Respaldo de material de tanatología

La perdida de un animal domestico

Cuando se Muere un Animal Domestico (Pet) No. 78

No. 78  (09/00)

Para muchos niños, su primera experiencia real de una pérdida ocurre cuando se les muere un animal doméstico (pet). Cuando se muere el animal, los niños necesitan que se les consuele, ame y respalde y que se les brinde afecto en vez de dárseles explicaciones médicas o científicas complicadas. Las reacciones de los niños ante la muerte del animal van a depender de su edad y nivel de desarrollo. Los niños de 3 a 5 años de edad ven la muerte como algo temporero y potencialmente reversible. Entre las edades de 6 a 8 años, los niños comienzan a desarrollar un entendimiento más realista sobre la naturaleza y consecuencias de la muerte. Generalmente no es hasta los 9 años de edad que los niños entienden en su totalidad que la muerte es permanente y final. Por esta razón, a los niños muy jóvenes se les debe decir que cuando se muere un animal éste se deja de mover, ya no puede oír ni ver y no se va a volver a despertar. Puede que ellos necesiten el que se les repita varias veces esta explicación.

Hay muchas formas mediante las cuales los padres pueden decirle a sus niños que se ha muerto su animal. A veces ayuda el poner a los niños lo más cómodamente posible (usar una voz calmada, tomarles las manos y ponerles el brazo alrededor de ellos) y el decírselos en un ambiente familiar. Es también importante ser sincero cuando se le dice al niño que se ha muerto su animal. Tratar de protejer al niño con explicaciones vagas o inexactas puede crearle ansiedad, confusión y desconfianza.

Los niños a menudo tienen preguntas después que se muere su animal incluyendo: ¿Por qué se murió mi animal? ¿Fue culpa mía? ¿A dónde va el cuerpo de mi animal? ¿Volveré a ver a mi animal? Si yo lo deseo mucho y me porto muy bien, ¿puedo hacer que mi animal regrese? ¿La muerte dura para siempre? Es muy importante contestar tales preguntas de manera sencilla pero sincera.

Los niños pueden experimentar tristeza, ira, temor, negación y culpabilidad cuando se muere su animal. También pueden ponerse celosos de los amigos que todavía tienen sus respectivos animales.

Cuando el animal se enferma o se está muriendo, saque el tiempo para hablar con su hijo acerca de sus sentimientos. Si posible, es de gran ayuda el que el niño le diga adiós al animal antes de que éste muera. Los padres pueden servir de modelos al compartir sus sentimientos con los niños. Permita que su hijo se dé cuenta de que es normal extrañar a su animal después que muere y estimule a su niño a que venga donde usted con sus preguntas o para consuelo y alivio.

No hay una manera preferible en la cual los niños lamenten a sus animles. Ellos necesitan que se les dé tiempo para recordar a sus animales. Hablar acerca del animal con amigos y familiares ayuda. El niño tiene que penar por su animal a su forma.

Después que el animal se muere los niños pueden querer enterrarlo, llevar a cabo un acto conmemorativo o tener una ceremonia. Otros niños pueden escribir poemas e historias o hacer dibujos de su animal. No es siempre preferible el reemplazar al animal muerto enseguida.

La muerte del animal puede causar que el niño recuerde otras pérdidas dolorosas, o eventos inquietantes. Un niño que aparenta estar abrumado por la pena y no es capaz de funcionar en su rutina normal se puede beneficiar de una evaluación por un siquiatra de niños y adolescentes u otro profesional de la salud calificado.

Comprender la congoja…cuando su hijo muere

Comprender la congoja…cuando su hijo muere 

Los padres a quienes se les muere un hijo se acongojan y empiezan a sentir un gran pesar. Aquellas personas a quienes se les haya muerto más de un hijo, de inmediato sienten una conmoción incredulidad, aturdimiento y rechazo contra lo que ha sucedido para amortiguar el impacto de la pérdida. A medida que el tiempo pasa estos sentimientos cambian y dan lugar a otros. Ellos a veces incluyen culpabilidad, enojo, soledad, desesperación, tristeza y arrepentimiento. Estos sentimientos son parte de una reacción emocional llamada ?congoja?. Ésta puede ser tan inconsolable que muchas veces los padres no entienden qué es lo que están sintiendo.

Los padres manejarán este proceso emocional de varias maneras. Algunos expresan su pesar abiertamente y sin dificultad mientras que otros no son capaces de expresar sus sentimientos. No hay un modo ?indicado? de afrontar la congoja, pero muchos padres que han sufrido tal pérdida encontraron que una guía como hacerle frente les fue de gran ayuda. La información que se les proporciona aquí ha sido proporcionada por padres que han sufrido la muerte de un hijo.

Aspectos emocionales de la congoja
La congoja con todos sus altibajos dura mucho más de lo que la gente piensa. Cuando su hijo muere la angustia por su muerte no pasa en una semana, un mes o ni siquiera un año. Lo que otros esperen de usted no debería servir de pauta para su propia mejoria. Tenga paciencia consigo mismo/a. Ha sufrido mucho.

La congoja es diferente para cada persona, o sea que no espere que usted y su pareja pasen a través de esta experiencia al mismo tiempo o del mismo modo. Sea tolerante al modo en que su pareja y otros miembros de su familia manejan este proceso emocional.

Algunas de las emociones comunes que sienten los padres acongojados:
      ? La culpabilidad tanto real como imaginada es normal. El sentimiento de que si hubiera hecho algo
        diferente, su hijo aún estaría vivo, es normal. Llegará a perdonarse con el tiempo, aprendiendo a
        expresar y compartir estas emociones con otros aflijidos padres, y teniendo en cuenta que nadie
        puede prever el futuro.
      ? La desesperación y la soledad también son comunes. Aún estando con un grupo de personas puede
        sentirse solo. Pocas personas pueden realmente entender con qué intensidad un padre acongojado
        siente pesar, a no ser que ellas mismas hayan pasado por ello.
      ? El enojo a menudo se manifiesta dirigido a veces a la persona que uno cree ha causado la muerte, a
        personas que no entienden sus sentimientos, a Dios, incluso al hijo que ha perdido.
      ? El deseo de querer reunirse al hijo que ha muerto es normal.

Aspectos físicos de la congoja

La pérdida emocional de congoja a menudo se manifiesta de modo físico. Es posible que los padres no duerman nada o muy pocas horas en las noches. El cansancio, aturdimiento, pérdida de la memoria a corto y largo término, y la inhabilidad de concentración son bastante comunes. La falta de sueño y el estrés extremo de la situación, a menudo dejan a uno con la sensación de que se está volviendo loco, pero esto es una reacción psicológica normal.

A este punto es muy importante tener una dieta balanceada, descansar y hacer ejercicio con moderación. El llorar también ha demostrado tener habilidades curativas y no debería ser contenido por lo que piense la gente.

Es muy importante evitar el uso de drogas y alcohol con la esperanza de que van a quitar el dolor. Los medicamentos de receta deberían ser tomados con moderación y bajo supervisión médica. Muchas sustancias son adictivas y podrían llevar a una dependencia química que impiden o prolongan la congoja.

Hacer decisiones

Cuando un hijo ha muerto, los padres a menudo confrontan decisiones que afectan el futuro. En muchos casos los padres acongojados deciden cambiar de trabajo o mudarse, y creen equivocadamente que ?si hacemos esto nos sentiremos mejor.? No tome grandes decisiones hasta que llegue el momento adecuado. Si se muda, podría perder el mismo sistema de apoyo que lo sostiene.

No se sienta presionado/a a hacer cosas que otros quieran porque aunque deseen lo mejor no están bien informados el desmontar el cuarto de su hijo es algo muy personal. Algunos encuentran que es parte del proceso de la congoja y ayuda a superar la pérdida. Oler la ropa de su hijo, por ejemplo, puede traer una sensación de proximidad. Otros encuentran esta función imposible. Si es el caso, pida ayuda pero sólo si está seguro/a de necesitarla.

Mantener la familia unida

Muchos especialistas creen que el divorcio es seguro después de que un hijo muera. La verdad es que a no ser que un matrimonio ya tenga problemas, la muerte de un hijo puede crear un vínculo más fuerte del que había antes, ya que marido y mujer se apoyan en uno y otro para superar esta tragedia. Aún así lleva trabajo y entendimiento porque cada persona siente congoja de su propia manera.

A veces a los hermanos sobrevivientes se les llama los ?acongojados olvidados? porque toda la atención está depositada en los padres. Asegúrese de que sus otros hijos entienden que lo que ha sucedido es una tragedia de familia, o sea que trate de incluirlos en todas las decisiones y planes que hagan. Como padres, nunca hagan que sus otros hijos se sientan menos importantes porque estén concentrándose más en el hijo que ha muerto. La comunicación honesta y abierta es la clave para mantener una familia unida. Haga que sus otros hijos sepan que usted es consciente de la congoja que ellos también sienten y que los ama tanto como al hijo que ha muerto. El modo en que usted sienta congoja les servirá de guía para que ellos sobrelleven sus propios sentimientos.

¿Cómo puedo enfrentarme al futuro?

