Respaldo de material de tanatología

¿Quiénes son los que cometen un abuso sexual?

¿Quiénes son los que cometen un abuso sexual?

«¿Quién es capaz de hacer una cosa semejante?»
«¡Son unos locos sin remedio!»
«!Había que pegarles un tiro!»
«Se les debería meter en la cárcel para toda la vida!»
«¡Es que tienen impulsos sexuales incontrolables!»
«¡Son unos marranos perdidos!»
«Son unos frustrados porque su mujer apenas quiere acostarse con ellos.»

Todos estos son comentarios que escuchamos o que encontramos en el internet y todos ellos son equivocados. Queremos corregir algunos prejuicios sobre los autores de abuso sexual. Son prejuicios que nos complican el trabajo con las víctimas a quienes luchamos por conseguir, a la larga, …

â?¢        … que se proteja a nuestros niños de un posible abuso sexual. Mediante campañas informativas y programas de prevención podemos sensibilizarles respecto a situaciones críticas y ofrecerles estrategias para defenderse o bien buscarse ayuda.
â?¢        …que se les ofrezcan centros de consulta y asistencia a niñas y niños afectados – también casas donde puedan alojarse.
â?¢        … que se aclare que no se trata de â??monstruosâ?, tan lejos de nosotros. En muchos casos el abuso sexual no se descubre hasta que un niño acaba siendo violado o asesinado. Debemos comprender que un abuso suele empezar mucho antes: Al principio no son más que fantasías eróticas de niñas o niños, luego se compran fotografías o películas pornográficas, más tarde se llevarán a la práctica las fantasías en el extranjero (Asia o países de Europa Oriental) y por fin esto sucederá en el propio entorno social. Se trate de una foto, de una película o de la pura realidad: el abuso sexual siempre será dañino y doloroso para un niño. Cualquier foto pornográfica que alguien mire documenta el abuso de un niño.

Hablemos ahora de los autores.

(Extracto del libro de Angela May: Nein ist nicht genug.� Editorial Ruhnmark 1997)
¿Quiénes son los autores y como llegan a serlo?

“Existe en la opinión pública una idea muy extendida, al igual que equívoca, del llamado â??delincuente sexualâ?. Con frecuencia son considerados o se nos presentan poco atractivos, perversos o morbosos. Muchos creen que un abusador no es capaz de controlar sus (desmesurados) instintos sexuales, que sufre un afecto sin poder defenderse o que simplemente padece de una enfermedad psíquica.

Esta opinión es muy contraria a investigaciones que prueban que abusadores son personas muy normales, sin diagnósticos de enfermedad psíquica – personas que saben muy bien lo que hacen. Ya que planean sus actos violentos meticulosamente para que no se les pille a los delincuentes no se les asocia con el exito, la buena reputación o las amistades; por lo tanto parecen no existir entre los familiares o los amigos. Es por eso que una y otra vez se les tacha de â??enfermizosâ?. Estos intentos sólo muestran el deseo y la tendencia a negar “lo más horrible” y poder distanciarse de todo aquello. La idea, aún muy extendida, de que son â??malos desconocidosâ? quienes amenazan a los niños es equivocada, puesto que el mayor peligro lo constituyen precisamente las personas de gran confianza.
En los últimos años se ha hecho público que también las MUJERES cometen delitos sexuales, a veces también juntas con su pareja. Sin embargo un 90% de los delincuentes son hombres y un 10% mujeres.

Ocurra el abuso dentro de la familia o bien fuera de ella â?? el autor siempre se sirve de estrategias para ocultar los hechos. La diferencia es, sobre todo, que la vida familiar ofrece continuamente situaciones oportunas, y cuando no, resulta fácil provocarlas. Ahí puede cometer su agresión sexual, ya que el niño está sometido a su voluntad. Conociendo bien los horarios y las costumbres, le resulta fácil concretizar sus planes. Aquellos delincuentes que actuan fuera de un contexto familiar se ven obligados a utilizar estrategias mucho más complicadas para poder acercarse a la victima y establecer el contacto.

Al escoger las víctimas síguen el principio del menor riesgo de ser descubiertos. Lo que significa que abusan de los propios hijos o de niños ajenos que les parezcan poco llamativos, o social y emocionalmente descuidados, quizá tímidos, ensimismados. Estos niños, a causa de su situación tienen menos posibilidades de resistirse. Aunque también llegan a ser víctimas aquellos niños, que  se consideran abiertos, amables y confiados. Sobre todo los abusadores “desconocidos” buscan el primer contacto disfrazándose de cura o de policía que pretende tener un recado importante. De tal modo buscan la confianza de los niños para, más tarde, abusar de ellos. Ayudándose de alabanzas, atenciones y de regalos consiguen la amistad del niño y adoptan, de buenas ganas, el papel paternal o consejero. Poco a poco esta “amistad” se irá convirtiendo en una relación sexual que se inicia con contactos físicos socialmente tolerados, más tarde serán caricias de mayor carácter sexual. Paso a paso el abusador va introduciendo cada vez más momentos sexuales en la relación y la niña o el niño sucesivamente se verán implicados en prácticas propiamente sexuales.”

Activistas espirituales INC.

Aunque cueste de creer, los hechos sucedieron realmente, hace unas semanas, y no es un chiste… Es un ejemplo tan bueno de ciertas cosas que parece sacado de un manual. Luego de analizar la experiencia, pens� que lo mejor que pod�a hacer era amortizarla

Estando yo sentada en la terraza de un restaurante de mi barrio y disponi�ndome a comer un maravilloso plato de pasta italiana, entran en escena un par de “artistas” callejeros con su performance del d�a. A mi particularmente nunca me ha atra�do ese tipo de espect�culo, pero tampoco me molesta.

Sin embargo, terminando su actuaci�n se acerca uno de ellos a la mesa a pedir contribuci�n econ�mica. Alguna parte de lo sencillo del “no” escapa a su comprensi�n, pero en lugar de tomarse su tiempo para reflexionar sobre el asunto, el muchacho, ataviado con turbante rojo y gafas oscuras, inicia un dicurso-soliloquio…

De entrada dir� que, a parte de que me interrumpan cuando estoy comiendo, tampoco me ha hecho nunca demasiada gracia que me hablen detras unas lentes oscuras… en todo el tiempo no respondo, pero creo que mi cara habla por m�.

Nosotros somos artistas, y este es nuesto medio de vida; no vivimos de explotar a la gente, sabes?

…Claro, no es explotaci�n; que la gente de las vulgar masa, adem�s de trabajar como esclavos os regale a vosotros su dinero por recordarles con tan poca gracia lo imb�ciles que vosotros creeis que son deber�a llamarse “re-explotaci�n”.

En realidad nosotros seguimos el modo de vida hind�, no pertenecemos al sistema, s�lo que tenemos que pasar inadvertidos en �l para sostenernos.

No s� si tu habr�s conocido a un hind� en tu vida, yo s�; s� perfectamente lo que es el ghi, que presumes de conocer; y adem�s lo s� preparar y aplicar en masaje, porque casualmente un yogui me ense��… as� que no me vas a impresionar precisamente con eso. Lo que haces ni siquiera pasar�a como una parodia de lo que tratas de imitar, y es una falta de respeto contra lo que se supone que defiendes, as� que antes que unas monedas lo que te est�s ganando es una patada en el est�mago, que yo no te dar�, pero ya te llegar�, no lo dudes.

Porque nosotros somos activistas, no politicos – la pol�tica no nos interesa – somos activistas espirituales, nuestro objetivo es despertar conciencias dormidas.

Tal vez deber�ais empezar por las propias, no crees? Como sugerencia, si pretendes seguir el modo de vida hind�, por un lado, y ser realmente apol�tico, por otro, estar�a bien que le dijeras a tu compa�ero que se sacara el parche con la sw�stica tachada del culo de sus pantalones – la swastika es un s�mbolo sacro en la India, sabes?-.
Y si quieres ser un activista, empieza a pensar menos en la tragedia existencial de pertenecer a la “�lite” de “artistas” que est�n por encima de la “masa dormida” , y m�s en el compromiso de encontrar los medios para llegar a la gente y llevar a cabo acciones efectivas que den resultados m�s all� de tu triste recolecta monetaria al final de la jornada.

– A estas alturas, yo sigo callada y sonriendo, me observa como si fuera la encarnaci�n del diablo, y habla rabioso… –

Porque lo material no nos interesa, lo material es efimero, como las apariencias… y creemos en el karma, sabes? – me mira con odio, levanta la voz- Tal vez en otra vida nazcas privada de esa belleza! Y se va.

Lo material no os interesa, pero te has enfadado tu s�lo al no recibir las monedas que cre�as merecer… Las apariencias no importan, pero me has venido a molestar simplemente porque me has visto vestida decentemente ante un buen plato que adem�s de satisfacer mis sentidos me alimenta… el mismo plato que, aunque podr�as pagar si dejaras de gastarte el dinero en lo que sea que fumes que te ha dejado el cerebro tan da�ado como lo tienes, consideras un “lujo innecesario”. Me has venido a molestar porque has reparado en mi anillo de gemas y te ha parecido una ostentaci�n, aunque sea precisamente hind�, un s�mbolo de aprendizaje… y un regalo. Y me has querido asustar diciendo que en otra vida puedo perder mi belleza, como si yo no fuera consciente de que eso que tu ves y te parece bello, se ir� con cada a�o que pase en esta misma vida; pero al mismo tiempo sin darte cuenta que la belleza est� en los ojos y la persona del que observa y vive, y que, por lo tanto, tus palabras revelan que tu visi�n y experiencia son terriblemente fr�volas.

Y finalmente el karma… que sabr�s tu del karma? D�jate de pensar en otras vidas, y piensa, por un momento siquiera, en esta misma que est�s desperdiciando. Cuando ten�a tu edad, o incluso algo m�s joven, trabajaba en una f�brica, ten�a que levantarme a las 4:30 y no siempre lo consegu�a, me sent�a tan desgraciada como si cumpliera una condena, era infeliz y estaba llena de complejos f�sicos y ps�quicos. Esa fue la trampa de la que yo ten�a que salir, y salir fue un largo proceso de aprendizaje y acci�n. Te ufanas en decir que las apariencias no importan, pero son lo �nico que tu puedes ver, por eso no entiendes que tu incapacidad para hacerme sentir culpable y robarme por ese medio unas monedas no venga de mi ignorancia o inconciencia, de un estado de “letargia”, sino de mi conocimiento, conciencia y de un estado de “vigilia”. Y sin embargo yo s� que no importa y que no soy mejor que nadie.

No puedes usar el karma en mi contra, porque no sabes lo que es; pero tampoco puedes usar en mi contra las consecuencias de mis acciones, porque precisamente ellas me han tra�do hasta donde estoy, y no tengo nada de lo que arrepentirme. Pero tu no est�s viendo lo que yo soy, sino proyectando lo que tu eres sobre la imagen que te has formado de m�. Y cuando crees que hablas a alguien fr�volo, e ignorante, a quien le han regalado algo, te est�s retratando… tu manera de “no pertenecer al sistema” es la t�pica de los que han enra�zado en su mismo coraz�n, tus palabras son incoherentes y vac�as, y tu vida se sustenta en tomar el fruto del trabajo ajeno, a cambio del humo con el que tratas de cegar no s�lo los ojos de los dem�s, sino los propios.
Te vanaglorias de ser artista, pero act�as como si no supieras que el �nico Arte digno de recibir ese nombre exige sacrificios, estudio y dedicaci�n, y no se vende por unas monedas. Te vanaglorias de tener conocimiento espiritual, pero lo �nico que haces es evidenciar una p�sima educaci�n, una experiencia existencial paup�rrima, y quedar en rid�culo. Porque no est�s tratando de despertar la conciencia de nadie, sino de adormecer tanto la propia como aquellas ajenas que te recuerden que est�s haciendo el imb�cil, mientras esparces veneno sobre la tierra.
Y me desprecias, porque es desprecio lo que esa parte de ti que s� sabe y que tu tratas de amordazar en el fondo de la conciencia siente cuando te ves en un espejo.

No pienses en lo que va a ser de ti en vidas futuras, sino en esta misma, dentro de unos a�os… porque vas camino de convertirte en lo que dices combatir, porque dentro de diez a�os no estar�s haciendo el payaso por las terrazas de los restaurantes, sino viviendo de las rentas de lo que otros consiguieron con leg�timo esfuerzo, o de enchufado en alg�n negocio familiar, viviendo de explotar (a secas) a los dem�s; s�lo est�s dando un rodeo, porque esa parte de t� que a�n no has podido acallar por completo sabe que no est� bien, pero te resistes como un ni�o malcriado a aceptar su consejo de un modo pleno, sin reservas, a pagar el precio no econ�mico que conlleva, y por el que a�n podr�as salvarte de acabar ahogado en la inmundicia.

Yo, por mi parte, estoy lo suficientemente en paz con mi vida, y satisfecha con la imagen que me devuelve el espejo, como para desear suerte a esa parte de t� que sigue viva, en el lance que enfrenta en inferioridad de condiciones.

BREVE RESUMEN; FALACIAS Y SU CONTEXTO

De: Alias de MSNI_Marfil_I Enviado: 15/08/2004 13:31
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BREVE RESUMEN; FALACIAS Y SU CONTEXTO
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Falacias

Indice
1. Introducción
2. Falacias
3. Falacias de Atinencia
4. Falacias de ambiguedad
5. Conclusión
6. Bibliografía

1. Introducción

La palabra falacia es usada a veces, como equivalente al término sofisma. La significación de falacia o sofisma alude a un ¨argumento aparente¨ o a una forma de argumente no válida.

