer la autoridad basada en el respeto, responsabilidad y amor, la autoridad debe siempre realizarse con firmeza, con cariño y con el ejemplo.
    * Para ejercer la autoridad es necesario apoyarse en la disciplina, cuando hablamos de disciplina debemos entenderla como el conjunto de reglas que permiten la convivencia en el hogar; a través de ellas los padres y las madres pueden ayudar a sus hijos e hijas en su formación como individuos.
    * La disciplina debe comenzar estableciendo límites y reglas, que deben platicarse primero entre los padres y madres y luego con los hijos e hijas.  Estos límites y reglas deben ser claras y precisas, tomando en cuenta la edad de sus hijos e hijas, sus intereses y las necesidades de la familia.

Para que la disciplina sea efectiva hay que tomar en cuenta que sea:

    * Inmediata: No se debe esperar horas y días.
    * Debe ser para todos los hijos e hijas.
    * Debe ser sin cólera, en una forma tranquila, sin agresión e insultos.
    * No lo haga en presencia de otras personas, mucho menos cuando esté acompañado o acompañada de sus amigos o amigas, no les haga quedar mal.
    * No los encierre en un cuarto sin luz, o diciéndoles que se los va a llevar el viejo, esto es un grave error que se comete y que no cumple una función de corrección.
    * En muchos hogares la madre espera a que llegue el padre para aplicar la disciplina a los hijos e hijas, esto no es correcto porque el padre va a parecer ante los niños y las niñas como una persona mala, tanto el padre como la madre tienen la misma autoridad, ambos deben corregir.
    * Los padres y las madres no deben ni pueden disciplinar con golpes, con humillaciones, con palabras que hieran a sus hijos, lo único que se logra con eso es que los odien y acumulen sentimientos de venganza y puede destruir la unión de la familia.
    * Recuerde: hable con sus hijos e hijas, quiéralos, apóyelos, compréndalos, ayúdelos a crecer, no los golpee ni los humille.

¿Qué es el abuso sexual a niños, niñas y adolescentes?

Fuente: Red para la Prevención y Atención del Maltrato y Abuso Sexual a Niños, Niñas y Adolescentes en Guatemala
Enlace: http://www.eduquemosconternura.org/contenido.php?link=Abuso%20Sexual%20(P%20y%20M)

¿Cuándo se da?

El abuso sexual de niños, niñas y adolescentes se da cuando una persona adulta, comete un acto sexual con un niño, una niña o un o una adolescente, aprovechándose de la confianza y el respeto que ellos y ella le tienen.
El abuso sexual se da por el poder y dominio que ejerce una persona adulta sobre el niño o niña para satisfacerse sexualmente, se usa la amenaza, el engaño, la fuerza para conseguir lo que quieren.
Se debe entender que los niños y las niñas, no comprenden lo que esta pasando, y no saben como evitar o detener el abuso. Los agresores son los únicos responsables y culpables.

Son formas de abuso sexual el Incesto y la violación:

El Incesto, es el abuso sexual que un familiar, padre, hermano, primo, abuelo, padrastro, hermanastro, padre adoptivo, que se comete contra un niño o una niña.

La Violación, es un acto premeditado e intencionado por el cual un niño, una niña un o una adolescente es forzado a tener relaciones sexuales contra su voluntad.

El abuso sexual no se da únicamente cuando se da una violación o el incesto, se da también cuando:

    * Las personas mayores tocan o acarician los genitales de los niños, niñas o  adolescentes.
    * Cuando un adulto introduce sus dedos o el pene en el ano de un niño o el ano o la vagina de una niña.
    * Cuando un adulto pone su pene en la boca de un niño, niña o adolescente o pone el pene del niño en su boca.
    * Cuando un adulto se masturba frente a un niño, niña o adolescente o le pide que lo masturbe.
    * Cuando se le pide al niño, niña o adolescente que mire o lea material pornográfico.
    * Cuando un adulto le pide u obliga a un niño, una niña un o una adolescentes a dejarse tomar fotos o filmar para elaborar material pornográfico.
    * Cuando una persona adulta se desnuda de una manera provocativa ante un niño, niña o adolescente.
    * Cuando un adulto espía  a un niño, niña o adolescentes cuando esta desnudo.

