Respaldo de material de tanatología

Tristeza

De: anotherwaytodie  (Mensaje original) Enviado: 07/05/2006 20:43

hola a todos, ¿qué hacen cuando estan tristes? ¿cuál es la salida que toman para evitar el dolor emocional?

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De: elberethgindoniel Enviado: 09/05/2006 23:26

El dolor físico es síntoma de una situación física irregular. El dolor emocional es síntoma de lo que eres en ese instante en que se manifiesta.

Cuestionarse la salida para evitar el dolor emocional es darle combustible para que se manifieste en otra ocasión con una excusa distinta. Se te presenta como un espejo inevitable de una parte de tu estado interior y no tienes más remedio que mirarte en él si quieres averiguar quién eres.

La naturaleza actúa en nosotros como el viento que erosiona las rocas y descubre su esencia. Sea cual fuere la esencia nuestra, es preciso observarla sin prejuicios, sin calificaciones y sin descalificaciones. Sumergirse en el propio dolor, sin huir de él, comprendiéndolo hasta sus últimas consecuencias, es la única opción para tu pregunta.

Manolo

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De: Raúl Enviado: 10/05/2006 7:47

(…)Cuando estamos tristes, estamos tristes y nos damos un tiempo para la tristeza sin caer en la exaltación de la victimización y de las desventuras personales, tan presentes en nuestra literatura americana y en algunos géneros musicales de nuestra geografía…

Me atrevo a decirte que nunca decidimos estar tristes, en todo caso no solo nos entristece determinada realidad o situación, sino muy especialmente los causales de ese dolor que lastiman nuestros ojos o humedece el corazón… ¡Y cuanto duele el dolor que pudimos evitar, que pudimos no sembrar, que pudimos germinar…!

Y tus preguntas generan otras… ¿Qué nos entristece? ¿Quién nos entristece? ¿La tristeza nos pone triste o nos enfrenta con ?una imagen? que demanda una fija mirada para definir momentos, tiempos, acciones, comportamientos, intensidades, silencios, gritos apretados, significados y significantes, decisiones, afectos, soledades, ruidos…?

Preguntas por la salida para evitar el dolor emocional… Creo que no salimos, sino que entramos a la pausa responsable para conocer y dimensionar ese dolor, y esencialmente para descansar y renovar la esperanza que se refresca en nuestra creencias más íntimas… 

(…) tus preguntas ya son el punto de partida para aminorar tu dolor… Cada dolor, angustia que se comparte, se parte, duele menos y así generamos la posibilidad de fortalecernos…

Si te sirve busca abrazos generosos, miradas solidarias, regalate placeres y esencialmente sugiero te respondas: ¿Qué te pasó? ¿Cuánto te duele?

(….)

raul&

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De: MOONLY81 Enviado: 28/05/2006 18:26

hola, tampoco veo como evitar el dolor una salida, alguna vez te has preguntado q te hace sentir viva? y yo creo q es ese mundo de sensaciones y una de ellas es el dolor, lo importante es q todo en exceso es malo y es bueno aprender a canalizar todo, tus emociones, sentir dolor no es malo ni es tan terrible lo terrible es dejarnos hundir en el, cuando tengas mucho dolor recuerda q para poder vivir no solo vives del dolor también existe en tí la alegría la esperanza y por más difícil q sea trata q ellos emergan en tus peores momentos para q puedas seguir, para q puedas visualizar es luz q todos dicen q hay en medio de la oscuridad para q se enjuguen tus lagrimas y veas lo fuerte q eres.

cuidate

Muertes y depresión

De: elberethgindoniel Enviado: 02/05/2006 22:00

Lo normal es que pensemos que el sentido de nuestra vida tiene relación con algo o con alguien y que si dejan de existir ese algo o alguien también se acaba todo sentido de seguir viviendo.