La palabra falacia tiene límites imprecisos en su significado. En algunos contextos aparece el término denotando una falsa creencia o un error expresado en un enunciado, pero éste es un uso impropio. Para que haya una falacia es necesario que estemos en presencia de una argumento; conforme a lo que se ha dicho precedentemente, es menester que se trate de un ¨argumento aparente¨. Desde el punto de vista lógico, no existe un argumento o un razonamiento; pero aunque incorrectos a la luz de la lógica, suele llamarse falacias a loa razonamientos que son psicológicamente persuasivos. Es un modo de argumentar en que hay un error en la estructura del razonamiento, que pasa inadvertido.

Debido al múltiple registro de falacias que han mencionado estudiosos durante la historia, se puede concluir que no se puede, ¨ ni se debe*¨ enunciar una clasificación taxativa de las mismas. Pero se tomará como base la realizada por Aristóteles*2.

Como objetivo principal de esta monografía, es que se conozcan, y se comprendan fácilmente, con términos claros y ejemplos, cada una de las falacias que se presentarán.

2. Falacias

Tradicionalmente, las falacias son divididas en dos grandes grupos: ¨Formales¨ y ¨No Formales¨. El tema que será ondeado, será el de estas últimas.

Para hacer una pequeña referencia sobre las falacias formales, diremos que son aquéllas que están conectadas con esquemas de inferencias válidos (el error se distingue en la estructura ¨fomal¨)

Falacias no formales

Las falacias no formales consisten en errores en el razonamiento sometidos o bien por la fuerza persuasiva del argumento empleado para establecer la conclusión o bien por la ambigüedad que presenta el lenguaje utilizado para formular el razonamiento. A la luz de este criterio clasificatorio las falacias no formales se dividen en dos grandes grupos:

A) Falacias de Atinencia

B) Falacias de Ambigüedad

3. Falacias de Atinencia

La característica común a todos los razonamientos que cometen falacias de atinencia* es que sus premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus conclusiones, no pudiendo establecer su verdad.

La circunstancia de carecer de atinencia lógica, presentando en cambio atinencia psicológica se explica por los distintos modos en que puede ser usado el lenguaje.

1)Argumentum ad baculum*2 (Apelación a la fuerza)

Recibe este nombre la argumentación compuesta por enunciados que aluden a medios de coacción; dichos enunciados son formulados a efectos de fundamentar la concusión que se pretende hacer aceptar.

La intimidación no necesariamente debe hacerse a través de enunciados que aludan a la coacción física, ya que dichos enunciados pueden referirse a otros métodos de intimidación no consistentes en las vías de hecho.

Usualmente sólo se recurre a ella cuando fracasan las pruebas o argumentos racionales. Podría resumirse el ad baculum en la frase: ¨La fuerza hace el derecho¨.

Ejemplo: En la reunión de los ¨Tres grandes¨ en Yalta, al fin de la segunda guerra mundial. Informaron que el Papa sugería un curso de acción, por esto Stalin, en desacuerdo pregunto: ¨¿Y cuántas divisiones dice usted que tiene el Papa para el combate?

2) Argumentum ad hominem*3 ?Ofensivo-

Se la comete cuando, en vez de tratar de refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca al hombre que hace la afirmación.

No hay conexión lógica entre el enunciado que ataca al autor de una proposición y la proposición cuya verdad se pretende refutar.

No se trata de disputar acerca de la verdad o falsedad de la proposición en cuestión, sino arrojar dudas acerca de la plausibilidad y/o de la consistencia de la persona que defiende esta proposición y contra la cual se argumenta ¨ad hominem¨.

La forma en que se puede persuadir a veces este razonamiento falaz es a través del proceso psicológico de la transferencia. Si puede provocarse una actitud de desaprobación hacia una persona, puede convertirse en desacuerdo con lo que esa persona expresa (pero esta conexión es sólo psicológica, no lógica)

Ejemplo: Si se trata de desvalidar la palabra de Pitágoras: ¨El hombre es la medida de todas las cosas¨, con el argumento falaz: ¨¡Esa proposición es falsa como todas las afirmaciones de los sofistas!¨, nos encontramos con que el nexo es sólo emocional y por lo tanto psicológico; no hay conexión lógica entre el enunciado que ataca el autor de la preposición y la proposición cuya verdad se pretende refutar.

3) Argumentum ad hominem ?Circunstancial-

La variedad circunstancial del argumento ad hominem corresponde cuando aprovechando la debilidad de las consecuencias derivadas de principios aceptados por el interlocutor, concluye atacando como inaceptables tales principios. Hay una relación entre las creencias de una persona y las circunstancias que la rodean.

Los principios atacados como inaceptables, presentan la propiedad de ser tesis admitidas por quien se hace pasible de este argumento falaz; en virtud de lo expuesto, dicha falacia en modo circunstancial, también recibe el nombre de ex-concessis*

Ejemplo: Una persona imputa a una cazador ser un desalmado por cazar animales indefensos; y este le refuta el argumento recordándole que el otro que su modo de subsistir incluye el sacrificio de animales, cuya carne consume.

4) Argumento ad ignorantiam*2

Se comete esta falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera argumentado solamente que no se ha demostrado que sea falsa, o bien que es falsa porque no se ha probado lo contrario. La incapacidad de probar la verdad o falsedad de una proposición carece de conexidad lógica con la afirmación de su falsedad o su verdad, según el caso.

Esta falacia suele cometerse con mucha frecuencia en temas relativos a los fenómenos extrasensoriales.

Ejemplo: Un claro ejemplo de esta falacia es si se dijera: ¨debe haber fantasmas porque nadie ha podido demostrar nunca que no los hay¨.

Pero existe un contexto, el jurídico, donde el argumentum ad ignorantiam acarrea la declaración de inocencia de un agente, por parte del órgano aplicador de derecho. Se establece* que la ignorancia por falta de pruebas o pruebas insuficientes acerca de la culpabilidad de un individuo justifica la aserción de su inocencia.

5) Argumentum ad misericordiam*2

El argumentum ad misericordiam constituye un claro ejemplo de la utilización del lenguaje en sentido emotivo como también la falta de atinencia lógica entre los enunciados que constituyen la argumentación y la conclusión que se pretende aceptar.

Mediante esta falacia se pretende que se acepte una argumentación apelando a la piedad.

Se encuentra con frecuencia este tipo de argumentación en los tribunales de justicia, cuando un abogado defensor deja de lado los hechos que atañen al caso y trata de lograr la absolución de su cliente despertando piedad o lastima en los miembros del jurado.

Ejemplo: Como ya se ha mencionado, el uso de esta falacia en los tribunales de justicia es muy común, en donde se trata de mencionar hechos, de poca relación con el hecho en cuestión (meritos, triunfos, estado familiar, servicios prestados al linaje humano, etc.), para conseguir así la inocencia.

Un caso extremo, es la argumentación de una persona, quien havia asesinado a sus padres e intentaba acudir a la piedad del jurado por ser ¨huerfano¨.

6) Argumentum ad populum

Esta falacia tiene varios modos de presentación:

Þ Algunas veces, se solicita mediante una argumentación que constituye un llamado emocional al auditorio, la aceptación para un enunciado que no es la conclusión de un razonamiento lógico válido. Este argumento se dirige a un conjunto de personas, con la intención de provocar en ellos aquellos sentimientos que les hagan adoptar el punto de vista del hablante. Este llamado emocional al pueblo puede implicar falacias ad misericordiam y/o ad hominem*3.

Þ Otras veces, se trata de motivar determinada actitud por parte del auditorio, mediante el empleo de una argumentación instrumentada desde una perspectiva psicológica, a efectos de lograr una actitud emocional en pro o en contra de un anunciado determinado.

Ejemplo: Un funcionario, en lugar de presentar pruebas acerca de los resultados de una medida económica, trata de lograr el asentimiento popular aludiendo a lo ¨progresista¨ de la medida en cuestión, que ejecutada dinamiza un sistema ¨absoleto y superado por los países altamente desarrollados¨. Este lenguaje utilizado trata de provocar una actitud de aprobación por parte del auditorio, quien, factores emocionales mediante, no se detendrá a analizar si el enunciado cuya aprobación se promueve es o no la conclusión de una razonamiento válido.

Þ Otro modo de presentación de esta falacia, lo constituye el lenguaje publicitario.

A efectos de lograr la aceptación de un enunciado que alude al consumo de un producto, los mecanismos publicitarios ponen el ¨acento¨, en otro elemento que es que atrapa la actitud positiva del auditorio.

Con la idea de movilizar sentimientos del público a favor o en contra de una medida determinada el propagandista evitará el laborioso proceso de reunir y presentar pruebas y argumentos racionales y concurrirá a los métodos más breves del argumentum ad populum.

El demagogo publicitario, intentará validar o difamar sin ninguna justificación lógica. Los anunciadores ¨hechizan¨ sus productos y nos venden ilusiones de grandeza junto con productos,

Ejemplo: En casi toda venta de automóviles, se acompaña con hermosas jóvenes, para capturar la atención del consumidor, pero no a través del producto directamente.

Muchas veces se nos dice que una marca o producto es mejor que otras solo por que es la mas vendida. Aunque una cierta creencia es verdadera, una venta masiva del producto no justifica lógicamente la mejoría.

7) Argumentum ad verecundiam*

Un argumentum ad verecundiam es, según John Locke*2, es un argumento que se funda en la superioridad de hombres cuyo saber, eminencia y poder en unos aspectos les concede, o supone que les concede, autoridad suficiente para formular juicios y llegar a conclusiones en otros aspectos.

En pocas palabras, se comete esta falacia cuando para validar un argumento, se citan palabras de una autoridad, pero que posee relevancia en otro campo.

Pero la referencia a una reconocida autoridad en el campo especial de su competencia puede dar mayor peso a una opinión y constituir una factor de importancia.

Ejemplo: Si se alude a la opinión de Jorge L. Borges en materia informática para validar un argumento.

Es muy común esta falacia, en las publicidades, donde a través de famosos, se trata que adquieran productos, porque estos los eligen.

8) Falacia de Accidente

La falacia de accidente consiste en aplicar una regla general a un caso en particular cuyas circunstancias ¨accidentales¨ hacen inaplicable la regla. Lo que es verdad ¨en general¨ o en muchos casos, puede no serlo universalmente, porque las circunstancias modifican los casos, relativisandolos.

Ejemplo: Si una persona, en sano juicio, nos entregara un objeto dañino, con animo de tenencia temporal, y este cae en una demencia, uno ¿Debería seguir la regla general del deber de pagar las deudas?

9) Falacia de Accidente inverso (generalización apresurada)

Cuando se generaliza a partir de excepciones o apresuradamente una regla, que se adecua a pocos casos particulares, se comete la falacia de accidente inverso.

Ejemplo: Si se considera el efecto del alcohol sólo sobre los que abusan de él, podría concluirse que todos los licores son dañinos y requerir que su venta y consumo sea prohibido por la ley.

10) La causa falsa

La falacia llamada de causa falsa (según análisis históricos), ha recibido diferentes nombres latinos, con contenido cercano, pero diferente.

? Non causa por causa: Se refiere a la confusión existente entre lo que no es causa con una causa*. Es decir, ¨No es causa pero se lo trata como una causa¨

Por ende, se podrá decir, que la falacia non causa pro causa consiste en tomar por condición suficiente de un acontecimiento, algo que no lo es.

Ejemplo: Una ejemplificación burda pero clara, sería si se afirmara que ¨el sol sale porque el canto del gallo¨.

? Post hoc ergo propter hoc*2: Designa la inferencia de que un acontecimiento es la causa de otro simplemente sobre la base de que el primero es anterior al segundo.

Consiste en relacionar el post (después de) con el propter (a causa de). Se comete esta falacia cuando se considera que, al ser A antecedente temporal de B, entonces se considera a A como la causa de B (sólo, por ser antecesor).

Ejemplo: Una falacia seria creer que por el testimonio de alguien con resfriado, por beber unos frascos de una cocción de una hierba ¨secreta¨, pudo curarse en dos semanas.

11) Petitio principii*3

Se comete esta falacia cuando se trata de tomar como premisa de su razonamiento la misma conclusión que pretende probar. Se pretende apoyar una conclusión en ella misma y sólo se cambia de palabras.

Si la proposición que se quiere establecer está formulada exactamente en las mismas palabras como premisa y como conclusión, el error será tan manifiesto que no engañará a nadie.

Ejemplo: Esta falacia pueda hallarse en una cadena de varios razonamientos: Si alguien afirma que Shakespeare es un autor más grande que Robbins, porque la gente de buen gusto literario lo prefiere; y si además afirma que la gente de buen gusto es la que prefiere a Shakespeare, se estará cometiendo la falacia.

12) La pregunta compleja

Cuando se comete la falacia de la pregunta compleja se está requiriendo A) una única respuesta, a un interrogante con varias preguntas, o B) una única respuesta a un interrogante que contiene una presuposición.

Ejemplo:

4 Forma A) Si la madre le pregunta a su hijo, si quiere portarse bien e ir a acostarse; claramente se trata de dos preguntas y una de ellas no presupone una particular respuesta a otra. Deben darse ambas preguntas una única respuesta.

Otro ejemplo seria la pregunta: ¿Podría Dios todopoderoso, crear una piedra tan pesada que ni él podría levantar?

4 Forma B) Si se preguntara: ¿Ocultó usted en su escritorio la joya que sustrajo? Este interrogante contiene una presuposición que se ha contestado afirmativamente a la pregunta: ¿Sustrajo usted la joya?

El procedimiento inteligente es tratar la pregunta compleja no como si fuera simple, sino analizarla en sus partes componentes.

13) Ignoratio elenchi*

La falacia Ignoratio elenchi se comete cuando un razonamiento que se supone dirigido a establecer una conclusión particular es usado para probar una conclusión diferente.