Muchas veces se culpabiliza a los niños, niñas y adolescentes del abuso sexual o que el abusador sexual utiliza la fuerza física o los golpes para introducirles en una actividad sexual impropia, lo cierto es que:

El agresor (la persona adulta que abusa de un niño, una niña un o una adolescente) generalmente no golpea para no dejar marcas. Lo que le interesa es mantener en secreto lo que le hace al niño, la niña o el o la adolescentes, y mantener el control, por lo tanto utiliza la amenaza,  el engaña, o les da dinero y  regalos.

Muchas familias prefieren creer que los agresores son personas extrañas, pero en realidad la mayoría de los agresores son personas conocidas,  el padre, el padrastro un vecino, un amigo de la familia, que se ha ido ganando la confianza del niño, niña o adolescente.

Causas del abuso sexual:

    * Desconocimiento del tema de la sexualidad por parte de los padres, madres y de los niños, niñas y adolescentes.
    * La falta de apoyo, comprensión y comunicación dentro de la familia.
    * El alcoholismo.
    * Las drogas.
    * Hacinamiento.

Las Consecuencias:

    * Culpabilidad y sentimientos negativos.
    * Lesiones físicas o miedo al daño físico o a las relaciones sexuales.
    * Señalamiento social manifiesto o encubierto hacia la victima.
    * Depresión (tristeza, aislamiento, indiferencia).
    * Incapacidad de confiar en las personas.
    * Dificultad de identificar claramente el papel que juega la victima dentro de una experiencia de abuso sexual.
    * Adopción de una madurez prematura.
    * Sentimiento de perdida del poder y control de su propio cuerpo.
    * Baja autoestima, intento de suicidio, alcoholismo en los niños, niñas y adolescentes y drogadicción.
    * Quienes pueden cometer abuso sexual


¿Que se puede hacer para proteger a los niños, niñas y adolescentes y para prevenir el abuso sexual?

Proteger significa avisar, advertir, informar y alertar a los niños y niñas que se encuentran en situación de riesgo.

Prevenir significa, evitar que ocurra, cuidar, defender.

Es importante proteger y prevenir, pues los agresores son personas que conocen a los niños, niñas y adolescentes y se aprovechan de la confianza y el poder que tienen sobre ellos para abusarlos y abusarlas.

Porque ni una madre ni un padre pueden supervisar y cuidar a sus hijos e hijas las 24 horas del día y los agresores siempre van a encontrar el momento adecuado para abusar a un niño, una niña un o una adolescente.

Para que los niños, las niñas los y las adolescentes aprendan técnicas que los ayuden a prevenir y enfrentar situaciones de abuso.

    * Indicarle y decirle a los niños, niñas y adolescentes que su cuerpo les pertenece y que deben decir NO a las propuestas que les hagan personas adultas de tocarles.
    * Enseñarles e insistirles en que tienen derecho a negarse a cualquier contacto o caricia que les haga sentirse incómodos, que les quiera hacer un miembro de su familia, un conocido o alguna persona extraña.
    * Explicarles claramente que sus genitales son  partes privadas y NADIE debe tocárselas.
    * Explicarles que tipo de caricias son aceptables y cuales no.
    * Repetirles constantemente que tienen derecho a decir no cuando algo no les agrade.
    * Enséñeles el nombre correcto de sus órganos genitales, evitando que usen sobre nombres para estos.
    * Hábleles francamente sobre lo que es el abuso sexual.
    * Adviértales que algunos agresores pueden amenazarlos diciéndoles que sus padres pueden sufrir algún daño si cuentan acerca de lo que esta pasando o lo que quieren hacerles, pero que esto es falso y que deben contar si les pasa.
    * Déles toda la confianza para que le cuenten inmediatamente de cualquier amenaza o acción que les moleste.
    * Aconseje y adviértales a su hijo o hija que jamás acepte un secreto entre tu y yo con un adulto, Los agresores sexuales recurren muy seguido a esta clase de mecanismos para cometer sus actos.
    * Si sus hijos o hijas les cuentan algo que les esta sucediendo, denles mucha confianza, motívelos a confiar en ustedes y nunca los culpen. Ellos no tiene la culpa.
    * Enséñeles a no aceptar regalos, ni dinero de una persona que no conozcan o de alguna persona que les pide algo a cambio.