Lo que te ha ocurrido es muy grave. De lo más grave que pueda ocurrirle a una persona. Pero no lo es más que darse cuenta de que en realidad estamos solitos para celebrar nuestra boda diaria con el mundo que nos rodea. La gravedad está en no aceptarlo, naturalmente.

Cada minuto que pasa está muriendo el pasado y los recuerdos, pero sufrimos enormemente porque no entra en nuestros cálculos que vayan desapareciendo nuestros amarres. Si te sueltas de todos los recuerdos y de todos los sufrimientos del pasado te encuentras cara a cara con el presente, ligera y sin equipaje. Respiras el aire que está ahí para ti y para todos. Sientes el sol que nos da la luz y el calor. Esas cosas no están en el ayer ni en el mañana. Están ahí y ahora.

Es absolutamente necesario que te encuentres contigo misma en el mismo momento que estás respirando. A partir de ahí, verás que los demás seres están también solos, y también que todos somos iguales y todos somos una unidad. Lo que sientes es lo que siente cualquier otro.

NO SIENTAS LÁSTIMA DE TI. Sencillamente, míralo todo con la inocencia que teníamos hace tantos años.

La muerte también existe

De: MELITA Enviado: 11/12/2005 21:17

La muerte también existe
Afrontar la muerte de una persona muy querida

Hacerse mayor conlleva familiarizarse con el sufrimiento, aprender a soportarlo y saber salir adelante tras cada golpe que la vida nos asesta

Cuando se es niño, la más elevada expresión de la actividad socio-festiva la constituyen bautizos y primeras comuniones; la adolescencia y juventud incorporan a este agradable catálogo de encuentros las siempre felices bodas. Pero superados los cuarenta el principal rito social es que un mes sí y otro no acudimos al entierro de un amigo, compañero de trabajo o familiar directo. Y nos encontramos con ese inconfundible dolor que genera la muerte, la ausencia definitiva e irreparable de personas fundamentales en nuestra vida. Una de las razones del desconcierto en que nos sume la muerte es que casi siempre acontece sin que hayamos efectuado previamente el entrenamiento que nos permita asumirla como un hecho inevitable y rutinario, y ello porque vivimos de espaldas a la muerte.
El duelo

Las personas afectadas por la muerte de un ser querido presentan unos síntomas característicos y siguen una serie de etapas para la asunción de la pérdida. A veces se presentan dificultades añadidas que frenan el proceso y lo hacen aún más duro, pero esta sensación sobredimensionada de luto puede superarse con un planteamiento y apoyo adecuados. Nuestra cultura actual dificulta la elaboración del duelo, pero somos seres inteligentes dotados de un gran instinto de supervivencia, y por ello sabemos reaccionar ante las dificultades y sobreponernos a ellas. Y si no, aprendemos. La tragedia ha ocurrido, pero la vida continúa y las exigencias que la cotidianeidad nos presenta requieren de toda nuestra atención, entusiasmo y lucidez. Una correcta elaboración del duelo permitirá al afectado reintegrarse a su vida normal con la energía necesaria.

Cómo se manifiesta el duelo

Los síntomas son parecidos a los de las depresiones mayores: tristeza, trastorno del sueño, alteraciones del apetito y la libido, pérdida de peso? También disminuye el interés por el mundo exterior, sobre todo en lo que recuerda a la persona fallecida. Y sobreviene el desinterés por el trabajo, por encontrar nuevas relaciones, además de manifestaciones de angustia, sentimientos de culpa, apatía, falta de esperanza, e incluso -en casos graves- los pensamientos de suicidio.

Además, surgen síntomas físicos como cefaleas, úlceras, problemas respiratorios, palpitaciones, sudoración, y disminución de las defensas del organismo.

Los pasos de la elaboración del duelo son:

Incredulidad. Es la primera reacción ante la noticia de la pérdida, acompañada de aturdimiento (?esto no me está pasando a mí?). Nos alejamos de la realidad, en un intento de paliar el dramático acontecimiento.