Ejemplo: Si en un juicio, el fiscal trata de probar la culpabilidad del acusado de asesinato de un niño, pero no a través de pruebas, sino tratando de explicar lo horrible de la muerte de un hijo. De esta manera se tratara de despertar un estado emocional en el jurado, para que se lo culpe por el horror del crimen, y no por si es realmente culpable.

4. Falacias de ambiguedad

La característica común de las falacias de ambigüedad es que aparecen en razonamientos cuya formación contiene palabras o frases, cuyos significados oscilan y cambian de manera más o menos sutil en el curso del razonamiento.

Se clasifican, según la manera que se presente la ambigüedad, en:

1) Falacia de equivoco

Un razonamiento es falaz por equívoco cuando, si darnos cuenta, se usa dentro del mismo contexto, una misma palabra, con diferentes significados literales.

Ejemplo: ¨El fin de una cosa es su perfección, la muerte es el fin de la vida; por lo tanto la muerte es la perfección de la vida¨ Este razonamiento es falaz, porque en él se hallan dos sentidos diferentes de la palabra fin. En uno se toma como objetivo y en otro como último suceso.

2) Falacia de anfibología

Un enunciado es anfibológico cuando su significado es confuso debido a la manera descuidada, torpe o incorrecta en que sus palabras están combinadas. Un enunciado anfibológico puede ser verdadero en una interpretación y falso en otra.

Ejemplo: Si del enunciado ¨Prohibido casarse a los hombres y mujeres menores de 14 años¨ , se extrae como conclusión que sólo pueden casarse mujeres de más de 14 años, cometemos falacias de anfibología, porque estaríamos interpretando el anunciado como una prohibición de casarse que se aplica a todos los hombres, cualquiera sea su edad y a las mujeres menos de 14 años.

Los títulos de los periódicos, muchas veces presentan anfibologías: ¨Un granjero se saltó la tapa de los sesos después de despedirse afectuosamente de su familia con un revólver¨.

3) Falacia de énfasis

Consiste en el cambio de significado de un enunciado como consecuencia de resaltar o destacar ¨enfáticamente¨ alguna parte del mismo, de tal manera que dicho enunciado tendría una interpretación diferente si se lo formulara sin énfasis alguno.

Ejemplo: El enunciado ¨La coexistencia pacífica de políticos con ideas opuestas, es el ideal de las democracias¨ Si se enfatizan las palabras ¨ideas opuestas¨, podría interpretarse que sólo la coexistencia de políticos con ideas opuestas es el ideal de las democracias, y no así la de políticos con ideas similares.

Este tipo de falacias cometido con frecuencia por la prensa escrita, al remarcar ciertos titulares de tal manera que llamen la atención de público, para atraerlo:

¨¡GUERRA NUCLEAR! es lo que se teme por parte de las naciones…¨ La forma de presentar el enunciado es lo que lo hace falaz.

4) Falacia de composición

Reciben este nombre dos tipos de razonamientos falaces distintos, pero relacionados entre sí.

? El primero de los razonamientos consiste en atribuir las cualidades o propiedades de las partes de un todo, al todo.

Ejemplo: Habría un argumento falaz, si se dijera que, como todas las partes de una máquina son livianas, la máquina es liviana. En donde fácilmente la maquina puede ser pesada, debido a estar compuesta por un gran numero de piezas ¨livianas¨.

Habría otra falacia si se afirmara que como cada uno de los barcos esta preparado, la flota esta preparada para la batalla.

? El segundo de los razonamientos consiste en afirmar que debido a que los componentes de una clase o elemento de una colección tienen determinada propiedad, también la posee la clase o colección misma. La falacia se comete cuando se pretende que lo que se puede predicar distributivamente de una clase o colección, también se puede predicar colectivamente de ella.

Ejemplo: Seria falaz argumentar que como un ómnibus gasta mas combustible que un automóvil, todos los ómnibus gastan mas combustible que los automóviles.

5) Falacia de división

Consiste esta falacia en el error inverso a la falacia de composición, por lo tanto adopta dos formas diferentes:

» El primer tipo consiste en razonar falazmente al atribuir las propiedades de un todo a cada una de sus partes.

Ejemplo: Considerar que porque un edificio es alto, cada uno de sus pisos son altos.

Afirmar que porque una obra literaria sea interesante, cada uno de sus capítulos lo son.

» El segundo tipo consiste en atribuir las propiedades de una clase o colección a cada uno de los miembros de la clase o elementos de la colección. También se confunden las cualidades que se atribuyen distributivamente con las que lo son colectivamente, consistiendo la falacia en afirmar que lo que es cierto de una clase colectivamente también lo es distributivamente.

Ejemplo: La afirmación ¨el hombre desciende del mono¨. Sólo puede ser verdadera considerada colectivamente, pues si se predicara distributivamente la propiedad de descender del mono, de cada uno de los hombres, esto sería falso (y ofensivo para algunos padres…)

5. Conclusión

Es natural que nos preguntemos como tales argumentos pueden engañarnos. Ante esto se podrían citar dos respuestas: A) No siempre es obvio que una determinada argumentación constituye una falacia, ya que una larga discusión, podría fácilmente, llevarnos a la fatiga y perjudicar nuestra atención, pasando por inadvertidas la poca atinencia de la conclusión con respecto a las premisas. B) Y segundo, y más importante, que el lenguaje no solo sirve para comunicar información, sino que puede despertar grandes emociones.

No hay un procedimiento específico que no permita evitar las falacias. Por tratarse de razonamientos de carácter persuasivo, las formas, o mejor dicho, las grande formas que pueden adoptar son muy sutiles.

Creo yo, como ha dicho el maestro Aristóteles, que todo aquel que tenga que argüir, debe conocer estos razonamientos viciosos, carentes de articulación lógica ; pero no para utilizarlos, y enfermar así el lenguaje ; sino para estar prevenidos contra ellos cuando sea probable su utilización por el adversario.

6. Bibliografía

Gómez Astrid y Brueva Maria: ¨Análisis del Lenguaje Jurídico¨, Págs. 155-181, ED. de Belgrano. Bs. As., 1982.

Dra. Lubertino Maria: Apuntes para el primer parcial. ED. Empresa Centro. Bs. As., 1999.

Jiménez Felipe: Lecciones sobre las falacias lógicas. Notas del IES (Institute for the international Education of Students), U.S.A., 1999.

Trabajo enviado por:
Lovrencic Germán T.
germantl@yahoo.com
Cátedra a cargo: Dr. García Zarate
Año: 1ro
Comisión: E

INTRODUCCION A LAS FALACIAS

De: Alias de MSNI_Marfil_I Enviado: 15/08/2004 13:27

INTRODUCCION A LAS FALACIAS
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Sacado de: http://www.arp-sapc.org/alojadas/falacias1.html
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¿Que es una falacia lógica?

Una falacia lógica es una proposición presentada como verdadera en una afirmación, pero que solo lo es aparentemente.

¿Y a mi que me importa esto?

Las falacias lógicas son utilizadas comúnmente para justificar argumentos o posturas que no son justificables utilizando la razón. Suelen enmascarar engaños, falsedades, o estafas. Saber reconocer las falacias lógicas es de gran ayuda para no ser engañado.

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Falacias de distracción:

Estas Falacias se caracterizan por el uso ilegitimo del operador lógico, con el fin de distraer al lector de la aparente falsedad de cierta proposición.

Cambiando de tema:

Las falacias en esta sección cambian de tema para discutir sobre la persona que emite el argumento, más que sobre las razones para creer o no en la conclusión. Aunque en algunas ocasiones citar autoridades es útil, casi nunca es apropiado discutir sobre la persona en lugar de sobre el argumento.

Apelando a la motivación para obtener apoyo

Las falacias en esta sección tienen en común la práctica de apelar a emociones o a factores psicológicos, de manera que no ofrecen razones para creer en la proposición.

Falacias inductivas

El razonamiento inductivo se basa en la inferencia, a partir de las propiedades de una muestra, de las propiedades de la población como un todo.

Falacias que involucran silogismos estadísticos

Una generalización estadística es una afirmación que normalmente es cierta, pero no siempre. Muy a menudo, estas se expresan usando la expresión “la mayoría”, como en “La mayoría de los conservadores están a favor de los recortes en programas sociales” Otras veces la palabra “generalmente” es usada, como en “Los conservadores generalmente están a favor de recortes en los programas sociales”. Y otras más no usan una palabra específica, como en “Los conservadores prefieren los cortes en los programas sociales”.

Las falacias que incluyen generalizaciones estadísticas suceden porque la generalización no es siempre verdadera. Así que, cuando un autor trata una generalización estadística como si siempre fuera real, el autor incurre en falacia.

Falacias causales

Es común, en una discusión, concluir que una cosa causa otra. Pero la relación causa-efecto es compleja. Es fácil cometer un error. En general, podemos decir que la causa C produce el efecto E si y solo si:
Generalmente, si sucede C, sucede E y,
Generalmente, si no sucede C, no sucede E
Decimos “generalmente” porque siempre hay excepciones. Por ejemplo:

Decimos que si usted raspa una cerilla (fósforo), se enciende porque:
Generalmente, cuando se raspa una cerilla, se enciende (excepto si la cerilla está mojada), y
Generalmente, cuando la cerilla no se raspa, no se enciende (excepto si se enciende con una llama)
En muchas instancias, también se exige que una afirmación causal sea apoyada por una ley natural. Por ejemplo, la afirmación “raspar una cerilla causa que se encienda” es apoyada por el principio “la fricción causa calor, y el calor produce fuego”

Equivocando el fondo

Estas falacias tienen en común el fallo general de no probar que la conclusión sea cierta.

Falacias de ambigüedad

Las falacias en esta sección son todas instancias en las que una palabra o frase se usa en forma poco clara. Hay dos formas en que esto puede ocurrir:
La palabra o frase puede ser ambigua, en cuyo caso tiene más de un significado claro.
La palabra o frase es difusa, en cuyo caso no tiene un significado claro.
Falacias de categoría

Estas falacias ocurren porqué el autor equivocadamente asume que el todo no es más que la suma de las partes. Sin embargo, elementos unidos pueden tener propiedades diferentes de las que tendría cualquiera de ellos por separado.

Falacias Non-Sequitur

El término non sequitur significa textualmente “no se sigue”. En esta sección describiremos las falacias que se suceden como consecuencia de argumentos inválidos.

Falacias Silogísticas

Las falacias en esta sección se refieren a silogismos categóricos inválidos.

Falacias de explicación

Una explicación es aquella forma de razonamiento que intenta responder a la pregunta “¿Por que?”. Por ejemplo, es por medio de una explicación que respondemos a preguntas como, “¿Por que el cielo es azul?”. Una buena explicación se debe basar en una teoría científica o empírica. La explicación sobre el porque del cielo azul, se debe ofrecer en términos de la composición del cielo y teorías de la reflexión de la luz.

Falacias de definición

Para esclarecer nuestras palabras o conceptos, usamos una definición. El propósito de la definición es establecer el significado exacto de una palabra. Una buena definición debe llevar al autor a entender la palabra o concepto sin ayuda externa. Por ejemplo, supongamos que queremos definir la palabra “manzana”. Si la definición tiene éxito, entonces el lector debe ser capaz de distinguir todas y solamente las manzanas que existen. Si el lector omite algunas manzanas, o bien incluye algún otro tipo de cosas (como peras), o no puede distinguir entre lo que es una manzano o no, entonces la definición falla.

Teorema de Gödel

De: Alias de MSNGeniusAr  (Mensaje original) Enviado: 31/08/2004 0:11

El teorema de Gödel es uno de los resultados fundamentales de las matemáticas del siglo XX y una de las aportaciones cruciales a las matemáticas de todos los tiempos. Por su importancia, es equiparable a la teoría de la relatividad de Albert Einstein o al principio de incertidumbre de Werner Heisenberg.

A pesar de su enorme relevancia, poca gente fuera del mundo de la ciencia ha oído hablar de él. Es, sin embargo, un teorema que no es difícil de entender, que provoca enorme interés en quienes lo llegan a captar y cuyas aplicaciones ilustran fascinantes paradojas matemáticas.

Tal vez la mayor aportación de Kurt Gödel (1906-1978) es que, junto con otros trabajos de pensadores del siglo XX, sus teoremas establecen límites para las matemáticas en particular y para el conocimiento científico en general. En pocas palabras lo que Gödel nos dice en su teorema es que nunca llegaremos a conocer todos los secretos del Universo.

Esto es verdaderamente importante, pues antes de este resultado, los científicos y el público en general considerábamos que no existía límite alguno para la ciencia. Creíamos ingenuamente que era sólo cuestión de tiempo, pero que al final llegaríamos a comprender todos los secretos de la naturaleza. Los pensadores posteriores a la Revolución Industrial consideraban que la naturaleza era como una inmensa máquina preprogramada y con optimismo afirmaban que, tarde o temprano, los científicos llegarían a conocer todas las reglas de la máquina. Hoy sabemos que existen aspectos que son imposibles de conocer debido a las limitaciones inherentes a cualquier sistema de conocimientos, incluida la ciencia misma.

Muchas personas han afirmado que la ciencia no tiene respuestas a todas las preguntas. Cualquiera puede decir esto. Lo verdaderamente importante del trabajo de Kurt Gödel es que él fue el primero en demostrar rigurosamente esta aseveración y construyó su demostración usando el lenguaje preciso de la lógica simbólica. Gödel utilizó el rigor de las matemáticas para demostrar, sin lugar a dudas, que las matemáticas mismas son incompletas.

Sabemos que el teorema de Gödel puede demostrarse de una forma rigurosa y que se aplica a cualquier sistema de razonamiento basado en un conjunto finito de axiomas o leyes básicas. Estos sistemas incluyen a todas las ramas de las matemáticas, a muchos planteamientos de la filosofía y la lingüística, así como a las ciencias duras como la física o la astronomía. Sin embargo, otras ramas del conocimiento humano, por ejemplo las ciencias sociales como la economía, la psicología o la sociología u otras todavía menos científicas, como la teología o la historia, no permiten que el resultado del teorema de Gödel se les aplique con rigor y las implicaciones que se obtengan de esta dudosa aplicación pueden ser falsas.