Hay padres que creen que no hay ninguna razón por la cual seguir viviendo y buscan una salida del intenso dolor que sienten. Muchos padres tienen esta sensación, pero puede asegurarse de que un sentimiento de propósito y significado volverá y que el dolor se alivie.

El apoyo es necesario en los momentos en los que usted busca ?el/la nuevo/a ?yo? y mientras cambia la dinámica de la familia. Deje que otros cocinen, lleven los niños a la escuela y le echen una mano en la casa. Hágase espacio para superar el gran proceso de la congoja.

Es normal que reconsidere sus prioridades y su fe. Intente obtener más días libres en el trabajo. Trate de prever qué va a hacer durante los aniversarios u otros días de celebración. A menudo resulta más fácil pasar estos días de lo que uno imaginaba iba a ser en un principio.

Aunque la ayuda profesional sea necesaria, muchos padres recurren al apoyo y la ayuda de Los Amigos Compasivos. En éstos encuentran la esperanza y el consuelo porque comparten su tragedia con otros, y pueden mencionar el nombre del hijo difunto sin miedo a que otros den la espalda cuando las lágrimas fluyen. Compartir facilita la soledad y permite la expresión de congoja en un ambiente de aprobación y comprensión.

Cada padre tendrá que encontrar su propio medio de superar la congoja, pero sobrevivirá.

No necesita hacer este recorrido solo/a.

Cuando muere un hermano o hermana

Cuando muere un hermano o hermana
?Era una simple adolescente. Tenía mis amigos y mis actividades escolares. Mi familia era simplemente mi familia. Entonces sucedió la peor pesadilla imaginable? murió mi hermana?

?Maria, 17 años de edad.

En un mundo que de repente se vira patas arriba, ¿cómo puede uno mantener su estabilidad?  ¿Cómo puede alguien hacer frente a una terrible experiencia que no sólo te afecta a tí, si no también a los adultos más importantes en tu vida?

Este folleto te dará algunas indicaciones y alternativas para ayudar a orientarte en un mundo que quizás parece injusto e imprevisible.

Es posible que tengas las mismas o algunas de las emociones que manifiestan otros miembros de tu familia.

Por favor, recuerda:

Tu dolor es tuyo, no de ellos.

Tu dolor es único porque la relación con este hermano/a era diferente.

Tu dolor es muy importante, fuere cual fuese la forma en que decidas de expresarla, mientras no resulte destructiva.

Acuérdate de que antes de que sucediera esta triste tragedia, podían haber habido momentos donde te sentías nervioso/a o deprimido/a ante varias diferentes situaciones. El llorar la pérdida de alguien puede ser como esas otras situaciones, pero al mismo tiempo puede llevarte más tiempo el superar esos sentimientos de pérdida o dolor.

Puedes experimentar:

Problemas durmiendo;

Cansancio o intranquilidad;

Enojo contigo mismo/a, u otras personas; con Dios, e inclusive con la persona que ha muerto;

Temor por tu seguridad y por los que te quieren;

Sentimientos de rechazo de tus padres, los cuales se sienten trastornados, irritables y desatentos;

Problemas de concentración y de memoria;

Cambios emocionales sintiéndote a veces muy bien y otras muy mal;

Sentimientos de culpabilidad por lo que hiciste o no hiciste por tu hermano/a; por las cosas que disfrutas y hasta por haber sobrevivido.

Podrías sentir emociones como éstas en cualquier momento, incluso mucho después de la muerte de tu hermano/a. Puede resultar espantoso tener que pensar en tales cosas, pero a otros jóvenes como tú se les han muerto hermanos/as. Ellos pasaron por momentos difíciles, pero siguieron adelante, luchando con sentimientos similares a los tuyos. Ellos han sobrevivido y tú también sobrevivirás.

?Pero me siento tan raro, a veces. No puedo hablar con mis padres. Simplemente no expreso mis sentimientos para no disgustarles más. Tratan ahora de protegerme más de la cuanta. Probablemente no me perderían de vista si supieran cómo me siento. La mayor parte del tiempo simplemente quiero estar con mis amigos, pero ellos tampoco son los mismos ya. A veces se compadecen de mí. ¡Odio sentirme tan confundido!?

? Guillermo, 16 años de edad. 

Es difícil hablar sobre los sentimientos que uno tiene, especialmente con los padres. Si estás preocupado/a de que puedas disgustar a tu padre o a tu madre y crees que tus amigos no te entenderían, busca a una persona comprensiva que pueda escucharte (un pariente, un maestro, un consejero, un religioso, u otra persona que haya perdido a su hermano/a). Te sorprenderá cuánto te pueden ayudar a combatir estos sentimientos y seguir adelante.

Estás enfrentado/a a una situación para la que no estabas preparado/a. Estás en una edad cuando el desarrollo y la madurez resultan tan difíciles que una tragedia de este tipo puede hacer sentirte como un niño/a pequeño/a otra vez. ¡No te avergüences! Incluso los adultos necesitan abrazar y ser abrazados y ser mimados cuando sienten dolor.

A veces puedes pensar que tienes que llenar el espacio vacío que ha quedado en tu familia.  No tienes que ser como tu hermano/a era ? todos somos únicos y cada cual tenemos cualidades que son apreciadas.

Está bien el . . .
    llorar y sentirse deprimido. Has sufrido una gran pérdida. Si las emociones que sientes te 
    empiezan a aterrar o te abruman, busca a un amigo/a (no importa la edad) con quien hablar.

Está bien el . . .
    querer imitar algunos de los hábitos e intereses de tu hermano/a, pero sé tu mismo también.

Está bien el . . .
    vivir ?en el pasado? por un tiempo. Es una manera de mantener viva la memoria de tu
    hermano/a, sin embargo tu tienes vida propia también ? una vida que debería ser vivida al
    máximo.

Está bien el . . .
    divertirse y disfrutar de la vida, el reír otra vez.

Está bien el . . .
    perdonarte a ti mismo por las peleas, discusiones y maldades que dijiste o hiciste a tu
    hermano/a.

Está bien el . . .

seguir adelante con tu vida.

Pero NO está bien el facilitar el dolor y la pena a través . . .

del uso de drogas o alcohol. Te llevará más tiempo superar el dolor. Sólamente pueden cubrir el dolor pero no curarlo;

de la frustración, el manejar imprudentemente y el faltar a la escuela;

de hacer cosas que hieran a otros simplemente porque tú estás sufriendo;

de proteger a tus padres a través de no decirles cómo realmente te sientes;

de ser el chivo expiatorio o una mala persona para dar una impresión de fuerte;

de dejar de hacer las cosas que en ciertos momentos eran importantes para ti;

Es posible que hasta las actividades de rutina te resulten agobiantes; llorar la pérdida de alguien amado consume mucha energía. Trata de evitar durante esta etapa tan difícil cambios drásticos en tu vida.

Comprométete a superar el aspecto emocional y físico de la congoja ? a despedirte de tu hemano/a. Otros jóvenes han encontrado que escribir un diario, la oración, la poesía, los deportes, la música o el arte les ha ayudado a canalizar positivamente sus sentimientos.

También, comparte tus experiencias de congoja ? si puedes?con otros jóvenes que han perdido a un hermano o una hermana. Los relatos de ellos de cómo hicieron frente a esta situación pueden darte alternativas a considerar y esperanza para tu propio futuro.

Tú y tu familia han cambiado a través de toda la tristeza que han experimentado. La tensión que cada uno de ustedes siente es muy común y usualmente disminuye con el tiempo. Cada miembro de la familia necesita su propia cantidad de tiempo para superar estos sentimientos.  ¡Sean pacientes entre ustedes y con las necesidades individuales de cada uno!

Las tragedias tanto como los éxitos cuando son enfrentados a diario, pueden fortalecerte para el futuro. ¡Deja que la unión que tenías con tu hermano/a deje una marca positiva en tu futuro. La decisión es tuya!

Mi mascota ha muerto -¿Qué puedo hacer para encontrarme mejor?

Mi mascota ha muerto -¿Qué puedo hacer para encontrarme mejor?

(My Pet Died – How Can I Feel Better?)

Cada día, cuando Elena volvía del colegio, su gato Tomaso salía a recibirla. Entonces ella lo cogía en brazos y lo estrujaba entre sus brazos. Pero un día, Elena llegó a casa y su gato no estaba allí. Su madre le dijo que Tomaso había muerto.
¿Quién tiene mascotas en casa?

Millones de personas de todo el mundo tienen mascotas en casa. Tal vez tengas una mascota y tal vez también la tengan algunos amigos tuyos. Una mascota puede ser un amigo muy especial, y quizás pienses en ella como en un miembro más de la familia. Una mascota puede jugar contigo o simplemente estar a tu lado cuando no te apetece hablar.
¿Qué ocurre cuando muere una mascota?

Lamentablemente, las mascotas no pueden acompañarnos siempre. Como cualquier otro ser vivo, a todas les llega la muerte en algún momento. Algunas se mueren de viejas porque su cuerpo ya no puede resistir más. Otras se mueren a consecuencia de un accidente. Algunas mascotas se ponen demasiado enfermas para que les merezca la pena seguir viviendo. Incluso cuando un médico de animales (un veterinario) hace todo lo posible, hay algunos problemas de salud que no tienen solución.