Agresividad, ira. La persona se vuelve irascible, con reacciones de descontento, y resulta difícil de tratar. Adopta actitudes críticas frente a quienes le rodean y se pregunta por qué le ha tenido que tocar esta desgracia.

Depresión. Actitudes de apatía y silencio. Va haciéndose a la idea de que la pérdida es irreversible y va dejando de aferrarse a la imagen del ausente. Es una triste y silenciosa resignación.

Aceptación y paz. Se asume serenamente la ausencia. Comienza la persona a centrarse y vuelve a sus actividades cotidianas.

¿Y si el duelo se convierte en patológico?

Para superar el duelo hay que vivirlo, tenemos que concedernos la oportunidad de sufrir sus consecuencias. Y comprender la tristeza de quien lo sufre, por muy acentuada o exagerada que parezca.

Pero si el duelo no se elabora correctamente – no se han vivido algunas fases, o se han interrumpido o se han reprimido emociones dolorosas-, pueden surgir síntomas patológicos, relacionados con la necesidad de permanecer unido al ausente.

Veamos los indicadores del duelo patológico.

Sentimientos de culpa. Se siente culpable de la muerte, de no haber hecho lo posible por evitarla, de no haber sido suficientemente diligente o afectuoso con el fallecido.

Pensamientos de muerte. El vivo debería haber desaparecido junto al fallecido, o incluso haber muerto en su lugar.

Sentimientos de inutilidad. Ya nada tiene sentido, sin el difunto la vida carece de interés, sin él o ella nada es igual, no vamos a poder hacer frente a la vida.

Experiencias alucinatorias. Como oír la voz del fallecido o ver fugazmente su imagen.

Sensaciones de padecer la misma enfermedad de la persona difunta, en un trasvase del problema que causó la muerte del ser querido.

Confusión. Algo profundo está cambiando en el fondo de sí mismo y en el mundo.

Lentitud psicomotora y deterioro de algunas funciones orgánicas.

Errores frecuentes ante la pérdida de un ser querido

Pensar que no debemos conocer los detalles de la muerte ni ver el cadáver.
Aunque resulte duro, saber los detalles de la desaparición de la persona amada ayuda a aceptar la realidad de la ausencia. La falta de información puede generar confusión y fantasías irreales.

Creer que cuando se demuestra rabia, dolor o desesperanza mediante el llanto desgarrado o los gritos, se está más expuesto a la depresión.
La expresión de estos sentimientos es necesaria, porque permite que se procese la pérdida y se elabore el duelo, aunque puedan percibirse como manifestaciones exageradas o propias de culturas o países poco desarrollados.

Pensar que cuando la persona muere se pierde su recuerdo.
El recuerdo y las vinculaciones emocionales no desaparecen. Permanecen, y aparecen en forma de recuerdos pasajeros o sueños.

Pensar que, para superar el dolor cuanto antes, debemos volver inmediatamente a nuestros quehaceres cotidianos.
Conviene que nos demos un tiempo para reflexionar y para vivir el dolor sobrellevando el duro proceso emocional que supone la pérdida.

Considerar que el afecto por el ausente debe expresarse con mucha moderación.
Aunque en nuestra cultura se valoran la firmeza de carácter y la entereza, debemos permitirnos expresar libremente las emociones dolorosas.

Mantener que conviene no hacer partícipes a los niños de estas situaciones de luto
Los niños son tan capaces como los adultos para elaborar los duelos. No les ocultemos la realidad. Deben aprender a superar pérdidas que, antes o después, llegarán.

Cuando se muere un ser querido…
Es muy conveniente desahogarnos con alguien que pueda entender y compartir nuestro dolor. Pero no seamos demasiado exigentes, es difícil que quien no se ve directamente afectado comprenda la dimensión de nuestro dolor.

El sufrimiento no desaparece ni se reduce poniendo tierra de por medio, alejándose de la situación dolorosa o de lo que nos remite al ausente.