En pocas palabras, lo que el teorema de Gödel parece afirmar en términos muy generales, es que el conocimiento racional nunca podrá penetrar hasta el final y alcanzar la verdad última y definitiva del universo. Esta limitación no solamente es válida para los conocimientos que la humanidad pueda llegar a alcanzar con toda su ciencia y tecnología presente o futura, sino que va más allá del ser humano y habla de cualquier sistema finito de conocimientos ser creado por un ser biológico, electrónico o de cualquier otro tipo, aunque no lo podamos imaginar.

Esta limitación fue la causa de infinita angustia para matemáticos, científicos y filósofos, pero, paradójicamente, la comprensión y aceptación del teorema de Gödel es también una suerte de liberación.

En las palabras de Rudy Rucker: Para muchos estudiantes de lógica la comprensión profunda del teorema es prácticamente una experiencia mística. Esto se debe en parte a la leyenda que el nombre de Gödel lleva consigo, pero en el fondo se debe a que la comprensión de la naturaleza laberíntica del castillo que te aprisiona, de alguna forma te otorga la libertad.

Los interesados pueden ver la fuente de este escrito y ampliar en

http://www.dgdc.unam.mx/Hipercuadernos/Godel/Intro.html

Sumamente didáctico y altamente recomendable

La Navaja de Occam

De: Alias de MSNVertebreaker_Icon  (Mensaje original) Enviado: 20/07/2006 9:41

William de Occam formul� un principio que se volvi� conocido con el nombre de la navaja de Occam. En su forma original dice “No multiplique las entidades innecesariamente”. Esto es, si puede explicar algo sin suponer la existencia de alguna entidad, h�galo.

Hoy en d�a, cuando la gente se refiere a la navaja de Occam, lo suelen hacer de una forma m�s general, como por ejemplo “tome la soluci�n m�s sencilla”.

La relevancia para el ate�smo es que podemos contemplar dos explicaciones posibles para lo que vemos alrededor nuestro:

    * 1.- Existe un universo incre�blemente intrincado y complejo, que comenz� como resultado de procesos naturales.
    * 2.- Existe un universo incre�blemente intrincado y complejo, y hay un Dios que lo cre�. Claramente, este Dios debe ser de una complejidad no igual a cero.

Dado el caso que ambas explicaciones se ajusten a los hechos, la navaja de Occam nos sugiere que debemos tomar la m�s simple -la soluci�n n�mero uno-. Desgraciadamente, algunos argumentan que existen una tercera soluci�n a�n m�s simple:

    * 3.- No existe un universo incre�blemente intrincado y complejo, solamente nos lo imaginamos.

Esta tercera opci�n nos lleva l�gicamente hacia el solipsismo, que mucha gente no encuentra aceptable.

Morir con dignidad

Morir con dignidad

Doris Suchecki
“Nada es permanente excepto el cambio”
Heráclito (540-480 a.C.)

Sumario

Hace algunos años, surgió la tanatología como disciplina de estudio de la muerte y el morir. Esta especialidad se originó y desarrolló a partir de investigaciones que se hicieron dentro del campo de la medicina contemporánea, la psicología y la sociología. Su objetivo es rescatar y valorizar el bien morir. Pero, para que esto realmente suceda, estas tres disciplinas científicas tendrán su razón de ser, si se nutren en la filosofía, la teología, (aunque uno mismo sea agnóstico), en el amor, la compasión y en la creatividad necesaria para acompañar a cada ser absolutamente singular.
En este marco de ideas se abordan los antecedentes; el proceso tanatoterapéutico; la cultura, creencias y expectativas; la familia, el/la muriente y el momento del ciclo vital. Preocuparse por la muerte no significa una evasión ante la vida, todo lo contrario. La integración de la idea de muerte en el pensamiento permite erigir nuestras vidas de acuerdo a propuestas más conscientes y meditadas, no derrochando “demasiado tiempo en cosas sin importancia”.

Palabras clave
Bien morir. Interacción. Cultura. Singularidad.

Dying with dignity. Summary
Some years ago, tanatology appeared as a field that study death and the way to die. This field of research did originate in investigations made by contemporary medicina, psychology and sociology. Its objective is to salvage and valorize the good dying. In order for this to succeed, those three scientific disciplines will have its reasons of existence, if they feed on philosophy, theology (even though one es agnostic), on the love, the compassion and the creativity necessary to accompany each singular human being.
In this frame of ideas one focuses on: the tanatotherapeutic process; the culture, beliefs and expectations; the family, the dying and the moment of the vital cycle. To worry about death does not mean an escape from life, quite the contrary. The integration or the idea of death in the thinking process allows us to build our lives according to a more conscious and meditated basis, without wasting “too much time in unimportant things.”
Key words
Death. Interaction. Culture. Singularity.

Introducción

Pareciera que hablar de la muerte es convocarla y efectivamente, así es. Imágenes de seres queridos que ya no están físicamente con nosotros, se superponen con nuestras fantasías más temidas. La fascinación por lo desconocido se superpone con el miedo al deterioro, al dolor y al desapego.
Hace algunos años, surgió la tanatología como disciplina de estudio de la muerte y el morir. Esta especialidad se originó y desarrolló a partir de investigaciones que se hicieron dentro del campo de la medicina contemporánea, la psicología y la sociología. Su objetivo es rescatar y valorizar el bien morir. Pero, para que esto realmente suceda, estas tres disciplinas científicas tendrán su razón de ser, si se nutren en la filosofía, la teología (aunque uno mismo sea agnóstico), en el amor, la compasión y en la creatividad necesaria para acompañar a cada ser absolutamente singular.
Examinar la muerte, como examinar la vida, requiere la escucha y la lectura de una pluralidad de discursos. Cada uno de ellos tiene un contexto de validez y un ámbito de aplicación. Sin embargo, es posible que no estemos en condiciones de comprender muchos de esos discursos, pero esto no quiere decir que por el sólo hecho de no comprender no existan o no sean realidades. El lenguaje del moribundo es caótico, y obliga a quienes nos especializamos en esta disciplina a colocar el caos dentro del orden. Pero, colocar el caos dentro del orden no significa ordenar el caos sino respetarlo. Acomodar con este pensamiento nos remite a uno de los puntos fundamentales que tiene que ver con el misterio de la vida y de la muerte, la humildad frente a lo desconocido.

Antecedentes

Hablar de la muerte y sus circunstancias se ha convertido en un tema tabú. A muchos de nosotros, admitir que la vida es limitada, nos produce una horrible sensación de vacío. Nos cuesta reconocer que parte del proceso de crecer, es aprender a convivir con la paradoja de “nacimos para morir”.
Desde el principio de los tiempos el hombre luchó contra la idea de la muerte. Brujería, religiones, incluso la medicina fueron territorios en donde se combatía o por lo menos, donde se postergaba la muerte. Cuentan los narradores en los libros sagrados, en la literatura, en la poesía y en la filosofía, que el hombre notaba la proximidad de su muerte y actuaba en consecuencia según su momento histórico cultural. Eran tiempos en que las enfermedades algo graves casi siempre eran mortales. Por ejemplo en la Roma Imperial la longevidad no superaba los veinticinco años, promedio que se mantuvo durante la Edad Media y que aumentó en cinco años hasta mediados del siglo XIX, en que se llegaba a vivir treinta y cinco años. La longevidad era excepcional, se convivía con la muerte en lo cotidiano. Un documento pontificio de la Edad Media estipulaba que era obligación del médico no privar al moribundo de su muerte y que convenía que la presidiera. La proximidad de la muerte trasformaba la habitación del moribundo en un lugar público. Las artes moriendi del siglo XV, ya recomendaban dejar al moribundo a solas con su alma para que no hubiese distracciones en su intimidad con Dios. A partir del siglo XVII, el moribundo dejó de ser el único dueño de su muerte. La compartió con su familia. Los médicos ilustrados de finales del siglo XVIII se quejaban de esta mala costumbre de invadir las habitaciones de los enfermos, e intentaban poner orden en ese caos de familiares, vecinos, y plañideras; velas y ventanas cerradas con el objeto de preparar al enfermo para un final más digno. La costumbre en el siglo XVIII y XIX, exigía que la muerte fuera el centro de una ceremonia ritual donde si bien el sacerdote tenía su sitio, era uno más entre los demás participantes. El moribundo estaba investido de una autoridad soberana, dictaba recomendaciones, daba órdenes y hacía las bendiciones.
Estudios antropológicos, sociológicos, y psicológicos muestran que cuanto más avanzamos en el tiempo, y más ascendemos en la escala social y urbana, hay menos proximidad con la muerte, menos conciencia de muerte y más soledad. La muerte antaño era una figura familiar, era parte de la cotidianeidad. Admitirla hoy, es casi provocar una situación excepcional teñida de dramatismo. Algunos estamos saliendo de ese período de negación de la muerte: en que se la escondía, se tenía vergüenza, se la negaba. “De eso no se habla”, “Es obsceno”, “Es demasiado triste”. Los ritos de la muerte habían perdido validez. Frente a la muerte sólo se intentaba eliminar el cuerpo que delataba el fracaso humano.
El desarrollo contemporáneo de la ciencia y la tecnología ha contribuido a fortalecer la creencia a esperar imposibles. Nadie debiera enfermar. Nadie debiera envejecer, nadie debiera morir. Nadie debiera sufrir. Esta negación de la muerte y de la naturaleza humana, no logra sostenerse en la realidad. En consecuencia, se asocia la muerte al fracaso de la tecnología y la ciencia.

Albert Schweitzer escribió:

“Si queremos llegar a ser buenas personas de verdad, debemos familiarizarnos con la idea de la muerte. No necesitamos pensar en ella todos los días ni a cada hora. Pero cuando la senda de la vida nos conduzca a una posición ventajosa donde el paisaje alrededor desaparezca, y contemplemos la vista distante hasta el mismo final, no cerremos los ojos. Hagamos una pausa por un momento, observemos el paisaje lejano, y luego prosigamos. Pensar en la muerte de este modo produce amor por la vida. Cuando estamos familiarizados con la muerte, aceptamos cada semana, cada día como un don. Sólo cuando somos capaces de aceptar así la vida, poco a poco, ésta se torna preciosa.”

A partir de los años cincuenta de este siglo, médico y enfermeras del tenor de Elisabeth Kubler-Ross y Cecily Saunders comenzaron a plantearse problemas acerca de la muerte y el proce
so de morir. Crearon un movimiento basado en el amor y la escucha. Observaron reacciones, estados, etapas por los que transitan los murientes en el tiempo de vida. Fundaron hospicios con cuidados paliativos para acompañar en los últimos momentos a personas afectadas de enfermedades terminales. En la década de los setenta, los Simonton y Stephen Levine encontraron caminos alternativos basados en programas grupales o individuales de meditación y resignificación de la enfermedad y la muerte. Muchos enfermos lograron revertir el diagnóstico, o simplemente recuperar la dignidad para morir. Este movimiento se ha ido expandiendo, y con ello se está rompiendo el tabú.
El hecho de preocuparse de la muerte no significa una evasión ante la vida, todo lo contrario. La integración de la idea de la muerte en el pensamiento, permite erigir nuestras vidas de acuerdo a propuestas más conscientes y meditadas, no derrochando “demasiado tiempo en cosas sin importancia”.