Si tu mascota está sufriendo mucho y nunca va a mejorar, es posible que tus padres y el veterinario decidan dejarla morir. Para que el proceso sea más rápido e indoloro, probablemente el veterinario le administrará un medicamento que le ayudará morir. Para ello, le pondrá un tipo especial de inyección que le ayudará a morir en paz. No obstante, tomar la decisión de ayudar a morir a un animal es muy duro.
¿Por qué me encuentro así?

Es triste que muera un animal querido. De todos modos, es posible que al principio no sientas nada. En tal caso, estará bien. O tal vez tengas muchas ganas de llorar y eso también estará bien. Tal vez te sientas solo porque considerabas a tu mascota un amigo muy especial. Hasta es posible que estés furioso con el veterinario por no ser capaz de salvarle la vida. Tal vez te sientas culpable al recordar alguna vez en que no te portaste bien con tu mascota.

Algunos niños, cuando se les muere una mascota, sienten que nadie puede entender cómo se sienten. Alguien le dijo a Elena: “Puedes tener otro gato”. Pero Elena sabía que nunca tendría otro gato como Tomaso. Aunque Elena también se empezó a preguntar si era normal llorar por un gato.
Habla sobre ello

Elena decidió hablar con sus padres sobre lo mal que lo estaba pasando. Quería preguntarles sobre algunas cosas que no acababa de entender, como adónde había ido Tomaso después de morir. Los padres de Elena contestaron a sus preguntas lo mejor que supieron. La muerte es un misterio, y la gente tiene creencias diferentes sobre lo que les ocurre a los animales o a las personas cuando mueren.

Los padres de Elena le hablaron sobre las mascotas que tuvieron de niños y lo mucho que les costó tener que despedirse de ellas. Le dijeron que es normal estar triste cuando muere un animal querido y que no es ninguna estupidez. Al principio, te puede resultar difícil hablar sobre un animal al que tanto echas de menos. Tal vez te apetezca más olvidarlo todo. Pero hablar sobre ello con una persona a quien quieres te ayudará a empezar a reponerte.
¿Y luego?

Si se te muere una mascota, tal vez os apetezca encontrar, a ti y a tu familia, formas especiales de recordarla. Compartir la tristeza con otras personas a quienes quieres puede serte de gran ayuda. Podéis celebrar una ceremonia para enterrarla y/o compartir recuerdos de tiempos felices que pasasteis juntos. Tal vez te apetezca escribir un relato o dedicarle un poema. También puedes hacer un trabajo manual sobre tu mascota, como un álbum de recuerdos o recortes. Eso es lo que hizo Elena.

Hay muchas formas diferentes de conservar vivos los recuerdos de los buenos momentos que compartiste con tu mascota. Y no tienes por qué dejar de quererla. Aunque tengas una nueva mascota, esta nunca podrá sustituir a la antigua. Pero llegará un día en que tanto tú como los demás miembros de tu familia sentiréis que estáis preparados para adoptar a otro animal para quererlo y cuidarlo.

Revisado por: D’Arcy Lyness, PhD
Fecha de la revisión: marzo de 2007

Cuando alguien muere

Cuando alguien muere

(When Somebody Dies)

Todos los seres vivos ?incluyendo los bichos, los peces y las personas? mueren. Entender por qué tiene que ser así es difícil, incluso para los adultos. Tal vez sea la cosa más difícil de entender. Lo mejor que podemos hacer es aceptar la muerte como algo connatural a la vida. Es algo que ocurre, y no podemos hacer nada para cambiarlo.
¿Cuándo ?y cómo? ocurre?

La mayoría de las veces, la gente tiene vidas muy muy largas. Mucha gente supera los 80 y los 90 años, y hay algunas personas que incluso viven más. De todos modos, el cuerpo, lentamente, con el paso de los años, se va gastando, exactamente igual que las ruedas de una vieja bicicleta o las pilas de tu juguete favorito. Cuando partes importantes del cuerpo ?como el corazón, los pulmones o el cerebro? se desgastan y dejan de funcionar, lo más probable es que la persona muera. Cuando ocurre esto, decimos que la persona se ha muerto ?de vieja”.

A veces muere gente mucho más joven. Algunas personas se ponen muy enfermas y, a pesar del esfuerzo de los médicos y del uso de medicamentos, no hay manera de mantener funcionando al cuerpo de esa persona. Si una persona que estaba muy enferma muere, tal vez oigas decir a los adultos que ahora esa persona descansa en paz, puesto que ha dejado de sufrir. De todos modos, los médicos cada día descubren nuevas formas de prevenir y tratar enfermedades, de modo que las probabilidades de que una persona se recupere de una enfermedad aumentan día tras día.

Algunas personas mueren de repente, como en los accidentes. Este es probablemente el tipo de muerte más dura y difícil de asumir por los familiares y amigos del fallecido porque ocurre sin previo aviso y no hay tiempo para hacerse a la idea de que se va a perder a un ser querido. ¿Algo importante a recordar sobre este tipo de muertes? Suelen ser tan repentinas que las personas que mueren sienten poco dolor o nada de dolor en absoluto. Eso puede ser un consuelo para sus allegados.
¿A dónde va la gente cuando muere?

Mucha gente cree que, cuando alguien muere, lo único que muere es su cuerpo. Es como cuando una botella llena de agua se rompe y pierde toda utilidad. El recipiente se ha hecho trizas, pero lo que había dentro -el agua? perdura. La parte de la persona que perdura tras la muerte del cuerpo a menudo se denomina “alma” o “espíritu”. Algunas personas creen que el alma es la parte del ser humano que ama, siente y crea; es la parte que nos convierte en quienes somos.

Nadie sabe a ciencia cierta lo que le ocurre a una persona después de morir. Hay muchas creencias diferentes sobre esta cuestión, y lo mejor es que hables con tu familia para saber qué creen ellos que ocurre tras la muerte del cuerpo. Así podrás decidir en qué creer.
¿Qué es el duelo?

Cuando perdemos a un ser querido, lo pasamos mal. Nos entristece pensar que esa persona dejará de estar a nuestro alrededor, que no podremos hablar con ella ni pasárnoslo bien juntos. Esa ausencia deja un profundo hueco en nuestras vidas. Tal vez tenías una mascota en casa que murió. ¿Te acuerdas de las primeras veces que entraste en casa tras la muerte de tu gato o de tu perro? Te extrañó no encontrarlo allí y lo echaste de menos. Si lloraste, está bien. Necesitamos expresar la tristeza y lamentar la pérdida de los animales u otros seres queridos cuando les llega la muerte.

Pero, como cuando te pelas la rodilla, el intenso dolor inicial desparecerá con el tiempo. La herida tardará un tiempo en curarse, pero te irá doliendo un poco menos cada día. Cuando alguien muere, ocurre lo mismo. Eso no significa que olvidemos o dejemos de echar en falta a la gente que ha muerto. Al cabo de un tiempo, podemos proseguir con nuestra vida, sin dejar por ello de querer al fallecido y recordándolo siempre.

Recordar a las personas fallecidas que queremos es una forma de mantenerlas vivas en nuestro recuerdo. Las fotos nos ayudan a hacerlo. Mirar un álbum de fotos puede ayudarnos a recordar los momentos felices que compartimos con esas personas. Muchas familias entierran los cuerpos de sus seres queridos en un cementerio. Luego pueden ir a visitar sus tumbas. No es que crean que las personas muertas están allí; solo se trata de un lugar especial para ir a pensar en lo mucho que significaron esas personas para ellos.
¿Qué pasará conmigo?

Cuando muera algún allegado tuyo, tal vez te preguntes si la demás gente importante en tu vida también morirá pronto. Tal vez te preguntes: “¿Morirá mi madre o mi padre?”. Lo mejor que puedes hacer es compartir esos pensamientos con tu familia. Puede ser difícil ?e incluso un poco doloroso? hablar sobre esas cosas, pero probablemente te irá bien expresar lo que sientes. Es importante que hables sobre los miedos que puedas tener en vez de ocultarlos o simular que no estás asustado. A la gente que te quiere le interesa saber lo que sientes para poderte ayudar.

¿Sabías que tú también puedes ayudar a los adultos con quienes convives si están tristes por la muerte de un ser querido? ¿Recuerdas algo divertido sobre la persona fallecida? ¿O un detalle que esa persona tuvo contigo? Comparte los buenos recuerdos que tengas sobre esa persona. Contribuirás a que todo el mundo se encuentre un poco mejor.
Yo también moriré algún día. ¿Qué debería hacer ahora?

¡¡VIVIR!!

Hay muchas cosas sobre la muerte que no sabemos ni sabremos nunca. Sabemos que nos llegará a todos, algún día. Pero no es algo en lo que deberías pensar ni por lo que te deberías preocupar. Te aguardan demasiadas cosas estupendas por experimentar en los muchos años que tienes por delante.

Revisado por: D’Arcy Lyness, PhD
Fecha de la revisión: septiembre de 2006

Un familiar de mi amigo murió. ¿Qué debo hacer?

Un familiar de mi amigo murió. ¿Qué debo hacer?

(Somebody in My Friend’s Family Died. What Should I Do?)