Más que cambiar las circunstancias externas, conviene modificar los procesos mentales que llevan a la aceptación de la realidad. Después de ese cambio mental, y permaneciendo lúcidamente en la situación real, ya se pueden hacer viajes, o cambios en el hogar, o cualquier otra cosa.

Conviene que el afectado conozca las fases del proceso de elaboración del duelo, para que las acepte como algo normal.

Tan poco aconsejable es conservar tal cual estaban todas las pertenencias del fallecido, como hacerlas desaparecer. Lo adecuado es que el doliente se quede con los recuerdos más significativos del ausente y prescinda de los demás.

Cuando aparezcan los síntomas del duelo patológico, conviene acudir al médico de cabecera. Y, si es necesario, al psicólogo.

http://revista.consumer.es/web/es/20021101/interiormente/

Miedo a morir?

De: Mile Enviado: 01/07/2002 18:07

La vida y la muerte son realidades iguales, quien teme a la muerte  tambien debería temer a la vida, la importancia radica en reflexionar sobre la propia muerte para así aprender a enriquecer nuestra existencia, tratar de vencer el miedo y la ansiedad que son obstáculos que no nos dejan percibir la muerte como un nuevo paso y un nuevo destino.

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De: montedeoya Enviado: 01/07/2002 18:27

(…)  A medida que más descubres la muerte más descubres la vida. Aquello que conocíamos por vida o creíamos conocer no es más que un espejismo de lo que realmente es. Sigue (seguimos) estudiando la muerte y descubriendo la vida.
montedeoya

Hacemos lo suficiente los familiares del enfermo?

De: JSierraS Enviado: 30/03/2004 0:21

(…)La Muerte es otro gran Misterio de la Vida y así como tantos seres “sufren” por ella, somos muchos los que tratamos de “Entender” el fenómeno de la Muerte.

A pesar de “conocer” algunos aspectos Esotéricos, Metafísicos y haber incursionado en la Medicina Alternativa… y a pesar de ser Médico… y creer que estaba preparado para la Muerte de mi XXXX, por los cursos que hice de Tanatología y elaboración de Duelos y Desapegos y otro Cursos sobre la Muerte….

NO FUE ASI !

Lloré y me dolió mucho su “partida”. Murió de Cancer de Laringe con metastasis a Pulmones, por haber fumado…
Murió por que ya no podía Respirar a pesar del Oxigeno permanente. De esto hace tres años.

Hoy leyendo sus inquietudes, después de estos años pienso:

1. Lo primero es ACEPTARLA. La muerte al igual que el nacimiento, son dolorosos.

2. Por mucho que nos preparemos siempre nos va a causar dolor y para ello solo hay QUE ESPERAR QUE EL TIEMPO PASE.

3. Mientras esperamos que este fenómeno de la Muerte nos “toque”, DEBEMOS APRENDER MAS ACERCA DE ELLA (…)

4. Los Médicos tenemos una gran Responsabilidad para con los Familiares de un Fallecido. Al igual que las Enfermeras y todo el personalque labora en las Instituciones.

(…)
12Orfeo34

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De: Julio-Vicente Enviado: 30/03/2004 17:07

(…)
1.- Generalmente tratamos de evadir el dolor, lo negamos. En muchas situaciones esto es relativamente posible, sin embargo, hay pérdidas en la vida  donde el dolor total (físico, emocional y espiritual o transpersonal) es inevitable. Mientras más evadimos el dolor en lugar de aceptarlo y atravesarlo, más crece y más se cronifica. Este dolor fosilizado, no metabolizado, es lo que va impedir restaurar en la vida futura nuestro bienestar. En mi experiencia personal , cuando esto ocurre, no es suficiente dejar  sólo pasar el tiempo. No necesariamente  es cierto que el tiempo “se lo llevara” o lo atenuara. Se hace necesaria la asistencia psicológica, porque en muchisimas ocasiones, no somos conscientes que llevamos este dolor  sobre nosotros y que el puede hacerse “cronico”.