Relación terapéutica

La relación tanatoterapéutica es una relación compleja en donde se plasma el interjuego de las dinámicas culturales, interpersonales e interpsíquicas.
Estamos en presencia de la muerte, pero de hecho nos ocupamos de la vida en sus últimos momentos.
Frente a este desafío debiéramos preguntarnos: ¿Qué es la muerte? ¿Cómo la definimos? ¿Nos atrevemos a nombrarla? ¿Cómo se construyó este concepto en nuestra historia personal? ¿Qué nos sucede cuando un ser querido, un conocido, un paciente muere, o cuando nos informan que tiene una enfermedad terminal? Nos rebelamos. Lo negamos, nos resignamos, o lo aceptamos. ¿Tenemos consciencia que la muerte está presente en toda la vida? Cada muerte, como cada vida es singular y deja en nosotros una huella única. Todos quisiéramos saber cómo es la muerte, aunque pocos estemos dispuestos a admitirlo. Para muchos, la muerte sigue siendo un secreto oculto tan erotizado como temido.
Situaciones fortuitas, muertes repentinas, accidentes, catástrofes y guerras, replanteos éticos consecuencia de nuestras profesiones, o crisis existenciales hacen que nos ocupemos de la muerte. En general, la muerte se asocia a la vejez y la enfermedad, este mito hace que nos interese más la muerte a medida que envejecemos. Tanto el envejecimiento como la muerte son cosas normales y naturales, pues una y otra son universales y sin excepción entre los “mortales”. La vejez y la muerte son, al mismo tiempo que normales, patológicas, es decir se manifiestan por desórdenes y enfermedades. La vejez y la muerte como perturbaciones abren, pues, la vía a la acción. Acción práctica que, por el momento, sólo puede ser paliativa pero que puede llegar a ser restauradora.
Volvamos al desafío de atender, de acompañar a una persona afectada de una enfermedad terminal o moribunda, y escuchemos los interrogantes que debiéramos permitir que se nos planteen: ¿Cuál es mi grado de compromiso emocional, físico, técnico y espiritual? ¿Cuál es la manera más eficaz de colaborar en el proceso de la enfermedad y/o de muerte? ¿Cuál es el contexto en que está inmerso el paciente? ¿Cuáles son los recursos con los que él/ella cuenta: físicos, psíquicos, afectivos, económicos, espirituales, sociales? ¿Cuál es mi lugar dentro de ese contexto? ¿Qué se espera de mí y que es lo que estoy dispuesto a dar? ¿En qué momento del ciclo vital del paciente la enfermedad se despliega? ¿Y en qué momento del ciclo vital familiar?, y ¿cómo estos datos resuenan en mi persona en este momento particular de mi vida? En general, nuestro sufrimiento es mayor cuando se trata de un niño o un joven, que cuando se trata de una persona adulta de mayor edad. De cualquier manera, es importante recordar lo que Cecily Saunders dijo: “La verdadera cuestión no es qué le decimos a nuestros pacientes, sino qué es lo que nosotros permitimos que ellos nos digan”, y ese permiso para hablar, para preguntar y para morir se lo daremos acorde a la elaboración de nuestros propios interrogantes existenciales.
Parto de la idea de que somos seres singulares y sociales en permanente interacción con todo cuanto nos rodea, en nuestro contexto y en nuestro tiempo. La vida cotidiana es, de hecho, una vida en la que cada uno juega varios roles sociales de acuerdo a quien sea en soledad, en su trabajo, con amigos o con desconocidos. Vemos así, que cada sujeto tiene una multiplicidad de personajes en sí mismo, un mundo de fantasmas y de sueños que acompañan su vida.
El mundo en el que vivimos es un mundo de la experiencia, que se construye a través de la percepción y el lenguaje que se genera en la interacción. Afectamos y somos afectados, somos causa y consecuencia en los múltiples eventos correlativos donde participamos modificando la percepción y a la que a través del lenguaje, le damos significado. Somos constructores de realidades. Somos presente dentro de un flujo continuo de presentes. Estamos influenciados por nuestras memorias de pasado y de futuro, por ciertos mitos y costumbres de nuestra cultura, por nuestra etnía, por nuestro contexto geográfico, por nuestras mudanzas, por nuestro género, por nuestras familias, por nuestra experiencia de ser seres vivos en permanente cambio, aunque en algunos niveles esos cambios sean imperceptibles. Comparto con autores como Gergen, que: “El conocimiento no es algo que esté en la cabeza de las personas, sino algo que las personas llevan a cabo conjuntamente”. Para Gergen, la realidad es producida por acuerdo de significados, esto no ocurre fuera del contexto lingüístico humano. Maturana dice que: “Lo humano se vive en el conversar, en el entrelazamiento del lenguajear y el emocionar que es el conversar. Más aun, lo humano se vive en redes de conversaciones que constituyen culturas.”
Para ayudar-acompañar al paciente terminal, propongo un esquema cuyos bordes debieran ser permeables por los que atraviesan infinitas líneas y redes de información, que se interceptan, generan y/o bloquean nuevas formas de información y acción (véase el gráfico).

Cultura-sistema de creencias-equipo asistencial

Como ya he señalado, es en el mundo de las conversaciones, en el intercambio de palabras, emociones y acciones, donde se generan y negocian las creencias con respecto a la salud, a la enfermedad, a la familia, al poder, a los valores y a todo tipo de definiciones, que normalizan y dan un determinado perfil a cada grupo económico-socio-etno-cultural. Cada cultura tiene rituales para señalar pérdidas importantes, para manejar el dolor de los sobrevivientes y para facilitar la continuación de la vida después de tal pérdida. Aparecen entonces, diferencias significativas en las definiciones que se dan acerca de la enfermedad y la muerte. En cuáles son las obligaciones de la comunidad para acompañar-ayudar al enfermo/muriente y su familia. En qué constituye una familia, cuál es la responsabilidad de la familia en el cuidado de sus miembros enfermos, quién y cómo se lo atiende. Cuáles son las expectativas frente al tratamiento, al dolor y al sufrimiento. Cómo debieran ser las manifestaciones de dolor o quejas, cuánto debiera durar el duelo.
Por ejemplo, los enfermos de origen italiano o judío tienden a quejarse de sus síntomas y a describirlos en detalle, mientras que los enfermos de origen anglosajón protestantes tienden a no quejarse, a negar o encubrir estoicamente las dolencias. El tener conocimiento de estas tendencias diferenciadas dentro de los grupos étnicos y económico-socio-culturales, invita a relativizar nuestros propios valores acerca de cómo, cuánto, y dónde el paciente y su familia, y otros significativos debiesen quejarse o sufrir.
El objetivo del equipo asistencial es el logro de una muerte digna. Para ello se asiste a cada enfermo en cuatro niveles: el nivel físico, el nivel emocional, el nivel intelectual y el nivel espiritual. El paciente terminal necesita ayuda para aliviar su dolor, la información justa para romper las fantasías negativas y enfrentar los miedos; afecto de quienes están cerca de él y también algo espiritual que lo contenga y ayude en el tránsito hacia no sabemos qué. Asistir es contener afectivamente y colaborar en el bloqueo de situaciones y conductas que mantengan o incrementen el sufrimiento. Informar para que el paciente y la familia puedan evaluar y tomar decisiones acerca del tratamiento adecuado, y/o para morir. En nuestro tiempo, en nuestras sociedades, el sufrimiento físico se ha vuelto psicológicamente intolerable; la agonía se ha vuelto “inhumana”. Lo moralmente digno ya no es el deber de vivir y de aceptar el dolor, es el deber del médico de abreviar los sufrimientos y respetar la voluntad de sus pacientes.
Los pacientes necesitan que sus médicos les digan cuál es su posibilidad de vida. No todos los médicos quieren hablar ni todos saben cómo hacerlo. La ciencia médica no es una ciencia exacta, no hay certeza, hay probabilidades. Por eso es importante manejar la información con cautela. Un buen cirujano quizá no pueda lograr una conversación fluida con su paciente, pero alguien de su equipo tiene que poder suplir la carencia.
Lo que se intenta es que el enfermo recupere su autonomía ejerciendo la capacidad de elegir con libertad. Esta elección depende del conocimiento que tiene el enfermo de la enfermedad y los posibles riesgos y beneficios del tratamiento que está evaluando. El conocer los riesgos también le permite pensar y elegir en dónde morir, así como reordenar sus lazos familiares en los aspectos afectivos, económicos y sucesorios. De esta manera, el enfermo tiene la oportunidad de saldar deudas y de despedirse de quienes no estuvieran cerca por problemas de distancia real o afectiva.
Recordemos que el factor tiempo es desencadenante de acciones. El tener en cuenta una tipología de enfermedades psicosociales nos permite preparar a la familia, a la persona enferma, y a nosotros mismos en los complejos desafíos y crisis que provocan la enfermedad y la muerte. ¿Cuáles son las características de la enfermedad que padece el paciente en cuestión? ¿Cuál es la probable evolución?

Propongo este conocido esquema a modo de recordatorio:
Aparición: aguda o gradual.
Su trayectoria: progresiva, constante. o episódica.
Su desenlace: progresivo (de cronicidad y deterioro en corto tiempo, en tiempo largo, o muerte súbita) o sorpresivo.
Su posibilidad de incapacitar: ninguna, suave, moderada o severa: a nivel cognoscitivo, cinético o sensorial.
La aparición de una enfermedad o una muerte súbita, implica una ruptura en el equilibrio del afectado y su entorno. Esto provoca el estrés. El estrés a su vez provoca una crisis que si la persona y la familia son capaces de usar recursos existentes y definir la situación de tal manera que acompañen el cambio que se produce dentro del sistema familiar y social será una crisis para el crecimiento.
La crisis se presenta cuando algún elemento presiona el sistema pidiendo cambio fuera del repertorio usual de ese sistema.
Crisis de acuerdo con el diccionario Webster es: “Un estado de cosas entre las cuales de una u otra manera es inminente un cambio decisivo”. A pesar que la definición de crisis en Occidente, no menciona como lo hacen los chinos la palabra “oportunidad”, en nuestra cultura es muy común considerarla como algo que debe ser evitado, pero es imposible lograr cambios sin crisis.
El vocablo chino “wei-ji”, que significa “crisis”, es una combinación de los caracteres correspondientes a peligro y oportunidad.
Es evidente que toda crisis genera anticuerpos, la persona o grupo que está en crisis como cualquier especie en peligro de extinción apela a anticuerpos para sobrevivir. Pero también la crisis en sí, como ente independiente, obedece a ese mandato de supervivencia y lucha por no desaparecer.
Cuando alguien entra en estado de crisis, generalmente debe actuar como un nadador experto frente a una corriente que le impide acercarse a la costa. Enfrentar la corriente es suicida, las fuerzas se agotan inútilmente y la diagonal salvadora surge de la convicción de que el camino directo para llegar a la costa no existe más. Cuando el nadador llega a esa convicción, ya se ha salvado. Tal vez necesite dejarse llevar por la corriente durante un rato para recuperar las fuerzas y sólo después negociar con las circunstancias.
Las crisis son oportunidades para la creatividad, la reparación y el crecimiento. Las personas luchan por darle un nuevo significado a la situación. Cuando son capaces de redefinir la situación como un “desafío”, una “oportunidad de crecer”, o dotar a la crisis con un significado particular, tal como “creer que es lo mejor para todos”, las situaciones críticas se convierten en fuentes de aprendizaje. El hecho de no minimizar ni negar la realidad de la situación facilita el desenvolvimiento de ajuste y adaptación exitosas.
Es común el pensar que el presente es consecuencia del pasado. Cuando en realidad todo empieza ahora y acá. Lo que llamamos pasado es la estela del presente visto con los manipuladores ojos de la memoria. Incluso esa manipulación que estamos haciendo ahora y acá, la hacemos combinando elementos que si fueran combinados en otra forma serían otro pasado. El fabricar el pasado, es como las palabras que nosotros colocamos en un orden determinado sobre el papel para ser leídas cuando terminemos de escribirlas. Por lo tanto, lo que estamos haciendo es también fabricar futuro. Las crisis son las grandes fábricas de futuro, pensamos aceptar que ese pasado lo estamos fabricando nosotros en el presente, la situación cambia totalmente. Y esa realidad, construida desde el desafío de nuevos aprendizajes, tal vez sea una plataforma de lanzamiento para elevarnos quién sabe a donde.
Los tanatoterapeutas trabajamos dentro de la ambivalencia entre intimidad y diferenciación, y su manejo es una cuestión de dosis y prudencia. Muchas veces nos sentimos agraviados por las presentaciones de impotencia del enfermo, quien ubica demandas excesivas en nuestra capacidad de resolución. Ira y tristeza son emociones con las que tenemos que lidiar.
Investigaciones que se hicieron en Francia a partir de doce cuestionarios recogidos entre oncólogos y del estudio de cierto número de autores, demuestran que la elección de la profesión médica o asistencial, no se apoya sólo en motivos racionales o contingentes (interés intelectual o cultural, prestigio social, vocación humanitaria), sino también en razones más profundas en parte inconscientes y cuya función es reparadora. Frente a la enfermedad incurable, se asiste una vez más a la reactivación del sentimiento de impotencia, a la frustración de las aspiraciones salvadoras y a la confrontación con la muerte.
El modo en que cada uno de los miembros del equipo asistencial confronta, elabora y transforma la angustia, la frustración y la impotencia, abundará en efectos positivos o negativos para el paciente y su entorno significativo. Lo óptimo sería: integrar conocimientos, eficacia técnica y compasión amorosa.
En un contexto donde entrar en fase terminal es vivido por el mundo médico como un fracaso, es necesario reevaluar el trabajo técnico realizado y elaborar los duelos. Duelo utilizado con término que hace referencia a la capacidad emocional para superar las pérdidas y las separaciones. Duelo por nuestras limitaciones, por nuestra impotencia, duelo por los afectos que se desarrollaron con nuestros pacientes y sus allegados significativos.
Despedirnos con amor, perdonar y perdonarnos. A posteriori, replantear los éxitos y fracasos en la metodología abordada y aprender de los errores cometidos transformándolos en enseñanzas.
Familia-sistema de creencias-momento del ciclo vital
La familia es un grupo de personas que transita por un largo camino de continuas transformaciones. Atraviesa cambios en su composición (casamiento, nacimiento, escolaridad, adolescencia, alejamiento de los hijos del hogar, jubilación, muerte), por una amplia gama de circunstancias adversas o favorables.
Cada familia es diferente en su manera de comunicarse y conversar, de darse afecto, de resolver conflictos, de cuidar la intimidad, de enfrentar las crisis y los duelos. Cada familia va creando un estilo de funcionamiento con más o menos flexibilidad en el diálogo, con distintos acuerdos y escritos, y con actitudes que frente a la muerte próxima de un miembro, se comporta como un sistema facilitador o no facilitador del despegue.
La edad en que aparece la enfermedad incurable, producirá variaciones en cuanto a los miedos, el dolor, y la desesperanza. El duelo por la familia que fue toca a cada uno de sus miembros, y cada uno de ellos reaccionará a su vez de manera diferente, “ya nada será como antes”. Ayudar a la familia o a ese otro significativo que está involucrado en la muerte de un ser querido, es ayudar a expresar con palabras la reorganización de sus sistemas de valores, a que puedan desvelarse los secretos, a enterrar juntos algunos sueños, a perdonar y a conectarse con el amor que trasciende los cuerpos físicos, con ese amor construido de a dos, pero que ya es parte de cada uno. Ayudar a limpiar las culpas, que no son más que errores en el aprendizaje. Ayudar a recuperar los rituales y las ceremonias de la muerte que, aunque dolorosas, ayudan a aceptar la irreversibilidad de los hechos. Para lograr colaboración del equipo familiar y de otros significativos es útil recoger ciertos datos que nos acercan al estilo particular con que cada familia vive sus circunstancias, por ejemplo:
– Historia, creencias, mitos y teorías acerca de la enfermedad que lo aqueja (causas y consecuencias).
– Mitos de incapacidad y muerte.
– Actitudes socioculturales acerca de la salud y enfermedad.
– Actitudes y respuestas familiares ante la enfermedad y el sufrimiento/dolor. Palabras innombrables, temores ocultos, mandato familiar.
– Momento de ciclo vital de la familia: estructura familiar abierta o cerrada. Grado de permeabilidad y flexibilidad de límites entre lo individual, familiar y el exogrupo.
– Impacto de la enfermedad en las relaciones maritales, sexuales y familiares.
– Factores que incrementan o alivian el dolor.
– Situaciones que elevan el estrés familiar.
Individuo-momento del ciclo vital-tipo de enfermedad-el proceso de morir
La vida es un progreso que se paga con la muerte biológica de los individuos, pero no sólo somos seres biológicos, somos también seres culturales y espirituales, y transcendemos a través del recuerdo.
Como individuos-sujeto somos cuerpo, mente y espíritu. No existe un conocedor abstracto que esté separado de la experiencia misma. Por lo tanto, el cuerpo toma diferentes significados en el transcurso del tiempo. Algunas veces, el cuerpo responde como un sumiso y utilitario animal. Otras veces le atribuimos la responsabilidad de lo que nos pasa. Otras veces es un cómplice de nuestros deseos, otras no es más que un saboteador de nuestros proyectos.