?Hoy va a ser un gran día?, pensó Kate. Su mejor amiga, Sarah, había faltado a clase la semana anterior. Sin ella, había sido aburrido colgarse al revés de las barras trepadoras del patio. El camino de la escuela a casa había sido solitario. También había extrañado a Sarah durante el almuerzo.

Pero hoy Sarah regresaría al colegio y las cosas volverían a la normalidad. Sarah había faltado tanto tiempo a la escuela porque su abuela había muerto. Kate creía que eso era muy triste. Esperaba que Sarah se sintiera mejor ahora.

Pero cuando Sarah subió al autobús, parecía diferente. Intentó sonreír, pero no se la veía contenta. Kate tenía mucho que contarle pero no parecía que su amiga la escuchara de verdad. Sarah apenas hablaba. ¿Qué le ocurrirá?
Cómo lloramos la muerte de alguien

Cuando alguien muere, puede que las personas que amaban a esa persona parezcan diferentes por un tiempo. Puede que lloren mucho o que estén enojadas o confusas. O quizá, como Sarah, estén más calladas de lo habitual.

Son maneras diferentes de enfrentarse a la situación, de expresar su duelo. Ambas frases describen cómo la gente se adapta o afronta un cambio difícil en sus vidas. La muerte de un ser querido es un cambio importante, y la gente lo afronta y demuestra su duelo de diversas maneras. Está bien. No hay una forma correcta de llorar la muerte de alguien.

Es difícil saber cómo vas a sobrellevar una situación o expresar tu duelo hasta que te enfrentas a un cambio difícil. Puede que quieras estar solo y en tu cuarto. O quizás quieras hablar con tu mamá, papá, u otro adulto sobre la persona que echas de menos. Pueda que también quieras gritar con toda la fuerza de tus pulmones, aunque normalmente seas una niña tranquila.

Y puede que algunos niños solo quieran volver a la normalidad: ir a la escuela, jugar, hacer las cosas que suelen hacer. Todas estas emociones son normales y una persona podría sentir muchas cosas mientras pasa por este difícil momento.
Cómo puedes ayudar

Cuando es un amigo quien se enfrenta a la muerte de un ser querido, talvez puedas ayudarle. El solo hecho de ser su amigo ya es importante. ¡Qué bonito es ver a un buen amigo cuando se está desanimado! Puede que te dé vergüenza, pero sería buena idea sacar el tema a colación. Por ejemplo, Kate podría decir: “Sarah, lamento mucho lo de tu abuela”.

Es una manera de que Kate le haga saber a Sarah que se siente triste por ella. Puede servir para que Sarah comience a hablar sobre sus emociones. Pero tampoco pasa nada si Sarah no quiere hablar mucho de ello. Kate también podría decir simplemente: “Si quieres hablar, te escucharé.” Eso es algo realmente bonito para decir.

No te sorprendas si tu amiga no desea hablar. Pero si quiere hacerlo, puede ayudarle recordar y hablar de los buenos tiempos, cuando la persona estaba viva. Tampoco pasa nada si a veces lloras con tu amiga cuando se siente tan triste.

Kate quería que Sarah fuera la misma de antes, pero eso no siempre sucede enseguida. A veces las personas siguen tristes por mucho tiempo. Al principio, puede que no le apetezca jugar o divertirse como antes. Después de un tiempo, la mayoría de la gente se vuelve a sentir feliz aunque sigan extrañando a la persona que murió. Quizás quieras hablar con algún adulto sobre cómo se sintió él cuando murió un ser querido y cuando comenzó a sentirse mejor.

Si, después de un tiempo, sigues preocupada porque parece que tu amiga no vuelve a ser la antes, díselo a algún padre, orientador escolar o maestro. Así podrán ayudar a tu amiga a superar su tristeza u otras emociones.

Actualizado y revisado por: Dale Perkel, LCSW
Fecha de revisión: noviembre de 2007

El cuidado de los hijos supervivientes

El cuidado de los hijos supervivientes ©
 

Text Box:                              La muerte de un hijo es un golpe muy duro para una familia. Los padres acongojados, a menudo están tan desamparados que no son capaces de guiar o consolar a los hijos supervivientes, pero aún así, es importante que éstos puedan seguir con las responsabilidades que conlleva el ser padre cuando los recursos emocionales y físicos están estresados al máximo. En varias ocasiones a los hijos que sobreviven se les llama los ?acongojados olvidados? porque la atención de los otros miembros de la familia y de los amigos está dirigida a los padres.

Los hijos sobrevivientes, a menudo sienten pesar de manera similar a la de un adulto, pero en la mayoría de casos expresan tales sentimientos de modo diverso pues son jóvenes y no tienen la misma capacidad de enfrentar estas emociones como los adultos. Éstos se muestran confusos, se ponen a la defensa y no desean compartir la congoja con sus padres. Prefieren depender y recibir apoyo de otras personas con quienes se entienden más, tal como otros jóvenes

Un hijo sobreviviente tiene sus propias reacciones a la muerte de un hermano y al comportamiento e interacción de sus padres u otras personas en sus vidas. Asegure a sus hijos que el profundo dolor de congoja que siente usted no disminuye el amor que siente por ellos.

Las sugerencias a continuación son de padres acongojados, hijos supervivientes, y expertos que asisten a los abatidos padres  en poder entender y ayudar con las necesidades de los hijos sobreviviente .

La edad de los hijos supervivientes

Sea consciente del nivel de comprensión de su hijo en relación con la muerte de un hermano: 0-6 meses de edad–no tiene una concepción de muerte, pero puede presentir las reacciones de los padres a la pérdida; 6-18 meses de edad–ya tiene un concepto de congoja y muerte pero la percibe como temporal; de 18 meses a 5 años de edad: continúa viendo la congoja como temporal con dificultades en entender que la muerte es permanente?necesita explicaciones claras de lo que la muerte significa; 6-8 años?entiende que su hermano no va a volver y que la muerte es universal (me podría pasar a mí); 9-12 años?entiende la certeza de la muerte y siente curiosidad sobre los aspectos biológicos de ésta y los detalles del funeral; 13 años o más?entiende por completo el concepto de la muerte.

Explique con honestidad y a un nivel que sus hijos puedan entender lo que causó la muerte del hermano. Responda a preguntas concisamente y con sencillez dando respuestas donde pueda ir añadiendo detalles a medida que el niño crece y entiende más.

La explicación del concepto de la muerte

Para evitar que un hermano menor sienta miedo a que éste pueda morir también, explique que hay tres razones por las cuales una persona muere: que la persona está muy, muy enferma, que la persona está muy, muy lesionada y que esa persona está muy, muy vieja.

Evite indirectas que puedan ser malentendidas por los niños. El hermano que ha muerto no está dormido; Dios no ha venido ha llevarse al hermano al cielo; el hijo no fue ?llamado a casa?. A menudo se usan las creencias religiosas con la intención de consolar a los niños, pero éstas pueden ser malinterpretadas haciendo así que éstos se sientan aún más confusos.

La relación entre hermanos

Sus hijos sobreviviente tenían una relación muy unida con su hermano difunto, pero hubo momentos de mucho amor y momentos de mucho enojo. Los niños a menudo se sienten culpables en recordar esos momentos de enojo y hasta pueden pensar que ellos de cualquier manera causaron la muerte de su hermano. Asegúreles de que eran muy amados por su hermano difunto y que no causaron su muerte.

El modelo de conducta de los padres

Los niños aprenden a expresar la congoja al ver el proceso de congoja de sus padres. Por lo tanto es importante que los padres acepten la muerte de su hijo, demuestren las emociones apropiadas, y que den a los hijos supervivientes aprobación a hacer lo mismo. Aunque no debería avergonzarse de mostrar las emociones apropiadas delante de sus hijos sobrevivientes, debe asegurarles, por otra parte,  que aunque esté sintiendo congoja, aún será capaz de cuidar de ellos.  Los niños van a poder confirmar sus propias emociones si son capaces de ver la profundidad de la congoja de los padres.  Es bueno que lloren, que estén tristes, muestren enojo y hasta que se rían.

Los padres, a menudo idealizan al hijo muerto, causando que los hijos supervivientes nunca se vean capaces de alcanzar el amor que ha sido propagado por la memoria de su hermano difunto. Los padres tienen que ser prudentes de no hacer comparaciones con los niños supervivientes que puedan llevar a que éstos se sientan indignos, hasta el punto que piensen que sus padres quisieran que ellos hubieran muerto en vez del hermano. Debe reforzar las cosas positivas que sus hijos sobrevivientes hacen.  Dedíqueles su tiempo.

Los padres tienen que tener cuidado de no ser demasiado protectivos o permisivos.  Las rutinas de antes de la tragedia deben continuar en cuanto sea posible.

Muchos niños encuentran dificultad en hablar abiertamente sobre sus sentimientos con sus padres.  Esto no significa, por eso, que no quieran oír lo que usted tenga que decirles. Cuando sus hijos se decidan a hablar con usted, aunque sea por poco tiempo, escuche atentamente sus preocupaciones y lo que tengan que decir.  No les grite, critique o juzgue si dicen groserías. Esta podría ser la única oportunidad de ganar su confianza.