2.- Somos humanos, y por lo tanto aunque hallamos hecho mucho  para “entender” las pérdidas,  NUNCA esta preparación hara que las pérdidas no nos afecten. Eso es un mito. Lo que podemos hacer, con el trabajo de crecimiento personal, es que el dolor no se convierta en un sufrimiento que este más allá de los limites que el organismo naturalmente puede asimilar en el tiempo adecuado.

3.- La forma de fallecimiento es también muy importante para aceptar la muerte. No es lo mismo que una persona muera después de una enfermedad con la asistencia necesaria, que una muerte violenta o trágica. Ambas muertes son muy diferentes y no pueden causar el mismo efecto en nosotros, aunque estemos muy preparados.Tengo una amiga que trabaja en una unidad de cuidados paliativos en Caracas, ella tiene muchos años atendiendo a personas terminales.  Hace unos pocos dias ella presenció un accidente de tránsito donde murieron varias personas de forma trágica. Ella se cuestionó su capacidad para enfrentar la muerte ya que el evento la impresiono mucho. Pero  que se halla impactado es natural, es humano. No es adecuado desensibilizarnos para que la muerte no nos conmueva, siempre sera un hecho muy duro de tragar,  más en condiciones trágicas.

Muchos saludos,
Julio Pérez Infante
(Psicoterapeuta, Coach ontológico)
Fundación Apoyo y Presencia
ONG Pro Cuidados Paliativos y Asistencia Integral
Caracas, Venezuela
www.apoyoypresencia.org 

Experiencia Personal

Enviado: 12/11/2003 5:55

(…) No cabe duda, cada caso es diferente, cada uno necesitamos un amor y una comprensión a nuestra medida. Tienes razón, lo importante no está en las palabras, sino en el espacio que proponen? no lo había pensado así, no es necesario decir nada, y sin embargo dije.

Un día me acerqué a ella y le ofrecí la compañía que aceptó con una sonrisa, como todo lo que hizo, siempre con una sonrisa.

Acostumbrada a ser valiente, calló sus penas muchos años hasta que se encontró conmigo que no sé guardar silencio, pero entonces, a cambio de su confianza, primero agradeció mis voces y luego las exigió.

Nos veíamos una vez por semana, pero no podíamos hablar en medio de la multitud amorosa de la que se rodeó, (a la que le siguió escondiendo siempre sus pesares) así que inventé escribirle.

Cada semana, al despedirnos, le entregaba mi carta y cuando ésta llegó a faltar, me la reclamó con más lamentos que los que expresó nunca por sus dolores.

Mis cartas adivinaban su estado de ánimo, respondían a los gestos que poco a poco aprendí a leer tras la fachada de normalidad y al entusiasmo verdadero con el que se armó para luchar. Las leía y las releía toda la semana, en los momentos de insomnio y en los de desesperación.

A ella no le gustaba que yo callara, necesitaba escucharme (leerme) pintándole el camino, inventándole el camino que, ella y no yo, escogió.

Así que ese día hablé. No estaba preparada, no sabía lo que me diría, nunca conté con el guión correcto, la intuición y el amor me guiaron. Nunca antes había deseado la muerte, la comprendía claramente como una posibilidad, pero no la deseaba. Aquél martes, con una voz casi imperceptible, se quejó por primera vez abiertamente y admitió estar muy cansada, (físicamente) y como te conté antes, a mis ¿Qué quieres, qué retraigo, que necesitas? Contestó:  MORIRME, así que la abrazé para no claudicar y le recordé que las alas eran suyas como el derecho de usarlas, que lo hiciera si necesitaba hacerlo y estaba preparada para ello, sin preocuparse por aquellos a quienes dejaba, que unos a otros nos cuidaríamos.