Que debemos enseñarles a nuestros hijos e hijas para protegerlos contra el abuso sexual.

    * Que no deben de salir solos y solas principalmente cuando no haya luz natural.
    * Que deben avisar siempre a donde  van y  con quien salen.
    * Que expresen con confianza si hay caricias que les han producido o les producen miedo, dolor, tristeza, enojo. ¿Cuáles son? ¿Las han recibido de alguien?
    * A no dejar que nadie juegue o toque sus genitales.
    * A no callar y decir cuando alguna persona los amenace.
    * A no confiar en todas las personas aunque sean conocidas.
    * A no hablar con personas que no conozcan.
    * A decir si alguien los hace sentir incómodos por algo que les dijo les hizo o les hace.
    * A no aceptar regalos de ninguna persona que se los ofrece a cambio de algo.

¿Qué debo decirle a un niño o una niña acerca del abuso sexual?

Comience hablándoles de reglas generales de seguridad, discuta medidas de seguridad vial, prevención de accidentes en casa y fuera de ella.

Hábleles de seguridad personal, de cómo protegerse de diferentes peligros, de lo importante que es cuidar todas las partes de su cuerpo.

Enséñele a sus hijos e hijas los nombres correctos de sus órganos sexuales (ano, pene, vulva, pecho, vagina, mamas).

Dígale a sus hijos e hijas que nadie  debe tocar, manosear o jugar con sus órganos sexuales.  Los padres y las madres, los doctores y las doctoras y las enfermeras pueden tocarlos con cuidado y respeto  por razones de higiene y salud.  Además, adviértales que ellos tampoco deben tocar a otras personas.  Esto incluye a parientes y amigos, aunque se lo pidan.

Mencioneles siempre que si algo de lo anterior les ocurriera, NO deben guardarlo como secreto, sino confiarlo a sus padres, madres, maestros o maestras.

Demuéstreles siempre que cree en ellos y ellas.  Dígale a su hijo o hija que usted le creerá si él o ella le contara una experiencia de abuso, insistiendo siempre en que ellos y ellas no son culpables del abuso, son víctimas de él.  El padre y la  madre, deben tomar una actitud madura y responsable y no de cólera ni de maltrato.

Insista en decirles a sus hijos e hijas la importancia que tiene su auto cuidado:  siempre que salgan deben hacerlo en compañía de alguien mayor y de avisarles  a donde van y que siempre deben consultarles antes de aceptar una invitación, dinero, reglaos o un trato especial por parte de otra persona aunque sea conocido o conocida.

Explíqueles que hay  personas mayores que ellos y ellas, que pueden tratar de engañarlos hasta llevarlos a situaciones de peligro, en las cuales, están indefensos.

Revise con sus hijas e hijos la lista de personas a quienes pueden recurrir en busca de ayuda.

Informarles que hay papas que cometen abusos sexuales contra sus hijos e hijas.

¿Qué hacer cuando un niño, niña o un o una adolescente ha sido abusado sexualmente?

Nunca desconfíe de su hijo o hija si les cuenta que ha sido abusado sexualmente.  Hágale saber que usted cree el relato, que el o ella no tiene la culpa, que es valiente al revelar la situación y que no está solo.

Crea y escuche la revelación que hace su hijo o hija respecto al abuso que sufrió.

No culpe, ni reproche a su hija o hijo.  Tenga presente que la responsabilidad del abuso es siempre de la persona adulta, nunca de la víctima.

Si ha tenido el coraje de hablar, venciendo su propio miedo o vergüenza, hay que apoyarlo y condenar la conducta del abusador.

No muestre alarma ni excesivo disgusto, esto puede provocar que su hija o hijo se inhiba.

Dígale que el abuso sexual es un delito y que el agresor debe ser castigado.

Busque ayuda profesional.