Los niños creen que ?sentir congoja estando lejos? es más fácil — mostrando alguna emoción a la muerte del hermano fallecido, sólo que haciéndolo en privado.  Las lágrimas aparecerán cuando menos lo esperen. Aproveche estos momentos para apoyarles en su congoja y reconozca lo difícil que es para ellos el perder un hermano.

Planee una celebración en memoria al difunto donde los hijos supervivientes también pueden participar, dejando de esta manera que éstos se sientan parte del proceso de pesar de la familia.

Algunas reacciones típicas

En un principio, los niños más jóvenes podrían hacer chistes o continuar una vida normal como parte de una distracción, pero no es una reacción anormal o razón para preocuparse.  No les riña por eso.

Para los que son más mayores está bien:

? Llorar y sentirse deprimidos. Han sufrido una gran pérdida.

? Imitar las costumbres e intereses del hermano o hermana, mientras aún sigan siendo ellos mismos.
? Vivir ?en el pasado? por un tiempo para mantener vivos los recuerdos.

? Perdonarse a ellos mismos por peleas, discusiones y cosas que hayan dicho o hecho contra el hermano o hermana.
? Seguir viviendo

Al mismo tiempo, por eso es importante observar reacciones destructivas:

? Usar drogas o alcohol.

? Portarse mal por frustración a través de imprudencia al manejar o faltar a clase.
? Hacer cosas por pura irritación para herir a otros por el dolor que están sintiendo.

? Experimentar con el sexo simplemente para sentirse cerca de alguien.

? Dejar de hacer actividades que son importantes para uno.

? Referencias al suicidio.

Niños de todas las edades a veces experimentan una regresión emocional y desarrollativa temporal.  Pueden tener disgustos, problemas de concentración, desarrollar una dependencia repentina o hasta mostrar un comportamiento agresivo.  ¡SEA PACIENTE, CARIÑOSO Y NO CASTIGUE!

Sugerencias para ayudar a sus hijos

Los niños necesitan el apoyo de los padres y tener oportunidades a ser escuchados, reconocidos y entendidos si van a superar con éxito el proceso de congoja.

Comparta las cosas del hijo difunto con los hijos supervivientes, dando a éstos  algo ?para ese momento? y algo para cuando sean más mayores como una fotografía, un libro favorito, un disco compacto o una prenda.

Ayude a sus hijos a dirigir su congoja haciendo actividades positivas como dibujar, mantener un diario y leer. Pídales consejos de manera que puedan recordar a su hermano a través de la creación de un fondo a la memoria del difunto y ayúdeles a alcanzar estas metas.

Si ve que con el tiempo sus hijos no se están adaptando a sus nuevas vidas, no vacile en animarles a hablar con un consejero experto de la escuela, o un psicólogo o psiquiatra especializado en traumas por la pérdida de seres queridos.

LA PÉRDIDA EN EL NIÑO —

LA PÉRDIDA EN EL NIÑO —
MUERTE, LUTO Y DUELO

CÓMO PUEDEN LOS CUIDADORES AYUDAR A NIÑOS QUE HAN ESTADO EXPUESTOS A MUERTES TRAUMÁTICAS

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Bruce D. Perry, M.D., Ph. D.
Jana Rubenstein, M.Ed., LPC

The ChildTrauma Programs
www.ChildTrauma.org

* This is an Academy version Adaptado de:LA PÉRDIDA EN EL NIÑO, MUERTE, LUTO Y DUELO
BD Perry, 1995

Traducido con permiso del autor por : Alma Collazo y Edgar Rivera,
Instituto de Programación Neurolingüística de Puerto Rico, Inc.
San Juan, Puerto Rico

Tabla de Contenido
# Introducción

    * Preguntas Frecuentes

    * ¿Qué Puedo Hacer?

    * Acerca de los Autores

    *

INTRODUCCIÓN

PRINCIPIOS BÁSICOS PARA AYUDAR A NIÑOS EN LUTO

Para la mayoría de los niños, el luto es una experiencia nueva. Y como pasa con toda nueva experiencia, lo desconocido puede resultar confuso y amedrentador. La mayor parte de los niños no saben qué esperar luego de la pérdida de un miembro de la familia o algún amigo. Es posible que los niños pequeños no comprendan qué realmente significa morir y puedan sentirse confundidos por las reacciones de los miembros de su familia.

Ya para cuando la mayoría de las personas llegan a la adultez, entienden mejor la muerte y el proceso de luto es más predecible. Los adultos ya han experimentado de primera mano sentimientos de coraje, confusión y tristeza, y han aprendido formas de manejarlas y sanar una pérdida. Los niños buscan respuestas y consuelo de los mayores que les rodean, sin embargo, a menudo nos sentimos impotentes para esta función. Si bien los adultos no tienen todas las respuestas, pueden ayudar a los niños a comprender mejor ese proceso del luto.

Esta guía trata algunos temas claves relacionados al complejo conjunto de reacciones en el niño como resultado de una muerte traumática. Aún cuando focaliza en la muerte traumática, esta información puede ser de ayuda a familias, trabajadores de casos, maestros y otros adultos que trabajen y vivan con algún niño que está experimentando el luto.

Esta sencilla guía intenta informar y ofrecer principios generales — su intención no es ser totalmente abarcadora o excluir otras observaciones o enfoques en la ayuda a niños en luto.

PREGUNTAS FRECUENTES

1. ¿Debería hablar del evento traumático?

No temas hablar del evento traumático. Los niños no se benefician de “no pensar en ello”o “sacarlo de sus mentes”. Si el niño percibe que sus cuidadores están alterados por la situación, no lo traerá a colación. A la larga, ésto hace que el proceso de recuperación del niño sea aún más difícil. No traigas tú el tema, pero si el niño lo trae, no evites discutirlo.

Escucha al niño, contesta sus preguntas, ofrécele consuelo y apoyo. A menudo no tenemos explicaciones adecuadas para una muerte sin sentido o traumática. Está bien decirle que no sabes por qué paso una cosa así, y que tú también te sientes confundido y alterado por ello. A la larga, el escuchar y consolar al niño sin evadir o sobre reaccionar, tendrá unos efectos positivos críticos y de larga duración en la habilidad que éste desarrolle el niño para manejar la pérdida traumática.

2. ¿Cómo debería hablar del suceso?

Utiliza un lenguaje y explicaciones apropiadas para la edad. El momento en que se hace y el lenguaje utilizado son importantes. En los momentos inmediatos después de la muerte, el niño no estará muy capacitado para procesar información compleja o abstracta. Según se aleja del incidente, podrá focalizar por más tiempo, digerir más y buscarle más sentido a lo que ha ocurrido. No te sorprendas si el niño actúa como si la persona amada no hubiese muerto o que habrá de regresar. A veces los niños pequeños se comportan como si no hubiesen “escuchado”nada de lo que dijiste. Se requieren muchos momentos de triste claridad para que la realidad de la pérdida penetre en los niños pequeños. Entre medio de esos momentos de dura realidad, los niños emplean una serie de técnicas para manejarse – algunas de las cuales podrían confundir o turbar a los adultos.

En este largo proceso el niño continúa “reexperimentando” la pérdida. En sus juegos, dibujos y palabras, el niño podría repetir,

reactuar y revivir algunos de los elementos de la pérdida traumática. Los adultos sobrevivientes escucharán al pequeño hacer las mismas preguntas una y otra vez. Puede que les pidan que describan una y otra vez “lo que pasó”. El niño puede desarrollar una preocupación empática profunda por otros que estén también experimentando una pérdida, incluyendo los personajes de los caricaturas animadas y los animales. “¿Dónde está la mamá de Mickey Mouse?”. O al ver un pájaro muerto podría preguntar – “¿Quién cuidará a sus pajaritos bebés ahora?”.

El niño experimentará y procesará el mismo material en formas diferentes en distintos momentos luego de que ocurriera la muerte. A la larga, la oportunidad de procesar y reprocesar muchas veces le facilitará un manejo saludable del suceso. Un niño específico podría estar reprocesándolo a través de todo su desarrollo. Aún años después de la muerte de la madre o un hermano, el niño podría revivir la pérdida y luchar por comprenderla desde su perspectiva de desarrollo actual.

Uno de los elementos más importantes de este proceso, es que los niños a diferentes edades tienen distintos estilos de adaptación y distintas habilidades para comprender conceptos abstractos como la muerte. Niños de distintas edades tienen muy diversas ideas sobre ésta. Los muy pequeñitos pueden no darse cuenta de cuán terminante es. Trata de no asociar el sueño con la muerte. Si ambas llegan a asociarse, no sería sorprendente que el niño tuviera miedo de dormir; o le diera miedo que sus seres amados se duerman. Trata de obtener algún entendimiento de lo que el niño piensa que es la muerte – tiene una visión de la otra vida, existen algunos miedos específicos de la muerte, y así por el estilo. Mientras más entiendas el concepto que tiene el niño de la muerte, más fácil se te hará comunicarte con él en una forma significativa.

3. ¿Debería hablar a otros del suceso traumático?