Ella me dio las gracias y tres días después voló libre de dolores y necesito creer que también de preocupaciones (…)

Ante el morir

De: Raisha4756 Enviado: 08/11/2003 19:58

Hola para todos. Aunque es primera vez que participo en estas conversaciones, me ha llamado la atención la pregunta del ser que esta a punto de dejarnos….Que és lo que no debo hacer..?…A mi modo de ver las cosas, cuando ya llegamos a esta instancia de nuestra vida, en la cual se nos acabó el tiempo del estar aca, lo único que no debemos hacer es retardar ese momento, con los APEGOS hacia nuestros seres queridos, a nuestras cosas materiales y a la misma vida…Seguramente, nos invade el temor o miedo, que son innherentes a todo lo desconocido…pero desde que tengamos una paz interior en nosotros, no tenemos porqué sentirlo…
(…)
Beatriz Crismatt 

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De: Flor-de-María Enviado: 08/11/2003 19:59

Vida, vida llena de satisfacción y amor.

Para morir se debe vivir primero, eso es lo que se debe hacer, con intensidad.

La muerte, siendo inevitable, debiera ganarse honrando la vida. En el cómo, hay muchas respuestas, se puede ayudar a los demás, se puede repartir alegría o conocimientos, se puede inatentar absorber el mundo por medio del estudio o crear belleza en nuestros trabajos cotidianos, con una sonrisa abierta y sincera? para partir correctamente a la muerte debe uno cargar una vida plena.

Honrar la vida es merecerla, cada quien encontrará el modo.

Y ¿qué es lo que debemos dejar? La riqueza más difícil de otorgar, la aceptación al otro. Aceptar al otro es no decir nunca debió hacer, hubiera hecho, yo en su lugar? porque nosotros no estamos en su lugar y no somos perfectos, intentar comprender las razones ajenas; para lo cual no hay otro camino que aceptarnos primero a nosotros, conocernos, y querernos; pero de veras querernos, perdonarnos desde dentro y comenzar cada día nuevo como si fuera el último y el más hermoso de nuestra vida.

(…)

La grandeza de vivir la propia muerte

De: Psicoalgiologo Paliativo  (Mensaje original) Enviado: 08/11/2003 23:25

Les compartimos un árticulo que acaba de salir en el periodico de la Arquidiocesis de Guadalajara (…)

?La grandeza de vivir la propia muerte?
Jesús Carlos Chavira Cárdenas.

El próximo 15 de noviembre se desarrollará un taller que versará sobre cómo afrontar psicológica y espiritualmente la muerte personal.

El objetivo del taller, titulado: «La grandeza de vivir tu propia muerte», será «experimentar una vivencia de muerte, por lo general por enfermedad o accidente; reflexionar cómo está tu vida en este momento si llegases a morir», explicó el expositor de dicho taller, Cliserio Rojas Santes, psicoalgiólogo paliativista, con estudios en tanatología, y añadió: «Se trata de hacer un análisis, una introspección para manejar por dónde debemos mejorar».

Dicho taller es organizado por Hospice Cristina, una residencia para la atención integral de enfermos terminales que, luego de un año de actividades, dará servicios a personas de escasos recursos, gracias a la fundación de un patronato.

Básico para el acompañante

Al respecto del taller, la fundadora del Hospice, Beatriz Montes de Oca, advirtió que la confrontación con la propia muerte es un aspecto fundamental para aquellos que necesitan acompañar a una persona en sus momentos finales, porque «nadie da lo que no tiene».

«Todo ser humano, así como vive, algún día tendrá que morir; sin embargo, aceptar la muerte de nuestros pacientes se contradice a lo que nos fue enseñado por la medicina, ?conservar la vida a costa de lo que sea?; erróneamente hemos sido entrenados a cuidar, para curar», dijo.