Lo que nos cuesta asumir es que el cuerpo es lo que es, en su circunstancia, y la armonía entre el cuerpo y su circunstancia, es uno de los grandes secretos de la vida.
Napoleón decía: “No existen grandes hombres, sino hombres normales, ante circunstancias especiales”. Pero hubo otros hombres normales en las mismas circunstancias que Napoleón, y no fueron Napoleón.
Cada uno de nosotros está colocado en un tapete de ruleta circunstancial. Nos toca en cada momento un ahora y un acá.
La enfermedad o la muerte irrumpe o se agudiza en un momento del ciclo de vida, y quien lo transita percibe la sensación de un tiempo sin tiempo, un tiempo suspendido por la enfermedad. Un tiempo donde la historia del sujeto se convierte en la historia de su enfermedad, su dolor y sufrimiento.
El enfermo terminal necesita ser escuchado, y escuchar es estar receptivos al misterio, sin esperar nada en particular, sin juzgar y en un primer momento sin interpretar ni traducir, sino escuchar sus propias palabras. El enfermo necesita confiar en nosotros, y que nosotros confiemos en ellos, que confiemos en su fortaleza interior, de la que tal vez no tienen conciencia, pero que nosotros debemos intentar recuperar. Entonces, además de escuchar, hay que poder hablar y facilitarle al enfermo las preguntas difíciles.
Los enfermos terminales nos informan y muestran con sus conductas las etapas del morir. Siguiendo a Elizabeth Kubler Ross, podemos reducirlo a cinco etapas. Los enfermos terminales pasan por estados de negación y aislamiento: “¿Se habrán equivocado en el laboratorio?” “No, no soy yo, no es verdad”. De cólera, ira y desesperación: “¿Por qué a mí?” “¿Qué culpa estoy pagando?” Regatean e intentan negociar con Dios y con los hombres, hacen promesas, proyectan llegar con vida a momentos importantes de su historia de futuro: “Si por lo
menos mi hija pudiera conocerme”, “Llegar a la fiesta de fin de año”, “La graduación de un hijo”, “La llegada de un amigo”. Se sienten abatidos, y caen en depresiones más o menos profundas. Se producen distorsiones de la realidad. El cuerpo está decrépito, pero la imagen corporal no se modificó, acusan sensaciones de extrañeza: “La semana pasada podía caminar, no entiendo por qué ahora no puedo si soy el mismo”. Y finalmente la aceptación y esperanza, que está ligada a la espera de ser liberado de su sufrimiento, a la espera y encuentro con sus mitos y sus creencias, a sus imágenes del más allá, a sus sueños, Una suspensión del tiempo que abre el camino al desapego.
Estas cinco fases pueden aparecer en forma ordenada, caótica, o en simultaneidad. Durante el proceso de morir se entra, se sale o se queda instalado en cualquiera de estas etapas. Cada una de estas etapas requiere el conocimiento de las individualidades, el consenso en los objetivos de ayuda que han de prestar el equipo asistencial y el equipo familiar o de seres queridos. Si a lo largo de estas fases el muriente está acompañado por alguien que lo ama, que lo contiene, podrá resignificar las pérdidas y los duelos. Como habíamos señalado, duelo es la capacidad emocional de superar las pérdidas y las separaciones (pérdida de partes del cuerpo y funciones debido a la enfermedad, pérdida del rol familiar y social, de sus proyectos y expectativas). Acompañar al muriente desde el lugar tanatoterapéutico, es ayudarlo a expresar con palabras o silencios la reorganización interior de su sistema de valores. Se crece cuando se está enfermo o cuando hay que hacer frente a una perdida dolorosa. Se crece si se acepta el sufrimiento y se intenta comprenderlo no como una maldición o un castigo, sino como una enseñanza.
La crisis y el duelo, así como la negación y la esperanza, son conceptos que se transforman momento a momento. El enfermo es quien nos dicta cuándo está en condiciones de recibir más información (verdad acumulativa). Hiperinformar es tan nocivo como no informar. La franqueza puede convertirse en una forma solapada de hacer daño. Cada uno de estos enfermos puede no solamente aprender y recibir nuestra ayuda, sino además convertirse en nuestro maestro. Ellos nos enseñan acerca de la necesidad de negar, total o parcialmente, lo que ya saben. Nos cuesta admitir que nuestra tarea, a veces, consiste sólo en estar con la persona cuando sufre, estar sencillamente junto a ella, sin asustarnos de su miedo, de su dolor o de su ira. Permitir que apoye sobre nosotros su grito silencioso y la mirada vacía.
Para cerrar, recuerdo lo que alguien dijo alguna vez: “No se puede mirar al sol todo el tiempo y tampoco a la muerte”.

Bibliografía

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30. P. Watzlawick (comp.), La realidad inventada, Buenos Aires, Gedisa, 1988.

links importantes sobre duelo:

Dinámica y Técnicas de grupos Conceptos, definiciones, clasificación http://orbita.starmedia.com/acmq/dingrup.html

Las dinámicas grupales en el área educativa http://contexto-educativo.com.ar/2005/3/nota-02.htm

Uso Didáctico de Dinámicas de Grupo http://www.politecnicojic.edu.co/regionalizacion/USO%20DIDACTICO%20DE%20DINAMICAS%20DE%20GRUPO.doc

DINÁMICA DE GRUPOS Y EQUIPOS DE TRABAJO (Archivo en formato Word, explicativo del ppt anterior) http://www.canalegal.com/documentos/paraestudiantes/dinamica_de_grupos_y_equipos_de_trabajo.ppt#257,2,

AGENDA DINÁMICA DE GRUPOS Y EQUIPOS DE TRABAJO http://www.canalegal.com/documentos/paraestudiantes/trabajo_de_dinamica_de_grupos.doc

Dinámicas de Prevención: http://www.educarex.es/acosoescolar/dinamicas.html

A continuación, una serie de dinámicas de grupo para desarrollar en el aula.

Dinámicas de cualidades http://www.educarex.es/acosoescolar/img/cualidades.pdf  Esta dinámica de grupo pretende dar a conocer las cualidades de cada uno de los alumnos que forman un grupo/clase, creando un clima favorable y evitando actitudes violentas en el aula.

Dinámica de la amistad http://www.educarex.es/acosoescolar/img/amistad.pdf  Esta dinámica pretente concienciar sobre el valor de la amistad y las cualidades que necesitan desarrollarse para fomentar esta, creando un clima favorable y evitando actitudes violentas en el aula

Dinámica del barco http://www.educarex.es/acosoescolar/img/barco.pdf  Esta dinámica de grupo pretende desarrollar cierta sensibilidad en el grupo-aula dando a conocer los valores personales de cada uno de los alumnos/as, para crear un clima favorable de trabajo y evitar actitudes violentas en el aula.

Dinámica del compañero/a http://www.educarex.es/acosoescolar/img/companero.pdf  A través de esta dinámica de grupo, se fomentan las habilidades sociales y permite resolver conflictos que puedan producirse en el alumnado, además de promover un clima agradable y evitar actitudes violentas en el aula.

Dinámica del árbol y el viento http://www.educarex.es/acosoescolar/img/arbol.pdf  A través de esta dinámica de grupo, se pretende crear un ambiente de distensión, armonía y confianza dentro del grupo; además de poner a cada participante en la situación de tener seguridad en sus compañeros.

Dinámica del abrazo http://www.educarex.es/acosoescolar/img/abrazo.pdf  Esta dinámica de grupo produce un acercamiento físico entre los integrantes del grupo para crear un clima favorable y evitar actitudes violentas en el aula.

Dinámica de la motivación http://www.educarex.es/acosoescolar/img/motivacion.pdf  Esta dinámica demuestra como las personas, aunque actúen de la misma manera, pueden estar partiendo de motivaciones diferentes y comprender actitudes aparentemente incomprensibles para conseguir un clima favorable y evitando actitudes violentas en el aula.

Dinámica de formación de grupos http://www.educarex.es/acosoescolar/img/grupos.pdf  A través de esta dinámica de grupo, se pretende integrar al alumnado en el grupo-aula para que sienta una mayor motivación para la realización de las dinámicas y juegos; desarrollar la agilidad y la atención de cada uno de los integrantes.

Dinámica del lavacoches http://www.educarex.es/acosoescolar/img/lavacoches.pdf  A través de esta dinámica de grupo, se forma cohesión en el grupo a través del contacto físico, creando un clima favorable y evitando actitudes violentas en el aula.

Dinámica “gane cuanto pueda” http://www.educarex.es/acosoescolar/img/gane.pdf  Esta dinámica de grupo permite observar los mecanismos de competición y cooperación que pueden darse en el seno de un grupo. Además, los participantes pueden aprender a valorar la cooperación como fórmula según la cual todos ganan y de esta manera, crear un clima favorable y evitando actitudes violentas en el aula.

Estrategias Didácticas http://www.politecnicojic.edu.co/regionalizacion/Estrategias%20Did%E1cticas.doc 

Cuadro resumen sobre estrategias didácticas http://docencia.udea.edu.co/vicedocencia/cuadro_resumen_estratedidac.html

Estrategias Metodologicas La Universidad Mayor (Chile)ofrece un resumen de estrategias metodologicas y estrategias de Aprendizaje http://ddaportal.googlepages.com/AyudaMemoriadelDocenteEfectivo.doc

El Mapa de Conceptos y los esquemas en el aula http://www.politecnicojic.edu.co/regionalizacion/EL%20MAPA%20DE%20%20CONCEPTOS%20%20Y%20LOS%20ESQUEMAS%20EN%20EL%20AULA.doc

LIBRO: La Toma de Decisiones. Organización y Dirección de Reuniones (para trabajar entre los profesores) http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/Usr/Apdorta/reunion.htm

LIBRO: Manual de Técnicas de Enseñanza (para trabajar en las clases) http://www.sistema.itesm.mx/va/DraMarisa/Modulos.html

MODULO 2 El profesor como gestor de su práctica docente http://www.sistema.itesm.mx/va/DraMarisa/Modulo2.html

MODULO 3 Análisis y priorización de necesidades http://www.sistema.itesm.mx/va/DraMarisa/Modulo3.html

MODULO 4 Los objetivos como explicitación de lo que se quiere hacer http://www.sistema.itesm.mx/va/DraMarisa/Modulo4.html

MODULO 5 Selección y estructuración de contenidos http://www.sistema.itesm.mx/va/DraMarisa/Modulo5.html

MODULO 6 Selección y organización de las estrategias de enseñanza y aprendizaje http://www.sistema.itesm.mx/va/DraMarisa/Modulo6.html

MODULO 7 Evaluación de la enseñanza y del aprendizaje http://www.sistema.itesm.mx/va/DraMarisa/Modulo7.html

La empatía se desactiva cuando barreras culturales nos separan de los demás

La empatía se desactiva cuando barreras culturales nos separan de los demás: La empatía es un sentimiento que nos lleva a ponernos en el lugar de los demás, y que puede impulsarnos a ayudar a otros. Sin embargo, empatizamos más con aquellos que nos recuerdan a nosotros mismos, y tendemos a ayudar mucho más a aquellos que se nos parecen.

Una investigación llevada a cabo en Alemania ha demostrado que la sensación de empatía, así como el impulso de ayudar a otros, son propiciados no sólo por nuestro buen corazón, sino también por la afinidad de los otros con nuestra cultura y modo de vida. Por Marta Morales.