Sí. Informa a los adultos y niños en la vida del pequeño, de lo que ha ocurrido. Permite que los maestros, los padres de los amigos del niño y, de ser apropiado, sus compañeros, conozcan algo del dolor que éste está viviendo. A veces ésto hace que las personas en su vida le ofrezcan un poco de tolerancia, comprensión o nutrimento que le suavice el camino. Muchas veces la gente puede ser intolerante o insensible al tratar con el dolor de un niño en luto “¿No es ya tiempo de que lo sobrepase?”Cuando observes algo así, no seas tímido en llamar a la persona aparte y educarlo al respecto.

4. ¿Cuál es la diferencia entre luto y duelo?

Luto es la etiqueta que se le ha puesto al conjunto de reacciones emocionales, cognoscitivas, conductuales y físicas que se observan luego de la muerte de un ser querido. Las respuestas normales al luto incluyen negación, adormecimiento emocional, coraje, rabia, ataques de ansiedad (punzadas), tristeza, miedo, confusión, dificultad para dormir, regresión en los niños, malestar de estómago, pérdida del apetito, materializaciones histéricas (percepciones visuales o auditivas pasajeras de haber visto o escuchado a la persona querida) y otros muchos síntomas potenciales. Estos síntomas son similares a los que a menudo se observan en los periodos post-traumáticos agudos.

El duelo es el proceso formal de responder a la muerte. Ésto incluye los servicios fúnebres, funeral, velorio, vestirse de luto, y cosas por el estilo. Estos actos semi-ritualistas son muy útiles para organizar y focalizar la reacción de luto en el periodo inmediato después de la muerte. Es importante permitir que los niños participen de los elementos de este proceso. Uno de los elementos sanadores más importantes del duelo es que resulta ser un modo en que la persona puede “tener control” sobre la forma en que experimenta el trauma. En lugar de sentarse solo, con una serie de recuerdos intrusivos relacionados a la muerte, uno puede, en forma controlada, recordar a la persona perdida sin enfocar el suceso de muerte. El grado de control que se tenga al manejar un evento traumático es muy importante al determinar cuán destructivo éste llegará a ser con el tiempo.

5. ¿Cuánto tiempo debería durar el luto?

El luto es normal — las reacciones persistentes de luto no lo son. Así como una reacción persistente al trauma puede significar grandes problemas, lo mismo ocurre con las reacciones de luto persistentes. Si los síntomas que describimos arriba duran por más de seis meses, o si éstos interfieren con cualquier aspecto del funcionamiento, es necesario hacerles frente. Si el niño está en terapia, comunícaselo al terapista. Averigua si su desempeño escolar se ha afectado. Obseva cualquier cambio que ocurra en sus patrones de juego o pérdida de interés en otras actividades. Observa. Sé paciente. Sé tolerante. Simpatiza con él. Éstos niños han sido heridos y viven en continuo dolor.

6. ¿Debería yo preocuparme cuando un niño me dice que escucha la voz de su padre muerto?

Espera que ocurran experiencias “sensoriales” fuera de lo común. Los niños (y adultos) a menudo experimentan sensaciones visuales, auditivas y sensoriales fuera de lo común, aún más de seis meses después de ocurrida la pérdida. El niño puede pensar que escuchó la voz de la persona– o que la vio entre la multitud– o que de reojo le pareció ver su imagen reflejada en la ventana. Estas percepciones son más comunes a la hora de levantarse o acostarse. Las mismas pueden resultar perturbadoras tanto para los padres, cuidadores como para el niño. Tranquiliza al niño. A menudo estas “visiones”se interpretan dentro del contexto de unas creencias religiosas — “vuelven a decirme que todo está bien — todavía están conmigo”. Ésto puede ser muy importante para el niño y no hay razón alguna para socavar estos sentimientos. Estas “materializaciones histéricas” son comunes y a menudo mal llamadas “halucinaciones”visuales o auditivas. Si tienes alguna pregunta sobre estos síntomas, contacta a algún profesional de la salud mental de experiencia o a un médico.

7. ¿Entienden los niños estos sucesos con exactitud?

Con frecuencia, los niños pequeños hacen unas presunciones equivocadas respecto a la causa de eventos importantes. Desgraciadamente estas presunciones pueden incluir algún sentido de que el suceso–la muerte de un ser querido inclusive– fue su culpa. Los adultos a menudo asumen que la causalidad está clara — murió en un accidente de carro, recibió un disparo de un carro que pasaba, murió en un fuego– El niño fácilmente puede distorsionar el suceso y llegar a conclusiones equivocadas de su causa. Mi mamá murió en un accidente de carro porque venía a recogerme a la escuela. La persona que le disparó a mi hermano me estaba apuntando a mi y le pegó a mi hermano pues él estaba en mi cuarto. El fuego fue la forma en que Dios castigó (o hizo martirizó) a mi familia. En muchas de sus explicaciones distorsionadas, los niños asumen cierto grado de responsabilidad por la muerte. Ésto puede llevarlos a tener sentimientos de culpa sumamente destructivos e inapropiados.

Sé claro. Explora lo que el niño siente sobre la causa del suceso. Corrige y aclara si notas que está llevando algún razonamiento equivocado. Con el tiempo, la habilidad del niño para hacerle frente a estas situaciones se asocia a su habilidad para entender. Aún cuando hay ciertos elementos de la muerte y la tragedia que parecieran estar fuera de toda comprensión, así mismo se le puede explicar al niño– hay algunas cosas que no entendemos. No dejes que el niño desarrolle el sentido de que hay algo secreto en este asunto– ésto podría resultar muy destructivo. Permíte al niño saber que hay cosas que los adultos tampoco saben ni pueden entender.

¿CÓMO PUEDO AYUDAR?

1. Sé sincero, abierto y claro

Ofrece a los niños los hechos relacionados a la muerte. Aún cuando no hay necesidad de describirlos con lujo de detalle, es importante que se le ofrezcan algunos detalles. A veces éstos serán horribles, pero es necesario que el niño reciba infomación correcta de los hechos. De no ofrecércelos, su imaginación los suplirá. Muy a menudo estos detalles imaginarios son distorsionados, poco precisos, aún más horribles que los detalles de la realidad misma y pueden interferir con el proceso de sanación a largo plazo.

2. No evites hablar del tema cuando el niño lo traiga.

Al igual que con otros traumas, los mayores que rodean al niño tienen que estar disponibles cuando éste desee hablar, pero a la vez deberán abstenerse de escudriñarle si el niño no desea hacerlo. Ésto puede querer decir contestar alguna pregunta — puede querer decir luchar con una pregunta muy difícil. “¿Duele cuando uno muere quemado?” No te sorprendas si en medio de tu lucha por encontrar la respuesta correcta, el niño se va a jugar y se muestra desinteresado. En ese momento no ha podido tolerar el nivel de intensidad emocional y está tratando de manejarlo evadiéndolo.

Los niños pueden percibir si el tema es emocionalmente difícil para los adultos que le rodean. Es posible que entonces trate de agradarlos–ya bien evitando los tópicos emocionales o insistiendo en otros que sientan son más agradables para los adultos. Trata de medir tu propio sentido de incomodidad y háblalo directamente con el niño. Para él resultará reconfortante saber que no está solo en su malestar emocional.

Los niños miran hacia los adultos para comprender e interpretar sus propios estados internos. Los más pequeñitos aún pueden reflejar la naturaleza e intensidad de las emociones de los mayores. Así que si sientes que no estás capacitado para controlar tus emociones cuando está tratando de ayudar a un niño, necesitarás utilizar contigo mismo algunas técnicas para manejarlo. Toma unos momentos para ti, serénate y luego trata de ayudar al niño. Es simplemente humano perder el control y tornarse sumamente emocional en momentos como éstos. No es malo si, cuando te sientas más sereno, puedas ayudar al niño a comprender cómo fuiste abrumado por la emción (tal como le pasa a ellos algunas veces) y cómo tú también estás tratando de comprender. “Tenemos que ayudarnos unos a otros cuando estamos tristes”.

3. Prepárate a discutir los mismos detalles una y otra vez.

Espera oir al niño decir cosas que tal parecería no te “escuchó” cuando se lo dijiste la primera vez. Las poderosas y pervasivas implicaciones de la muerte para un niño pueden ser abrumadoras — un evento traumático. Las respuestas del niño a la muerte de uno de sus padres, de un hermano u otro ser querido, podrán ser similares a sus respuestas en cualquier otro evento traumático. Ésto puede incluir adormecimiento emocional, evasión, tristeza, regresión, episodios de manifestación de coraje, frustración, miedo de lo desconocido (el futuro), impotencia y confusión.

El niño tendrá recuerdos recurrentes, intrusivos y que despierten sus emociones, de la persona amada o de su muerte,. Si no tiene una imagen clara de cómo ocurrió la muerte, imaginará una diversidad de escenarios. Estas imágenes se repetirán una y otra vez. Cuando lo hagan, el niño ( si él o ella se siente a salvo y apoyado por los mayores que le rodean) volverá a preguntar sobre la muerte, cosas específicas de ésta y de su ser querido. Con paciencia, repítele los datos claros y verdaderos. Si hay algo que no sabes — si también tú te has preguntado sobre la naturaleza de la muerte o algún detalle de esta pérdida en específico– compártelo con el niño. Ayúdale a explorar posibles explicaciones, permítele entender que tanto tú como otros adultos pueden y muy a menudo tienen, que vivir con muchas incógnitas. Sin embargo, déjale saber que en este proceso que hay cosas que sí sabemos– cosas que sí entendemos. Trae a la conversación memorias, recuerdos e imágenes positivas de la persona amada.