Al cuestionarse sobre la conducta hacia «un paciente que no es curable», enfatizó: «Es precisamente donde se tiene que cambiar nuestra actitud, en ?cuidar su calidad de vida?, sin ocultarles ni negarles la oportunidad de ser autónomos hasta que llegue su final.

Es cierto que la presencia de la muerte nos sensibiliza mucho, pero es también recíproco; el paciente y la familia detectan nuestras actitudes, ya sean negativas o positivas. Si nosotros tenemos actitudes positivas se reflejará en nuestros enfermos; con esto lograremos una mejor calidad en la asistencia hacia ellos, su familia y amigos, y un mejor acompañamiento en la hora de su muerte».

Para acompañar a bien morir

Quien acompaña a una persona enferma, máxime si ésta se encuentra en una etapa terminal, es necesario que detecte las necesidades del paciente: «Qué necesita el paciente, no lo que necesitamos nosotros; a veces, nosotros queremos despedirnos, que se vaya bien, que se vaya rápido o que no se vaya. Pero el paciente tiene necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales que deben atender también los familiares», subrayó Cliserio Rojas, y abundó: «La física: que no tenga dolor o un síntoma adverso; las psicológicas: que se sienta un ser humano, una persona querida, tomada en cuenta, que se sienta escuchado; social: cómo se va a quedar la familia, quién se va a hacer cargo de lo que él estaba haciendo, si son padres de familia, o con el grupo en el que se desenvuelve; lo espiritual: en la cotidianidad no lo tomamos muy en cuenta, pero cuando estamos en una etapa final, lo espiritual es lo que va a dar la directriz».

Otros cursos que Hospice Cristina realiza, son: «El manejo de las pérdidas», «La reconciliación», «Cómo ayudarte cuando el estrés aumenta al cuidar enfermos».

En promedio, cada taller tiene una duración de cuatro horas.

Cabe mencionar que también han sido impartidos en las parroquias de San Pío X, La Santa Cruz, San Felipe, entre otras, y han sido dirigidas a ministros extraordinarios de la Comunión.

Mayores beatriz@hospicecristina.com psicrojas@hospicecristina.com

Fuente Semanario Año VII Numero 352

Los 5 pilares del sufrimiento

De: El_Tibetano  (Mensaje original) Enviado: 18/10/2003 1:56

1. EL MIEDO: AL VENCER EL MIEDO TU ESPIRITU ADQUIERE LA CALMA PARA SABER RECONOCER QUE TU VIDA JAMÁS ESTARÁ EN RIESGO

2.EL ODIO: AL VENCER EL ODIO TU ALMA ENCONTRARÁ QUE DESPERDICIAS TU ENRGIA EN ALGO QUE TE GENERA MAS DOLOR

3.LA PASIVIDAD: AL VENCERLA TU ALMA SIENTE QUE LA SUMISIÓN Y “EL SUFRIMIENTO COMO FUENTE DE LUZ” SON EXCUSAS PARA ALEJARTE DE LA VERDAD

4. LA AGRESIVIDAD: AL VENCERLA TU ALMA COMPRENDE QUE LO VALIOSO ESTÁ EN LA ACCIÓN Y NO EN LA REACCIÓN

5. LA INTOLERANCIA: AL SUPERARLA TU ALMA INTUYE QUE NO HAY ARRIBA NI ABAJO, QUE JUZGAR ES PARTE DE UNA MENTE ASUSTADA Y PERMITIR LA EXPRESION DEL OTRO HACE PARTE DEL AMOR INCONDICIONAL

Renunciar al fruto de la accion

De: montedeoya Enviado: 29/03/2002 13:05

Renunciar al fruto de la accion, nishamakarma, hacer las cosas sin esperar recompenza, etc. son todas formas de expresar los actos del amor. Nuestro trabajo debe hacerse porque hay que hacerlo, por el solo hecho de hacerlo, sin esperar que por el hecho de hacer feliz al otro nos va a recompensar con esto o aquello o que recibiré mi recompensa en el más allá.

montedeoya