Los sentimientos de empatía que nos llevan a ayudar a los demás tienen ciertos límites, señala un estudio cuyos resultados han sido publicados en el número de julio de la revista Personality and Social Psychology Bulletin, perteneciente a la Society for Personality and Social Psychology estadounidense, que es la mayor sociedad de psicólogos del mundo, con 4.500 miembros. – La investigación, dirigida por el especialista Stefan Stürmer, de la Universidad de Kiel ha comprendido dos experimentos distintos. Con ellos pretendía averiguarse, por un lado, las diferentes formas de empatía que se sienten hacia personas similares o distintas, así como el papel de la empatía en la motivación humana de ayudar a los demás. – En el primero de los experimentos, se reunió a personas de distintas culturas (100 estudiantes varones alemanes y musulmanes, de alrededor de 25 años), mientras que en el segundo se agruparon a hombres y mujeres entre los que no había diferencias culturales evidentes. Empatía general, pero ayuda particular – Con el primero de los grupos, se descubrió que cuando los participantes sabían que alguno de sus compañeros tenía problemas económicos porque habían perdido dinero o su tarjeta de crédito, todos empatizaban con ellos, pero sólo ayudaban a aquellos que pertenecían a su propio grupo cultural. – Este experimento sirvió para medir la tendencia a ayudar a los demás y a empatizar en un contexto multicultural: se descubrió que la empatía condiciona más las acciones de ayuda cuando el que presta dicha ayuda y el ayudado pertenecen al mismo grupo cultural. – En el segundo experimento, en el que se reunió a 23 mujeres y 17 hombres, de una media de edad de 20 años, se reprodujeron las mismas situaciones problemáticas, pero todos los miembros pertenecían a un mismo grupo cultural. Dentro de éste, sin embargo, los participantes tendían a ayudar a aquellos a los que consideraban más parecidos a ellos mismos. Enfatizar las similitudes entre diferentes – Anteriores estudios habían sugerido que la motivación a ayudar podía atravesar las barreras interculturales, pero el estudio de la Universidad de Kiel señala que, aunque siga existiendo esa posibilidad, lo cierto es que la tendencia humana básica consiste en apoyar más a aquellos con los que nos sentimos más identificados. – El punto de partida de este estudio fue el presupuesto de que las motivaciones para ayudar a otros, en vez de ayudarnos a nosotros mismos, a menudo son de una naturaleza distinta. Ambos experimentos respaldaron claramente este presupuesto, al demostrar que incluso en encuentros intergrupales de personas generosas, la empatía se “desactiva” como motivador significativo que nos impulsa a ayudar a los demás cuando los posibles receptores de la ayuda son miembros de grupos diferentes. Los investigadores señalan que este déficit de generosidad que nos caracteriza debería superarse con medidas que enfatizaran aquello en lo que nos parecemos a los que no son totalmente como nosotros, en lugar de acentuar lo que nos diferencia de los demás.

Duelo

¿Qué es el duelo?

El duelo humano se define como una reacción adaptativa natural, normal y esperable ante la pérdida de un ser querido. El duelo no es una enfermedad1, aunque resulta ser un acontecimiento vital estresante de primera magnitud, que tarde o temprano hemos de afrontar, casi todos, los seres humanos. La muerte del hijo/a y la del cónyuge, son consideradas las situaciones más estresantes por las que puede pasar una persona2,3.

Para conocer la magnitud del problema puede servirnos de referencia un cálculo hecho en nuestro entorno del País Vasco. Considerando un tamaño familiar medio de 2,76 miembros en 20014, una tasa bruta de mortalidad de 8,9 por mil en 20044 y una duración del proceso de duelo de 3 años5, resulta una prevalencia del 4,91%; es decir, en una consulta con 1800 usuarios habrá unas 88 personas en duelo ?activo?.

Características del Duelo

Es un proceso único e irrepetible, dinámico y cambiante momento a momento, persona a persona y entre familias, culturas y sociedades. No es un proceso que siga unas pautas universales1.
Se relaciona inequívocamente con la aparición de problemas de salud:
El riesgo de depresión en viudos/as se multiplica por cuatro durante el primer año6.
Casi la mitad de viudos/as presentan ansiedad generalizada o crisis de angustia en el primer año7.
Aumenta el abuso de alcohol8 y fármacos; la mitad de las viudas utilizan algún psicofármaco en los 18 primeros meses de duelo9.
Entre un 10-34 % de los dolientes desarrollan un duelo patológico10,11
Aumenta el riesgo de muerte principalmente por eventos cardiacos y suicidio12; los viudos tienen un 50% más de probabilidades de morir prematuramente, durante el primer año 13.
La población en duelo demanda un mayor apoyo sanitario, incrementando el consumo de recursos, quizá por la pérdida de las redes sociales y con ellas de muchos de los recursos clásicos para el doliente (familiares, religiosos, vecinos, amigos, compañeros de trabajo,…). En un reciente estudio realizado en atención primaria14, la tasa promedio anual de consultas al centro de salud resultó ser un 80% mayor entre los dolientes que en el resto de la población. En otros estudios se obtienen resultados similares; en viudas el número de consultas se dispara en un 63% en los 6 primeros meses9 y en viudos se multiplica por cuatro durante los 20 primeros meses 15.
Cronología del duelo

La enorme variabilidad del duelo depende de las características de la persona en duelo, su situación personal y antecedentes, de ?quien? es la persona fallecida para el doliente, de las causas y circunstancias de su fallecimiento, de las relaciones sociofamiliares, y de las costumbres sociales, religiosas, etc. de la sociedad en la que vive. A pesar de toda esta enorme variabilidad se puede describir a grandes rasgos la evolución del duelo a lo largo del tiempo, para ello fragmentamos artificialmente el proceso de duelo en fases o períodos que reúnen unas características y nos ayudan a entender lo que sucede en la mente del doliente:

Duelo anticipado (pre-muerte). Es un tiempo caracterizado por el shock inicial ante el diagnóstico y la negación de la muerte próxima, mantenida en mayor o menor grado hasta el final; también por la ansiedad, el miedo y el centrarse en el cuidado del enfermo. Este período es una oportunidad para prepararse psicológicamente para la pérdida16 y deja profundas huellas en la memoria.

Duelo agudo (muerte y peri-muerte). Son momentos intensísimos y excepcionales, de verdadera catástrofe psicológica, caracterizados por el bloqueo emocional, la parálisis psicológica, y una sensación de aturdimiento e incredulidad16 ante lo que se está viviendo. Es una situación de auténtica despersonalización.

Duelo temprano. Desde semanas hasta unos tres meses después de la muerte. Es un tiempo de negación, de búsqueda del fallecido, de estallidos de rabia, y de intensas oleadas de dolor y llanto, de profundo sufrimiento. La persona no se da cuenta todavía de la realidad de la muerte16

Duelo intermedio. Desde meses hasta años después de la muerte. Es un tiempo a caballo entre el duelo temprano y el tardío, en el que no se tiene la protección de la negación del principio, ni el alivio del paso de los años. Es un periodo de tormentas emocionales y vivencias contradictorias, de búsqueda, presencias, culpas y autorrepoches,… donde continúan las punzadas de dolor intenso que llegan en oleadas.16 Con el reinicio de lo cotidiano se comienza a percibir progresivamente la realidad de la pérdida16,17, apareciendo múltiples duelos cíclicos en el primer año (aniversarios, fiestas, vacaciones..) y la pérdida de los roles desarrollados por el difunto (confidente, amante, compañero, el chapuzas, …). Es también un tiempo de soledad y aislamiento, de pensamientos obsesivos,… A veces es la primera experiencia de vivir sólo, y es frecuente no volver a tener contacto físico íntimo ni manifestaciones afectivas con otra persona. Se va descubriendo la necesidad de descartar patrones de conducta previos que no sirven (cambio de estatus social) y se establecen unos nuevos que tengan en cuenta la situación actual de pérdida. Este proceso es tan penoso como decisivo, ya que significa renunciar definitivamente a toda esperanza de recuperar a la persona perdida15. Finalmente los períodos de normalidad son cada vez mayores. Se reanuda la actividad social y se disfruta cada vez más de situaciones que antes eran gratas, sin experimentar sentimientos de culpa. El recuerdo es cada vez menos doloroso y se asume el seguir viviendo. Varios autores sitúan en el sexto mes el comienzo de la recuperación16,18-20, pero este período puede durar entre uno y cuatro años.

Duelo tardío. Transcurridos entre 1 y 4 años, el doliente puede haber establecido un nuevo modo de vida, basado en nuevos patrones de pensamiento, sentimiento y conducta21 que puede ser tan grato como antes, pero sentimientos como el de soledad, pueden permanecer para siempre, aunque ya no son tan invalidantes como al principio. Se empieza a vivir pensando en el futuro, no en el pasado.

Duelo latente (con el tiempo…) A pesar de todo, nada vuelve a ser como antes, no se recobra la mente preduelo21, aunque sí parece llegarse, con el tiempo, a un duelo latente, más suave y menos doloroso, que se puede reactivar en cualquier momento ante estímulos que recuerden…

 El duelo y la atención primaria de salud

Pensamos22, junto con otros autores23-28, que la atención primaria es el nivel asistencial ideal para ayudar a las personas en duelo. En muchas ocasiones el médico asiste de su enfermedad al familiar fallecido, en el domicilio, estableciendo una relación especial con la familia en este periodo tan crítico para ella. En otras ocasiones, las mas habituales, el fallecimiento se produce fuera del domicilio y el doliente acude a su médico de familia con una confianza casi natural, porque ya le conoce y está habituado a mostrarle los aspectos más vulnerables de sí mismo, sabe que puede expresar sus emociones en un ambiente seguro y, a la vez, mantener una circunstancia social normalizada, que no implica el estigma de la psiquiatría.

El médico de familia es el único especialista del ámbito sanitario al que acuden normalmente los dolientes y el único que puede atender la morbilidad asociada al duelo, así como el dolor, la disfunción y la incapacidad ocasionados por el conjunto de circunstancias personales, familiares y sociales que conlleva el proceso del duelo.

Preguntados los dolientes sobre la ayuda que desearían recibir del personal sanitario, solicitan consultas programadas, consejo médico, visitas domiciliarias, y que siempre que acudan a la consulta se interesen por su pesar29.

¿Cómo puedo saber si una persona en duelo necesita ayuda profesional?

Hay varias situaciones en las que la intervención está claramente indicada:

El doliente pide ayuda expresa para su proceso.
El profesional valora que la ayuda es necesaria.  
Existen varios predictores de riesgo asociados.
Detectamos pistas que nos orientan hacia un posible duelo complicado.
 Predictores de riesgo de mala evolución del duelo  

La muerte siempre va asociada a unas circunstancias que se pueden desglosar en: causa de la muerte; quién era el fallecido para el doliente y tipo de relación entre ellos; personalidad y recursos psicoemocionales del doliente; y finalmente la situación familiar, social, laboral, cultural, etc. que está viviendo el doliente en esos momentos. Este conjunto puede ser considerado normal, en el sentido de que no añade por sí mismo dificultades a las ya propias del duelo, o por el contrario puede complicarlo enormemente.

Podemos considerar predictores de malos resultados o de dificultades en la elaboración del duelo, los siguientes 5,16,17,21,30-34:

Muertes repentinas o inesperadas; circunstancias traumáticas de la muerte (suicidio, asesinato)
Pérdidas múltiples; pérdidas inciertas (no aparece el cadáver).
Muerte de un niño, adolescente, (joven en general).
Doliente en edades tempranas o tardías de la vida.
Muerte tras una larga enfermedad terminal; muerte por SIDA
Doliente demasiado dependiente; relación ambivalente o conflictiva con el fallecido.
Historia previa de duelos difíciles; depresiones u otras enfermedades mentales.
Tener problemas económicos; escasos recursos personales como trabajo, aficiones.
Vivir sólo; poco apoyo sociofamiliar real o sentido; alejamiento del sistema tradicional socio-religioso de apoyo (emigrantes).
Crisis concurrentes, laborales, económicas, judiciales….
 Duelo Complicado

Para saber si estamos ante un duelo complicado nos pueden servir de ayuda los criterios diagnósticos del “Trastorno por Duelo Prolongado” de Prigerson, Vanderwerker & Maciejewski (2007) 28 propuestos para el DSM-V:

Criterios diagnósticos del “Trastorno por Duelo Prolongado” propuestos para el DSM-V.

Criterio A Presentar a diario, al menos uno de los siguientes síntomas:

Pensamientos intrusivos -que entran en la mente sin control- acerca del fallecido.
?Punzadas? de dolor incontrolable por la separación.
Añorar -recordar su ausencia con una enorme y profunda tristeza- intensamente al fallecido.  
Criterio B Presentar a diario, al menos 5 de los 9 síntomas siguientes:

Estar confuso acerca de cual es el papel de uno en la vida, o sentir que se ha muerto una parte de sí mismo.
Dificultad para aceptar la realidad de la pérdida.
Tratar de evitar todo lo que le recuerde que su ser querido ha muerto.
Sentirse incapaz de confiar en los demás desde el fallecimiento.
Estar amargado o enfadado en relación con el fallecimiento
Sentirse mal por seguir adelante con su vida (p. Ej. hacer nuevas amistades o interesarse por cosas nuevas).
Sentirse frío e insensible -emocionalmente plano- desde el fallecimiento.
Sentirse frustrado en la vida, que sin el fallecido su vida está vacía y no tiene sentido.
Sentirse como ?atontado?, aturdido o conmocionado.
Criterio C La duración de estos síntomas es de al menos 6 meses

Criterio D Estos síntomas causan un malestar clínicamente significativo o un importante deterioro de la vida social, laboral u otras actividades significativas (p. Ej. responsabilidades domésticas) de la persona en duelo.

*Publicados con permiso de Holly Prigerson (2007)28

¿En qué consisten los Cuidados Primarios de Duelo?

Los Cuidados Primarios de Duelo (CPD) son una guía de actuación, para ayudar a una persona en duelo en el nivel primario de atención. Se definen por unos objetivos, una estrategia para conseguirlos y unas técnicas a aplicar.

Objetivo generales de los Cuidados Primarios de Duelo:

Prevención primordial: educar en la muerte y el duelo a no dolientes; bien sea población general (charlas informales en asociaciones, conferencias en institutos?), población consultante (hablando en consulta, nuestra actitud?) o profesionales sanitarios (seminarios, talleres, guías como la presente…).
Prevención primaria: cuidar que la persona elabore su duelo de la manera más natural y saludable posible -saliendo incluso crecida de la crisis- y que no enferme.
Prevención secundaria: detectar precozmente el duelo complicado, para poder establecer una terapia temprana y/o derivar a otro nivel, y realizar labores de seguimiento y/o soporte de personas con duelos complicados ya diagnosticados,
Prevención terciaria: asumir -también- el seguimiento y/o soporte de personas con duelos crónicos, de años de evolución y secuelas de por vida.
Técnicas de Cuidados Primarios de Duelo

Exploratorias: perfil de duelo. (recogida de datos básicos para la intervención).