4. Está disponible para el niño, se nutriente, reconfortante y predecible.

Haz lo mejor que puedas para estar disponible, ser cariñoso, brindar apoyo y ser predecible. Todo ésto le facilitará el trabajo al niño. Se sentirán más seguros y cuidados. La pérdida de uno de sus padres, algún hermano u otro ser querido es un suceso extremadamente traumático que cambiará para siempre la vida del niño. El niño tiene ante si, en cierto sentido, la tarea para su vida entera de trabajar y volver a trabajar– experimentar y volver a experimentar la pérdida de estos seres amados. Cada festividad– cada ocasión “familiar”– revivirá en el niño la pérdida, la muerte y el fantasma de su ser amado. La presencia de cuidadores, maestros, terapistas y trabajadores de casos, que estén disponibles, sean nutrientes y cariñosos, ayudará a que esta travesía sea más fácil.

5. Entiende que los niños sobrevivientes, a menudo se sienten culpables.

Un niño que sobrevive cuando miembros de su familia han muerto, puede a menudo sentirse culpable. Ésta es una creencia que podría resultarle sumamente destructiva y pervasiva. El grado de culpa que el niño pueda sentir, frecuentemente está asociado con el nivel en que desarrollan y mantienen unas presunciones equivocadas del suceso. Uno de los pricipios más importantes en este proceso es que los niños no saben cómo verbalizar o expresar su sentido de culpa del mismo modo que lo hace los adultos. El sentido de culpa, como lo expresan los niños, puede más bien observarse en conductas y emociones relacionadas al odio de si mismos y la auto-destrucción. Es muy posible que el niño no pueda poner en palabras que su sentido de culpa por haber sobrevivido esté íntimamente relacionado a su sentido de minusvalía, o sus conductas destructivas o de auto-maltrato.

Niños que sobreviven la muerte súbita de alguno de sus padres sufrirán un profundo sentido de culpa por el hecho de haber sobrevivido. Hubo algo malo en mi. Yo pude haber estado allí– Yo debí haber estado allí. Estos pensamientos recurrirán en un sinnumero de formas; y la mayor parte de las veces el resultado de estos serán pensamintos de culpa. Si los cuidadores, terapistas y maestros de estos niños pueden minimizar estas ideas potencialmente destructivas y en aumento, se facilitará su recuperación.

6. Aprovecha otros recursos

Existen muchos otros profesionales bien adiestrados que están dispuestos a ayudar, a ti y al niño, en tu trabajo con estos problemas. Aprovéchalos. Si el niño está recibiendo terapia, habla con su terapista. Llama a nuestras oficinas–estamos siempre inetresados en ayudar a los niños. Siempre recuerda que ésto no desaparece– la forma en que el niño lo experimenta cambia, evoluciona y madura. La pérdida de uno de sus padres, un hermano o par, siempre estará con ellos. Ayúdalos, con el tiempo con tu amor y comprensión, a desarrollar un sentido maduro de esta pérdida.

ACERCA DE LOS AUTORES

Bruce Duncan Perry, M.D., Ph. D.

Dr. Perry es el Director Médico, los Programas Provinciales en la Salud Mental de Niños para el Alberta la Tabla Mental de la Salud. Además él continúa dirigir la Academia de ChildTrauma, una instrucción y founded de instituto de investigación en 1990. De 1992 a 2001, Dr. Perry sirvió como el Thomas S. El Profesor de Investigación de Trammell de la Psiquiatría de Niño en el Colegio de Baylor de la Medicina y el Jefe de la Psiquiatría en el Hospital de Niños de Tejas en Houston, Tejas. Para mas informacion favor de leer su bibliografia.

Jana Rubensein, M.Ed., LPC

Jana Rubenstein es el Director de la Academia de ChildTrauma. En este papel ella proporciona el descuido y el liderazgo para los varios proyectos de Academia. La Sra. Rubenstein tiene trabajar clínico extenso de experiencia con niños y familias tratando con el trauma y la pérdida.

Cómo ayudar a los nietos a sobrellevar el duelo

Cómo ayudar a los nietos a sobrellevar el duelo

Todos queremos lo mejor para nuestros nietos. Queremos mantenerlos sanos y salvos, protegerlos del dolor y la tristeza. Quisiéramos que pudiesen seguir siendo siempre tan inocentes como el día en que nacieron.

Desgraciadamente, no podemos evitar que ocurran algunos hechos, desafortunados, a aquéllos que amamos. Antes de alcanzar la adultez, muchos niños habrán experimentado alguna pérdida significativa que les causará un intenso dolor. Sus padres pueden divorciarse; un padre, un hermano u otro ser querido pueden morir tras una larga enfermedad o en un accidente. Estos hechos pueden trastocar completamente el mundo de un niño. Algunos sufren porque un padre está en la cárcel, es drogadicto o abusivo. Estos niños, a menudo, se sienten abandonados y pasan por un proceso de duelo similar al que experimentan los niños cuyos padres han muerto.
Reacciones normales y motivos de preocupación

A los niños, generalmente les cuesta aceptar que ha ocurrido una muerte o que un padre los ha abandonado. No saben qué hacer con el dolor que sienten. Extrañan a la persona que se fue, les preocupa saber quién los cuidará, y sienten todo esto con las emociones inmaduras propias de su edad. Los niños que atraviesan un duelo necesitan mucha ayuda de todos los adultos que los rodean, incluyendo sus abuelos.

Durante cierto tiempo, es normal que un niño en proceso de duelo:

    * Esté deprimido o ansioso.
    * Esté enojado o actúe con enojo.
    * Se comporte como si fuera más pequeño, orinándose en la cama o chupándose el dedo (si no lo hacía antes).
    * Se culpe a sí mismo por una muerte o por el hecho de que uno de sus padres no pueda cuidarlo.
    * Juegue imaginariamente con la muerte o con morirse.

No hay un tiempo determinado para el duelo. El comportamiento debería mejorar una vez que el niño ha atravesado el proceso. Si después de un tiempo razonable no hay cambios, considere la posibilidad de buscar ayuda externa. Esta ayuda es especialmente importante si el niño:

    * Habla sobre “reunirse” con la persona que ha muerto.
    * Tiene una marcada disminución en su rendimiento escolar.
    * Se involucra con las drogas o el alcohol.
    * No quiere o no puede conectarse con los demás.
    * Tiene pesadillas o problemas para dormir durante un período de tiempo prolongado.

Cómo realizan el duelo los niños

Los niños realizan su duelo de manera distinta de los adultos. En primer lugar, no se muestran acongojados todo el tiempo. Muchos niños parecen estar tristes sólo ocasionalmente, y sólo por cortos períodos de tiempo. No se deje engañar por esta actitud, ya que no significa que el niño haya “superado” su dolor. Sólo significa que no puede enfocarse en estas emociones intensas durante mucho tiempo. Ésta es la forma en que su mente lo protege para que las emociones fuertes no lo abrumen.

No se sorprenda si a un niño le lleva más tiempo superar el dolor de una pérdida que a usted. A veces, los niños necesitan volver sobre su duelo una y otra vez; incluso, podrían revivirlo cada vez que ingresan a una nueva etapa de su vida.

La manera en que los niños responden a una pérdida depende de su edad. Hasta los dos o tres años, el niño no comprende el concepto de muerte, pero sentirá y le afectará la tensión emocional que experimenta la familia. Un niño en edad preescolar puede entender algo sobre la muerte, pero la vivirá más bien como una especie de sueño y, posiblemente, crea que la persona fallecida volverá.

A medida que crecen, los niños comienzan a comprender la posibilidad de su propia muerte. A partir de los seis años, empiezan a tener miedo de morirse. A medida que crecen, se van dando cuenta de que la muerte es algo definitivo y que le sucede a todo el mundo.

A los adolescentes, generalmente les cuesta mucho hacer un duelo. Pueden parecer adultos, pero emocionalmente todavía son niños. No espere que sean fuertes o que apoyen a los demás miembros de la familia durante este proceso. Más bien, trate de brindarles todo el apoyo que pueda. Si esto no es posible, vea si puede hacer que el adolescente hable con un consejero escolar, un terapeuta u otro adulto capaz de ayudarlo.
¿Qué puede hacer para ayudar?

Los abuelos están en una buena posición para “contener” a los nietos que han perdido a un ser querido. Si los demás miembros de la familia están ensimismados en su dolor, quizá no puedan ver lo que les está pasando a los niños. Como abuelo, usted puede centrarse en ellos y asegurarse de que reciban el apoyo necesario.

Éstos son algunos consejos para ayudar a un niño en su duelo:

    * Converse sobre lo sucedido. Manténgase calmo y sereno. Dígale la verdad en forma simple. Responda a sus preguntas con honestidad y asegúrese de que el niño entienda sus respuestas.
    * Sea paciente. Los niños a menudo necesitan que les repitan las cosas. Quizá deba responder las mismas preguntas más de una vez.
    * Comparta sus sentimientos acerca de la pérdida. Pídale al niño que también comparta sus sentimientos. Quizá deba ayudarlo a verbalizar lo que siente. El hacer dibujos y jugar con muñecos puede ayudar.
    * Ayude al niño a recordar a la persona que se ha ido. Si ha muerto un ser querido y el niño quiere participar en el funeral, permítaselo. Pero asegúrese de prepararlo para lo que sucederá durante la ceremonia. Si un padre está en la cárcel, ayude al niño a escribirle cartas o llévelo de visita a la prisión. Si un padre ha abandonado al niño, asegúrese de que éste sepa que no es por su culpa.

No puede proteger a sus nietos de la tristeza, pero puede ayudarlos a superar el dolor y seguir adelante. Su apoyo hará que sus nietos sientan que no están solos. Su comprensión los ayudará a entender y sobrellevar el hecho terrible que les ha sucedido. Y su amor les dará la seguridad de que siempre habrá alguien que se preocupe por ellos y desee cuidarlos.
Recursos en AARP (en inglés)

    * Material de AARP sobre el duelo y la pérdida
      Lea el material de AARP sobre el duelo y la pérdida, incluyendo varios folletos impresos que puede ordenar.
    * Foro sobre el duelo y la pérdida
      Aquí encontrará mensajes sumamente afectuosos y comprensivos de personas que se apoyan mutuamente.
    * Boletines de AARP sobre la familia y el cuidado de las personas
      Suscríbase a los boletines de AARP, dedicado a la familia y a temas sobre el cuidado de las personas.

Otros recursos (en inglés)

    * Los niños y el duelo
      Hospice Net es una fuente de información en internet para los pacientes que enfrentan enfermedades con riesgo de muerte y sus familiares. En el sitio, se explica cómo sobrellevan el dolor los niños y cómo hablarles sobre la muerte.
    * ” Instituto Nacional del Cáncer – Pérdida y duelo
      Aprenda cómo ayudar a los niños que sufren la pérdida de un ser querido.
    * Rainbows, Inc.
      RAINBOWS es una organización internacional sin fines de lucro que promueve la sanación emocional en los niños que realizan su duelo por la pérdida de un ser querido, tras una crisis que les cambió la vida. Vea aquí cuál es el programa de Rainbows más cercano a usted.

Libros (en inglés)

Encuentre estos libros en línea en Barnes & Noble.com:

    * “Children and Grief: Helping Your Child Understand Death” (Los niños y el duelo: Cómo ayudar a su niño a entender la muerte), Joey O?Connor, Baker Publishing Group, noviembre de 2004
    * “Goodbye Mousie”, (Adiós ratoncito) Robie H. Harris, Jan Ormerod (Illustrator), Simon & Schuster Children’s, noviembre de 2004
    * “Someone Very Important Has Just Died: Immediate Help for People Caring for Children of All Ages at the Time of a Close Bereavement” (Alguien muy importante acaba de morir: Ayuda inmediata para quienes cuidan a niños de todas las edades que se enfrentan al duelo), Mary Turner, Elaine Bailey (Illustrator), Jessica Kingsley, Publishers, octubre de 2004
    * “Healing Your Grieving Heart for Teens: 100 Practical Ideas” (Cómo sanar el corazón dolido de un adolescente: 100 ideas prácticas), Alan D. Wolfelt, Companion Press Co., abril de 2001

UNIDAD DE DUELO PARA NIÑOS

UNIDAD DE DUELO PARA NIÑOS
Historia Clínica
Modificado de Goldman, L.: Life and Loss: A guide to help grieving children. 2nd Edition, Accelerated Development, A member of a Taylor and Francis Group, 2000
1. Identificación
Nombre:
Edad:
Curso Escolar:
Lugar de Residencia y Dirección:
Cuidador primario:
Edad:
Teléfono:
Colegio:
Teléfono:
Profesor:

2. Ingreso
Motivo de Consulta:
Persona/entidad que remite:

3. Antecedentes de la Pérdida Actual
Relación del fallecido con el niño:
Circunstancias de la pérdida (Quién, cuándo, dónde y cómo):
Persona que comunicó la noticia al niño:
Forma en que se le dio la noticia:
Fecha de nacimiento y muerte del familiar:

4. Participación en los rituales (Si – No)
Velación (N° horas de duración del ritual:      )
Elogio o sermón fúnebre
Cortejo
Visita de pésame o condolencia
Novena
Otros (especificar):
Comentarios:

5. Antecedentes de Pérdida y Duelo
Seleccione la que procede y anote la fecha de su ocurrencia:
Divorcio o separación
Mudanza
Amigos que se mudaron
Pérdida de trabajo parental
Mascotas muertas
Robo
Incendio
Perdida de seres queridos (incluya evolución de las mismas)
Pérdidas escolares
Otras (especifique)

6. Acompañamiento familiar al duelo del niño (señale las implementadas)
-Leer sobre el duelo en los niños
-Legitimizar sus sentimientos
-Animarle a expresar sus emociones y sentimientos en compañía de un familiar
-Leerle cuentos o historietas
-Llevarle al médico o al psicólogo
-Hablarle sobre la muerte utilizando elementos de la naturaleza
-Abrazar continuamente al niño
-Animarle a realizar alguna actividad física
-Animarle a que no se esconda para llorar
-Caminar con el niño
-Hablar con el niño del ser querido que falleció
-Hacer juntos un álbum, una cartelera o una caja de recuerdos
-Visitar el cementerio con el niño si él lo desea
-Hablar con el niño de sus temores y angustias
-Animarle a dibujar o pintar siempre y libremente lo que él siente
-Estimularle a elaborar un homenaje personalizado
-Animarle a escribir una carta, un poema, una caricatura o un cuento
-Animarle a escribir un diario
-Terapia del Rasgado de Papel
-Terapia del Rayado de Papel
-Jugar y estar siempre ahí, con el niño
-Terapia del Inflado y Estallido de Bombas
-Músicoterapia
-Comprarle un cuento sobre la muerte
-Salir de compras
-Salir de paseo al campo o a un parque
-Terapia de Gritos
-Matricularle en un curso de lúdica
-Matricularle en un curso/escuela deportiva
-Trabajar con arcilla, plastilina o masa
-Montar una Sesión de Títeres
-Darle un masaje
-Ir a la piscina
-Sembrar un árbol
-Escribir una biografía
-Otras (especifique):

7. Unidad/Entorno Familiar
Seleccione la que procede:
Un solo padre
Unión libre
Huérfano
Divorcio
Adopción
Familia mezclada (propia y de origen, extendida)
Drogadicción
Violencia Intrafamiliar
Violencia externa
Desempleo
Abuso sexual
Enfermedad física (*)
Enfermedad mental (*)
Alcoholismo
Miseria
Desplazado
Mutilado
(*) El niño convive con familiar que presenta enfermedad física o mental

8. Historia Escolar (Bueno/a, regular, mal/a)
Curso actual (año escolar):
¿Se corresponde con su edad?:
Interés previo por estudiar:
Interés actual por estudiar:
Rendimiento previo:
Rendimiento actual:
Socialización previa:
Socialización actual:
Interés previo por las tareas en casa:
Interés actual por las tareas en casa:

9. Antecedentes de Evaluación Sistemática
Test Estándar (especificar tipo de test y fecha de realización):
Evaluación del Dominio del Lenguaje y el Idioma:
Evaluación Educacional (nivel educativo):
Evaluación Psicológica:

10. Actitudes del Niño/a Hacia Otros Significativos
Hacia él mismo:
Hermanos:
Padres:
Abuelos:
Amigos:
Mascotas:
Otros:

11. Intereses
Lo que le gusta
Lo que no le gusta

12. Conducta Escolar Actual (*)
Seleccione la/s que procede/n:
Alborotador
Incapacidad para concentrarse
Peleador
Grosero
Dice palabrotas
Nervioso
Se ausenta de clase
Pierde el año
Pierde asignaciones
Muy aislado
Muy cansado
Quejas físicas (especificar)
Otras (especificar)
(*) Si esta conducta estaba presente previamente, se anotará la observación, tanto si está peor como, muy especialmente, si está inhibida.
Observaciones:

13. Conducta Actual en Casa (*)
Seleccione la/s que procede/n:
Más aislado
Pérdida del apetito
Aumento del apetito
Apegado a los padres
Incrementado perfeccionismo
Habla excesivamente acerca de la pérdida
Juega menos
Peleador con padre/s y hermano/s
Miedos exagerados (**)
Trastorno del sueño
Nicturia
Pesadillas
Llanto muy constante
Otros (especificar)
(*) Si esta conducta estaba presente previamente, se anotará la observación, tanto si está peor como, muy especialmente, si está inhibida. (**) A la oscuridad, ruidos, robo, secuestro, salir a la calle solo, quedarse solo en centro comercial, etc., especificar en cada caso.
Observaciones:

14. Conducta Actual con los compañeros/amigos (*)
Seleccione la/s que procede/n:
Más peleador
Menos interés en jugar
No quiere que los amigos vayan a su casa
Muy irritable
Menos comunicativo
No quiere salir de casa
Otros (especificar)
(*) Si esta conducta estaba presente previamente, se anotará la observación, tanto si está peor como, muy especialmente, si está inhibida.
Observaciones:

RECOMENDACIONES GENERALES