Las técnicas exploratorias tienen como objetivo, conocer todos los datos que pueden ser determinantes en la evolución del duelo. Para recoger estos datos de una forma ordenada, se establece una rutina dividida en:

Datos generales: edad y nombres del fallecido y doliente, fecha de fallecimiento, cumpleaños, etc.
Datos sociofamiliares: genograma, relaciones familiares, amigos, situación económica, etc.
Antecedentes personales: problemas de salud psicofísicos, elaboración de posibles duelos previos, coincidencia de otros problemas de trabajo, familia, amigos, etc., tiempo de convivencia y tipo de relación con el fallecido, etc.
Evolución del proceso del duelo: causa y lugar del fallecimiento, conocimiento de la enfermedad, sentimientos que manifiesta como añoranza, culpa, rabia, ansiedad, tristeza, etc. y apoyo emocional de la familia.
Finalmente se hace un resumen de lo mas relevante en cada uno de los apartados explorados, resultando un ?perfil de duelo? que servirá para orientar la intervención, priorizando los problemas detectados y además saber si estamos ante un duelo aparentemente normal o de riesgo.

Generales: REFINO (conforman nuestra actitud al intervenir)

Las técnicas de intervención generales que desarrollamos en CPD se pueden resumir con el acrónimo R E F I N O, siendo: Relación (R), Escucha (E), Facilitación (F), Informar (I), Normalizar (N), Orientar (O).

Establecer una Buena Relación. Construir una adecuada relación profesional con el doliente es el fundamento y el principio de todo. Una buena relación de cuidados se caracterizará por:

Tener una estrategia, con unos objetivos centrados en el doliente y negociados con él, así como unas actividades encaminadas a conseguirlos
Producirse en un tiempo y en un espacio. Acordar un tiempo por sesión, una periodicidad (mas cercana al principio y progresivamente mas alejada) y un seguimiento (aconsejable el primer año, por lo menos).
Desarrollarse entre iguales, en una teórica relación entre pares. Ambos se mantienen en el mismo nivel de poder, el médico y el doliente son simplemente dos seres humanos que interactúan en un marco profesional de dispensación de cuidados.
Realizarse en una dirección, es decir, que aunque es una relación entre iguales, hay una persona que ayuda (el profesional) y otra persona que recibe la ayuda (el doliente), y no a la inversa.
Con empatía: el profesional trata de sintonizar con las emociones del doliente y además se lo hace ver, le hace ver que está ?rozando? lo que siente.
Ser genuina y auténtica, mostrando un interés por lo que nos cuenta la persona en duelo, tomando conciencia del sufrimiento del otro.
Respetar, no dejar entrar en nuestra mente los juicios de valor que automáticamente se nos activan cuando tenemos una persona delante.
Mantenerse dentro del marco profesional establecido. Subrayando las características ?profesionales? de la relación para evitar malos entendidos y reacciones de transferencia-contratransferencia dramáticas (Ej. evitar ser un ?sustituto interino? del que falta).
Escucha activa. La escucha activa es atenta, centrada e intensa; es una escucha del otro y de uno mismo:

Es atenta, porque el profesional está con los cinco sentidos.
Es centrada, debido a que se vive el aquí y ahora del momento.
La escucha de nosotros mismos mientras estamos con el doliente, el conectarnos con nuestras emociones y tomar conciencia de lo que nos dicen.
En la atención de personas que sufren profundamente tenemos que recordar, casi de continuo, que: ?yo soy yo… y el otro es el otro?. Lo mismo que no se puede morir con cada muriente… no se puede perder a nuestra pareja, nuestro hijo,… con cada doliente. También debemos tener en cuenta, que nos podemos impregnar de los sentimientos del doliente y saber que son de él, no nuestros.

Facilitación. Facilitar es favorecer la comunicación, esperar, tener paciencia, es también hacerle un espacio al otro (al doliente) y darle ?permiso? con nuestra actitud y ese clima ?seguro? que hemos creado, para que cuente lo que se le ocurra o exprese sus emociones más profundas. La tristeza, culpa, miedo, amor y alegría, serán partos más o menos fáciles, solo hay que estar y no interrumpir; mientras que la rabia siempre será un parto difícil.

Son técnicas facilitadoras de la comunicación: preguntas abiertas, baja reactividad, miradas, silencios, ecos, asentimientos, hacer resúmenes para resituar mentalmente al doliente y ayudarle a identificar sus emociones.

Informar. Informar al doliente es:

Explicarle lo que hoy define la psicología occidental como el constructo duelo, pero siempre volviendo a insistir que lo suyo es ?único? y que tiene permiso para sentir lo que quiera y cuando quiera.
Aclararle que la evolución teórica del proceso es hacia el ajuste, que todos los seres vivos se adaptan instintivamente a las nuevas situaciones
Orientarle sobre las dudas más habituales: ?¿Es bueno ir al cementerio?, ¿y llorar…?, ¿y hablar siempre del muerto…?, ¿porqué ahora no me fío de nada ni de nadie, y porqué me parece todo distinto?, ¿porqué ahora tengo más miedo de morirme y a la vez quiero morirme?.
Normalizar. Normalizar es asegurarle al doliente ?y se lo está diciendo su médico- que lo que siente, piensa, hace… es totalmente normal y lo natural en su situación… Esto valida sus reacciones y sentimientos, los legitima, confirma, desculpabiliza y además puede seguir sintiéndolos.

Cuando normalizamos es mejor tomarnos tiempo y tener en cuenta la cadencia del encuentro; controlando nuestra reactividad,… dejando transcurrir un tiempo entre el estímulo del doliente y la respuesta que damos.

Normalizaremos especialmente, que no se quiera olvidar, ni dejar de llorar… que se continúe hablando con él o que se refiera a él en presente?

Orientar. Orientar es guiar, sugerir, aconsejar… o incluso prescribir mediante instrucciones concretas determinadas conductas o rituales, y a veces lo contrario; por ejemplo, disuadir de una decisión precipitada,… ?quiero vender este piso, creo que aquí no puedo vivir, son muchos recuerdos, entro en casa y es como una losa que se me viene encima…?.

Como orientación general, desanimamos de la toma de decisiones importantes durante el primer año, pero a la vez fomentamos la toma independiente de decisiones menores.

También podemos asesorar en la reorganización familiar, explicando que la pérdida de uno de los componentes de la familia lo trastoca todo,… interacciones, roles, espacios, normas, autoridad, poder, economía,… todo se tiene que renegociar y reconstituir.

Específicas de uso habitual (se usarán con frecuencia en las intervenciones, por estar relacionadas con los problemas que plantea habitualmente el doliente).

Anticipación de fechas y situaciones. La anticipación de situaciones difíciles da sensación de control. Algunas fechas (aniversario de la muerte, cumpleaños, Navidades, Todos los Santos, etc.) son especiales y con ellas llegarán nuevos tirones de dolor que si han sido previstos, no sorprenden ni desmoralizan tanto al doliente.

El darse cuenta de lo que siente, en determinadas situaciones y saber porqué, también alivia. Así por ejemplo saber porqué, a veces, la gente hace como que no le ve (no saben qué decir, se sienten violentos), no le tratan como antes (ya no es pareja), o en las fiestas, fines de semana, vacaciones, lo pasa mal porque nota de forma mas intensa su falta y no encuentra cual es ahora su lugar…

Toma de decisiones, solución de problemas y adquisición de habilidades. A veces, la persona en duelo tiene un auténtico bloqueo cognitivo mezclado con miedo, su mundo se le ha venido abajo y todo puede ser extremadamente peligroso y difícil. En esta situación, es útil la ayuda en la toma de decisiones, comenzando con problemas sencillos, tratando de que la persona llegue a ser autónoma. Otras veces se trata de adquirir habilidades que ejercía su pareja (arreglar un enchufe, cambiar una bombilla, ir al banco, etc.). o de recuperar otras que tenía y que las ha perdido por la distribución de roles entre los dos. Cada logro en este sentido, supone una mejora de la autoestima.

Narración repetitiva de la muerte y ?contar? historias. Hablar de la muerte alivia. La narración de un hecho trágico lo desdramatiza en parte. La descripción de los momentos finales, de la muerte, será espontáneamente reiterativa por parte del doliente. La repetición del relato pormenorizado de la muerte quita intensidad a la emoción, es catártico, lava, purga, abre la espita de la emoción y además libera, ordena y estructura el pensamiento, hace de la muerte una parte de nosotros mismos, la normaliza.

Hablar del muerto alivia. La narración de retazos de la vida del difunto, resitúa los vínculos y asegura que nunca se romperán, pero serán de otra manera. Con ello el doliente perfila lo que fue y lo que es, reflexiona, busca, y tiene la oportunidad de ver que los vínculos son ahora distintos, pero perviven. Puede hacer nuevas amistades, ilusionarse con los nietos, la vida… sin miedo, nunca se va a olvidar,… porque el olvido es imposible.

Prescripción de tareas y rituales. La prescripción es un contrato, concreto e individualizado, es una ?receta? negociada previamente entre las partes, que compromete al doliente a su cumplimiento.

Se deben prescribir tareas realistas, de fácil cumplimiento, sobre todo al principio16. El objetivo sería reestructurar la cotidianeidad con conductas saludables. Para empezar se puede prescribir salir todos los días a la compra, andar un rato, sacar a pasear el perro,… esto le obliga a resocializarse a la vez que realiza una actividad saludable. Debemos evitar maneras de afrontar la pérdida, claramente perjudiciales como, el sedentarismo, horas de televisión, el juego, el abuso de alcohol, tabaco… La conducta idónea sería aquella que tenía antes de morir su familiar.

Con la prescripción también se pueden controlar situaciones aparentemente incontrolables como los rituales, regulando por ejemplo las visitas al cementerio, el tiempo que dedica a hablar con el fallecido,… tratando de impedir que estas conductas sean invalidantes.

Hablar de los sueños y de las presencias: visuales, auditivas, táctiles… Los sueños están cargados de alegorías y representan el mundo vivencial del doliente, su abordaje aporta información sobre su estado emocional.

Las presencias (ver, oír o sentir que le toca el difunto) son descargas del cerebro, ante determinados estímulos, de parte de la información que tiene almacenada sobre el fallecido, es algo parecido al miembro fantasma (se siente aunque no está). Pasado el tiempo van desapareciendo progresivamente los fenómenos alucinatorios, pero la información no desaparece nunca y basta un estímulo lo suficientemente intenso, (aniversario,…) para provocar emociones olvidadas, incluso años después. Es importante hablar con el doliente de estos fenómenos, para normalizarlos y evitar la idea de que el difunto está interviniendo en su vida (pensamiento mágico21), o pensar que se esta volviendo loco, ambas ideas muy presentes, por lo novedoso e intenso de las emociones que está viviendo.

Sondas emocionales y preguntas terapéuticas. Las sondas emocionales son preguntas que tratan de atravesar las barreras defensivas y facilitan la comunicación. Son preguntas que rastrean las emociones y liberan parte de su tormenta interior.

Pueden ser un ejemplo las siguientes: ?desde la última vez que nos vimos… ¿habías pensado en hablar hoy de algo que se te haya quedado colgado?…, eso que te ronda a veces en la cabeza, y le das vueltas y vueltas,… ¿querías comentarlo conmigo??; ?¿cuando estás de noche, sin poder dormir, que pensamientos te vienen al a cabeza??; ?¿ha habido alguna fecha o se acerca alguna fecha significativa para el recuerdo??, por ejemplo el cumpleaños, aniversario de boda, cabo de año, fiesta de Todos los Santos,… ó ?¿A veces crees estar volviéndote loca??ó ?¿En alguna ocasión, te ha parecido verle u oírle o que te ha tocado?? o simplemente un ?¿Cómo te sientes??. Preguntar por lo que significan para él/ella las visitas al cementerio.

También es conveniente indagar sobre las ideas de suicidio y valorar si hay riesgo, si es algo concreto o sólo una idea fugaz, o la pérdida del ?norte? existencial (propia del duelo), y qué cosas (frenos y anclajes) se lo impiden y le sujetan a la vida

Tópicos sociales al uso. Los tópicos sociales, provocan lejanía emocional y a veces enfado. Conviene evitar las frases hechas, las seguridades prematuras y los consejos no pedidos35 como: ?te acompaño en el sentimiento?, ?ya verás como… se te pasará con el tiempo?, ?lo que tienes que hacer es… irte de vacaciones y olvidarte de todo?.

Muchas veces los tópicos son fruto del nerviosismo y del no saber qué decir, por eso puede ser mas adecuado verbalizar cómo nos sentimos: ?no se qué decirte…estoy nervioso, esto también me afecta…?, o mejor todavía expresarlo de forma no verbal con un apretón de manos, una palmada, un abrazo, una mirada en silencio,… La comunicación no verbal es directa y sincera, transmite entendimiento y se capta fácilmente.

Psicofármacos. Medicalizar el duelo significa darle categoría de enfermedad, con todo lo que esto conlleva. Ante un duelo normal, es adecuado evitar tanto la ?anestesia emocional? como la dependencia; así los ansiolíticos e hipnóticos conviene usarlos a demanda y a poder ser por períodos cortos 16,21,34 (Ej. a la hora de actos públicos) y a dosis mínimas.

En cuanto a la administración de antidepresivos, es difícil diferenciar la depresión mayor, de la tristeza propia del duelo, y cuando existen dudas (Ej. dolientes con síntomas depresivos persistentes) se puede probar su eficacia, ya que mejoran la depresión pero no la ?pena? propia del duelo16,44.

Pruebas complementarias: análisis, radiografías, electrocardiograma… El doliente, a pesar de tener ganas de morir, también tiene miedo a la muerte, a la enfermedad, al dolor, a pasar por lo mismo que su? y aquí tiene cabida la indicación razonable de pruebas complementarias, que tranquilicen y confirmen la salud.